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jueves, 27 de noviembre de 2025

De vuelta al camino de Swann

No sé por qué, después de haber acabado hace unos meses a trancas y barrancas el tomo 3, El mundo de Guermantes, que se me hizo largo como un día sin pan, y de haber decidido no continuar leyendo más, me puse a releer el primer volumen de En busca del tiempo perdido, aunque no sé si releído es el término exacto, porque la primera vez no lo leí, sino que lo oí leído, a lo largo de unos cuantos viajes regulares en coche hace diez años

Sobre todo me acordaba de la primera parte, de cuando estaban en Combray y hacían paseos unas veces por el camino que pasaba cerca de la casa de Swann y otras por el otro, más largo, del lado donde vivían los Guermantes. Allí en medio está el justamente famoso episodio de la magdalena y la reflexión sobre la memoria.

Dicho esto, además de volver a mostrar mi admiración ante la capacidad de Proust de hacer una narración de gran aliento y por su facilidad para describir detalles, actitudes, sentimientos minúsculos en frases larguísimas y párrafos de varias páginas, esta vez me he fijado más en el trasfondo y se me queda muy cojo: es un mundo pequeñito, bien que mirado con lupa, donde la clase alta y la aristocracia se rozan y codean, apoyándose en unos códigos implícitos, muchas veces muy inmorales en el fondo, pero revestidos de respetabilidad. Seguramente peco de pacato, pero así lo veo. Las doscientas páginas de devaneos de Swann con Odette y la ambigüedad del status de esta se me hicieron también muy largas esta vez. Qué sea exactamente Odette en la escala social es materia muy delicada de precisar para el narrador; si yo digo que es una mantenida, parecerá que me voy por la vía del medio, de las etiquetas y las condenas, no sé.

Bueno, hasta aquí llegamos con Proust. 


lunes, 9 de diciembre de 2024

A la sombra de las muchachas en flor, de Marcel Proust

Mi lectura de Proust está siendo rocambolesca. Hace ya casi diez años, en viajes que hacíamos en coche, fui oyendo a mi copiloto leerme entero el primer volumen, Por el camino de Swann, de En busca del tiempo perdido. Fue toda una experiencia y lo disfruté mucho: es un autor para oírlo, también, esas frases que se encadenan, ese ritmo tan perfecto, esa cámara lenta a la hora de describir el más mínimo estado anímico, los vaivenes de la percepción, lo que se va encontrando en el paisaje, en las casas.

Ahora me puse a leer el segundo, A la sombra de las muchachas en flor, pero empecé por la página 260, pensando que ya había leído meses antes las páginas anteriores. Fue una confusión absurda, seguramente porque puse un separador ahí y porque había empezado con las primeras páginas, pero muy pocas, porque me había costado entrar en ese mundo de Proust al empezar a leer. Ahora, en cambio, lo he leído con interés continuo. Al llegar al final, no conseguía recordar nada de las primeras 260 páginas así que me puse a leer desde el principio y descubrí que no las había leído. Todo absurdo. He leído primero sobre Balbec y las muchachas que el narrador observa allí y luego he empezado con la atención que presta a Gilberte Swann. 

Se podría resumir el libro así: una cena con un diplomático, visitas a la casa de los Swann en Paris, un veraneo en Balbec, todo esto en más de seiscientas páginas. Es prodigioso, a mí me asombra cómo consigue escribir de ese modo, en párrafos que ocupan páginas, en frases de decenas de líneas, sin ser nunca cansino (a veces hay que tener un poco de paciencia, es verdad), siempre original, con una disección de la interioridad impresionante.

Esa manera de ver el mundo tan desde la intimidad del escritor corre el riesgo de una visión muy limitada, quizá la mayor debilidad de fondo del conjunto. Todo lo vemos desde los ojos del narrador, que parece moverse por obsesiones. La moralidad es así una cuestión de impulsos: hiperestesia en un modo de códigos de modales fascinantemente complejos y una moralidad muy dudosa, una doble moral, que solamente se deja ver en dos páginas sueltas.

Es un cuadro de Sorolla, "Mi mujer y mis hijas", que usan algunos como ilustración de este volumen.

lunes, 2 de diciembre de 2024

El tímpano de la iglesia de Balbec

En el volumen 2 de A la búsqueda del tiempo perdido, A la sombra de las muchachas en flor, un pintor, Elstir, le explica al joven protagonista la delicadeza de los detalles del tímpano, dedicado a la Virgen, de la iglesia de Balbec, pueblo de vacaciones donde están los dos. Estos son los que destaca:

-Que lleven los ángeles el cuerpo de la Virgen en la Asunción en un velo, para no tocarla.

-El ángel que lleva el alma de la Virgen para reunirlo con el cuerpo.

-En el encuentro con su prima Isabel, el gesto de esta de tocar el vientre de María.

-El brazo vendado de la comadrona que no había querido creer en la Inmaculada Concepción.

-El ceñidor que la Virgen echó a santo Tomás para darle una prueba de la resurrección.

-El velo que la Virgen se arranca para cubrir la desnudez de Cristo en la cruz, mientras la Iglesia recoge la sangre.

