domingo, 16 de marzo de 2025

He Visto A... Garbage (14/3/2025)

 "La reina hizo lo suyo..."

Me ocurrió en 2023, esto de que se me juntaran varios conciertos en días seguidos. En esa ocasión fueron Beck, Pet shop boys y The cure, así como suena, un jueves/viernes/sábado de tremendos eventos. Y bueno, esta vez se me juntaron dos, Suede y Garbage, con la particularidad de ser ambos conciertos en el mismo recinto. Dos tardes seguidas me tocó ir entonces al querido Parque O'higgins con las expectativas a tope y el corazón apretado a disfrutar de dos bandas que si bien vivieron su período de mayor popularidad décadas atrás, jamás yo había podido ver en vivo. Este era un sueño hecho realidad para mi así que para ambos decidí ir a gozar y a darlo todo en cancha.

Yendo a lo de anoche, tras un correcto teloneo de la banda nacional Saiko (con una Denisse Malebrán cantando aún muy cómoda y con buen desplante sobre el escenario) a las 21.15 hrs apareció la reina de la noche: Shirley Manson, con un vestido colorido de tonalidad verde que parecía una especie de homenaje a la madre naturaleza. Y que decir, todo fue locura desde entonces. Muy comunicativa la vocalista durante todo el concierto se cansó de agradecer a Santiago de Chile, mencionando explícitamente a sus amigas chilenas, hablando de su visita en 2019/20 donde pudo conocer el llamado "Estallido social" que se vivió aquellos años, hablando de su fanatismo por Suede o regalando palabras también al movimiento LGTBIQ+, esto acompañada de un desplante importante, moviéndose constantemente de lado a lado en una entrega digna de destacar considerando que hace muy poco la mujer estuvo bastante complicada de salud.  Además de Shirley, la banda como era de esperar estuvo sólida, yo estaba cerca de Duke Erikson y fue un placer verlo disfrutar dentro de su sobriedad y elegancia. 

En cuanto a la lista de temas y mi análisis nerdito, si bien existió presencia del reciente No gods no masters (2021) esta me pareció de dulce y agraz. Me explico: 'The man who rule the world' fue un punto alto del show y aplaudo el gusto que se dieron tocando un bonus como 'No horses' casi al cerrar el concierto, sin embargo, la pasada por 'Wolves' + 'The creeps' la sentí algo fría. Me parece canciones como la industrial 'Godhead' o la misma 'No gods no masters' habrían sido mejores cartas para aquel disco. Respecto al resto, el fuerte estuvo puesto obviamente en el debut homónimo de 1995 y por supuesto en el glorioso Version 2.0 (1998) pero nuevamente, 'Fix me now' no me pareció un tema adecuado para ir tras la apertura con 'Queer', ahí se necesitaba un tema más fuerte ('Vow' podría haber sido), de hecho, fue con 'Empty' + 'Sex is not the enemy' cuando el show realmente agarró fuerza. Por cierto: simpático eso de anexar 'Personal Jesus' de Depeche mode en el cierre de 'Wicked ways', bonito detalle que el público agradeció con efervescencia. 

Fuera de los momentos marcadamente eléctricos en caballos de batalla como 'Stupid girl', 'Only happy when it rains' o la genial 'Cherry lips (go baby go)', la cual dedicó explícitamente a la comunidad LGTBIQ+, verdaderos momentazos se vivieron en aquellos pasajes más atmosféricos de la noche, particularmente en 'Milk' + '#1 crush' y la exquisita 'You look so fine'. Un manjar. 

En cuanto a los elementos técnicos extras, como se utilizó el mismo escenario de Suede en la noche anterior, nuevamente no hubieron pantallas laterales aunque si existieron juegos de luces bastante llamativos en cada canción, con colores diferentes que aportaban visualmente al espectáculo. El sonido estuvo bien, algo débil en el primer par de temas pero luego fueron ajustando. En definitiva, un show redondito que dio muestras de una banda sólida en cuanto a lo técnico, una Shirley Manson comunicativa, (muy) cercana y llena de energía.

