El periodismo de investigación se ha convertido en el símbolo de la prensa de calidad, pero me temo que –por desgracia para ellos- no es el caso de los reportajes “21 días” de Samanta Villar. Más bien parece un cruce entre presunto periodismo verité y los reality shows.
La señora se debe creer que es de lo más chupiguay y supermegaperiodista mostrarnos las “consecuencias” de estar 21 días en las más diversas actividades: sea fumando porros, sin comer, de vagabunda, etc., etc. Pues vale. Ella se piensa que profundiza en esas 3 semanas sobre esos temas, cuando no hace más que escarbar ligeramente la superficie, quedarse en la anécdota. Eso es jugar a fumeta de pacotilla, teatralizar un problema tan grave como la anorexia, etc. Ella ofrece un espectáculo televisivo, otro más de la parrilla. Por tanto, me resulta bastante indiferente.
Pero a la señorita Villar, tan gran periodista com es, se graba mientras acompaña a unas personas a presuntamente sustraer chatarra. Grande pero no muy lista, porque luego emite esas imágenes Cuatro, con lo que ha sido citada por el juez como presunta cómplice en un robo. La bobería es muy común en este país, nada que alegar al respecto. Lo que me mosquea es que la prenda pretenda escaquearse de la acción de la justicia, como si fuera una Millet cualquiera. Ahora resulta que si eres político, periodista o miembro de la “sociedad civil” puedes hacer lo que te dé la gana sin pagar las consecuencias, mira tú qué bien.
Está claro que nunca veremos “21 días en los juzgados”. Samanta Villar ya se escaqueó de ir a declarar este verano. Problemas de agenda, mucha jeta, imposibilidad de asumir las propias cagadas, llámalo como quieras. Lo cierto es que incumplió una citación judicial. ¿No resulta incompatible esa actitud con su pretendida defensa de la Verdad? Si eres inocente defiéndete ante el juez, no te escondas, adalid del Periodismo.
¿Y esta señora realmente se cree que revoluciona el periodismo patrio con sus pamemas? Pues no es más que otra gladiadora de la arena mediática usando maniobras barriobajeras. Anda que la lista no es larga, maja, ponte a la cola.
(Banda sonora: Superganga - Glissando)
La señora se debe creer que es de lo más chupiguay y supermegaperiodista mostrarnos las “consecuencias” de estar 21 días en las más diversas actividades: sea fumando porros, sin comer, de vagabunda, etc., etc. Pues vale. Ella se piensa que profundiza en esas 3 semanas sobre esos temas, cuando no hace más que escarbar ligeramente la superficie, quedarse en la anécdota. Eso es jugar a fumeta de pacotilla, teatralizar un problema tan grave como la anorexia, etc. Ella ofrece un espectáculo televisivo, otro más de la parrilla. Por tanto, me resulta bastante indiferente.
Pero a la señorita Villar, tan gran periodista com es, se graba mientras acompaña a unas personas a presuntamente sustraer chatarra. Grande pero no muy lista, porque luego emite esas imágenes Cuatro, con lo que ha sido citada por el juez como presunta cómplice en un robo. La bobería es muy común en este país, nada que alegar al respecto. Lo que me mosquea es que la prenda pretenda escaquearse de la acción de la justicia, como si fuera una Millet cualquiera. Ahora resulta que si eres político, periodista o miembro de la “sociedad civil” puedes hacer lo que te dé la gana sin pagar las consecuencias, mira tú qué bien.
Está claro que nunca veremos “21 días en los juzgados”. Samanta Villar ya se escaqueó de ir a declarar este verano. Problemas de agenda, mucha jeta, imposibilidad de asumir las propias cagadas, llámalo como quieras. Lo cierto es que incumplió una citación judicial. ¿No resulta incompatible esa actitud con su pretendida defensa de la Verdad? Si eres inocente defiéndete ante el juez, no te escondas, adalid del Periodismo.
¿Y esta señora realmente se cree que revoluciona el periodismo patrio con sus pamemas? Pues no es más que otra gladiadora de la arena mediática usando maniobras barriobajeras. Anda que la lista no es larga, maja, ponte a la cola.
(Banda sonora: Superganga - Glissando)