Mostrando entradas con la etiqueta Lab. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lab. Mostrar todas las entradas

jueves, 25 de noviembre de 2010

Si te he visto...

Pues hace una semana ya que tendría que estar trabajando en el laboratorio de la empresa, como todos los años de los últimos cinco. Sí, que ya hace una semana que empezó la campaña...
Pero resulta que no, porque este año mis jefes han decidido prescindir de mí y buscarse a otra muchacha a la que poder mangonear mejor de lo que ya podían conmigo.
Ea, es que yo ya no me dejaba. Y más, después de tanto tiempo sin verle futuro a mi estancia allí.

Es que he estado ocho años en la empresa, contando con el verano de prácticas tuteladas de 2.002. Ocho años, que se dice pronto.
He tenido contratos que han durado sólo 14 días y contratos que han durado 4 meses. Eso sí, con un tiempo prudencial entre contrato y contrato para que a mí no se me ocurriese, ni por asomo, acostumbrarme a estar allí.
He empezado a trabajar un viernes, para luego, al firmar mi contrato, ver que empezaba a contar desde el martes siguiente.
Me han llamado para empezar de un día para otro, y de la misma manera, me han echado de un día para otro... -"Mañana ya no vengas, que ya has terminado"-.
...

Y es que, claro, al principio cuando me llamaban, lo dejaba todo para estar allí. Cursos que estaba haciendo, clases particulares que estaba impartiendo... Pero en vista de lo que iba viendo, dejé de hacerlo. Así que cuando me llamaban para trabajar, y sabiendo que me echarían cuando ya no les hiciese falta, las clases no las volví a dejar. Al fin y al cabo, era lo único seguro que tenía, ¿no?

La cuestión es que al principio les pareció bien que sólo fuera por las mañanas para que yo pudiera seguir con mis clases por la tarde. Pero últimamente ya no les hacía tanta gracia. Y que yo no quisiera ir los sábados, les hacía mucha menos gracia... Hay que joerse...
Es que para ellos era una contrariedad que yo no estuviera disponible cuándo y cómo a ellos les saliese de las narices.
Porque yo pensaba:-"A ver, si me vais a echar sin miramientos cuando ya no os haga falta, ¿tengo que echar más horas que un tonto o ir los fines de semana sabiendo como sé que no va a servir para nada?"-. Además, joé, que yo no iba a heredar de ninguna de las maneras el chiringuito. Eso, ellos, que para eso son los dueños.

No sé. Vosotros me entendéis, ¿no? Igual me estoy equivocando de cabo a rabo, no lo sé... Pero es que esta situación llega a cansar y mucho, cuando ves que no te tienen en cuenta pa ná.
Porque es que, a ver, yo me puedo partir la cara por la empresa si la empresa hace lo propio conmigo, ¿no? Si no, ¿pa qué?
Lo que pasa es que para la empresa yo siempre he sido un gasto que nunca podía asumir. Que esto no me lo invento, ¿eh? Que son palabras textuales de una de las muchas veces que me echaron... ¿Os lo podéis creer? En aquel momento me sentí como un aparato de aire acondicionado que se estropea en pleno mes de agosto, en el momento económico más jodío y más inoportuno. -"Porras, no, ahora no, que no tengo un duro, coñio"-. Pues yo igual.

Bueno, el caso es que me enteré hace más de una semana porque la Wiza me contó que estaban buscando a alguien. No porque ellos quisieran hablar conmigo para preguntarme a mí primero si había cambiado de idea con sus condiciones, qué va. Y al pronto pues me sentó fatal. Sí, porque, aunque yo ya lo sabía, se me hizo demasiado evidente que nunca he contado para nada, que nunca he formado parte de esa empresa y que siempre he sido el último mono, a pesar de todo el tiempo que he estado rulando por allí.
Pero bueno, después pensé lo típico de que no hay mal que por bien no venga, o lo de que cuando se cierra una puerta se abre una ventana, o incluso, lo de arrieritos somos y en el camino nos encontraremos...
No sé, decidme más cosas, anda... :)

P.D: Es que se me ha olvidado otro refranillo que también viene como anillo al dedo: A todo cerdo le llega su San Martín...
:D

miércoles, 28 de abril de 2010

Personalizando el idioma

Y ahí estaba yo, en la farmacia esperando mi turno, a lo que la señora que iba delante de mí, salta:
-"Hola... Quiero una caja de pastillas, de ésas que hierven"-.
Y yo pensando:-"Pues como no lo des más pistas al hombre, me parece a mí que..."-.
Menos mal que el farmacéutico es un tío que se las sabe todas. O eso, o que no es la primera vez que le piden lo mismo de la misma manera, claro, porque al verle aparecer con la caja de aspirinas, yo he visto la luz.
A ver, señor@s, que sepáis y os quede claro que ahora ya no se llaman "efervescentes". Ahora se llaman "de ésas que hierven".

