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sábado, 11 de abril de 2020

Horror cristalino

Con mi gratitud a Ediciones Asimétricas por la edición
y a Jaume Prat por los comentarios y el entusiasmo.


Acabo de terminar de leer El horror cristalizado, de Josep Quetglas, un viejo libro inencontrable durante muchísimo tiempo, con una vida editorial muy azarosa, que Ediciones Asimétricas ha reeditado felizmente ahora.


Me ha gustado muchísimo, y me gustaría comentar alguna cosa que me ha llamado la atención.

Ya he hablado aquí de Quetglas como crítico creativo, y he defendido que la crítica es un acto de creación. Este horror cristalizado no ha hecho sino confirmármelo.

Ya en el prólogo Rafael Moneo resalta el valor literario de este libro. De alguna manera, viene a decir, es su mayor mérito. Y mi admirado Jaume Prat lo confirma. Le digo a Jaume que Quetglas es capaz de ir a cualquier sitio con su discurso, es decir, de hacerle decir lo que sea, y él me contesta que, obviamente, es un creador, y que eso es muy hermoso.

En ese sentido escribí ya de Quetglas y vengo a insistir hoy aquí.

¿No os parece que hay gente pesadísima que perora y perora y produce un sopor inaguantable y hay otra gente que nos hace felices con sus ideas brillantes? En un extremo tendríamos al pesado de la cola del cine en Annie Hall, y en el otro estaría Josep Quetglas.

Imaginemos a alguien que nos dice: "El Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe no es un espacio dinámico que fluye, sino un espacio vacío, estático y cerrado". Ufff. Lo único que nos queda es o darle un gorrazo a quien afirma semejante cosa o concederle el beneficio de la duda y la oportunidad de que desarrolle semejante temeridad.

jueves, 8 de diciembre de 2016

El Prado sin prado

Le dedico esta entrada, con más miedo que vergüenza,
al siempre lúcido Jaume Prat.
También a mi amigo Pablo, amigo del museo, que me invitó
y me acompañó, y me ayudó a abrir los ojos en muchos detalles,

El otro día fui al Museo del Prado con mi amigo Pablo. Hacía muchos años que no iba; tantos que ni siquiera había visto la ampliación de Moneo (que, por cierto, no me pareció nada de nada: unas cuantas salas dispuestas para exponer, una escalera larga, unos ascensores, unos aseos... o sea, lo correcto; no sé si es para tanto, pero tampoco sé si se puede hacer mejor).
Vimos las exposiciones temporales de la metapintura, de José de Ribera y del Maestro Mateo. Fantásticas pero agotadoras. De pie derecho (y a "paso museo") más de cuatro horas. Me dolían las piernas y la espalda. Y aún tuvimos humor (y Pablo la paciencia) de subir al claustro elevado (operación pop donde las haya) de los Jerónimos para ver la exposición de las ocho propuestas finalistas para la nueva ampliación del museo, consistente en la adaptación del Salón de Reinos.
Digo todo esto para ponerme el parche antes de la herida y para pedir disculpas antes de opinar. Estaba agotado, y el análisis de los paneles requería una atención, una lucidez y un tiempo que no tenía. No obstante sí que pensé un par de cosas, y como soy un inconsciente y un irresponsable las voy a decir aquí.
Creo, para empezar, que se trata de un concurso imposible, en el que el planteamiento es más que discutible, por no decir directamente que es erróneo. Se está constituyendo un grandísimo museo por adición de cagaditas. Por lo tanto, da igual cómo se resuelva cada cagadita: son cagaditas.
El Salón de Reinos no es una gran obra arquitectónica (ni siquiera es muy buena), y no es digna del Museo del Prado. A este paso, si el museo va necesitando nuevos espacios podría ir adquiriendo cualquier local -un Palacio del Pollo Asado, un Museo del Jamón, un McDonald's...- e ir convocando concursos de arquitectura a los que se presentarían las más grandes eminencias.
Dicho lo cual, cualquiera de las ocho propuestas que se exponen me ha parecido bastante más digna que el edificio original, y a la vez todas absolutamente inútiles. Pero no es culpa de los arquitectos que las han presentado. Ha sido la convocatoria del concurso, las bases mismas, que no permitían solución.