Antes de cerrar eso si, una reflexión: que lástima los teléfonos. Estuve bastante adelante en la cancha y esa gente no va a gozar, ¡van a grabar! Se entiende evidentemente el que cada cual quiera su recuerdo (yo también grabé algunos para mi, de hecho), pero ¿todo el fuckin' concierto grabando? Si me apuran, lo peor de la noche para mi fue el público. Al menos en cancha. Dividido entre quienes íbamos a entregarnos, saltamos y cantamos, y quienes van exclusivamente a estar en el teléfono. En fin. Son los tiempos que vivimos...

Lo que tocaron...

Apertura solemne: Queer 
Sección guitarras: Fix me now + Empty + Sex is not the enemy + The man who rule the world + Wicked ways (+ Personal Jesus de Depeche mode)
Descanso: The trick is to keep breathing
Guitarras again: Blood for puppies + Wolves + The creeps 
Descanso 2: Cup of coffee
Primera sección éxitos: Vow + Special + Stupid girl + Only happy when it rains 
Descanso 3: Milk + #1 Crush (vaya momentazo con ambas)
Segunda sección éxitos: I think I'm paranoid + Cherry lips (Go baby go) + Push it + You look so fine (¡tremenda!)
Cierre: No horses (un gustazo que se dieron claramente) + When I grow up (cierre en modo fiesta).

Sonido: 9 (en general bastante bien, a excepción del comienzo que fue algo bajo)
Interpretación: 10 (Shirley muy pero muy bien de voz, yendo a todas, y los caballeros unas máquinas)
Puesta en escena: 9 (simple pero cada uno con su estética. La banda muy sobria, Shirley una loquilla)
Complementos: 7 (nuevamente lamentable la ausencia de pantallas laterales y la que estaba tras la banda no se aprovechó demasiado. Los juegos de luces si aportaban)
Lista de temas: 9 (diverso, con presencia del último disco de la banda PERO, dos o tres temas escogidos en ciertos momentos no funcionan tan bien).

viernes, 14 de marzo de 2025

He Visto A... Suede (13/3/25)

"Energía desbordante..."

Hay dos Suede, el noventero y el que regresó post 2013. Ambos retratados a la perfección en Brett Anderson, quien comenzó su carrera emulando al Bowie más andrógino para lentamente ir transformándose en el front man que hoy es, un personaje desbordante de energía y que se acerca más bien a un Iggy Pop, un tipo que transmite una vibra incluso cercana al punk en su desplante. Ellos seguro son los primeros en tener claro que parte importante de su público (cercanos a los cuarenta todos, por arriba y por abajo) va a disfrutar de esa primera fase de la banda, de ahí que en su repertorio aparezcan varios de aquellos clásicos que incluso a día de hoy se siguen bailando en la disco, dígase 'Trash', 'The drowners' o 'Beautiful ones', sin embargo, la plena dignidad de Suede se hace sentir en todos aquellos momentos que la banda le dedica a su presente, pues siete de las diecinueve canciones anoche interpretadas en Santiago de Chile pertenecieron a sus tres discos más recientes, de hecho, particularmente el fantástico Autofiction (2022) fue columna vertebral del show. 

Llegué temprano ayer, 19.30 hrs para un concierto que comenzaba 21.30. La cancha semi vacía por lo que pude ubicarme bastante adelante, lo cual me permitiría durante la noche el disfrutar de cada gesto de un Brett Anderson entregadísimo a la causa de comienzo a fin y absoluto protagonista de la noche, un encantador de serpientes que no necesita de demasiado más que su desplante escénico para continuar armando la fiesta. Brett es el primero en disfrutar a tope lo que hace y aquello contagia, sin mencionar la cantidad de veces que el vocalista baja hacia el público para enredarse entre sus fans. A sus cincuenta y siete años aquello a donde su voz ya no logra llegar (que los años no pasan en vano) compensa con su entrega. No miento si afirmo que desde mi primera vez con Bruce Dickinson (por allá por 2001, vaya que pasan los años) que no veía a un vocalista entregarse físicamente a un show como lo de anoche. 

