He dejado este capítulo para el final, no porque sea poco importante. De hecho, en Nueva York la comida está presente por todas partes, en todo momento a uno le llegan aromas tentadores que despiertan los jugos gástricos. Yo estaba de vacaciones turisteando relajadamente, y me gustaba entregarme a la improvisación de comer a cualquier hora y en cualquier sitio, sin tener que sujetarme a los esquemas que sigo en mi vida ordinaria.
Esta vez me ha faltado la hamburguesa en un diner y el cheesecake de Veniero's, que tengo idealizado en mi memoria. Por suerte pude hincarle el diente a una deliciosa tarta cumpleañera de la misma pastelería (de Veniero's, que es una auténtica institución): la Red Velvet.
La verdad es que en NY uno puede probar delicatessen de cualquier lugar del mundo, y unas cortas vacaciones dan para muy poco, pero en mi caso, practicamente todo lo que comí estuvo muy rico. Tanto, que en muchos casos me olvidé de hacer la foto correspondiente.
Hot dog (o mejor dicho, dirty water dog) antes de entrar al MOMA
Eataly, impresionante mercado-tienda-restaurante italiano al lado del Flatiron
Verduras y hierbas apetecibles en Eataly
Mi plato templado de verduras a la plancha y al dente
Birra Moretti. Cuando te sientas en un bar o restaurante neoyorquino, te traen un vaso de agua fresca del grifo, antes de que pidas nada. Y se agradece mucho.
Verduras asadas en Chelsea (sí, para ser Estados Unidos he estado bastante vegetariana).
Cupcakes guarrukis en el Chelsea Market
Marisco y pescado en Chelsea (Nuestro Lobster roll lo comimos en un puesto callejero-festivo de Williamsburg y estaba francamente bueno.)
Tartufo, en el Lupa. Nuestros vecinos de mesa nos animaron a pedirlo, porque estaba "amazing!!" (lo decían poniendo los ojos casi en blanco)
Un deli histórico: El Barney Greengrass
El maravilloso e internacional mercado Fairway. Entretenimiento asegurado.
Me encanta encontrar cosas comestibles que no he visto antes
Dumplings de cerdo y cangrejo en Chinatown. Exquisitos y sensuales. Capaces de reconstituirnos tras una mañana de tiendas
Desayuno español con aceite italiano y final americano y dulce (donuts), antes de la despedida.