Y es que a veces tenemos unos idiomas tan personales, que cada uno utilizamos el nuestro.
Cuando estoy en el lab, como la Wiza y yo ya nos conocemos, pues es más fácil...
Y salto yo:-"Nena, dame el cachirulo ése"-.
Y el cachirulo ése puede ser, dependiendo de la situación y del momento, desde un tubo de ensayo, hasta una espátula, pasando por el tapón de un boli. Pero es que resulta que ella me entiende y sabe exactamente lo que le estoy pidiendo. Espabilá que es la muchacha, ¿qué le hacemos? :D
Eso sí, lo que para mí es un cachirulo, para ella directamente es un cipote. Hay que ver las palabras que se busca la criatura...
Pero bueno, que las dos sabemos que nos referimos a un 'chisme', utilicemos la expresión que utilicemos.

Y vosotros, ¿qué? ¿Tenéis un idioma personal también?
:)

jueves, 4 de marzo de 2010

Alunacer


Habrá sido el desayuno tan apañao que nos ha traído hoy el encargado del almacén y que ninguna de las dos nos esperábamos, pero está claro que nos han sentado de escándalo los churros y el chocolate de esta mañana.
A puntito de hacer el café que estábamos en el lab cuando el muchacho ha entrado, dejando encima de la mesa un paquetito. Pues eso, churros. ¡Ofú, qué alegría, por Dios!

Y claro, después de eso, a la Wiza y a mí nos ha dado la típica paranoya que nos da siempre, pero hoy más.
Es cuando salen las tonterías más tontas y las conversaciones más petardas. Vamos, que es para oírnos. Además, que yo siempre estoy para darle una miaja por saco, que es lo más entretenido de .

= = = = = = = = = = = = = = = = = =

La Wiza, pensando en voz alta, después de ver una presentación de fotos:-"¿Y cómo se llamará la salida de la Luna? Porque yo sé cómo se llama la salida del sol, pero la de la Luna... ¿cómo se llamará eso?"-.
Yo, intentándole tocarle una mijilla la moral:-"¿Ah, sí? ¿Y cómo se llama la salida del sol, si se puede saber?"-.
La Wiza, saltando exactamente como yo esperaba:-"¡Amanecer, cohone!"-.
Yo, sabiendo que le voy a hacer hervir la sangre por enésima vez:-"¿Amanecer Cohone? Pos vaya un nombre feeeeeeo para llamar al sol cuando aparece..."-.

= = = = = = = = = = = = = = = = = =

Es justo en ese momento cuando ella ya me mira como para fundirme, con los ojos desorbitaos y la cara tensa tensa, y yo ya no puedo articular palabra porque me da por reír sin poder evitarlo. Evidentemente, ella termina riendo también, claro. Sí, pero sólo después de llamarme cualquier cosa y de definirme con un par de apelativos "cariñosos". Es que es muy expresiva la muchacha, ¿qué le hacemos?

Menos mal que ratos de estos tenemos todos los días, porque si no, cualquiera aguantaba allí dentro algunas veces...

Pero yo me he quedado con la duda... ¿Cómo se llama la salida de la Luna? ¿Alunacer?
:)

viernes, 26 de febrero de 2010

Si a ratos me pincharan...

Hey, gente..., que os quería contar un secretillo, porque si yo me callo reviento, y eso no es plan.
A ver, que es que se han debido alinear todos los planetas o algo, porque ahora resulta que el martes vuelvo al curro.