En cuanto a repertorio, pues lo dicho, que al concierto había que ir con las tareas hechas pues Autofiction fue el álbum que mayor temas concentró en la noche (5) y el resto se compensó principalmente con los tres primeros álbumes de la banda, el homónimo de 1993, Coming up (1994) y Dog man star (1994). Hubo espacio para un tema inédito (¿será la primera vez que la habrán tocado? Lo ignoro) de un disco que Brett anticipó saldrá en septiembre próximo (y que por su sonido al parecer continuará con los aires desatados de Autofiction), un pequeño guiño a los recientes Night thoughts (2016) + The blue hour (2018). Como espinita, me quedé con las ganas de disfrutar de 'Can't get enough' (de 1999, que la estaban tocando durante 2024) y alguna cosita de mi querido Bloodsports, el disco de regreso de 2013. Detalles eso si que no empañan una noche vibrante y física, una verdadera sesión de cardio intenso para quienes estuvimos ahí adelante en cancha. 

¿Algo negativo? Si, más que nada relacionado con la productora: la ausencia total de pantallas. Yo no lo lamenté pues estaba ubicado adelante pero para cualquiera en cancha que estuviese de la mitad hacia atrás o que mida menos de 1.70, seguro habrá visto poco y nada del show. Sobre todo en aquellos momentos (que no fueron pocos) donde el vocalista se fue al público. También el sonido me pareció muy bajo en el comienzo, no se si habrá sido por donde yo estaba ubicado o que le habrán subido en medida que avanzó el show, pero las primeras tres o cuatro sonaban bajito...

Lo que tocaron...

Partida: Turn off your brain and yell / Personality disorder / Trash / Animal nitrate / The drowning. 
Baladas: The last of us (Brett cantándola sentado apoyado en un retorno) / Life is golden (Brett la canta completa entre la gente) / The only way I can love you
Rock again: Filmstar / Antidepressants (la nueva) / Saturday night / She still leads on me / Shadow self 
Baladas again: I don't know how to reach you (tremenda sorpresa, quizás mi momento favorito de la noche) / The wild ones (acústica)
Recta final de clásicos: So young / Metal Mickey / Beautiful ones / New generation 

Sonido: 8 (lo dicho, claro pero algo bajo en el comienzo. Aunque después le subieron mucho, mañana siguiente y todavía estoy con un pitillo en los oídos)
Interpretación: 10 (Brett  a otro nivel, y la banda eléctrica e impecable)
Puesta en escena: 9 (pocos recursos extras, muy en la línea de que la música y la entrega hable por si sola)
Complementos: 6 (lo dicho, la ausencia de pantallas laterales. Existía una central, tras la banda, pero que proyectaba imágenes para cada canción)
Lista de temas: 10 (diverso y entregándole importancia a lo más reciente de la banda).

8,6 / 10
Conciertazo.


Otras reseñas de Suede:

miércoles, 12 de marzo de 2025

Architects: The Sky, The Earth & All Between (2025)

 "Limitado a fórmulas..."

"Que veinte años no es nada..." - recitaba el histórico tango. Pero para algunos ha sido una vida completa. Y es que cuanta diferencia se percibe entre aquellos Architects que debutaban mediante Nightmares (2006) y estos que ya va por su álbum número once. Parecen otra banda incluso. De esas búsquedas marcadas por el djent y el progresivo poco queda, eran tiempos donde los ingleses pintaban como una banda en la que creer, y porque no decirlo: una de aquellas que podrían a futuro sostener al género. De algo hay que vivir, sin embargo, y es de suponer que tras sus primeros tres discos alguien les habrá recomendado abrazar un metalcore de manual como propuesta, por lo que a partir de la pasada por The here and now (2012) + Daybreaker (2013) todo cambió. Todo también se volvió (cada vez) menos interesante. Primero mediante una sucesión de discos marcados por un metal de tintes dramáticos pero monótonos hasta decir basta (Lost forever // lost together + All our gods have abandoned us) seguidos de otros que se cargaron hacia elementos más melosos (Holy hell + For those that wish to exist + The classic symptoms of a broken spirit). Y bueno, en lo que respecta a este nuevo disco hay que darles el que han intentado diversificar un tanto la experiencia, sin embargo, todo sigue sintiéndose muy pero muy pre fabricado, con intenciones comerciales demasiado evidentes y que perjudican claramente el nivel del resultado. 

