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miércoles, 14 de agosto de 2024

Adiós al Hotel Andersen: Gran Final de Badehotellet.

 


El final de Badehotellet me ha dejado con sentimientos encontrados. Después de diez temporadas, da tristeza decir adiós a las playas danesas y a sus veraneante a los que seguimos desde 1928 a 1947, pero también me ha dejado un poco de frustración. Aunque todo quedó en su lugar, se pudo hacer más con estos nueve episodios que cerraron la serie más vista de la televisión danesa.

No voy a gastar tiempo contando la génesis de la serie. Ya lo he hecho en otras entradas, solo explicar que desde el 2013, hemos visto la evolución de un grupo de daneses de clase alta que se reúnen todos los años a veranear en el Hotel Andersen en la Península de Jutlandia. A la par de los personajes, conocemos al personal del hotel,  cocineros y camareras. Las relaciones entre el mundo de Arriba y Abajo,  y entre los huéspedes,  proveen la trama.

A partir de la sexta temporada, la historia europea y el mundo real irrumpieron en la tranquilidad playera y pusieron tanto al Andersen como a sus huéspedes en situaciones limites antes, durante,  y después de la Ocupación Alemana de Dinamarca. Se esperaba que la serie , cuyas últimas temporadas fueron filmadas durante la pandemia, acabase en una novena temporada. Solo que había cabos sueltos y,  para darle un final digno,  se creó esta décima temporada que paso a reseñar.

Como son muchos personajes, voy a ir de arco en arco. Mi comentario general es que se vuelve interesante cuando tocamos el tema de la historia inmediata con el Juicio de Nuremberg, la terrible situación de la Alemania de la posguerra y la situación de los alemanes refugiados en Dinamarca.

Lo peor es cuando se retrocede,  la evolución de los personajes desaparece y volvemos a foja cero con las egolatrías de Edward Weyse, la decidía egoísta de Hjalmar Aurland ante el amor que le brinda una mujer más joven, las dudas de Ditmar sobre vivir abiertamente su homosexualidad, etc.. Incluso el tema central (y el más soso)las marrullerías de Georg Madsen y la preocupación de que el Hotel Andersen caiga en manos peligrosas,  ya han sido archi vistas en temporada pasadas.



La serie acaba en el verano de 1947 y es un final muy excéntrico. Se supone que, bajo la nueva administración, Lidya Fjeldso celebrará sus 75 años de vida. Para eso ha invitado a personajes de otras temporadas, ¡pero nunca llegamos a ver la fiesta ni a los invitados! Hubiese sido estupendo volver a ver a todos los que nos dejaron como Vera, Ane, los Mellizos Frigh. En cambio, vimos a…

Amanda

La gran razón por la cual se filmó esta última temporada fue para clausurar de manera digna y sensata la historia de Amanda , la heroína de facto de la serie. De la adolescente mimada, hija de un rico mercader,  de la primera temporada, Amanda ha comenzado un viaje de madurez que la lleva a ser asistente de director de cine, publicista y dueña del Hotel Andersen.



La mayor evolución es en el plano romántico. A sus diecinueve años Amanda pierde su virginidad borracha con el pescador Morten, se casa obligada con el Conde Ditmar, comete adulterio, se divorcia, se casa por su amante quien la abandona por una secretaria a la que ha embarazado. Un segundo divorcio empuja a Amanda, de más de 30 años, a madurar, a olvidarse de los hombres y a administrar el hotel en un momento de crisis para Dinamarca.

En 1940 vimos a Amanda a luchar contra las exigencias de los alemanes comandados por el joven teniente Uwe Kiesling que inmediatamente demostró un interés—no reciproco— por la dueña del hotel. Un año más tarde, Amanda ya no pudo resistirse y tuvo un breve interludio antes de que Uwe se marchase a Rusia. Uwe se perdió en el Frente Oriental y Amanda tuvo que ver su hotel requisado por los nazis y ella se ocultó por un par de años.

A su regreso, en 1945, el hotel la está esperando a ella y a la pequeña Frida. Aunque Madsen ha creado un ficticio padre ausente y sueco para su nieta, el público sabe que es hija de Uwe de quien Amanda no ha tenido noticias en cuatro años. Finalmente, Amanda descubre cartas perdidas de su amante. Mientras convalecía de sus heridas,  Uwe se unió a la Resistencia Alemana. Desde el atentado contra Hitler se oculta en las Montañas de Harz.



Al final de la temporada pasada, Uwe había intentado llegar donde Amanda en Dinamarca y había acabado preso en un campo de refugiados alemanes dirigido por un Morten que ahora es oficial de las Fuerzas Danesas Libres. Un año más tarde, Amanda tiene prohibido ver y escribirle al ex teniente, pero se las arregla para encontrarse con él y presentarle a su hija. A Frida le cuesta poco contarle a Otilia (que ahora es su institutriz) que conoció a su padre y mostrarle una foto.




