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sábado, 13 de febrero de 2010

30 comics para una década. Del 20 al 11.

Seguimos con la lista.

11. Las reglas del juego de Will Eisner (2001)



William Erwin Eisner
murió en enero de 2005 a los 88 años de edad. En la primera década del siglo actual nos dejó 4 obras de las que Las reglas del juego es la mejor y su última obra maestra. Aquí Eisner no retrata una ciudad ni un barrio sino que se fija el la historia de dos familias y de como el matrimonio se convierte en un ascensor social que a menudo tritura a las personas en su engranaje. Servido con su habitual talento y maestría narrativa esta obra es un retrato cruel y lúcido de las normas sociales y de los chanchullos que se producen en el interior de las familias. Will Eisner en sus últimos años no se andaba por las ramas y nos ofreció con absoluta nitidez una visión áspera pero realista del ser humano. Una gran obra del, probablemente, más grande entre los grandes.


12. El archivo corso y El caso del velo de René Pétillon (2000 y 2006)



Harvey Kurtzman
y René Goscinny tienen sucesor y no es otro que René Pétillon. Con El archivo Corso y El caso del velo Pétillon vueve a tomar las riendas de su detective Jack Palmer para desmenuzar la sociedad contemporánea a traves de su mirada alucinada. Hay en estos dos álbumes gags antológicos pero sobre todo hay mucha inteligencia; tanta que nadie se ha atrevido a poner el grito al cielo a pesar de tratar temas como el terrorismo corso o el integrismo religioso y desnudar las hipocresías morales de todas las partes de una manera sutil pero implacable. La torpeza de Jack Palmer desmonta todos los tinglados que nos montamos para vivir en sociedad. Pétillon afina su dibujo y vuelve a ofrecernos una narrativa prodigiosa. Estas dos joyas estan publicadas aquí para sorpresa de todos, háganse un favor y no se las pierdan.


13. Los muertos vivientes de Robert Kirkman/Tony Moore, Charles Adlard (2003-2009)



Los muertos vivientes
ha sido una de las sorpresas de la década; sorpresa positiva. Con unos elementos muy dudosos o por lo menos muy manidos, Robert Kirkman ha construido un relato de aventuras emocionante y cautivador y al mismo tiempo ha conseguido ofrecer una profunda reflexión sobre los mecanismos de supervivencia del ser humano y la fragilidad de las reglas sociales que nos rigen en tiempos de calma. La pena de muerte, la ley, la jerarquía social. el amor, el matrimonio... todo es puesto en duda cuando hay que sobrevivir y Kirkman, con la eficaz ayuda de Tony Moore y Charles Adlard, nos enseña estas dudas y algunas posibles respuestas. Hay ecos de Ciudad de Barreiro y Giménez y de El último recreo de Trillo y Altuna en Los muertos vivientes pero ante todo con lo que nos encontramos es con un gran tebeo de aventuras. Si os fijáis no he hablado de zombies en toda la reseña, por algo será.


14. Seton de Jiro Taniguchi (2004-2007)



Seton
es un canto a la naturaleza. Jiro Taniguchi nos muestra la lucha entre el mundo salvaje y el hombre en un momento en que las fuerzas estaban igualadas. Utilizando diversas etapas de la vida del naturalista Ernest Thompson Seton, Taniguchi nos enfrenta a nuestros impulsos destructivos y a la desmesurada fuerza que el ser humano emplea para proteger sus territorios. Con Seton descubrimos que la vida puede ser hermosa y al mismo tiempo cruel y que la magnitud destructora del hombre no conoce límites. Jiro Taniguchi es un maestro del comic actual y Seton una de sus grandes obras.


15. Las aventuras del Capitán Torrezno de Santiago Valenzuela (2002-2006)



La industria del comic española es una industria subdesarrollada en muchos aspectos. Uno de los más importantes es la creación y la edición de las obras de autores locales, aquí la situación es lamentable. Sin embargo de repente surgen francotiradores como antes surgían en el mundo del deporte. Santiago Valenzuela es uno de estos Orantes, Bahamontes o Fernández Ochoa. Las Aventuras del Capitán Torrezno es una gran obra surgida en medio de la nada y que desgraciadamente no tendrá continuidad. En los 6 tomos que componen la serie se mezclan la épica bárbara de Roy Thomas con el costumbrismo de la escuela Bruguera, los dibujos barrocos de P.G.Rusell y Pablo Marcos con Ibañez o Jan y el comic underground de la revista El Víbora con autores como Pons y Martí. La descripción del mundo imaginario es portentosa y el pulso narrativo no decae nunca cabalgando entre la épica y la sátira. Las Aventuras del Capitan Torrezno es una gozada, lastima que no servirá para que Santiago Valenzuela se haga rico.