De ahí que el disco cuente con las típicas idas y vueltas del género (el tándem estrofas agresivas + coros melódicos) que esta vez han complementado con una que otra cosita que se sale un poco de dicho manual pero esto siempre se manera muy tímida, casi como si estuviesen probando que podría funcionar comercialmente como para ir por ahí en un siguiente trabajo.

Abrirán, por ejemplo, con 'Elegy' + 'Whiplash', dos que apuntan a un sonido agresivo en donde Sam Carter juega con gritos y guturales (algo que dudo sea capaz de reproducir en vivo, digámoslo) para luego matizar con coros ultra melosos, algo que también desarrollarán en la olvidable 'Blackhole'. Esto a diferencia de 'Everything ends' que es pop limpio a secas y por lo mismo suena incluso refrescante al lado de esa impostación de los primeros temas. Por supuesto que el manual indica que luego deben cambiar el tono por lo que meten una ágil y acelerada 'Brain dead', y así, en adelante el álbum irá oscilando entre canciones que insisten sobre tonos adolescentes en 'Landmines' y momentos algo más contagiosos en 'Judgement day', aunque claro, nada que demasiado recordable ni tampoco capaz de sostener al disco a lo largo de los eternos cuarenta minutos que dura.

Le ha pasado a muchos. Cuando durante tanto tiempo dejas de componer en serio y te limitas únicamente a fórmulas, te pierdes, y en el caso de estos ingleses el camino se extravió hace demasiado. Y quienes apunten al fallecimiento de Tom Searle en 2016 como elemento clave en el declive de Architects estaría bueno dejaran de mentirse, que el guitarrista fue participe y protagonista también del giro de la banda. Eso escrito está.

¿Canciones? 'Elegy', 'Everything ends' y 'Judgement day'.

5/10
Nada muy especial.

domingo, 9 de marzo de 2025

Lacuna Coil: Sleepless Empire (2025)

 "Sensaciones encontradas..."

Tras varias idas y vueltas tal parece que la propuesta de Lacuna coil ha logrado asentarse y sostener cierta regularidad. En dicho sentido, tanto Delirium (2016) como Black anima (2019) fueron álbumes correctos capaces de sostener una fórmula que a estas alturas se ejecuta en total comodidad, por lo mismo la llegada de este Slepless empire tras seis años de silencio (si es que no consideramos la regrabación post pandemia de Comalies) produce sensaciones encontradas, y es que si bien el disco funciona no escapa a los lugares comunes de la banda, es decir, ese tándem que oscila todo el tiempo entre momentos agresivos y melódicos, marcados estos por los guturales de Andrea Ferro y la dulzura de Cristina Scabbia, esto en medio de una producción impecable que ha sabido sacar partido a cada instrumento pero donde el factor sorpresa es absolutamente inexistente. 

Yendo a las canciones, como es de esperar en este tipo de álbumes, el tridente inicial marca el camino. 'The siege' es una canción de mucha fuerza pero donde el énfasis está puesto en lo melódico con Cristina luciéndose, sobre todo en ese puente impecable que antecede al coro, esto a diferencia de 'Oxygen' + 'Scarecrow' que serán dos donde el peso se come todo (¡cómo suena el bajo en ambas! Un manjar) y por ende la interpretación de Andrea adoptará mayor protagonismo. Desde entonces el disco desenfundará medios tiempos que se construyen sobre teclados, como es el caso de la sólida 'Gravity' (que me ha recordado a ese Rammstein más atmosférico tipo 'Reise, reise') o 'I wish you were dead', y otros temas en donde decididamente acelerarán como en 'Hosting the shadow' (con Randy Blythe en voces). Ahora, verdad sea dicha, pasando el quinto o sexto tema el disco se queda con poco y nada que decir, al punto de que toda la recta final es mera redundancia e incluso once canciones se hacen demasiado. 

Nada nuevo bajo el sol por tanto en este Sleepless empire. Acá hay buenas canciones, claro que si, las cuales desde el aspecto melódico funcionan pero también es cierto que el continuo pasando el nudo se vuelve espeso y monótono. La banda insiste en la fórmula que manejan y tal parece de acá nadie los sacará. Dicho en simple: otro disco correcto de Lacuna coil que te gustará si eres seguidor de la banda, sin más. 