Croquis muy elocuente e inteligente de la propuesta ganadora,

No puedo analizar una por una. Sí diré que el croquis a mano alzada de Foster-Rubio me ha parecido inteligente y pícaro, muy elocuente y muy atractivo ante tanto render 3D y tanto exceso. El gesto casi para niños, dibujando hasta la manita que quita la cubierta y la que quita dos forjados como si fueran dos naipes o dos tarjetas rojas, me ha parecido encantador, y hábilmente dirigido a un jurado cansado y saturado.
La propuesta de B720-Chipperfield me parece muy elegante, pero flojita; la de Souto-Hernández-Riaño magistral, pero como es magistral un arpegio de Bach, apenas un distraído y automático do-mi-sol-do. Es Bach, sí, pero no es la Pasión según San Mateo, sino un mero borrador, un apunte. Cruz y Ortiz también muy elegantes, como siempre... Sí: todas las propuestas son muy buenas, pero...

Pero la consabida fachadita sur es lo de siempre, la "plaza" que relacionaría en superficie el Museo inicial, la ampliación de Moneo, el Casón y este Salón del Reino es anodina -interesante la de SoutoHdezRiaño y escamoteada astutamente por FosterRubio-, y la relación subterránea entre todo ello, que a mi juicio sería la verdadera clave de cada propuesta, es evitada concienzudamente.

En la primera pasada los paneles de OMA me parecieron una salida de pata de banco. Pero reflexionando un poco me parecen los más coherentes con la incoherencia de todo el planteamiento, y si pecan de algo es de ser demasiado comedidos y de haberse quedado cortos en su pretendida provocación. Al final se peinan, quitan los codos de la mesa y hasta bendicen los alimentos que todos vamos a tomar.

Seguramente el Museo del Prado sea un problema sin solución -como lo son el Louvre, el Metropolitan, el British...-, un monstruo imposible, un terrible acúmulo del talento de la humanidad. ¿Cómo se hace un museo así? ¿Cómo se le da sentido en esta época en la que el mero atesoramiento de obras de arte y su exhibición no tienen ya tanto sentido como antaño?
Yo solo veo dos modelos de museos, y los dos me parecen muy problemáticos:

Uno sería el mamotreto monstruoso, con hectáreas y hectáreas construidas, y con previsión de más y más hectáreas ampliables. En este caso no tiene mucho sentido conseguir esa inmensa mole por adición de edificios separados que se ligan mediante galerías subterráneas. (Y, repito, ahí el verdadero proyecto son esas galerías, que en este concurso no se ven). Sería mucho mejor hacer un grandísimo edificio de nueva planta. Tal vez aún se podría reconsiderar lo de la Peineta para el Atleti y adaptarla y requeteampliarla para Museo del Prado. O hacer por fin el gran EurovegasPrado, o el inmenso ParqueWarnerPrado, en algún municipio del sur de Madrid. En el Quiñón de Seseña quedaría de miedo un enorme PoceroPrado.

El otro sería hacer ese Museo del Prado en sedes dispersas, repartidas por toda España. Un verdadero Museo Nacional del Prado. Cada sede podría tener unos fondos fijos y existir además un gran fondo circulante, o bien que todo el fondo del museo fuera circulante a base de exposiciones temporales que se alternarían con actividades culturales, conferencias, ciclos de cine y de teatro, festival de jazz renacentista y lo que hiciera falta. Quiero decir hacer un museo marca, una especie de SuperGuggenheim, un Prado sin prado, sin el cateto Salón del Prado al que los madrileños (bizarrísimas damas y bien dispuestos caballeros) salían a pasear sin daños ni perjuicios, ni deshonestidades.

Qué viejo es todo esto, qué paleto. (Por cierto, que veo en los paneles esos cuartetos de cuerda callejeros, esos caminantes bizarrísimos, esos señores y señoras principales y noto el tufillo chulapón y castizo, y me da tiritona).

