Mostrando entradas con la etiqueta Doctor Amor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Doctor Amor. Mostrar todas las entradas

El consultorio del Doctor Amor II


Uno no se enamoró nunca, y ese fue su infierno. Otro, sí, y esa fue su condena.
Robert Burton, escritor.

Queridas amigas, en este consultorio voy a deciros cosas que ya sabéis, pero que -irracionalmente- os negáis a admitir. Empecemos. Por desgracia, y a diferencia de las mujeres, los hombres al hacernos mayores no siempre maduramos. Es así. No, no es un friki, no es un moderno, no es un espíritu libre, no es un kidult: es un in-ma-du-ro. Llamar a las cosas por su nombre evita muchos malosentendidos.

Sentadas las bases, podemos proseguir la charla de hoy. Aunque ya lo sospechabais, el hombre suele ser infiel por naturaleza. Está en los genes, como nos previno Anna. Y cuesta luchar contra la genética y con siglos de condicionamiento cultural pro monogamia. Recordadlo, el hombre cuando quiere acostarse con una mujer, a veces miente igual que respira. Si nos dicen que el sexo es sano y el deporte también es bueno para la salud, queridas amigas, no os extrañe que el ejercicio sexual sea el preferido para los hombres (aunque no para todos), con lo que ello conlleva. Las tentaciones están ahí para que los hombres caigamos de bruces sobre ellas.


Hace días leía una Carta al Lector de una chica indignada porque tuvo un bonito romance con un maromo durante las vacaciones y el último día el mirlo blanco le desveló que estaba casado y hasta luego lucas. Ella le llamará cabrón; yo, inmaduro... y cabrón. Asumiendo que muchos hombres están dirigidos por el Pensamiento Único (el sexo), ¿por qué ocultarle tu estado civil, tus preferencias políticas, que escondes la barriga cuando estás con ella u otros posibles defectos ocultos? Ya, porque los hombres "mentimos igual que respiramos". Pero no siempre, de hecho, no debería ser necesario ocultar nada. ¿Para qué? Acabará saliendo a la luz.
(Esta Miss, ¿dice lo que piensa, piensa lo que dice?)

La dichosa incomunicación. ¿Qué quiere él? ¿Y tú? ¿Solo sexo, amistad, cariño, una relación esporádica, un compromiso serio, alguien "colaborativo"? Enteráos antes, dejádselo claro a vuestro príncipe azul por horas, y luego no os llevaréis sorpresas.

Sois más listas que nosotros. Demostradlo. Total, acabamos siempre haciendo lo que queréis, ¿no?


P.D.: Gracias a Replicant por el powerpoint.

(Banda sonora: Qué puedo hacer - Los Planetas)