¿Canciones? 'The siege', 'Oxygen' y 'Gravity'.

6,5 /10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Lacuna Coil

miércoles, 5 de marzo de 2025

Saor: Amidst The Ruins (2025)

 "Divide aguas..."

Otro proyecto unipersonal dentro del mundo del metal, esta vez se trata de Andy Marshall, quien interpreta absolutamente todo acá y junto a su proyecto Saor va ya por el sexto álbum. En este Amidst the ruins el multi instrumentista nos entrega todo lo que uno esperaría de un álbum suyo, es decir, una obra de black atmosférico con tintes folk que ronda la hora de duración y está compuesto por cinco extensas canciones, que es básicamente lo que Andy viene desarrollando desde su debut allá por 2013. 

No hay sorpresas por tanto en este álbum, en forma y fondo, abriendo con el tema que da nombre al disco, acelerando desde un comienzo en ese tándem guitarra + teclados + batería para luego ir incorporando en el camino elementos folk y una carga emocional importante. Por supuesto que a medio tema (7:00) la estructura realizará una pausa que te instalará en medio del bosque para luego ir recuperando fuerza y preparar un nuevo desate la recta final. Todo ejecutado de manera impecable aunque también, todo sea dicho, dando alguna vuelta de más hacia el cierre. Esta tendencia a la canción endulzada al máximo volverá a aparecer en  'Echoes of the ancient land', otra que se extenderá por sobre los diez minutos de duración entre pasajes melódicos, coros femeninos, gaitas o flautas, aunque de cuanto en cuanto entregará algún momento crudo y agresivo, mientras que 'Glen of sorrow' apuntará más bien al medio tiempo y 'The sylvian embrace' (con participación del connotado chelista Jo Quail) será declaradamente la más folk en todo el trabajo. 

Finalmente, el tema más interesante en todo el trabajo es precisamente el que cierra: 'Rebirth'. En este Saor vuelve a conjugar su arista agresiva con elementos atmosféricos más dulces, los cuales van amenizando en paralelo a los guturales para llegar a una recta final en donde soberbios violines dan paso a un emotivo solo vocal que cierra de buena forma el disco. 

La experiencia que propone por tanto este Amidst the ruins sin duda divide aguas. El disco gustará a quienes conocen y saben tenerle paciencia al proyecto pues la magia acá está, sin embargo, el disco no funcionará entre buscan algo inmediato, los temas son intencionadamente eternos y en ocasiones se encuentran tan edulcorados que difícilmente encontrarán aceptación en un público más tradicional. Con todo, el proyecto sigue cumpliendo de sobra. 

¿Canciones? 'Rebirth'.

7 / 10
Muy bueno.



domingo, 2 de marzo de 2025

Hierarchies: Hierarchies (2025)

"Oda a la disonancia..." 

¿Puede haber belleza en algo que suene mal? Es el dilema que nos plantea este singular trío que debuta en 2025 con un álbum complejo y arisco de comienzo a fin, cuarenta y seis minutos que rinden una constante oda a la disonancia, la fealdad y desestructura. Y es que basta con darle play a los siete minutos de una canción como 'Entity' para comprender de inmediato por donde va esto: una apertura que les acerca al doom con unos guitarrazos muy Sabbath que rápidamente darán paso a un sonido en donde todo es desorden, donde la batería va a destiempo y los instrumentos pareciesen estar sonando mal a propósito. Esto amenizado por unos gruñidos cortesía de Jared Moran (baterista también de la banda), armando un cóctel que llama la atención y donde evidentemente el eje está puesto en el caos intencionado. 

Hay que distinguir, sin embargo, entre algo que suena mal por las limitantes técnicas de quienes ejecutan y un proyecto como este, pues los integrantes de Hierarchies están lejos de ser malos músicos. Para muestra lo que hacen en 'Consecrate phenomenon', interrumpiéndose constantemente entre si y rompiendo con la estructura cada veinte segundos, o en 'Dimension', donde guitarra y batería abrirán cada una por su lado, sin embargo, aún en ese desorden ambos instrumentos serán capaces de ponerse de acuerdo para jugar con las intensidades, esto en el contexto de un tema que jamás desacelera. Todo un mérito. 