Estoy alucinaíta perdía porque hace casi seis años que trabajo para esa santa casa, (una fija muy discontinua que soy allí) y nunca, nunca jamás, yo había vuelto al trabajo después de mis días de vacaciones. Y es que, cuando me dan la patá y mis días de vacaciones se terminan, siempre empiezan mis "vacaciones forzosas" y me tengo que esperar algunos meses para que me vuelvan a llamar. Así que esto es toda una novedad para mí.
Vaya, que ahora parezco una personita normal y , volviendo al curro después de sus vacaciones normales.
Y es que ya digo que nunca me había pasado esto. Y como a mí nunca me había pasado esto, pues no tengo ni el tal síndrome post-vacacional ni ná ni ná. :)

Es que por lo visto ayer hubo reunión en la cumbre. Y después la Wiza me puso al día por la noche. Sí, poner a alguien al día por la noche es contradictorio, lo sé, pero es lo que hay.
Bueno, pues eso, que hubo reunión de pastores en el despacho, y la invitaron a ella también.
Teniendo en cuenta que a la criatura aún le deben dos semanas de vacaciones del año pasado, y sabiendo que yo me quedo en el lab mientras ella no está, no era plan de darme de baja ahora, para que cuando ella se vaya (no saben exactamente cuándo, pero de aquí a un par de semanas), a mí me vuelvan a dar de alta otra vez.

En fin... Que yo sé que mis jefes cambian de idea catorce veces al día, es verdad, pero todavía hay ratos que flipo en colores, vaya. Es que no termino de acostumbrarme a sus manías y os aseguro que hay momentos en los que, si alguien me pinchase, no saldría ni gotica sangre.
Joé, y ya sé que son seis años, sí, pero está claro que no dejarán de sorprenderme.
Otra cosa es que a mí me afecte, claro. Pero eso ya he conseguido yo que no sea así. :)

Así que , que gracias a todos por vuestros comentarios de apoyo siempre. Que en el fondo estoy segura de que algo de esos buenos deseos y de esa energía positiva que me mandáis habitualmente, ha tenido mucho que ver en esto. Eso, o que mi jefe ha tenido un momento de lucidez por sí solo y por una vez...
Huy, quita, quita, ¡qué va!... Definitivamente, habéis sido vosotros. ;)

Ale, vámonos de fiesta, ¡que hoy invito yo!

jueves, 18 de febrero de 2010

Se veía venir

Claro que se veía venir. Con la que está cayendo (literalmente hablando), lo que aún me sorprende es haber durado tanto.

, que hoy mi jefe me ha llamado a su despacho y me ha hecho sentarme (qué considerado) para decirme que he terminado. Vamos, que ya mañana estoy de vacaciones. Que la almazara está cerrada; que con tanta lluvia no entra aceituna, y eso, que me cogiese los días que me corresponden de vacaciones, y después, pues ya veremos. Sí, ya veremos, porque según me ha dicho, queda mucha aceituna por recoger, pero no saben si la cogerán o no; que tienen que hacer números, porque la aceituna está podrida, en el suelo, congelá... Vaya, un desastre...

Esta vez ha tenido que ser él el que me diese la noticia, porque la muchacha de laboral, a la que siempre le toca hacer el trabajo sucio, se había pillado unos días de vacaciones y no vuelve hasta el martes.
Ha sido para decirle:-"¿Ves como no podía venir por las tardes ni los fines de semana? ¿Pa qué? Si de todas formas luego me echáis y ya está"-. Pero, bueno, me he aguantado. Cosa rara en mí, todo hay que decirlo.
Sí, porque cuando me ha dicho:-"Y si volvemos a la actividad y te volvemos a llamar, ¿puedes venir los sábados?"-. Me quedo mirándole y digo:-"Pues no. Los sábados tengo cosas que hacer"-. Menuda cara de consternación me ha puesto...
Que sí, joé, estoy ocupá aunque sea ejerciendo de chófer para la jefa, yendo de supermercado en supermercado... O estando tirá en el sofá, viendo la tele... O panza arriba en la cama, leyendo un libro... Pos anda que no hay cosas que hacer los fines de semana, ¿eh?

Y ya está. A ver, que yo lo entiendo, que si no hay trabajo para mí, pues lo normal es que me echen, ¿no? Ya digo que, por lo menos esta vez, ha sido él el que me lo ha explicado todo personalmente. Para mí, suficiente.
Cuando se ha despedido, me ha dicho:-"Bueno, Lourdes, que lo siento"-. Y yo:-"Sí, bueno, más lo siento yo"-. Y he pensado:-"Y no te digo que me devuelvas mis bombones, porque a saber dónde estarán ya, que si no..."-. :)

Pues nada, que a partir de mañana vuelvo a estar en el paro. Ale, otra más en la lista de los casi 5 millones.

