domingo, 31 de octubre de 2010
sábado, 30 de octubre de 2010
Days with my father
Hace un año dejé de trabajar durante unas semanas para poder pasar con mi padre los últimos días de su enfermedad y de su vida. Justo estos días me encuentro con estas fotos-diario de Phillip Toledano que me revuelven y me devuelven un poco a aquella época terrible y emocionante al mismo tiempo.
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10:47
jueves, 28 de octubre de 2010
Inglaterra II
La urbanidad, el respeto al prójimo, el buen gobierno, el saber pensar y atender las exigencias del hombre, el prestarle ayuda en la vejez y la enfermedad, todo esto es ciertamente el fruto de una antigua y profunda inteligencia. Sin embargo, esta inteligencia no es visible o perceptible en modo alguno en la gente que pasa por la calle. No se descubre ni rastro de ella mirando alrededor. Si hablamos por casualidad con el primero que pasa, en vano esperaremos palabras de humana sabiduría.
Cuando entramos en una tienda, la dependienta nos recibe con las palabras “Can I help you?”. Pero se trata de meras palabras. De inmediato se revela completamente incapaz de ayudarnos, y en absoluto dispuesta a tratar de hacerlo. No se advierte en ella ninguna voluntad de establecer con nosotros un entendimiento, de colaborar con nosotros, de contentarnos. Al buscar lo que deseamos no dirige la mirada a más de dos centímetros de su nariz.
Las dependientas inglesas son las más estúpidas del mundo.
No obstante, es una estupidez de la que está ausente el cinismo, la insolencia, la prepotencia, el desprecio. Es una estupidez completamente carente de vulgaridad. No es en absoluto innoble, y por eso no ofende. Los ojos de las dependientas inglesas tienen la fijeza vacía y atónita que tienen, en las vastas praderas, los ojos de las ovejas.
Cuando salimos de la tienda, el ojo de la dependienta nos sigue, atónito, vacío, sin haber formulado sobre nosotros ningún tipo de juicio, ningún pensamiento. Es un ojo que nos olvida enseguida, en cuanto salimos del brevísimo radio de su iris.
Por eso, si por casualidad nos encontramos con una dependienta menos estúpida, nos sentimos tan maravillados que estamos dispuestos a comprar la tienda entera.
Italia es un país dispuesto a someterse a los peores gobiernos. Es un país donde, como ya se sabe, todo funciona mal. Es un país donde reina el desorden, el cinismo, la incompetencia, la confusión. Y sin embargo, por las calles se siente fluir la inteligencia, como una sangre vívida.
Evidentemente, es una inteligencia que no sirve para nada. No se invierte en beneficio de ninguna institución que pueda mejorar un poco la condición humana. Pero calienta el corazón y lo consuela, aunque se trate de un consuelo engañoso, y tal vez insensato.
Natalia Ginzburg, Las pequeñas virtudes (1962)
Cuando entramos en una tienda, la dependienta nos recibe con las palabras “Can I help you?”. Pero se trata de meras palabras. De inmediato se revela completamente incapaz de ayudarnos, y en absoluto dispuesta a tratar de hacerlo. No se advierte en ella ninguna voluntad de establecer con nosotros un entendimiento, de colaborar con nosotros, de contentarnos. Al buscar lo que deseamos no dirige la mirada a más de dos centímetros de su nariz.
Las dependientas inglesas son las más estúpidas del mundo.
No obstante, es una estupidez de la que está ausente el cinismo, la insolencia, la prepotencia, el desprecio. Es una estupidez completamente carente de vulgaridad. No es en absoluto innoble, y por eso no ofende. Los ojos de las dependientas inglesas tienen la fijeza vacía y atónita que tienen, en las vastas praderas, los ojos de las ovejas.
Cuando salimos de la tienda, el ojo de la dependienta nos sigue, atónito, vacío, sin haber formulado sobre nosotros ningún tipo de juicio, ningún pensamiento. Es un ojo que nos olvida enseguida, en cuanto salimos del brevísimo radio de su iris.
Por eso, si por casualidad nos encontramos con una dependienta menos estúpida, nos sentimos tan maravillados que estamos dispuestos a comprar la tienda entera.
Italia es un país dispuesto a someterse a los peores gobiernos. Es un país donde, como ya se sabe, todo funciona mal. Es un país donde reina el desorden, el cinismo, la incompetencia, la confusión. Y sin embargo, por las calles se siente fluir la inteligencia, como una sangre vívida.
Evidentemente, es una inteligencia que no sirve para nada. No se invierte en beneficio de ninguna institución que pueda mejorar un poco la condición humana. Pero calienta el corazón y lo consuela, aunque se trate de un consuelo engañoso, y tal vez insensato.
Natalia Ginzburg, Las pequeñas virtudes (1962)
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21:43
miércoles, 27 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
domingo, 24 de octubre de 2010
sábado, 23 de octubre de 2010
Belle and Sebastian
Un grupo para escuchar en Inglaterra. O en días un poco british.
