Y la ventaja de que un año se acabe y se nos vaya es que, irremediablemente, empieza otro nuevo. Y claro, viene llenito de días para hacer todo lo que nos propongamos a partir de ahora.
Otro año entero para llenarlo de proyectos y procurar realizarlos todos, aunque sea poquito a poco. Tampoco hay prisa, ¿no? Joé, que tenemos un año entero por delante... Así que, con tranquilidad. No se me agobien, criaturas. :)
Normalmente lo hago, pero esta vez no se me ha ocurrido hacer balance de este año, la verdad. Y es que, ahora que lo pienso, me acuerdo perfectamente de que hace un año, yo estaba muy, pero que muy jodiílla, pasando un momento bastante regular. En realidad llevaba medio año ya atontá, pero cambiar de año no arregló ná de ná.
Ya sabéis, las cosas de la vida, que a ratos, pues se tuercen de una manera escandalosa y nos parten por medio. ¿Qué le vamos a hacer? Es lo que hay, ¿no?
Y, bueno, que la historia jodía me duró hasta junio o por ahí... Vamos, la mitad del año echado por tierra, vaya.
Eso sí, a partir de junio, el año mejoró considerablemente. Es lo que tiene que llegue alguien, y sin darse cuenta, te ayude a renacer de tus cenizas, claro. :)
Vale, otra cosa... Que por si no os acordáis (ha pasado ya un año, yo lo entiendo) os recuerdo que vuestra campanada de Nochevieja es la 3ª. Sí, sí, es la mismitica del año pasado.
Eso quiere decir (y esto va para los amigos nuevos que habéis llegado este año), que cuando esté sonando la 3ª campanada (allí en la Puerta del Sol, o en cualquier otro sitio), la uva correspondiente irá por vosotros y me estaré acordando de todos. Complicaíllo, porque cada vez sois más gente, pero eso mola, así que no pasa ná.
Y es que, sí, llevo ya muchos años dedicando las campanadas. Una manía de las muchas que tengo, ¿qué le hacemos? Y eso, que este año no iba a ser diferente, claro. Mis manías y yo somos un tándem, así que...
Así que, ya sabéis, no os atragantéis con las uvas, y menos con la 3ª, plis, que sólo nos faltaba eso.
Ale... FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!!