Siempre me ha maravillado la capacidad humana, en general, y española, en particular, para escurrir el bulto ante la inminencia del desastre, de los problemas, de la asunción de las propias responsabilidades. En esta materia los políticos españoles sí pertenecen al G-8. Yo no he sido, a mí que me registren, si lo hacen todos, a mí me dijeron, yo no sabía...
Pero a lo que íbamos. Yo quería hablar de la campaña televisiva contra las bolsas de plástico. Ahora resulta que no solo las bolsas contaminan, sino que son unas criminales que acaban con la fauna marina. Salió en prensa la noticia del mar de plástico en el Pacífico, un lugar perdido donde las corrientes transportan restos plásticos y demás desechos. Ya, el plástico es el malo de la película, ¿y qué más?
Pues entonces que la DGT deje de culpabilizar a los conductores y enfoque sus campañas de prevención en los coches. Los autos, causantes de tantos accidentes, desgracias personales, daños económicos y perjuicio al erario público. Pero como esos mismos vehículos generan, tanto directamente como a través de los impuestos a los carburantes, pingües beneficios al Estado, no son culpables de nada. Somos nosotros, por supuesto. ¿Y qué decir del tabaco? "El tabaco perjudica gravemente la salud", "El tabaco mata", y leyendas parecidas figuran en las cajetillas de tabaco. Pero como, a pesar de los problemas de salud pública que causa con el consiguiente gasto en sanidad, también supone un buen pellizco vía impuestos, se mira hacia otro lado.
Pues las bolsas no son las culpables. Los culpables serán los fabricantes por no hacerlas biodegradables, los gobiernos que no legislan para que se fabriquen de forma no dañina para el medio ambiente, los establecimientos que las despachan como churros porque llevan su publicidad, los usuarios que no las reciclan y hacen un mal uso de ellas. Pero, claro, lo
cool y lo buenrollista implica ahora cargar las tintas contra las bolsas de plástico, no contra los verdaderos culpables, nosotros.
Lo curioso de la campaña es que solo se identificaba por una página web, como si fuera institucional o de una ong. No ha sido hasta hace bien poco cuando al final sale el responsable:
Carrefour. ¡Acabáramos! Ahora resulta que se les ha despertado la concienca ecológica. ¿Estos no son los que acogotan, con otras grandes distribuidoras, a los agricultores, imponiéndoles precios de compra de hace décadas? ¿Ahora que hay crisis y necesitan recortar gastos se acuerdan de las bolsas? Si son tan honrados, ¿por qué no usan bolsas con su logotipo en esos anuncios?
Por cierto, las bolsas de basura tradicionales -que también son de plástico- ¿también son malas o son las únicas "buenas"? Item plus, cuando consigan prohibir las bolsas genocidas, que hasta ahora las daban gratis y cuyo coste estaba integrado en el precio de todos los productos, ¿Carrefour nos bajará el PVP de sus productos?
(Banda sonora: Butterflies & Hurricanes - Muse)