Otilia reconoce al alemán. Como buena patriota enfrenta a su jefa y Amanda la convence de que Uwe nunca ha sido nazi. Otilia lo entiende, pero ninguna se da cuenta de que el teléfono esta descolgado. Alguien escucha la conversación y pronto todo el hotel se entera que su dueña fue “colaboradora horizontal”. La Brigada de la Cocina es la primera (a pesar de los gruñidos de Edith) en aceptar el romance de Amanda.

Mas difícil es convencer a los huéspedes que se queden en la casa de quien es vista como traidora y ramera. Hasta Weyse se permite unos chistecitos ordinarios. Finalmente, el cariño que le tienen a Amanda, a quien conocen desde niña,  los hacen recapacitar, entenderla y perdonarla.




No ocurre lo mismo con el pueblo que se convierte en un hervidero de chismes y nadie quiere venderle productos a “la puta de los alemanes”.  En medio de tanto clamor, Uwe recibe la oportunidad de regresar a Alemania a testificar en el Juicio de Nuremberg. Él solicita que lo acompañe su familia danesa. Amanda y su teniente se casan apurados (con Morten oficiando la ceremonia).



Antes de viajar a Alemania, Amanda debe vender el hotel. Ahí se arma una añeja trama que recuerda a las primeras temporada con los peores compradores a punto de apoderarse del Andersen y como este negocio altera a los huéspedes. Tristemente,  Amanda desaparece de la trama central en el cuarto episodio.

 Solo hace apariciones fugaces desde Alemania donde reconcilia a Uwe y con su padre y se instala en el palacete Kiessling, mientras su esposo trabaja en la alcaldía en la reconstrucción de Hamburgo. En el episodio final, un año más tarde, Teresa menciona que le ha nacido otro nieto en Hamburgo. Me pareció un mal final para la protagonista de la serie.



Los Madsen

Desde la primera temporada, que Georg Madsen ha sido el cuasi villano de la serie con sus tortuosos negocios y su egoísmo con su familia. Recordemos que fue quien acusó a Morten de asesinato, quien vendió a su hija al Conde Ditmar y quien caminó en la cuerda floja en sus aventuras financieras con los nazis durante la Ocupación. Pues en su última temporada sigue en sus enredos financieros, dedicando su verano a perseguir nuevas ambiciones, impidiendo a su sufrida esposa, Therese, a gozar de su estadía en el Andersen.

En 1946, Madsen está descontento porque en la economía de posguerra no tiene muchas oportunidades de construir. Conoce a un restaurant a John Henry Seerup, un danés que ha hecho fortuna en America y lo convence de venir al Andersen. El plan de Madsen, que Therese no comparte, es convencer a Seerup de llevárselo a Estados Unidos y hacer negocios allá.




Ya conocemos el modus operandi del mercader/constructor, combinar servilismo extremo con grandes gastos. Seerup queda encantado con el Andersen, con el servicio, con los huéspedes y con la zona. Se convierte en un candidato para comprarlo cuando Amanda lo pone en venta.  Su mujer, una estadounidense altiva que deprecia todo lo danés,  planea transformar y expandir el hotel.



Sus planes asustan, enojan y preocupan a los huéspedes,  acostumbrados a sus reuniones anuales en un lugar que consideran como propio. De eso se trata casi toda la serie. Realmente yo esperaba más de los Madsen, más de Amanda y en algún momento esperaba volver a ver a Vera, su hermana de la que nadie habla. Al final dicen que Vera, Robert, su esposo judío, y sus hijos vendrán a la celebración del cumpleaños de Lydia Fjeldso, pero nunca aparecen ya que nunca llegamos a ver esa fiesta.



Los Weyse

En el final de la Temporada 9 dejamos al ególatra actor muy conmovido contemplando la posibilidad de contarle a Sarah Fjeldso que era su verdadero padre. Nos imaginamos que de eso se trataría esta última temporada. ¡Para nada! Edward Weyse sigue siendo tan narcisista y desligado de la realidad como siempre. Solo una vez se mencionó el nombre de Sarah y nunca supimos si ya sabía quién era su padre biológico.

Weyse,  en esta temporada,  es una repetición de sus primeros años en la serie. Tan acartonada es su interpretación que hasta afecta su música. No es accidental puesto que Mrs. Seerup le dice al marido que apenas compren el hotel contratarán a otro pianista.

Como siempre,  los problemas de los Weyse giran en torno a la obsesión de Edward con su carrera. El actor ha decidido probar un nuevo rumbo y dirigir su primera obra teatral en la cual también funge como actor. La obra escogida es la última pieza de Ibsen Cuando despertamos los muertos.  ¡Yo no sabía que tenía tan mala prensa! A mí me encanta. Weyse viene a darse cuenta de lo difícil, confusa y densa que es la obra bastante después de haber aceptado el desafío de ponerla en escena. Como siempre, no la ha leído,  esperando que sea su sufrida esposa la que lo haga por él.





