domingo, 9 de agosto de 2009

Ignorancia

Qué raro no saber nada, nunca estar seguro
de qué es cierto o acertado o real,
y verse obligado a puntualizar O eso creo,
o Bueno, eso parece:
seguro que alguien lo sabe.


Qué raro ignorar como van las cosas:
su talento para encontrar lo que necesitan,
su sentido de la forma, su puntual diseminación
de la semilla, y su voluntad para cambiar;
si, es raro,

incluso vestir ese conocimiento -pues nuestra carne
nos rodea con sus decisiones-
y sin embargo pasar toda la vida en imprecisiones,
pues cuando empezamos a morir
no tenemos ni idea de por qué.

Philip Larkin, Las bodas de Pentecostés
[trad. de Damián Alou]

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