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9:28
viernes, 22 de octubre de 2010
Inglaterra
Inglaterra es un país donde uno sigue siendo completamente el mismo que era. El alma no experimenta el más leve cambio. Permanece inmóvil, inmutable, protegida por un clima dulce, templado, húmedo, sin cambios bruscos de estaciones, de la misma manera que permanece inmutable con cada estación la hierba verde de los prados, imposible de imaginar más verde; una hierba a la que el hielo nunca muerde y el sol nunca devora. El alma no se libera de sus vicios, tampoco adopta otros nuevos. Igual que la hierba, el alma se mece en silencio en su verdeante soledad, abrevada por una lluvia tibia.
Natalia Ginzburg, Las pequeñas virtudes (1962)
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20:03
jueves, 21 de octubre de 2010
The Smiths
Escuché ésta y otras canciones en La Edad de Oro, y al día siguiente fui corriendo a comprarme el disco azul, que durante un tiempo escuché hasta hartarme. Supongo que sería a mediados de los 80. Era la época en la que me gustaban los cantantes atormentados. Cuanto más atormentados mejor.
The Smiths - How Soon Is Now
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13:55
martes, 19 de octubre de 2010
Paquetes II
Ya he contado alguna vez cuánto me gustan los paquetes postales. Soy capaz de comprarme una funda para la Lumix en Hong Kong, sólo para encontrar en mi buzón este precioso sobre con sellos de pajaritos. Es increíble que además, comprar la funda en la otra punta del mundo y recibirla en mi casa, resulta casi 10 veces más barato que comprar la original de Panasonic en Madrid, por ejemplo. Qué mundo más raruno...
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22:44
lunes, 18 de octubre de 2010
Gilles y Paolo
Me alquiló una habitación durante dos semanas, en Toulouse. Se llamaba Gilles. Tenía una edad indefinida entre los 50 y los 60, pelo gris alborotado, ojeras, voz grave, camisa y chaqueta arrugadas, zapatos con historia, y aire de intelectual francés. Era antipático y muy serio, aunque fui testigo de la fascinación que despertaba entre sus alumnas. Apenas hablábamos (yo sabía decir cuatro cosas en francés), a pesar de que coincidíamos en la cocina a la hora del desayuno. Mientras le daba al pan con mantequilla, yo escuchaba en la radio algún análisis enjundioso de la situación internacional, y simulaba un profundo interés por la actualidad política, a pesar de no entender ni jota. Mientras tanto Gilles se tomaba su tazón de café y hojeaba el Elle con cara de estar leyendo a Wittgenstein. Ése era uno de los pocos momentos que me gustaban de él, esa pequeña concesión a la frivolidad sin perder nunca la compostura ni la máxima seriedad.
El otro momento que me gustaba de Gilles era cuando cada noche ponía algún cd de Paolo Conte, que sonaba a todo volumen en su maravillosa casa. Aunque ya conocía a Paolo Conte, en mi memoria sus canciones siempre estarán ligadas a Toulouse.
El otro momento que me gustaba de Gilles era cuando cada noche ponía algún cd de Paolo Conte, que sonaba a todo volumen en su maravillosa casa. Aunque ya conocía a Paolo Conte, en mi memoria sus canciones siempre estarán ligadas a Toulouse.
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20:59
jueves, 14 de octubre de 2010
La pequeña saltamontes
Me dijeron que el profesor es un monje budista, y yo me esperaba encontrarme a una especie de Kung Fu esmirriado (ya se sabe que los profanos mezclamos churras con merinas), vestido de naranja y flotando a 20 centímetros del suelo.
Sin embargo me encontré con Gorka, un morrosko* con pinta de montañero de Santutxu que se ríe a carcajadas y no levita. ¡Qué decepción!
Yo, de momento sigo bastante escéptica, pero me conformo con conseguir relajarme un poco. Ya me lo dijo Gorka el primer día: "Paciencia. La cabeza es el potro más duro de domar".
(¿Será el yoga "eso" que estaba faltando en mi vida? Ya veremos cuánto aguanto...)
*Mocetón, muchacho robusto
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21:47
martes, 12 de octubre de 2010
Tonight the streets are ours
Exit Through The Gift Shop, la película de Banksy.
Divertida, estimulante, recomendable.
y la bonita canción de Richard Hawley, con la que comienza.
Divertida, estimulante, recomendable.
y la bonita canción de Richard Hawley, con la que comienza.
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11:56
lunes, 11 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
Under the rain
Quería probar mi cámara nueva en condiciones un poco adversas. Pero la tarde no estaba para andarse con contemplaciones y he vuelto antes de lo previsto. (Qué poco me gusta pasear por Bilbao los domingos por la tarde, y si llueve todavía menos).
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22:25
sábado, 9 de octubre de 2010
Adán y Eva
Diario de Adán:
Lunes
Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante. Siempre está merodeando y me sigue a todas partes. Eso no me gusta; no estoy habituado a la compañía. Preferiría que se quedara con los otros animales. Hoy está nublado, hay un viento del oeste; creo que tendremos lluvia... ¿Tendremos? ¿Nosotros? ¿De dónde saqué esta palabra...? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura.
