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martes, 24 de noviembre de 2015

Siza x Siza = Siza2

El viernes 20 de noviembre la Fundación Arquia presentó su libro Siza x Siza, cuyos autores son Carlos Seoane (texto-entrevista) y Juan Rodríguez (fotografías).
Para el acto de la presentación-homenaje la Fundación nos invitó a algunos privilegiados no sólo al acto en sí, sino a la rueda de prensa previa.
Como, sea por lo que sea, fui invitado en calidad de prensa (o de lo que sea -qué gustazo sería aparecer con un sombrero y con la acreditación en su cinta, y qué poco valor tengo para estas cosas-), y el medio para el que trabajo es Arquitectamos locos?, creo necesario hacer aquí la reseña del acto. Pero comoquiera que este medio es un poco así, pues haré la reseña también un poco así.

Un grupo de avezados reporteros quedamos previamente a comer a la una y media.

Fila de la izquierda: Lorenzo Barnó, Susana Gallego, José María Echarte y yo.
Fila de la derecha: Raquel Martínez, Enrique Parra, Isa, Jimena y Alberto Alonso.
(Miguel Villegas llegó tarde, pero llegó. No sale en la foto).

De entre todos nosotros parece surgir un poderoso líder.



Enrique Parra había dado el día anterior una conferencia sobre arquitectura y videojuegos, y yo creí durante todo el tiempo que ese casco era suyo; que lo había llevado a la conferencia y que hoy lo traía de coña. Pero no: Era parte de la decoración del sitio, y no pegaba nada porque el resto eran libros gordos y como antiguos encuadernados en piel. Me enteré cuando al irnos le dije que se dejaba el casco.

Yo iba cargado desde casa (y para todo el día) con el tocho de Souto de Moura de GG, con la esperanza de que me lo firmara. Sí: cada uno a nuestra manera somos frikis.

La comida fue muy divertida, y ya sólo por eso había merecido la pena apuntarse al plan del día.

Llegamos a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y fuimos a la rueda de prensa. Era una sala en la tercera planta. Antes de entrar, vimos a Suoto sentado, tomándose un café con leche y hablando en inglés con un hombre que estaba de pie.
-Ahí lo tienes. Dile que te firme el libro -me dijeron mis amigos.
Efectivamente, cuanto antes mejor.
Saqué el libro de la mochila y me puse respetuosamente detrás del hombre que hablaba con Souto. Pero, en vez de terminar e irse este señor, se le sumó otro, y siguieron hablando los tres tranquilamente.
Souto me vio y se apiadó de mí. Me hizo una afirmación con la cabeza y un gesto para que me acercase. Tomó el libro, lo apoyó en la mesa, me dijo que pesaba mucho y me preguntó mi nombre en un portuñol perfecto. (Yo diría 85% español y sólo 15% portugués. O sea, que se le entendía divinamente).


Buscó la página en la que aparece el título (su nombre), que aprovechó para que quedara incluido en la dedicatoria y me escribió: "Para José Ramón c/ un abrazo de EDUARDO SOUTO DE MOURA", y debajo su firma (legible: SMoura) y Madrid015.
Al ver cómo apretaba toda la dedicatoria en el borde superior de la hoja, dejando todo el espacio de abajo libre, durante un momento pensé lo mismo que me dijeron luego mis amigos:
-¿A ver? ¿A ver? Joder, te podría haber hecho un dibujo.
Ya veis cómo el ser humano es insaciable e ingrato.