Helene se niega a seguir siendo asistente sin paga y acepta su propio desafío. Ser consejera sentimental para una revista femenina. A pesar de las burlas de Weyse, pronto Helene se ve inundada por cartas de mujeres que buscan su consejo. Recluta para que la ayuden a sus compinches de siempre : Therese Madsen y Alice Frigh.



La presencia de esta última dama es otra desilusión, tal vez porque nunca haya sido interesante como personaje. Yo esperaba de su presencia noticias (y alguna aparición)  de sus hijos. ¿Se casó Bertha con su colega de la resistencia, el seudo arqueólogo Klaus Villumsen? Yo también quería ver a Leslie,  a Nana y sus hijos, pero aparte de mencionar su invitación al cumpleaños (que nunca se materializa)  de Fru Fjeldso no sabemos más de ellos.

Toda esta temporada tiene a Alice embrollada en un dilema sentimental. Está manteniendo un romance clandestino con Bent Andersen, abogado de Madsen. Andersen , un reconocido mujeriego, aduce que su esposa y él mantienen matrimonio abierto, pero cuando su mujer le escribe a Helene pidiendo consejo, Alice se da cuenta que su amante es un mentiroso. Más grave es que también es un chismoso puesto que fue quien delató a Amanda, pero como Alice tampoco es un ejemplo de discreción, eso no le importa.



La Brigada de La Cocina

Como ven la situación arriba de las escaleras no es muy fascinante. Tampoco la de abajo. Han contratado a dos camareritas nuevas, una de ellas, Trine, es gay, algo que solo descubren su compañerita que mucho se escandaliza y el gay en residencia,  Philippe Dupont, pero todavía no quiero hablar de él. Sigamos en la cocina que Dupont abandonó para irse a vivir con su amante, el Conde Ditmar.



En su reemplazo, se han traído a Martha que no ha bajado de peso, está incólume y solo sirve de raisonneur y para quejarse de que nadie sigue las obligaciones del racionamiento. Hubiese preferido que hubiese vuelto Ane (dicen que viene para el cumpleaños de Lidia Fjeldso, pero…ya saben…)



La verdadera razón por la cual ha vuelto Martha confirma mi teoría de que se quiere regresar al esquema original,  al inicio con los huéspedes ocupados en sus empresas mezquinas y con unidad en la cocina para recibir de regreso a Fie.  Después de cuatro temporadas de ausencia Rosalinde Mynster retorna, pero no a la cocina de un hotel que ya no le pertenece. Fue bonito ver a Fie reunida en la casa que un día fue de Morten, con su suegra y sus ex colegas y amigas.



Fie ha vuelto a Dinamarca a buscar a Morten que se rehúsa a abandonar el ejército y regresar a Inglaterra a su familia y su negocio. Fie descubre la razón. Durante la guerra los submarinos alemanes hundieron varios barcos de Morten y con ellos a jóvenes conocidos y amigos del matrimonio. Morten se siente culpable y carga contra su sufrida esposa. Solo después de un infarto que casi se lleva a Molly (y que sirve para que por primera vez Morten la llame “mama”),  el ex pescador toma la decisión más juiciosa:  trasladar su empresa y a su familia a suelo danés.



Otilia y el Consejero Aurland

Desde que Hjalmar Aurland convenciese a Otilia que optase por ser camarera solo en el verano y que el resto del año se dedicase a la docencia, que vi posibilidades de romance para ese par. Aunque Otilia evidentemente se ha enamorado del anciano subsecretario de no se sabe qué ministerio, Aurland vive en su nube depresiva sufriendo por el mal estado del mundo y haciendo de Casandra con sus profecías lúgubres.



Toda La Brigada de la Cocina sabe de los sentimientos de la camarera-maestra, pero el recato le impide a Otilia dar un primer paso. En 1946, Otilia ha retornado al Hotel Andersen como institutriz de Frida, pero se encuentra con un Hjalmar más apático y ensimismado en abstractos que nunca. Lo único bueno que hace Aurland esta temporada es convencer a Weyse (el hombre que le robó a su esposa) de trasladar la obra de Ibsen a un escenario contemporáneo, en un país devastado por la guerra.



La situación de Otilia ha cambiado. Ha hecho amistad con Gabriel, el vicario de su villa y padre de un par de alumnos. Este verano recibe una propuesta de matrimonio por correo. Gabriel es no solo un hombre joven, medianamente atractivo, además es un pilar de la sociedad que permitiría a Otilia subir de rango a la vez que le permita cumplir con su destino de mujer.



Al ver a su amiga debatirse entre dudas , Edith decide por una vez poner a buen uso su chismosa lengua. Sin embargo, al saber que su amiga puede casarse con otro solo consigue que Hjalmar le recuerde a Otilia que si se casa ya no podrá enseñar. La exasperada maestra se marcha. Edith, igualmente exasperada, le dice a Hjalmar que Otilia lo ama.