Siempre me pasa igual: Me lanzo a escribir, me entusiasmo y me pongo a disparatar. Sólo quería decir que sí, que un concurso de arquitectura más, que vigas blancas de gran canto y cerchas vistas a lo povera (junto con la más pija sofisticación), o dobles alturas con vigas en equis allá arriba, o estucos malvas, rosas, blancos, o cubiertas de chapa o de policarbonato, o chapados de granito o de uglass, o de hormigón blanco.
La verdad es que sí, que todo es muy bonito y que los arquitectos concursantes han hecho buenos trabajos.
Permanezcan atentos a las nuevas ampliaciones. Cuando lleguen a la Puerta de Alcalá va a estar muy bien.


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viernes, 27 de noviembre de 2015

Siza x Siza. Segunda parte

El otro día nos quedamos bajando al gran salón de actos para asistir a la presentación formal y solemne del libro Siza x Siza editado por la Fundación Arquia y cuyos autores son Carlos Seoane y Juan Rodríguez.
Pues bien: Cuando llegamos allí ya estaba casi lleno, así que nos repartimos por donde pudimos, más bien atrás.
El ambiente era muy diferente del de hacía un momento: Mucha gente, y los protagonistas muy lejos.

Fotomontaje cutre con fotos que no casan,
para hacernos una idea.

La megafonía no funcionaba demasiado bien, pero nos enteramos del discurso.
A los que habían intervenido en el prólogo se sumó ahora Rafael Moneo, y al director de la Fundación Arquia le sustituyó el presidente. Anatxu Zabalbeascoa actuó como moderadora de la mesa redonda.
El acto se transmitió, y por lo que sé tuvo bastante seguimiento.
(Me comentaron que a Siza y a Souto, que hablaban en el perfecto y límpido portuñol que dije antes,  y a quienes se les entendía perfectamente, en la transmisión les pusieron una traductora).

Siempre me fijo en lo que no es. Ahí delante hay grandes
sabios hablando y yo distraído mirando estas cosas.

Gotas sueltas:

* David Cohn dijo una cosa interesante: que Siza crea formas sin seguir la geometría euclidiana, sino la sensibilidad del lugar. (Esto me pega con lo que dijo Souto de los gatos tumbados al sol).
* Algunos nos fijamos en que mientras los demás hablaban Siza no hacía más que dibujar. Luego dijo que era muy inseguro cuando afrontaba un proyecto, y que dibujaba para ir aclarando dudas y descubriendo caminos y posibilidades. "El dibujo es muy rápido. No tengo otra base intelectual".
* Moneo dijo que era curioso que a estas alturas de la vida Siza hubiera escogido, como resumen de toda su trayectoria concentrada en sólo seis proyectos, dos de sus primeras obras. Eso demuestra que desde el primer momento toda su obra tiene coherencia y continuidad.
* Una de las obras elegidas, es decir, de las más queridas por Siza, es precisamente de esas primeras. Es el barrio de la Malagueira, en Évora, y a Siza le gusta mucho que con los años haya ido cambiando. Está formado por viviendas muy básicas, que han ido sufriendo (o disfrutando) los cambios hechos por los usuarios. Dijo que era muy hermoso que cada vecino pudiera ser arquitecto de su casa. Moneo dijo que eso era posible porque el diseño inicial era muy abierto y lo permitía. 
* Siza dijo que hay que defender el papel del arquitecto, que hoy está amenazado.
* Anatxu Zabalbeascoa dijo que siempre pregunta a los arquitectos si al proyectar un edificio piensan cómo se va a limpiar, así que preguntó eso sobre la obra de Siza. Moneo salió a desviar la pregunta hablando de cosas más "transcendentes", pero Souto sí entró al trapo explicando que acababan de terminar un museo los dos, y que un diseño de una barandilla había sido así para permitir que se limpiara bien la escalera y la pared. También se habló de que en sus famosas piscinas las mamparas de madera de los vestuarios no llegan hasta el suelo para que éstos se puedan limpiar de un manguerazo.

viernes, 24 de febrero de 2012

Luis Moreno Mansilla, in memoriam.

Rafael Moneo publica hoy en EL PAÍS unas hermosas palabras sobre Luis Moreno Mansilla, sobre su abuelo y sobre la sensibilidad de la vida.
Por una vez me quedaré callado. Me han gustado mucho.