'Twilight tradition' debe ser de lo poco que les acerca a un sonido más convencional con sus atmósferas terroríficas (aunque al 2:30 el tema ya se disparará con fuerza hacia el desorden) pero en la pasada por 'Abstract' + 'Complexity parallels' + 'Subtraction' se retoma el trabajo disonante en velocidad. Como detalle está el que todas estas tienden a tocar la misma tecla por lo que la segunda parte del álbum suena algo redundante siendo el cierre con 'Vultures' quizás lo más interesante de la Cara B, otra que es absoluto caos instrumental. 

Habrá que ver si con el tiempo el proyecto se consolida o más bien se transforma en una jugarreta alternativa de sus integrantes. Como sea, la propuesta da para seguir teniéndoles en cuenta. 

¿Canciones? 'Entity', 'Consecrate phenomenon' y 'Abstract'.

7/10
Muy bueno.

viernes, 28 de febrero de 2025

Obscura: A Sonication (2025)

 "El derecho a extraviarse..."

Considerando la cantidad inmensa de músicos que durante todos estos años han pasado por Obscura, resultaba bastante meritorio que el proyecto no hubiese perdido nivel. Habrá quienes tengan al inmenso Akróasis (2016) como favorito o alguno de los primeros álbumes de la banda, incluso quienes se queden con los posteriores Diluvium (2018) + A valediction (2021), sin embargo, lo que nadie podía negar hasta ahora es que incluso con las concesiones melódicas entregadas en los últimos años, el proyecto de Steffen Kummerer no presentaba ripio alguno y se mostraba como un engranaje imponente de alto nivel dentro death técnico actual. Nada es para siempre, sin embargo, y debía llegar el momento en el que Obscura comenzase a mostrar las costuras, porque sostener un buque así de inmenso es imposible cuando una sola mente se encuentra a cargo, que es básicamente lo que acá ha comenzado a ocurrir. Ya fue una mala señal el que meses atrás nos enterásemos de que ex miembros de la banda como Alex Weber (bajista) y Christian Münzter (guitarra) acusaban a Kummerer de utilizar material compuesto por ellos en estas nuevas canciones publicadas, amenazando incluso con demandarlo, pero lo que definitivamente ha inclinado la balanza ha sido el darle play a este conjunto y verificar lo plano que suena, lo lamentable de la producción y la falta de ideas que expone. 

Nos encontramos acá con ocho canciones que en menos de cuarenta minutos (es un disco breve, al menos...) reitera bastante una propuesta: temas rápidos, de bastante vértigo y riffs simplones. 'Evenfall', de hecho, es el único tema que baja los tiempos a lo largo del disco (es también el que Weber apunto directamente como un plagio) y quizás por lo mismo resulta llamativo dentro del conjunto. Y es que sinceramente habría preferido más canciones como esta, confirmando el giro de Obscura hacia el death melódico que lo que realmente entrega un disco como A sonication: aceleración constante pero monótona. Digamos, el clásico disco en donde ninguna canción te entrega algo particularmente atractivo o recordable, casi como si oyendo una ya las hubieses oído todas. Por si esto fuese poco, la producción suena tremendamente plana con una batería +  bajo escondidos en la mezcla donde todo el protagonismo se lo llevan los solos de guitarra. 

Por supuesto que el disco no es un desastre, que Kummerer es un gran músico y death de correcto nivel técnico siempre será capaz de entregar, ahí el instrumental 'Beyond the seventh sun' entrega algún momento llamativos mientras que como curiosidad algo como 'The sun eater' al menos regala un cambio de registro vocal por parte de Steffen (quien en esta suena más grave y gutural que en el resto), sin embargo, la magia que siempre caracterizó el sonido de Obscura, tanto instrumental, interpretativa como estructural, acá se encuentra absolutamente ausente. Y bueno, los grandes músicos también tienen derecho a extraviarse y tenía que tocarle a este el darse contra un muro. El futuro dirá si logra recomponerse.  

¿Canciones? 'Evenfall' y 'The sun eater'.

5/10
Nada muy especial...