Lo normal sería que el viejito corriese en busca de la maestra, pero Aurland típicamente se espera al verano siguiente para hacer algo respecto al romance. Para entonces Otilia ya está rete-casada y no planea volver al Andersen. Por defraudada que me sentí, me di cuenta de que Hjalmar no ha evolucionado. Él siempre ha sido un hombre bueno, justo, dispuesto a ayudar al prójimo, pero es pésimo como marido. Por eso perdió a Helene y por eso probablemente hubiese hecho infeliz a Otilia.

No se crean que la razón por la cual no hubo amores entre el consejero y la ex camarera fue miedo a las diferencias de edades . El Andersen siempre ha amprado intrigas románticas y la última es precisamente un amor mayo-diciembre en la que diciembre es August Molin.



El Retorno de Kitty Hansen

El Señor Molin es un personaje solapado, siniestro , que aparece siempre con aviesas intenciones para arrastrar a Madsen a negocios sucios. En la Temporada 9 intentó denunciar al mercader metiéndole en su cuenta dinero mal habido. No lo logró, en cambio perdió toda la fortuna que había hecho colaborando con los nazis.

Madsen recibe agriamente la presencia de su ex socio en el Andersen. No sabe que, al perder su fortuna, Moulin lo perdió todo, incluyendo a su esposa, Alma, la actriz sueca. Ahora vive en un barrio pobre de Copenhague,  dedicado a pequeños trabajos de contaduría. Su presencia obedece a un chantaje de su ex jefe,  el Coronel Fuchs.



Como mucho nazis,  Fuchs se ha refugiado en Suiza, no puede viajar, pero necesita un puñado de diamantes que su asistente ocultó en alguna parte del Hotel Andersen. Si Moulin no los encuentra y se los hace llegar, Fuchs lo delatará las a autoridades danesas. En el Andersen,  Moulin encuentra una cómplice en su búsqueda : Kitty Hansen. Si la misma loquilla que en su adolescencia sedujo a Weyse y al difunto Herr Frigh.



Acabada de salir de una institución mental,  y se la han impuesto a Weyse como su Irene en la pieza que va a dirigir y protagonizar. El ególatra actor exige que Kitty venga a pasar el verano en Jutlandia para asegurarse que hará un buen papel y no lo pondrá en vergüenza. Pésima idea. Kitty no entiende el personaje, ni Weyse lo entiende. Más encima a la actriz le bajan unos súbitos remordimientos. Le pide disculpas a Alice Frigh por haberle quitado el marido. La Señora Frigh tiene otros problemas sentimentales. Luego Kitty le revela a Helene que fue amante de su marido. Helene se enfurece, pero le dura poco ya que recapacita en que en ese entonces ella también estaba casada.




La próxima maniobra de Kitty es más interesante. Llena de compasión por Molin, al que reconoce como un colega neurótico, se vuelve su confidente y será ella quien encuentre los diamantes. Molin los lleva a Copenhague a tasar, pero vuelve muy alterado. Por el corte se reconoce que los diamantes pertenecieron a una importante familia de joyeros de Amberes. Todos han muertos en el Holocausto.



Molin está en un dilema, no quiere quedarse con los diamante, pero le teme a Fuchs. Kitty encuentra la solución que los libra de culpa, de Fuchs y de los diamantes. La última escena muestra a la pareja en la cama felices de su nueva libertad y su nuevo amor. Un año más tarde, se chismea en el hotel que Kitty ha tenido éxito en las tablas, que es ahora “la Señora Molin” y que hasta tiene un bebé.




¿Quién me hubiera dicho que esta sería la historia que más me interesó este año?  Fue mi pareja más shipeada y que creo que tuvo el mejor final En cambio, para mí la peor subtrama y peor pareja la conformaron mis favoritos Ditmar-Dupont.

Ditmar-Dupont

Recordemos que Ditmar se pasó dos años en Dachau, una horrible experiencia que la serie ha pasado por alto. Retornado a Dinamarca sufrió dos fuertes sacudidas emocionales, atreverse a salir del closet ante sus amigos del Hotel Andersen y descubrir que quien lo entregó a los nazis fue su padrastro. Como si no fuese suficiente desdicha llegan noticias de Alemania donde han permanecido Mitzi, la prima-esposa del Conde, y su hijo Wilhem. A sus doce años,  y como miembro de la juventudes Hitlerianas, Wilhelm fue obligado a participar en La Batalla de Berlín donde pereció.



Este golpe sería suficiente para destruir a cualquier padre, más a uno que ya viene traumatizado por experiencias espeluznantes de las que jamás habla. Lo normal en estos casos es que un padre se sienta culpable, aunque no lo sea,  de la muerte de su único hijo. Ditmar comete el error de expresar sus remordimientos delante de Philip que ya está harto de vivir en un castillo lúgubre con una pareja que lo aburre con sus traumas y una suegra que le pone cara de fuchi cada vez que lo ve. El ex cocinero se marcha sin dejar dirección donde localizarlo.