16. Sleeper de Ed Brubaker/Sean Philips (2003-2005)


En el mundo del espionaje Ed Brubaker se mueve como pez en el agua. Quizás porque los protagonistas de estas historias son seres solitarios paranoicos y torturados y el bueno de Bru borda estos personajes. Con Sleeper el tandem Ed Brubaker y Sean Philips se dió a conocer al gran público y con Sleeper alcanzaron su estatus de superestrellas del mainstream norteamericano. Es esta serie un gran comic de aventuras, un buen comic de espionaje y es ante todo una delicia para cualquier lector que disfrute con unas historias bien contadas con personajes atractivos. Existe una precuela dibujada por Colin Wilson titulada Point Blank que no está nada mal.


17. La sonrisa del vampiro de Suehiro Maruo (2000-2004)



Los vampiros están de moda pero no como los dibuja Suehiro Maruo; los vampiros están de moda pero no como los vemos en La sonrisa del vampiro. Leer un comic de Suehiro Maruo es una experiencia única. La belleza, la incomparable belleza de sus dibujos choca con la repulsión que provocan sus historias. La sonrisa del vampiro es un perfecto ejemplo de este autor. Maruo utiliza toda la iconografía vampírica para llenar las páginas de sus obsesiones: el sexo, las enfermedades, los adolescentes, los insectos y la violencia. La sonrisa del vampiro le proporciona al lector emociones fuertes, morbo, fascinación y muchas horas de placer estético.


18. X-Force/X-statix de Peter Milligan/Mike Allred (2001-2004)



Fuerza-X
y luego X-Statix es un grupo de superheroes pero también podría ser un equipo de fútbol, un grupo de rock o el reparto de una serie de televisión de moda. Peter Milligan desnuda a los supergrupos mediáticos y sus compromisos de audiencia, publicitarios y con los fans. Era coherente que quisiera incluir en el grupo a una Lady Di resucitada, idea que fue rechazada por los pacatos directivos de la editorial. Este desmontaje del universo superheroico es divertido, fresco e inteligente. Mike Allred hace uno de sus mejores trabajos siguiendo la estela de unos de sus maestros: Jack Kirby. La serie se acaba en un teatro con toda lógica ya que no hay negocio como el show business.

19. Catwoman, the Brubaker years de Ed Brubaker/Darwyn Cooke, Cameron Stewart, Javier Pulido... (2002-2005)



Ed Brubaker coge un personaje del universo de Gotham City y lo convierte en una superestrella. Aplicando el sentido común, el talento y las ganas de contar historias el guionista, secundado por excelentes dibujantes, nos sumerge en la vida de una torturada Selina Kyle que intenta rehacer su vida primando la relación con las personas que ama antes que en el sentido de justicia o la legalidad. De la nómina de dibujantes maravillosos que pasan por la serie estos años quiero destacar al español Javier Pulido que realiza uno de esos maravillosos trabajos que suele hacer en el comic norteamericano. Cuando se fue Brubaker la cosa decayó.


20. Tamara Drewe de Posy Simmonds (2007)




Tamara Drewe es un retrato de cierta burguesía británica que intenta sobrevivir ocultando sus contradicciones. Con un prodigioso estilo narrativo en el que Posy Simmonds utiliza elementos de la novela, las revistas y el ensayo literario, esta auténtica novela gráfica nos muestra a los personajes en sus momentos más comprometidos; cuando estan solos y cuando se enfrentan a las relaciones sociales. Tamara Drewe es una obra inteligente que nos hace más inteligentes.

Muy pronto del 10 al 6. Comienza la cuenta atrás.

martes, 9 de febrero de 2010

30 comics para una década. Del 30 al 21.

Vamos allá con la lista propiamente dicha. Las diez obras que comento a continuación y que van del 30 al 21 me parecen de un nivel altísimo y demuestran que esta década ha sido particularmente espléndida en su cosecha. Y con frutos muy variados.

21. Los combates cotidianos de Manu Lacernet (2003-2008)



Manu Lacernet consigue hacer una serie entrañable, intensa y emotiva con ingredientes muy sencillos. De manera franca pero respetuosa narra la reinserción de un fotógrafo de guerra a la sociedad civil y de como la lucha diaria no está exenta de crueldad y ternura. Nunca un título ha reflejado tan bien la obra que encabeza.

22. La educación de Hopey Glass de Jaime Hernandez (2005-2008)



Lejos de repetirse Jaime Hernandez ha entrado en una especie de segunda edad de oro con su serie Locas, Maggie y Hopey. Ya no retrata a las adolescentes furiosas de los barrios latinos sino a mujeres llenas de traumas pero también llenas de vida. Jaime las sigue con una mirada implacable pero llena de comprensión y nosotros nos volvemos a enamorar de ellas.

