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jueves, 25 de noviembre de 2010

DLXXXIX: Luz del horizonte

Es el elíxir sublime del horizonte donde descansa, azul, un destello de anhelos sensatos e imperecederos. Sentires de añares y centurias, de rayos y centellas y llamas inextinguibles lamiendo de fuego los muros de tus castillos constitutivos. Erosión ardiente del ladrillo pulverizado bajo tu vuelo. Encarnizamos la luz estelar de un mañana alcanzable y posible, efigies mutantes y vivas de los amores eternizados en un dueto infalible y certero. Aves de alto vuelo, gaviotas por momentos. Rasantes cada tanto, danzando el vals del viento entre las nubes y los dioses pasados. Quetzalcóatl sonríe, se realiza. Se hace estrellas y se funde con la nada y nuestros cuerpos. Y en el excelso devenir de las almas comulgadas, somos luz y vida eterna.

viernes, 17 de septiembre de 2010

DLXXIX: Nos. Otros.

Lo prescindible del ajeno, la propiedad adquirida. Un pacto de voluntades desarraigadas de la mera presencia del individuo prójimo que lo ignora o lo reemplaza. Los caminos paralelos, sin rotondas ni cruzadas. Las barreras que seducen, la otra cara, su mirada. Las visiones del alcohol que se entremezclan con un alba redundante en luminarias, siempre vasto en lapidarias. Lapidaria de ser uno, siempre el otro y tan lejano. De uno mismo y del espejo, nuevos ritmos que se emplazan. Fundación del sinsabor, de amalgamar un anagrama, que entorpece las certezas de mirarte y ver tu cara (de mirarla y ver su cara). Despedidas de un final que nunca acaba por su fama, que eterniza y encarniza las victorias de la nada; y en un llanto devenido en tierno abrazo, estoy en casa.

viernes, 13 de agosto de 2010

DLXIX: Elecciones indivisibles

"Mirarte en la frecuencia donde alcance que tiembles mi deseo sin que se devaste tu camino. Imposibilidades varias, la mía siempre es anterior. Renunciar para aparcarte el espacio en el que no renuncies, y mientras tanto aminorarme. ¿Dónde me traiciono más? Apropincuándome al respeto a que te sigas o silenciando lo que no quiero pedir. Pedir siempre se me hizo agua de exigencia, y eso no corre cuando tratamos sentidos, cuando lo que se da debe pasar o morir. Y en la mayoría de mis casos resulta que muero para no pasar así como un fantasma conformista y predador, que asume el riesgo de coartar una luz, una elección. Pero es que a veces –las más veces- acabo eligiendo no elegirte o no elegirlos, si asoma la posibilidad de que no puedas o no puedan hacerlo por sí mismos. Cómo si de mí dependiera fomentar sus ansias –las tuyas-, haciendo claroscuro de las propias. Debería seguirse conmigo en el camino, como si la opción de mi ausencia no existiera, no porque de hecho no exista sino porque sus vísceras gritan que no desean transitar sin mis sombras y mis colores."

Vos sabrás de dónde es...

jueves, 25 de junio de 2009

CCLXIII: Medio y medio

Muchos viajan a buscarse; otros, mejor aún, viajan a encontrarse. Será quizás, que en la rutina diaria no podemos tomarnos el tiempo necesario para focalizar la atención en nuestra propia alma, para leer implícitamente que rumbos ha de tomar para saberse realizada, para deleitarse de felicidad, para sentirse, al fin, en paz. Pero otros, que en alguna circunstancia hemos viajado por la certeza de que es menos triste morir un poco lejos de casa, caemos tarde en la cuenta de que no somos uno, que necesitamos. Que mi yo interno se moldea de acuerdo a la compañía que soporte mis amaneceres, o se sienta "en casa" en mis atardeceres. Porque quizás ese sea yo, ni tan de una forma, ni tan de otra. Con mi sonrisa o mis lagrimas dependientes de los labios que me contagien amor en cada capítulo de mi vida. Sí, quizás sea así de incompleto. Expectante, necesitado, triste...