Recientemente se han fallado importantes premios literarios en España. Muy distintos, tanto por el propio enfoque literario de las obras premiadas como por la relevancia del mismo galardón. En todos ellos me ha quedado cierto regusto a premios políticamente correctos.
En primer lugar el Premio Nacional de Narrativa. Recayó sobre Kirmen Uribe por su primera novela, "Bilbao-New York-Bilbao". Lo sorprendente no esta tanto porque se trate de una primera novela, cuando ya tiene una obra previa y brillante, como porque está escrita en euskera y todavía no tiene traducción editada en castellano. Se supone que sí enviaron una traducción de la misma al jurado, de otra manera resulta difícil de entender el milagro que les dotó del don de las lenguas.
En segundo, el Premio Nacional de Literatura Drámatica para Paco Bezerra, por "Dentro de la tierra". En este caso lo sorprendente para mí es que ni esta obra de teatro ni ninguna de las otras que ha escrito ha sido representada. Como palurdo que soy, me cuesta entender que se premie una obra de teatro que todavía no ha recibido el veredicto del público.
El tercero, el Premio Planeta. Ángeles Caso, con "Contra el viento", la historia autobiográfica e una mujer inmigrante en España. Mujer e inmigrante, ingredientes que el marquetin sabrá envolver en maravilloso papel de regalo buenrrollista y a vender ejemplares como churros, ¡vamos, que me los quitan de las maaaanos!
Ciertamente no he leído ninguna de las tres obras premiadas. También es difícil sin estar aún editadas. Pero, desde fuera, me da esa sensación, como decía al principio, de todo muy políticamente correcto. Ojo, eso no implica per se que las obras premiadas no cuenten con calidad, que no estén fantásticament bien escritas. Claro que para ganar un premio literario no supone condición suficiente, a veces ni necesaria. Se necesitan ciertos ingredientes, incluso intángibles, dependiendo de quién sea el organizador del premio.
Larga vida a los lectores de libros.
(Banda sonora: Make me last - The Mary Onettes)
En primer lugar el Premio Nacional de Narrativa. Recayó sobre Kirmen Uribe por su primera novela, "Bilbao-New York-Bilbao". Lo sorprendente no esta tanto porque se trate de una primera novela, cuando ya tiene una obra previa y brillante, como porque está escrita en euskera y todavía no tiene traducción editada en castellano. Se supone que sí enviaron una traducción de la misma al jurado, de otra manera resulta difícil de entender el milagro que les dotó del don de las lenguas.
En segundo, el Premio Nacional de Literatura Drámatica para Paco Bezerra, por "Dentro de la tierra". En este caso lo sorprendente para mí es que ni esta obra de teatro ni ninguna de las otras que ha escrito ha sido representada. Como palurdo que soy, me cuesta entender que se premie una obra de teatro que todavía no ha recibido el veredicto del público.
El tercero, el Premio Planeta. Ángeles Caso, con "Contra el viento", la historia autobiográfica e una mujer inmigrante en España. Mujer e inmigrante, ingredientes que el marquetin sabrá envolver en maravilloso papel de regalo buenrrollista y a vender ejemplares como churros, ¡vamos, que me los quitan de las maaaanos!
Ciertamente no he leído ninguna de las tres obras premiadas. También es difícil sin estar aún editadas. Pero, desde fuera, me da esa sensación, como decía al principio, de todo muy políticamente correcto. Ojo, eso no implica per se que las obras premiadas no cuenten con calidad, que no estén fantásticament bien escritas. Claro que para ganar un premio literario no supone condición suficiente, a veces ni necesaria. Se necesitan ciertos ingredientes, incluso intángibles, dependiendo de quién sea el organizador del premio.
Larga vida a los lectores de libros.
(Banda sonora: Make me last - The Mary Onettes)