Aprovecharé para terminar un libro que empecé en Navidad, y para volver a ponerme en forma, que no me he subido en la bici desde hace más de tres meses, y esto no puede ser.
Ea, que el que no se consuela es porque no quiere.

jueves, 11 de febrero de 2010

"Estas son las mañanitas..."

Pues, teniendo en cuenta que ha sido un día rarillo, también es verdad que no ha estado nada mal. Total, lo que sea celebrar algo, siempre hay que aprovecharlo. Porque es que hoy ha sido mi Santo. Mi Día. Vamos, la onomástica de la Lou.
Y como yo soy de dar mucho por saquillo y de hacerme notar, siempre tengo que llevar algo al curro para celebrar las cosas. Hoy ha sido una bolsa enooooorme de bombones de chocolate.
Recuerdo que el año pasado llevé trufas, por ejemplo. Y el anterior, galletas rellenas. Eso sí, en mi época de colegio llevaba sugus. Será que con la edad nos hemos vuelto más exquisitos, claro. :)

Bueno, el caso es que esta mañana, más llegar a las ocho, ya he vaciado la bolsa en una bandeja que tenemos en el lab para estos menesteres. Y así, todo el que fuera entrando, pues pillara su ración. Los que no han entrado no se han quedado sin bombones, porque ya me he encargado yo de dárselos por la ventana cuando estaban sacando un café de la máquina, que está al lado del lab.

...Y la Wiza me ha cantado Las Mañanitas cuando ha llegado.
Y las niñas de la ofi me han llamado por teléfono para hacer lo propio. Pero como no sabían si podrían venir a darme un achuchón y a por sus bomboncillos, cuando han dado las doce del mediodía y no habían venido, he aprovechado una tregua de lluvia, para ir yo cruzando la empresa y aparecer por la ofi. Allí estaba yo, rulando, pasando mesa por mesa, y dejando bombones por allí encima.

Y como ya sabéis a ciencia cierta que yo tengo la vergüenza justa para pasar lo mejor posible el día, pues me he colado en los despachos para darles también alguno a mis jefes. ¿Qué le vamos a hacer? Ya que he llevado bombones para todo el mundo, qué menos que les ofreciese alguno a ellos también, ¿no? No me parecía bien pasar por allí sin más nada...
Pero vaya, que ni los he dejado hablar porque, conforme entraba y soltaba los bombones en la mesa:-"Antonio, que hoy es mi Día. Toma un par de bombones de los que he traído. Hasta luego"-, salía dejándolos allí. Vamos, que no me he esperado a oír su respuesta ni . O sea, como una especie de trámite que había que pasar cuanto antes. Ale, ale, rápido y ligero, vámonos de aquí, que ya hemos cumplido... Pues eso.

Ha estado bien. Sí, a pesar de que hoy todo el mundo tuviésemos un momento de crisis, pensáramos que ya era viernes, y nos hayamos encontrado con un día más esta semana. Eso ha sido lo peor... Grito común en la oficina:-"¡Ojú! ¡Qué semana más laaaaaaarga!"-.

Menos mal que ya es casi finde, que si no...
:)

martes, 26 de enero de 2010

Esos locos bajitos

Y bueno, aunque el día ha sido un poco desastroso, porque en el curro cualquier día de estos, la Wiza y yo nos liamos a bofetás con todo bicho viviente de la empresa, incluido el jefe, pues al final, el día no ha acabado muy mal del .
¿No va mi jefe y se le ocurre decir ayer cuando yo no estaba, que como hay tanto atraso en la campaña de aceituna, la Lou debería ir por las tardes y los fines de semana a sacar muestras? Vamos, vamos, lo que me faltaba. Claro que eso a mí no me lo dice. Se lo dice a la Wiza y le calienta los coj... la cabeza.

