Mostrando entradas con la etiqueta perspectiva. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta perspectiva. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de abril de 2024

Perspectiva histórica (I)

Todos hemos pensado alguna vez en el viaje en el tiempo, y asumimos como algo evidente que quien lo hiciera al pasado no debería tocar ni alterar nada, por insignificante que fuera, o sus consecuencias encadenadas modificarían profundamente el presente.

Es un recurso muy utilizado en la narrativa, y por supuesto que en un episodio Homer Simpson viaja a la remota prehistoria, mata algunos bichos y rompe alguna cosa, y cuando vuelve al presente se encuentra a su familia comiendo con largas lenguas viperinas y prensiles.

miércoles, 3 de junio de 2015

Perspectiva y arquitectura moderna

La palabra perspectiva viene del latín per (a través, por medio de, por) y specto,-are,-avi,-atum (contemplar, mirar). Podríamos decir "por medio de la mirada" o "por lo que veo", o algo así. No me sale. Me voy al DRAE.
Hay varias acepciones. Me interesa ahora sobre todo: "conjunto de objetos que desde un punto determinado se presentan a la vista del espectador...", "punto de vista..." y "visión [...] favorecida por la observación..."
Otras acepciones hablan de las técnicas de dibujo para representar los objetos "en la forma y disposición con que aparecen a la vista".
Todas las definiciones se refieren a la visión del individuo y a su punto de vista. De todo ello se deduce que la perspectiva es subjetiva, y que cada individuo tiene la suya.

Abraham Bosse, Les Perspecteurs, 1648
Biblioteca Nacional de Francia

En este dibujo se muestra lo que es obvio: que cada individuo ve lo que ve y lo hace desde su punto de vista. Me gusta el título: Les Perspecteurs (Los Perspectivistas, o Los "Perspectiveros", si se me admite el palabro).

La arquitectura "neoclásica", "académica", "etcétera" tenía un punto de vista privilegiado, principal, desde donde se debía ver el edificio. Si se veía desde otros puntos no valía, no era una vista buena.
La composición "neoclásica" ("académica", "etcétera") confiaba en un edificio "absoluto" y en unas perspectivas de ejes, centros, etc, "absolutos". Es decir: La gente tenía que ver el edificio, las avenidas, los jardines, las composiciones, desde los puntos de vista previstos para conocer su realidad objetiva y absoluta, su geometría indiscutible, que no dependía de las percepciones subjetivas de los espectadores.
(Nota.- Con los griegos y los romanos esto no es exactamente así. Por ejemplo, en la Acrópolis de Atenas tenemos edificios simétricos y frontales -y no todos-, pero dispuestos de manera "orgánica", atentos a la percepción móvil de los fieles. Ya hablaremos de esto algún día. Los clásicos nos sorprenden a menudo con formas de pensar poco "clásicas").

Puerta de Brandenburgo. Berlín.

Museo del Prado. Madrid

Los Inválidos. París

En la arquitectura y el urbanismo llamémoslos "clásicos" (en este contexto, y para la intención de hoy, englobo clasicismo, renacentismo, barroquismo, neoclasicismo, etc), como digo, el objeto es la realidad indiscutible. La composición se hace con ejes, simetrías, vistas frontales, etc. El individuo no cuenta, y su percepción tiene que ser la correcta, la prevista.