Mostrando entradas con la etiqueta JPII. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta JPII. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de mayo de 2011

Frente al miedo

Me alegré mucho cuando vi la imagen de Juan Pablo II en la fachada de san Pedro: me vinieron a la cabeza tantas cosas.
Estos últimos tiempos lo han usado de pimpampún los malos, los resentidos, y hasta los máspapistas.
Yo me acordé de lo que pasó cuando san Josemaría fue beatificado: un año entero de bombardeo en la prensa, debates, mesas redondas, artículos, todo lo que hiciera falta. Fue tremendo. Pero pasó.
Hoy tenemos al beato Juan Pablo II, que yo veo -aparte de todo lo demás- como mi modelo de valentía.
Y como soy tan miedoso, voy a acudir mucho a su intercesión.

viernes, 8 de abril de 2005

In Paradisum

In Paradisum deducant te angeli,
in tuo adventu suscipiant te martyres,
et perducant te in civitatem sanctam Ierusalem.
Chorus angelorum te suscipiat,
et cum Lazaro quondam paupere aeternam habeas requiem.
Que los ángeles te guíen al Paraíso,
a tu llegada te acojan los mártires,
y te lleven hasta Jerusalén, la ciudad santa.
El coro de los ángeles te acoja,
y con Lázaro, que fue pobre, tengas un descanso eterno.
Final de la homilía del cardenal Ratzinger:
Para todos nosotros es inolvidable cómo en este último domingo de Pascua de su vida, el Santo Padre, marcado por el sufrimiento, se asomó una vez más a la ventana del Palacio Apostólico y una última vez dio la bendición Urbi et Orbi.
Podemos estar seguros de que nuestro amado Papa está ahora en la ventana de la casa del Padre, nos ve y nos bendice. Sí, bendícenos, Santo Padre. Nosotros confiamos tu alma querida a la Madre de Dios, tu Madre, que te ha guiado cada día y te guiará ahora a la gloria eterna de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Y ver que se llevaban el féretro del Papa.

miércoles, 6 de abril de 2005

Coincidencias

Muere la Madre Teresa y en los mismos días muere Lady Di.
Muere Juan Pablo II y muere Rainiero de Mónaco.
Parece como que Dios estuviese divirtiéndose con nosotros, para que dejásemos de jugar a la numerología, a las coincidencias más o menos astrológicas o simbólicas, porque parejas como estas no son lo que plantearíamos nosotros: algunos serían felices si por ejemplo hubiera muerto Casaldáliga a la vez que Juan Pablo II: en El País habrían estado encantados.
Juan Pablo II: hubiera sido perfecto que se hubiera muerto el Viernes Santo. ¿Y qué me decís del Domingo de Resurrección? Mejor todavía. ¿Y el Segundo Domingo de Pascua, fiesta de la Divina Misericordia (instituida por el propio Juan Pablo II)? Sí, ya, quedan dos horas, pero Dios, sin ninguna consideración, se lleva a Juan Pablo II. Sólo es sábado.
Nuestro amor a las fechas redondas y a que todo cuadre (aquí abajo).

Menos mal que se ha muerto ya Rainiero, que no me dejaba publicar este post: si se muere más tarde me lo estropea.

domingo, 3 de abril de 2005

Tristeza

Juan 21, 17:
Le preguntó por tercera vez:
-Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez: "¿Me quieres?", y le respondió:
-Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.
Le dijo Jesús:
-Apacienta mis ovejas.
Santa Catalina de Siena (carta 196):
Il dolce Cristo in terra.
Babbo mio dolcissimo.
Fray Luis de León, En la Ascensión:
¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro,
con soledad y llanto,
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?
Los antes bienhadados
y los agora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
¿a dó convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura
que no les sea enojos?
Quién oyó tu dulzura.
¿Qué no tendrá por sordo y desventura?
Aqueste mar turbado,
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto
al fiero viento, airado?;
estando tú encubierto?
¿Qué norte guiará la nave al puerto?
Ay, nube envidiosa
aún de este breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!
Juan, 21, 7:
Aquel discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro:
-¡Es el Señor!
Al oír Simón Pedro que era el Señor se ató la túnica, porque estaba desnudo, y se echó al mar.

viernes, 1 de abril de 2005

El Papa se muere

Y yo me acuerdo de las varias veces que le vi: dos en Roma (las dos últimas), una en Portugal (la primera, cuando tenía 15 años, en Sameiro, mientras los portugueses cantaban continuamente Benvindo, benvindo, benvindo a Purtugaaaal), otra en Bélgica (fuimos desde Alemania y llovió como nunca, todo muy frío) y varias en España. Muchas me salen. No he estado a la altura.
Rezo no para que se cure, rezo para que se le haga fácil el paso a la casa del cielo, porque el demonio estará atacando, seguro.
Pero en el cielo están de preparativos: festa rachada.

sábado, 16 de octubre de 2004

El Papa cumple 26 años

¡Felicidades! Tengo la suerte de poder decir: me acuerdo de cuando fue elegido Papa, ha sido fundamental en mi vida, lo he visto cuatro o cinco veces de cerca (aunque tampoco muy de cerca), me parece la figura más grande de esta época. Otros fueron contemporáneos de Napoleón, o de Felipe II: yo soy contemporáneo de Juan Pablo II.

Ferrari anuncia que le va a regalar un Fórmula 1 (no blanco, rojo, hasta ahí podríamos llegar). No dudo de su buena intención, pero ¿no se han dado cuenta de que es una idea grotesca? Es el típico regalo de ricachón con anteojeras: ¿qué es lo mejor que le puedo regalar al Papa? Lo mejor del mundo es un Ferrari de Fórmula 1. Regalo de ricachón: cuesta una pasta, es perfectamente inútil y más que agradar al que lo recibe es una muestra de ostentación del que lo da. Lo lógico sería que Ferrari dijera: regalamos al Papa el diez por ciento de nuestros beneficios (tantosmil millones) para que los dedique a lo que vea conveniente. Pero claro, son ricos pero no idiotas. Me encantaría saber qué hubiera dicho de esto Léon Bloy (me estoy enganchando a él: selección de textos en Esperando nacer): daría gritos desaforados y Ferrari descubriría con horror su estupidez con el regalito.

Y yo, ¿qué le regalo? Yo, un dibujo contrahecho hecho con mis muñones.