Parece que ese hombre se olvida de que mi jornada termina a las tres de la tarde, que pa eso voy antes que los demás a la empresa. Parece que se olvida de que tengo vida fuera de su chiringuito y ésta no gira precisamente en torno a él, (porque si no, apañá iba). Y parece que se olvida (porque a mí no) que cuando ya no le hago falta, me da la patá sin miramientos.
¿Y pa eso quiere que vaya a hacer horas extras, que hasta yo sé que no serían ni agradecías ni pagás? Gracias, pero no, gracias. Total, que si me echa para meter a otra imbécil que esté allí de día y de noche, la Wiza ya ha dicho que ella no se hace cargo de la otra ni pa enseñarle dónde están los reactivos ni la puerta del servicio ni pa ná. Y es que debe ser que a esta imbécil, la Wiza ya le ha cogido cariño. :)

Total, que esta mañana nos ha dado por despotricar a las dos en el lab. Pero a voces las dos. No os lo podéis ni imaginar. Parecíamos que nos estábamos peleando, y en realidad, lo único que hacíamos era decir en voz alta lo que hace tiempo llevamos pensando cada una. Y sí, dicho sea de paso, nos ha sentado de escándalo dar un par de chillíos, criticando lo criticable. Además, que luego ya nos ha dado por desvariar y al final, hemos terminado partidas de la risa.
Pero no, el jefe no ha venido a decirme lo que me tenía que decir. Qué va, pa eso es un rajao. Nos habrá "intuído" y ha preferido no aparecer hoy. Y menos para decirme de echar más horas en su empresa, claro.
Además, que yo tengo clases por la tarde y no iba a poder de todas maneras. Vamos, que no puedo, eso es verdad, pero es que tampoco me iba a dar la gana, así que...

Y, de todas formas, ¿cómo voy a dejar las clases si hoy un niño me ha llegado al alma y se me han saltado las lágrimas volviendo a mi casa? Vamos, ni de coña dejo yo las clases, vaya.
Porque es que, el chiquillo en cuestión, que acaba de cumplir 9 años, y al que conocí la semana pasada porque su profe del colegio les sugirió a los padres que le pusieran un profe de apoyo en casa y me llamaron, pues hoy me ha tocado la fibra sensiblera. Será que estoy tonta yo también, yo qué sé.

Vamos, que esta tarde he tenido la segunda clase con él, y cuando ya me venía a mi casa despidiéndome de la madre, él ha salido a la calle detrás de mí para abrazarme. -"Bueno, hasta otro día, ¿eh?"-. Cuchi tú, qué collejo el crío, que ha apoyado su cabeza en mi barriguilla, rodeándome con sus brazos...
Joé, si es que es pequeño; si es que la criaturica no me llega ni a la cintura (y por lo visto, yo a él, ni a la suela del zapato); si es que nos acabamos de conocer... Vamos, que el puñetero me ha dejado a cuadros, porque no me esperaba esa muestra de cariño así porque sí. Totalmente inocente, sincero y sin mayores historias. Hay que fastidiarse... ¿Cómo puede ser tan grande alguien tan pequeño?
Pues ni os imaginais la cara que se me ha quedado. Vaya, que se me ha caído el alma a los pies. Y es que, teniendo en cuenta que hoy ha sido la segunda vez que le he visto en mi vida, ha conseguido con un sólo gesto que yo me haya estremecido entera, de arriba a abajo...

jueves, 7 de enero de 2010

Feliz... vida

Que dicen por ahí que hasta San Antón, fiestas son. Pero me da a mí que esto se ha acabado hasta el año que viene. Sí, para alivio de unos y tristeza de otros. Y es que conozco a mucha gente que ya el 15 de diciembre estaba diciendo:-"Qué ganicas tengo de que llegue el 7 de enero"-. Pues eso, que ya ha llegado.
Y es que seguramente todos tenemos claro lo hipócritas que son estas fechas. Que gente que no te saluda en todo el año, en navidad parece que necesita hacerlo. Que te llegan mensajes de personas que no han querido saber nada de ti en 12 meses. Que hay gente que el resto de los días son peor que Satanás, y en estas fechas tienen un momento de iluminación o algo... Vamos, que por lo visto, ser una buena persona o tener buenos deseos es una imposición en esta época.

Pues no. A mí eso no me sirve porque eso no es así. No, porque cuando se acaba la navidad, el momento de magia fraternal ése que vivimos, se pega un porrazo contra un muro, y las cosas vuelven a ser como siempre. ¡Qué coraje me da, vaya!
Y digo yo... ¿Por qué hay que desearse feliz navidad y ya está? ¿Por qué sólo nos deseamos ser felices unos pocos días al año? Pero si lo ideal sería desearnos felicidad siempre, ¿no? Todos los días, todas las semanas, todos los meses... Toda la vida, vaya. Que pienso yo que cuando la gente te importa, desearle que siempre sea feliz es lo mínimo. Y da igual que sea 24 de diciembre o 18 de junio. ¿Qué más dará eso?

