Así, a bote pronto, piensas, vale, tal vez sirva para que alguien pique y lo compre. No sé, ciertamente, hasta qué punto los compradores de prensa masculinos son susceptibles a ese tipo de encantos, más proclives en otro tipo de publicaciones. Tal vez se guíen por la línea editorial o ideológica del periódico, de la calidad de sus contenidos. ¿Acaso los lectores del El Mundo se pasarían a El País, o viceversa, si se promocionaran con este tipo de anuncios? ¿Es posible que personas no lectoras habituales de prensa cedan a sus más bajos impulsos lectores por mor de esta publicidad?
Ya no sé si calificar esto de machismo. Lo único seguro es que pretende llamar la atención, objetivo primordial de toda campaña publicitaria. Y lo consigue. Un diario presuntamente de izquierdas (o que lo fue) saca a una mujer en minifalda para animar sus paupérrimas ventas. Según la directora del rotativo: "No me parece bien que se use la imagen de una mujer para vender por ejemplo coches. Pero en este caso me parece perfecto". Evidente, cuando lo hacen los demás está mal; cuando somos nosotros, se trata de una buena causa: sobrevivir.
Yo, como voy a contracorriente, lo tengo claro: el día que mi periódico empiece a dar este tipo de tumbos, lo dejo. Que yo soy gente seria, rediez.
(Banda sonora: Slow - dEUS)