Chez Catherine

Mañana empiezo a trabajar de nuevo. Una de las cosas que más cambiará a partir de ahora serán mis despertares. En la casa de Catherine y Jacques, nuestro despertador era el olor inconfundible a croissant "pure beurre" que llegaba de la cocina. A partir de mañana, volveré al pi-pi-pi de mi despertador Casio, cuando ni siquiera sea de día. (Un mal cambio, ya lo sé.)

Chez Catherine, nuestra primera visión matinal.

Lo primero salir a la terraza a ver qué día hace

"Nuestra" casa, a pleno sol. A veces pienso que tengo espíritu de aristócrata

La mesa del desayuno. Lo normal era coincidir con otros huéspedes

Para desayunar hay que tomarse un tiempo. Cómo lo echaré de menos!

Durante el día, apenas disfrutamos de la piscina, pero de vez en cuando se agradece un chapuzón

y pasar un rato en el jardín

La casa limita por un lado con un espeso bosque de pinos

Algunos días, al regresar, aún es de día

y apetece remojar los pinreles antes de cenar (esta foto me quedó un poco Twin Peaks, no?)

A las 8 en punto de la tarde, como clavos en la sala del aperitif. Yo pruebo el Floc de Gascogne

Compartimos cena con propietarios y huéspedes. La mezcla de personal es curiosa, y la conversación interesante. Progresa y se relaja según vamos dando cuenta del vino de Bordeaux. (Ah! el don de lenguas que da el vino!) Catherine se ha esmerado con la mesa, porque N. cumple 14 años, y hay que celebrarlo.

Así que además de todo, tenemos tarta y champagne.

Sud-Ouest

Entre baño y siesta bajo la sombrilla, hemos tenido tiempo de ver un poco de las Landas francesas, estirando un poco el viaje hacia el norte, y claro, hacia el sur.

El permanente paisaje de la carretera: Pinos, pinos y pinos

Llegamos a Dax en plenos "Sanfermines", que allí supongo tendrán otro nombre. Lo demás, muy parecido.

Moules (mejillones): He comido más que en toda mi vida. Eran pequeñitos y buenísimos.

Aunque a alguno le parecerá imperdonable, las ostras no me tentaban y no las probé.

Al queso en cualquiera de sus variantes, sí que no me puedo resistir

En cada pueblo, aunque fuera pequeñísimo, había un centro de "reunions"

y en muchos de ellos, también una "salle de fetes"

Casa típica de las Landas, en Linxe

"Estoy en el restaurante", avisa el cartel. Todo como en casa

La escuela

Vacía por poco tiempo

Arcachon
y su famosa duna

Faro de Capbreton

Un café en Bayonne antes de volver a casa

Plages landaises

La playa ha sido el lugar en el que más horas he pasado estas vacaciones "landaises". He hecho muchas fotos y puede resultar monotemático, pero yo no me canso de mirarlas. A pesar de hacer un plan casi exacto muchos días, mis recuerdos son muy diferentes y concretos dependiendo de cada día, de cómo era la luz, de cómo estaba el mar, de lo que estaba leyendo en ese momento, de lo que veía en mis paseos por la orilla, de las personas que teníamos alrededor. Todo igual pero todo diferente cada vez.

Moliets plage

Biscarrosse

El mar impone un poco algunos días

y también los socorristas, que no se relajan nunca

Algunas atracciones no tienen mucho éxito

Otras, un poco más

Nunca había visto tantos niños surfeando

éstos estaban en la playa de St. Girons

De muchos baños volvía con algo

Mareas vivas en St. Girons

Las olas eran tan grandes que se formaban "charcas" perfectas para los muy pequeños

Últimos paseos, última tarde de playa

Con la luz de la tarde todo recupera su relieve

La luz cambia a cada momento

Otros paseantes

Ni me acordaba de lo que era una cometa

Esta peli se acaba

Esperando el rayo verde....