El pobre Ditmar mueve mar y cielo para encontrarlo sin saber que está escondido en su antiguo chalet de verano. Amanda lo sabe, pero no puede traicionar la confianza de Philip quien se convierte en consejero de mujeres confundidas como Kitty Hansen y la camarera Trine. Cuando Ditmar lo encuentra, su pareja le echa en cara ser un cobarde que nunca ha asumido su orientación sexual, etc.. Etc.. (¿WTF? ) ¿Se olvida de que Ditmar perdió dos años de su vida en uno de los peores campos de concentración? ¿Que si fue para allá fue por enfrentarse a su padrastro nazi sin temor a las represalias? ¿Qué entre los muchos traumas que carga (sin ayuda para superarlos) está la muerte de su único hijo?



Sin embargo, Ditmar asume todas las culpas en el deterioro de su relación. Vende su castillo ancestral, compra viñedos en Francia y se marcha allá con Philip (de paso se llevan a Trine). Para mi ese no fue un final feliz, ni siquiera un buen final porque Philip no parece una pareja ni muy comprensiva ni muy dada a apoyar.




Cuando comencé a ver El Hotel del balneario, la encontré simpática y llamativa visualmente, pero no soportaba a los huéspedes que eran narcisistas, solapados y muy abusadores con sus parejas y con el servicio. Si me quedé fue por Molly Andersen y su Brigada de la Cocina. Fue la Temporada 6,  donde al entrar elemento foráneo de la situación política europea en ese valle de paz, que los personajes comenzaron a evolucionar e interesarme y reitero,  las siguientes temporadas la convirtieron en mi serie favorita. Es una lástima que al final hayan retrocedido a la fórmula inicial.

Badehotellet, Seaside Hotel o El Hotel del Balneario (en Valencia y Cataluña la pasaron como Hotel Voramar) puede verse en USA por PBS Amazon (previa suscripción a Amazon) o Thirteenth Passport (por solo $50 anuales la suscripción y sin necesidad de pegar peaje en Amazon)  En España se puede encontrar en Filmin y en América Latina, pues en los sitios de donde se baja lo que el streaming oficial no nos manda.

jueves, 2 de marzo de 2023

Una Paz Poco Pacífica y un Recuento de Daños: Badehotellet Temporada 9

 


Aunque mi tema favorito, la Segunda Guerra Mundial está muy de moda en cine y televisión he notado que no se la retrata ni con el respeto ni con la veracidad que merece. Comparando la exposición completa del tópico de la Shoah y la Alemania nazi en una serie brasileña como Passport to Freedom con las chapucerías frívolas  y otros desatinos de SAS Rogue Heroes me ha hecho revisar el modo trascendental y la seriedad con la que Badehotellet ha tocado  el tema del nazismo y del periodo de  Ocupación alemana en Dinamarca y como afectó a la población .

El Hotel Andersen Reabre sus Puertas

En mi anterior entrada mostré como la serie más popular de Dinamarca retrataba lo primeros dos veranos de la Ocupación germana. La novena abre en mayo de 1945, Dinamarca es libre, pero paz y libertad tienen diferentes significados para los personajes,  tal como en la vida real las tuvieron para el pueblo danés.

Sorprende que una comedia pueda retratar un mundo tan complejo con la misma honestidad con la que lo han retratado dramas como Un VIllage Francaise, Tannbach  y Bohema, pero inyectándole un humor que a ratos puede parecer forzado como en el cuento de Edward Weyse, payaso oficial de la serie que sin embargo se verá enfrentado a errores del pasado. El tema es simbolizado incluso al final de la cortina inicial. En temporadas anteriores hemos visto a Amanda, con rostro entristecido,  arriando la bandera danesa. Ahora la vemos izándola, pero con la misma preocupación en su rostro ¡y vaya que tiene preocupaciones!




Hemos visto a Amanda evolucionar de la chicuela rebelde de la Primera Temporada que había hecho una apuesta con una amiga de cuál sería la primera en perder su virginidad  hasta la seria y responsable matrona que se reinventa como hotelera en la época más dura para su país. Esta temporada veremos a Amanda en una nueva faceta, la de madre.

                                             Amanda a los 19
                                            Amanda , doce años más tarde.

La serie comienza en mayo de 1945. Amanda,  y su rubia hija Frida,  regresan al Hotel Andersen en el camión de Arne Kukholm. Al menos sabemos que este granjero resistente sobrevivió. En la parte de atrás viaja un individuo muy armado y con cara de loco.




De la conversación entre Arne y Amanda descubrimos dos hechos. La Wehrmacht eventualmente requisó el hotel para uso de sus tropas. Es la primera vez que Amanda vuelve a Jutlandia. Ha estado viviendo en Göteborg donde de su relación con un sueco ha nacido Frida. ¡Ajá!