Miércoles
Me construí un refugio contra la lluvia, pero no pude estar en paz. La nueva criatura se metió en él. Cuando traté de sacarla, le salió agua por los agujeros con los que mira, la enjugó con el dorso de sus zarpas e hizo un ruido similar al que hacen otros animales cuando están en dificultades. Me gustaría que no hablara; siempre está hablando. Suena como una crítica a la pobre criatura, como una injuria, pero no es mi intención. Nunca antes había oído la voz humana, y cualquier sonido nuevo y extraño que interrumpe el silencio solemne de estas maravillosas soledades ofende mi oído y parece una nota en falso.
Diario de Eva:
Sábado
Seguí al otro experimento ayer por la tarde, a cierta distancia, con el fin de saber para qué está aquí, si fuera posible. Pero no lo he podido averiguar. Creo que es un hombre. Nunca había visto a un hombre, pero se parecía a uno, y estoy segura de que eso es lo que es. Descubro que siento más curiosidad por él que por cualquier otro reptil. Si es que se trata de un reptil, tal como supongo; pues tiene el pelo desordenado y ojos azules, y se parece a un reptil.
Le tenía miedo al principio, y me daba a la fuga apenas aparecía, pues pensaba que iba a atraparme; pero con el tiempo descubrí que sólo trataba de alejarse, de modo que dejé mi timidez a un lado y lo seguí durante varias horas, a unas veinte yardas, lo cual lo puso nervioso y descontento. Al final estaba bastante preocupado y trepó a un árbol. Esperé un buen rato, hasta que me di por vencida y volví a casa.
Hoy ha ocurrido lo mismo. Volví a conseguir que trepara al árbol.
Domingo de la semana siguiente
Toda la semana lo seguí y traté de entablar relaciones con él. Yo soy la que tuvo que hablar, porque él es tímido, pero no me importa. Parecía complacido de tenerme alrededor, y usé el sociable "nosotros" varias veces, porque él parecía halagado de verse incluído.
Mark Twain, Los diarios de Adán y Eva
Lunes
Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante. Siempre está merodeando y me sigue a todas partes. Eso no me gusta; no estoy habituado a la compañía. Preferiría que se quedara con los otros animales. Hoy está nublado, hay un viento del oeste; creo que tendremos lluvia... ¿Tendremos? ¿Nosotros? ¿De dónde saqué esta palabra...? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura.
Miércoles
Me construí un refugio contra la lluvia, pero no pude estar en paz. La nueva criatura se metió en él. Cuando traté de sacarla, le salió agua por los agujeros con los que mira, la enjugó con el dorso de sus zarpas e hizo un ruido similar al que hacen otros animales cuando están en dificultades. Me gustaría que no hablara; siempre está hablando. Suena como una crítica a la pobre criatura, como una injuria, pero no es mi intención. Nunca antes había oído la voz humana, y cualquier sonido nuevo y extraño que interrumpe el silencio solemne de estas maravillosas soledades ofende mi oído y parece una nota en falso.
Diario de Eva:
Sábado
Seguí al otro experimento ayer por la tarde, a cierta distancia, con el fin de saber para qué está aquí, si fuera posible. Pero no lo he podido averiguar. Creo que es un hombre. Nunca había visto a un hombre, pero se parecía a uno, y estoy segura de que eso es lo que es. Descubro que siento más curiosidad por él que por cualquier otro reptil. Si es que se trata de un reptil, tal como supongo; pues tiene el pelo desordenado y ojos azules, y se parece a un reptil.
Le tenía miedo al principio, y me daba a la fuga apenas aparecía, pues pensaba que iba a atraparme; pero con el tiempo descubrí que sólo trataba de alejarse, de modo que dejé mi timidez a un lado y lo seguí durante varias horas, a unas veinte yardas, lo cual lo puso nervioso y descontento. Al final estaba bastante preocupado y trepó a un árbol. Esperé un buen rato, hasta que me di por vencida y volví a casa.
Hoy ha ocurrido lo mismo. Volví a conseguir que trepara al árbol.
Domingo de la semana siguiente
Toda la semana lo seguí y traté de entablar relaciones con él. Yo soy la que tuvo que hablar, porque él es tímido, pero no me importa. Parecía complacido de tenerme alrededor, y usé el sociable "nosotros" varias veces, porque él parecía halagado de verse incluído.
Mark Twain, Los diarios de Adán y Eva
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14:33
martes, 5 de octubre de 2010
L'oncle soul
Desde hace unos días tengo un nuevo juguete. Estoy muy contenta, sí. Se supone que debería estar explorando y espigando todo el día por aquí y por allá. Pero la vida diaria consume casi todas mis energías y nada me inspira. Así que esperaré a que me lleguen las ganas o las musas. Mientras tanto me entretengo con lo que cae en mis manos o en mis oídos sin hacer esfuerzos. Hoy con vosotros, l'oncle soul.
Visto aquí
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Vir
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19:33
sábado, 2 de octubre de 2010
Style
Se tiene o no se tiene.
Aquí podéis ver más fotos de sus fantásticas Bubble Series, publicadas en Harper's Magazine (1963)
Una vez más, The Cool Hunter me lo chivó.
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Vir
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10:21
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