23. Spirou, el diario de un ingenuo de Emile Bravo (2008)



Alan Moore redefinió la Cosa del Pantano en un solo episodio titulado Lección de anatomía y de paso cambió gran parte del comic mainstream americano. Emile Bravo no la ha liado tan parda pero sí que le ha dado un buen meneo a los clichés con que se abordaba tradicionalmente el personaje de Spirou y de paso ha recuperado su encanto y su magia. Leyendo Diario de un ingenuo he vuelto a sentirme adolescente pero un adolescente de 40 años.

24. La bicicleta roja de Kim Dong-Hwa (2004-2006)



Un campesino esta plantado bajo la lluvia en medio de su campo de arroz, el cartero montado en su bicicleta roja le aconseja que se refugie bajo un árbol a lo que el campesino se niega: Aquí se está muy bien - dice - con la lluvia la tierra se relaja del duro invierno. Cada gota que caiga sobre ella dará un grano de arroz.
La bicicleta roja está compuesta de pequeñas greguerías, de pequeños haikus que retratan el milagro de la vida y de las gentes que aman la naturaleza. Kim Dong-Hwa nos transmite este amor a través de unos dibujos y unos colores llenos de pasión y maestría.

25. El Marqués de Anaon de F.Vehlmann/M.Bonhomme (2002-2008)




El comic histórico francés ha pivotado durante varios años en torno a la revista Vécu. Esto provocó una cierta uniformización en inumerables obras de impecable acabado formal pero con cierta frialdad en su seno. El Marqués de Anaon no es así pese a ser una obra histórica, esplendidamente dibujada y francesa. El Marqués de Anaon tiene sombras, tiene emoción y tiene garra. Los cinco tomos nos ofrecen unas historias interesantes escritas por Fabien Vehlmann y una narativa poderosa dibujada por Matthieu Bonhomme. El siglo XVIII lleno de supersticiones y oscurantismo tiene sus cronistas y son muy buenos.

26. Una vida errante de Yoshihiro Tatsumi (2009)



Yoshihiro Tatsumi un autor de manga, que sin embargo salía en la revista underground El Víbora en los años 90, nos explica su lucha vital para llegar a ser un autor reconocido pero al mismo tiempo coherente con su credo artístico. En su biografía dibujada nos retrata la sociedad japonesa de post-guerra y el auge de la industria del manga que floreció conjuntamente o gracias a la recuperación económica que surgió de un Japón derrotado y humillado por los aliados. La admiración por Osamu Tezuka, los celos entre hermanos y las restricciones artísticas de las editoriales forman parte de esta biografía novelada llena de momentos brillantes.

27. Gotham Central de G.Rucka, E.Brubaker/Michael Lark... (2003-2005)




En la novela negra y en las películas existe un sub-género que se llama procedural que retrata la rutina de la policía de manera casi documental. Obras como la serie de la Comisaría del Distrito 87 de Ed McBain o Hill Street blues son dos ejemplos pero hay muchos más. En el comic en cambio no se había explorado mucho esta vía hasta que Greg Rucka y Ed Brubaker crearon Gotham Central y ha funcionado. Aún con la coartada superheroica funcionado a modo de deux ex machina los dos escritores se repartieron el turno de día y el turno de noche para retratarnos las dificultades cotidianas de un grupo de policias empeñados en hacer bien su trabajo. Michael Lark nos ofrece un gran trabajo a los lapices y a las tintas.

28. Píldoras azules de Frederik Peeters (2002)



Frederik Peeters se dió a conocer al gran público francobelga suizo y de paso a toda Europa con esta obra que describe su relación afectiva y sentimental con una mujer seropositiva y su hijo también infectado por el VIH. Con elegancia y frescura nos retrata el miedo, la culpabilidad, el coraje y la admiración que estos seres se profesan y como luchan contra la enfermedad y contra los tópicos a veces tan dañinos como el virus. Pildoras azules es además una maravilla de narrativa gráfica, un tour de force de soluciones arriesgadas pero siempre acertadas. Una mezcla de clasicismo y vanguardia que asombra y enamora.

29. Catálogo de novedades Acme de Chris Ware (2008)



Catálogo de novedades Acme impresiona por su virtuosismo gráfico, apabulla, casi repele pero una vez leido uno encuentra historias de una infinita tristeza, dolorosa soledad y cruel incomprensión. Chris Ware es un moralista que retrata una sociedad en descomposición.
En el apartado gráfico es imposible concebir el diseño de la pasada década sin la obra de Ware. Su limpio barroquismo ha cruzado las fronteras del comic para extenderse a otras artes.

30. Criminal de Ed Brubaker/Sean Philips (2006-2009)



Criminal es una demostración que se puede hacer comic de género sin repetir viejos esquemas y gastados clichés. Ed Brubaker echa mano de su principal complice durante esta década para retratar a unos perdedores que deambulan por crueles ciudades que acaban devorándolos. Sean Philips firma uno de sus mejores trabajos.

Próximamente del 20 al 11.