Encuentran un hotel patas p’arriba. Donde una vez hubo elegantes mesas para comensales ahora hay escritorios desordenados. Se nota que los alemanes tuvieron que huir de prisa. Lo que ha quedado atrás es una colección de banderas nazis y una suástica pintada en el frente del mesón de registro. Aunque se le apliquen varias capas de pintura, la suástica reaparecerá constantemente simbolizando el tema de esta temporada: No se pueden esconder más secretos.



Amanda anuncia que en cinco semanas abrirán. El loco del fusil (se llama Jens) insiste en revisar el edificio entero por si se ha rezagado algún enemigo. Amanda se lo impide, ya quiere ponerse a trabajar. Jens es un ejemplo de lo que pasó en Dinamarca donde no hubo una liberación por parte de Los Aliados como en otras partes. Tal como en Los Balcanes, el país fue liberado por su propia gente lo que se tradujo en muchas venganzas personales.

La mayoría de esas venganzas se perpetraron en contra de mujeres como la que Amanda encuentra refugiada en el altillo, con ropa destrozada y medio rapada. Se trata de Gertie Knudsen, la secretaria del Coronel Fuchs.



Pasan las cinco semanas. Cuando Edith,  my elegante y ensombrerada,  llega el hotel parece otro. Amanda lo ha embellecido con la ayuda de sus dos camareras, Otilia y Gertie que ahora también ayuda en la cocina. Otilia rápidamente informa a Edith de los chismes. Ellas hacen tres años que no se ven. Le advierte que Gertie “es rara”, nadie sabe nada de ella e insiste en cubrirse la cabeza con una bufanda.




Le cuenta además que Amanda no está casada, así que hay que seguir llamándola” Señora Berggren” que vienen todos los invitados menos los Weyse, ya que Edward está filmando una película sobre La Resistencia.  La última es una noticia agridulce. Philip Dupont ha ido a Copenhague a recibir un “Bus blanco”(así se llamaban los autobuses que traían a los sobrevivientes de los campos de concentración)  en el que viene desde Dachau el Conde Ditmar.



Las primeras en llegar son Olga Fjeldso y Lydia Plough. Olga está feliz porque Edward Weyse no vendrá ya que ha traído consigo a su nieta Sarah. Nadie parece recordar que Sarah es hija del actor, la misma adolescente cree que Adam es su padre biológico. También llega Alice Frigh que al igual que Lidia parece que pasó la guerra en un escaparate. De alguna manera ellas representan una Dinamarca desaprensiva, a las que no tocó la Ocupación. Alice está feliz,  su nuera Nana que ya le ha dado un nieto (Anders llamado así por el primer marido de la madre),  espera otro bebé. Si es niña van a llamarla


 Alice.

¿Qué le pasó a Bertha?

Sin embargo, Alice tiene un vínculo con la guerra. Se ha traído con ella a Bertha, ahora acabando la carrera de medicina. Madre e hija casi no han tenido contacto desde el verano del ‘41. Alice sabe que Bertha era miembro de la Resistencia, pero no conoce detalles de su actividad clandestina. Lydia, quien ha sido casera de la joven Frigh tampoco sabe, pero hay algo que agobia a Bertha que la ha vuelto retraída, taciturna, parca.



Llegan Los Madsen y con ellos una sorpresa (desagradable para Olga ). Se han encontrado con los Weyse. Para recordar viejos tiempos, los invitan a quedarse una noche en el hotel de la playa. A pesar de las promesas hechas a la abuela de su hija, Weyse insiste en pasarse el verano en el Andersen.



Es cierto que Sarah es una cajita de sorpresas. Sabe que el narcisista actor fue el primer marido de su madre, sabe que hay un motivo por el que su padres no quieren hablar de él, se ha visto todas las películas de Weyse y a él le encanta saber que Sarah, por la que nunca se ha interesado, también quiere ser actriz y canta como él.



Weyse siempre ha proveído el relleno cómico, pero esta temporada su arco es desagradable. Aunque egoísta y vanidoso, nunca ha sido cruel y ahora parece querer hacer daño a Olga.  El modo en que interactúa con Sarah podría hacerla creer que está coqueteando con la niña. Es el único toque desagradable en una magnifica temporada.



Los Madsen han traído un cofre de productos suecos que no se encuentran en Dinamarca. Otilia aprovecha de prepararle una taza de verdadero café a Hjalmar. Es un reencuentro del Consejero Aurland con el café y con la maestra de la cual ha sido mentor (yo siempre he creído que Otilia está enamorada del viejito).




Esa noche en la primera velada, se habla del castigo de los colaboracionistas. Aurland dice que no le gustaría ver una campaña de venganza, y se habla de enjuiciar a sicarios de la resistencia que, por equivocación o motivos personales,  ejecutaron a gente inocente. Bertha sale de su letargo y defiende a estos sicarios.