-La sinagoga, cuyo reino terminó ya, con los ojos vendados, sostiene un cetro medio roto y deja escapar, con su la corona que se le cae de la cabeza,  las tablas de la antigua ley.

-El esposo que ayudando, a la hora del Juicio Final, a su joven mujer a salir de la tumba, apoya su mano contra su propio corazón para tranquilizarla y probarle que late realmente.

-El ángel que se lleva el sol y la luna, ahora que ya son inútiles, porque la luz de la Cruz es siete veces más poderosa.

-El que mete la mano en el agua del baño de Jesús para ver si está caliente.

-El que sale de las nubes para poner su corona sobre la Virgen.

-Los que asoman en lo alto, en la Jerusalén celeste, para ver la gloria de los elegidos y los suplicios de los malos.

No sé si corresponde con algún tímpano concreto o es una recreación, fascinante, de Proust. Al principio del volumen (p. 50-51) explica ya las ganas que tenía el protagonista de conocer esa iglesia, que parece que es románica. Balbec es un lugar de veraneo en la costa, pero no corresponde con un lugar real: se habla de Cabourg, pero no sé si allí hay un tímpano así o Proust ha hecho una recreación a partir de tímpanos concretos.

Yo lo estoy leyendo en la traducción de Pedro Salinas, muy buena, aunque con unos leísmos increíbles. He encontrado el texto en el original, por si gustáis:

Comme je lui avouais la déception que j'avais eue devant l'église de Balbec: « Comment, me dit-il, vous avez été déçu par ce porche, mais c'est la plus belle Bible historiée que le peuple ait jamais pu lire. Cette Vierge et tous les bas-reliefs qui racontent sa vie, c'est l'expression la plus tendre, la plus inspirée, de ce long poème d'adoration et de louanges que le Moyen Âge déroulera à la gloire de la Madone. Si vous saviez, à côté de l'exactitude la plus minutieuse à traduire le texte saint, quelles trouvailles de délicatesse a eues le vieux sculpteur, que de profondes pensées, quelle délicieuse poésie ! L'idée de ce grand voile dans lequel les Anges portent le corps de la Vierge, trop sacré pour qu'ils osent le toucher directement [...] ; l'ange qui emporte l'âme de la Vierge pour la réunir à son corps; dans la rencontre de la Vierge et d'Élisabeth, le geste de cette dernière qui touche le sein de Marie et s'émerveille de le sentir gonflé; et le bras bandé de la sage-femme qui n'avait pas voulu croire, sans toucher, à l'Immaculée Conception; et la ceinture jetée par la Vierge à saint Thomas pour lui donner la preuve de sa résurrection; ce voile, aussi, que la Vierge arrache de son sein pour en voiler la nudité de son fils d'un côté de qui l'Église recueille le sang, la liqueur de l'Eucharistie, tandis que, de l'autre, la Synagogue, dont le règne est fini, a les yeux bandés, tient un sceptre à demi brisé et laisse échapper, avec sa couronne qui lui tombe de la tête, les tables de l'ancienne Loi; et l'époux qui aidant, à l'heure du Jugement dernier, sa jeune femme à sortir du tombeau lui appuie la main contre son propre coeur pour la rassurer et lui prouver qu'il bat vraiment, est-ce aussi assez chouette comme idée, assez trouvé ? Et l'ange qui emporte le soleil et la lune devenus inutiles puisqu'il est dit que la Lumière de la Croix sera sept fois plus puissante que celle des astres ; et celui qui trempe sa main dans l'eau du bain de Jésus pour voir si elle est assez chaude; et celui qui sort des nuées pour poser sa couronne sur le front de la Vierge; et tous ceux qui penchés du haut du ciel entre les balustres de la Jérusalem céleste, lèvent les bras d'épouvante ou de joie à la vue des supplices des méchants et du bonheur des élus! Car c'est tous les cercles du ciel, tout un gigantesque poème théologique et symbolique que vous avez là. C'est fou, c'est divin, c'est mille fois supérieur à tout ce que vous verrez en Italie où d'ailleurs ce tympan a été littéralement copié par des sculpteurs de bien moins de génie (el texto, aquí).

miércoles, 18 de marzo de 2015

El primer volumen de Proust, de oídas

Nos ha llevado no sé si tres o cuatro años, pero en los viajes al área de Arousa Norte, entre otros libros más de actualidad que íbamos probando (ahora estamos divididos con Dora Bruder de Modiano: a Mario le gusta, a mí me está pareciendo un timo) teníamos uno que no fallaba: Por el camino de Swann, el primer volumen de la obra de Proust.
Ha resultado ser el mejor libro para escuchar, desde mi punto de vista de oyente conductor: ese modo moroso de contar resulta especialmente agradable de seguir en una audición; no solo eso, aunque pasasen semanas de intervalo, era fácil volver al argumento. Diréis: es que es un argumento mínimo. Bueno: más a mi favor.
Me ha impresionado un montón la capacidad descriptiva de Proust, su estilo admirable, su finura de artista total, la increíble disección que hace de sentimientos, percepciones y sensaciones.
Y ahora tengo en mi memoria a Swann, a la dudosa Odette, al adolescente hipersensible narrador, las playas de Balbec, los caminos de las afueras de Combray.