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28 meses después

Soy de la opinión que resulta conveniente prepararse siempre para lo peor. O en palabras de alguien más listo que yo: desea lo mejor, prepárate para lo peor y acepta lo que venga. La gripe A ya está aquí. Si bien es cierto que la gente muere de gripe (normal), eso suele suceder en invierno, no en pleno verano peninsular, algo que tal vez debería llevarnos a cierta reflexión.

No se trata de alarmismo, sino de responsabilidad, al menos por parte de quien debe velar por el bien público y general. El Gobierno, claro. Ves que en Gran Bretaña se controlan posibles síntomas desde el aeropuerto, en Francia se compran vacunas para toda la población, en Italia se habla de retrasar el inicio del curso escolar. ¿Y en España? Hombreeeeee, en la tierra del sol, la playa y la pandereta, tirando balones fuera, para variar.

El optimismo zetapero resulta encomiable, pero en realidad su perenne buenrollismo de gestos y actos, ¿qué significa? ¿Que no tiene n.p.i. ante la que se nos avecina? ¿Que se niega a anunciar el desastre que podría acontecer (ojalá no sea tan grave) y cuando lo tengamos encima ya montará otro Plan E para crear nuevas plazas en los cementerios? ¿Que sabe algo que los demás no sabemos, como que los españoles somos inmunes ante la gripe A con una dieta de tinto y pata negra? No está de más recordar que antes de las elecciones generales dijo que a por el pleno empleo y tres meses después se nos echó la crisis encima. ¿Era el único país del mundo que carecía de esas previsiones o sus asesores le engañan? En fin, la credibilidad cuesta mucho de alcanzar y se pierda con suma facilidad.

He visto en días consecutivos "28 días después" y "28 semanas después". Por eso estás tan sombrío, pensará alguien. Bueno, es la OMS la que anuncia que ya tenemos pandemia a la vista. Lo que más me impresionó de la segunda peli es (no leer quien no la haya visto) cuando Carlyle se va por piernas dejando tirada a su mujer, lo que atraerá una serie de catastróficas consecuencias. Y me confirmó esa segunda parte lo que siempre sostengo: a veces por querer hacer el bien nos acaba saliendo el tiro por la culata, detalle que posiblemente se les pase por alto a nuestros inteligentes políticos.

Estamos en plena canícula . Ojalá este invierno no sea tan frío como el pasado. Menos mal que la gripe A no guarda parecido con la rabia de la película, porque si no...

(Banda sonora: Cualquier otra parte - Dorian)

La burrocracia asesina a mi padre

Ser anciano no es ninguna bicoca. Achaques, penurias, y la maquinaria de la burocracia engrasada para putearles en todo lo posible. Eso sí, en su momento anunciaron a bombo y platillo que subían las pensiones más bajas un 6%. ¡Guau! Calculad ese porcentaje sobre 300 euros. Un chollo, damas y caballeros.

Mi madre va al médico, se dirige al mostrador para confirmar unas medicinas de mi padre y, ¡oh, sorpresa! le dicen que les consta como fallecido. La pobre mujer intenta explicarles que no, que le acaba de dejar en el comedor viendo la tele y que si quieren le llama para que se presente en el CAP. Le dicen a mi madre que no hace falta (pensarían que no fuese que intentaran resucitarlo en plan "La momia" y se liase una gorda, cucarachas asesinas incluidas), hasta que una más enterada le dice que pase el día siguiente "no sea que vaya a tener problemas para cobrar la pensión". Ya me huelo que este mes, como mínimo, no la cobra.

¿Qué clase de burocracia padecemos? ¿De quién es la culpa? Ellos no lo saben (olé), claro, porque estas cosas las hacen los ordenadores (¡!). Casualmente, esa misma mañana habíamos hablado en el desayuno de la burrocracia (el mejor ejemplo visto, en "Las doce pruebas de Astérix"), a cuenta de las cagadas que cometen los que -presuntamente- gestionan personal a la hora de gestionar nuestros datos. Yo defendí que los que metían los datos eran chimpancés con los brazos escayolados, lo que explicaría el alto índice de errores que cometen. Cuando esos errores son incomprensibles (e inadmisibles en una sociedad también presuntamente civilizada y con ciertos avances tecnológicos) podría deberse a que quienes hacen los programos son chimpancés ciegos que solo saben español y escriben los códigos con unos teclados en cirílico.

El problema, además, estriba en que luchar contra esa burocracia suele ser una batalla perdida de antemano. Nunca se descubrirá quién la ha cagado, ni siquiera se disculpan de los errores cometidos, y es el propio afectado quien debe preocuparse de mover cielo y tierra para desfacer un entuerto del que es víctima inocente.

Ya veremos cómo acaba la historia de mi padre. Igual puedo sacar unos euros llevando a la tele a un muerto viviente, ¿no?

P.D.: Y la sanidad por esos mundos de ahí afuera...


(Banda sonora: This is an emergency - The Pigeon Detectives)