Su madre teme que Bertha haya sido uno de ellos. Encuentra en un libro de su hija una nota de periódico que habla de un dueño de un café que fue torturado hasta morir por la Gestapo. Bertha responde con mutismo al interrogatorio de Alice.



Con quien llega a abrirse es con Molly Andersen a quien visita en su casita. Molly está a punto de volver a su cocina en el Hotel Andersen. Da un poco de lástima verla tan solita: su esposo murió hace un año; Ane se casó y se llevó a Emma, Molly espera que, finalizada la guerra, Morten y su familia regresen a Dinamarca.



Bertha le dice que necesita saber sobre algo que ocurrió hace un año. Es algo relacionado con la Resistencia. Molly arregla una entrevista con Arne Kokholm. Bertha, delante de Molly narra su tragedia. Por cuatro años fue correo de la Resistencia entre Copenhague y Aalborg.

En un ocasión,  cargando un maletín lleno de documentos y armas, se encontró en un café en el que entraron agentes de la Gestapo. Asustada,  la muchacha huyó, dejando oculto el maletín. Poco después se enteró que el dueño del local había sido arrestado, y que había muerto debido a las torturas nazis. Desde entonces Bertha carga la culpa de esa muerte y la posible de agentes cuyos nombres estaban en una lista en el maletín. Arne promete investigar.



Unos días después, Molly avisa a Bertha que Arne la espera en su casa. Bertha llega y encuentra el salón vacío. Pasa al comedor en penumbras y se sorprende ya que no es Arne quien la espera sino su ex amante, a quien no había visto desde el verano del ‘41. Pero el falso arqueólogo ya no es el hombre alegre y pícaro que ella conocíó, se ve avejentado, cansado y con voz triste.



Klaus tranquiliza a Bertha. El dueño del café era miembro de la Resistencia. La Gestapo lo arrestó por su actividades no por el maletín que ella ocultó en el café. Para demostrarlo pone el maletín sobre la mesa. Si hubiesen dado con la lista de nombres , él no estaría ahí. Así Bertha descubre que Vilmulsen era el destinatario del maletín, un importante líder de la lucha antinazi. Mas tranquila,  lo invita a quedarse en el Hotel Andersen para hablar del pasado, pero él le responde con voz atona que lo que menos quiere hacer es hablar del pasado. Más tarde nos enteraremos de que si fue arrestado y torturado.

Ditmar Sale de Dachau y del Closet

Ahora viene lo mejor de la temporada, los arcos de Ditmar y Amanda. El Conde llega al Andersen. Esta flaco,  sin bigote, parece pollo desplumado. Es recibido con grandes muestras de cariño, pero se ve muy cansado y apesadumbrado. Le dice a Amanda que está evitando a su madre puesto que cree que lo busca para que ayude al padrastro quien ahora enfrenta castigo por sus actividades pronazis.

Con la única persona con la cual el sobreviviente de Dachau parece interesado en hablar es con Hjalmar. A él le cuenta que fue enviado al campo de concentración debido a una delación de un criado. Nunca sabrá que motivó esa traición puesto que el hombre fue ejecutado por la resistencia. Lo que todos conjeturan es cuales fueron los actos por los que Ditmar fue condenado.



Las inconscientes Alice y Lidya hacen apuestas de si ocultaba armas en Frisjholm o si dio refugio a aviadores Aliados. Esa noche después de la primera cena, las mujeres interrogan públicamente al Conde y este valerosamente revela que fue acusado y arrestado por ser homosexual. Agrega que no teme salir del closet porque espera que ese mundo donde él pudo ser castigado por su orientación sexual haya dejado de existir.



Todos permanecen en silencio intentando digerir la confesión de quien conocen hace años. Ditmar, incomodo, se marcha del salón. A la mañana siguiente se levanta temprano para evitar encontrarse con nadie a la hora del desayuno. Ante su sorpresa se le une Hjalmar que se sienta en su mesa y lo invita a dar un paseo por la playa. Le dice que el también espera que el mundo esté cambiando para mejor.



El Verdadero Padre de Frida

Georg Madsen anda preocupado. El ánimo revanchista ha invadido a Dinamarca. Se persigue a los empresarios que como él colaboraron con el invasor. Le dice a su hija que despida a Gertie porque su presencia puede vincularlo con el Coronel Fuchs. Amanda se niega, pero alguien reconoce a la ex secretaria.



En el sótano, Amanda encuentra un cargamento de granadas que dejaron los alemanes. Cuando llama a Arne para que las retire, le mandan al desaforado Jens. Este reconoce a Gertie como una que se le escapó cuando le cortaba el cabello. Intenta llevársela, pero Molly le sale al paso y se le enfrenta a pesar de que Jens le pone una pistola en el pecho. Con voz entera, mirada fría y la misma expresión severa que una vez usara para expulsar al huésped que intentó violar a Edith, le dice a Jens que los mayores colaboradores fueron los de su familia que vendían el mejor pescado a los alemanes.




Avergonzado,  Jens se marcha, pero también lo hace Gertie. Le deja una carta a Amanda agradeciéndole su ayuda, pero no desea provocar problemas. Esta noche a solas, Georg acusa a su hija de ayudar a Gertie porque son parecidas. Exasperada, Amanda recuerda a su padre que él fue quien le inventó a Frida “un padre sueco” y que algún día su hija sabrá la verdad. Furioso , Madsen la insta a que grite a todo el mundo que ha tenido una hija con un soldado alemán.



Mas tarde, Madsen pide disculpas a Amanda, le dice que es su cariño por Frida el que lo hace protegerla, que no se gana nada con contarle que su verdadero padre murió en el Frente Oriental. Amanda todavía tiene esperanzas que Uwe esté vivo. Esa noche sueña que él aparece en la cocina del hotel.

Una semana más tarde Amanda recibe una llamada de Gertie. Está en Hamburgo trabajando para la Cruz Roja. Amanda tiene un flashback a una plática postcoital con Uwe, en la que él le contó que venía de un suburbio afluente de Hamburgo y que las razones por las que no aprobaba el nazismo tenían que ver con que su padre, un juez, era muy cercano a los círculos hitlerianos.



Por pedido de Amanda, Gertie va a la mansión Kessling donde encuentra al juez muy cómodo como si nunca hubiese estado asociado con un estado criminal. Gertie pregunta por Uwe y por Stefan, el soldadito que el teniente salvó del paredón en la Temporada 8. El juez es cortante. No sabe nada de soldados. Su hijo Uwe fue gravemente herido en el Frente Ruso, convaleció por dos años y regresó al campo de batalla. Desde entonces no se sabe nada de él.

Al salir, la criada le susurra a Gertie que Stefan murió en la misma batalla donde fue herido Uwe, pero que el teniente no murió. Aparece el juez que obliga a interrumpir la conversación. Poco después, Gertie recibe la visita de la criada. Uwe fue gravemente herido y tuvo una larga convalecencia,  pero la razón por la que su padre no quiere saber nada de su hijo es que este se unió a los círculos militares que conspiraron para matar a Hitler.



La conversación acaba con Gertie que ha conseguido, a través de la criada, una foto de Uwe y su madre. Ella también se llamaba Frida. ¿No es eso una coincidencia? Con sonrisas y lágrimas, Amanda dice que no se trata de una coincidencia.



Therese no quiere que su hija se haga falsas ilusiones. Le recuerda que los involucrados en el atentado de 1944 fueron pasados por las armas, pero Amanda dice que no todos fueron ejecutados. Voy a detenerme aquí, pero solo les adelanto que la serie acaba en un final feliz, con una parejas unida por un deseo de reparar una patria dividida por la Ocupación;  Weyse redescubre cuanto ama a Helene y lo más importante….el reencuentro de Uwe y Amanda Nos dijeron que este era el final de la longeva y popular serie. No, en la Wikipedia Danesa leo que están filmando la Décima Temporada. D-s mediante, la veremos en el 2024.



¿Hay alguna falla entre tanta perfección?  Lamentablemente se nota que fue hecha en pandemia. Aunque no afecta ni la esplendorosa cinematografía ni las buenas actuaciones,  ha afectado el largo de la temporada. Cinco en vez de seis episodios, eso hace que muchas cosas sucedan atropelladamente y también el que Uwe y Amanda no se besen (aunque los vemos en la cama).

Contenido Violento o Gory: Jens apunta a Molly con un revolver. Lo peor, el ultraje a Gertie, la tortura de Klaus, las vivencias de Ditmar en Dachau y la ejecución de Emil Hoyer quedan para ser expuestas en diálogos.



Contenido Sexual o Desnudos: Flashback a Amanda y Uwe en la cama, escenas de alcoba de Bertha y Klaus, casi Helene vuelve a caer en el adulterio, pero no muestran nada escandaloso.



Contenido Feminista: Si de algo se puede apreciar esta maravilla de serie.es de personajes femeninos fuertes: Molly,  Otilia y por supuesto Amanda, pero también Gertie que sabe reinventarse y ayudar a quienes la han ayudado.

Factor Diversidad: Tenemos a Ditmar saliendo del closet y hablando de un tema que aun hoy no se toca, la persecución de los homosexuales en El Tercer Reich. Vemos el tema judío con Sarah y sus abuelos que al regresar del exilio descubren que les han robado su fortuna de su caja fuerte donde la dejaron a recaudo. Autoridades y gobierno se desinteresan y les recuerdan que deben agradecer estar vivos.

                                        Marcus Herz, abuelo de Sarah

No concuerdo, sin embargo, con las palabras de Hjalmar Aurland de que de esa manera se borra la hazaña del ’43. Los abuelos de Sarah están tratando con una policía que todavía alberga a fascistas. En cambio, la operación de rescate fue obra de la Resistencia Danesa.