Es que, cuando no lo hacen nunca, y sólo lo hacen en las fechas navideñas, como que me repatea un poco el higadillo. Como, por ejemplo, el día 31, a eso de las dos de la tarde, que entró mi jefe al lab a felicitarnos el año a mi compañera y a mí. No habíamos tenido tiempo de ir nosotras a la oficina, así que el hombre se dedicó a hacer la ronda turística por la empresa para despedirse de todo el mundo (antes de irse con su familia a su chalé en su porsche recién estrenado).
Y entró por la puerta diciendo:-"A ver mis chicas..."-. Que yo miré a la Wiza por el rabillo del ojo para ver la cara que ponía ante tal expresión de afecto. El hombre venía enfilao a darme un abrazo y un beso para desearme muchas felicidades. Oyyy, qué güena gente, pensé, lástima que para mañana se le habrá pasao este momento de crisis navideña.
Lo que tardó en salir por la puerta, que miré yo a la Wiza y le dije:-"Tía... ¿mis chicas? ¿No te has sentido como una de los ángeles de Charlie o algo así?"-.

Claro que después entró Martín, el muchacho de la oficina, para desear feliz año también. Pero éste sí que lo hace de verdad de la buena. Sí, porque sé que hace tres semanas que está un poco molesto conmigo por algo que dije. No sé exactamente qué fue porque casi ni nos vemos y aún no hemos tenido tiempo de hablar para que me lo aclare, (y para que yo me disculpe de paso si es que tengo que hacerlo y no vuelva a meter la pata con él, más que ). Total, que el muchacho entró y sin decir nada se acercó a darme un abrazo de oso. Pero de oso gigante, porque tengo que decir que mi Martín me dobla en peso y hace dos de mí a lo alto y a lo ancho. Es que es grande.
Pues eso, que ante tal reacción suya, yo me vi incapaz de decir nada. Lo que sí es cierto es que me sentó mejor que un poleo, vaya.

Y es que yo sé que Martín es así todo el año y no sólo en Nochevieja. Y a eso me refiero. Que hay gente para la que todos los días son navidad. No son buenas personas quince días al año; lo son siempre.
No te desean una feliz navidad y ya está. Te desean siempre un feliz día, un feliz fin de semana...
Y no se portan bien contigo un día al año porque la fecha les obliga. Se portan bien contigo siempre, porque es que son así...
Será que tienen claro que la vida hay que vivirla doce meses al año y no sólo unos pocos días de diciembre.

Así que, bueno, empezar deseando un feliz año nuevo no está mal. Es lógico y comprensible a primeros de enero. Pero yo voy a ir más lejos y, aquí y ahora, os voy a desear una feliz vida. Sí, una feliz existencia, todos y cada uno de los días que tenéis por delante.
Que ya lo dice Miguelito, el amigo de Mafalda: "Yo, lo que quiero que me salga bien, es la vida"-. Y por solidaridad, por empatía y porque me da la gana yo también quiero que os salga bien la vuestra...

lunes, 28 de diciembre de 2009

Sigue lloviendo, sigue lloviendo...


Y con la que está cayendo, que no deja de llover, y que da lluvia en Andalucía hasta por lo menos Reyes, yo me pregunto: ¿No me darán vacaciones anticipadas en la empresa? Porque si llueve, no se puede entrar a recoger aceituna. Y si no se puede recoger aceituna, la almazara no funciona. Y si la almazara no funciona, la Lou, que se dedica a analizar los productos de dicha almazara en el lab, no le sirve a su jefe pa ná.

Vamos, que aunque yo no esté allí sentá todo el día en una silla porque en el laboratorio siempre hay cosas que hacer, eso como que mi jefe no lo ve (o no lo quiere ver). Y claro, parece como si la Lou no hiciese en tó el día y estuviese cobrando un sueldo mientras se rasca la barriga. El tío debe pensar que ya tengo un esconchón de tanto rascarme, porque en dos semanas no he tenido que hacer ni un análisis de orujo y ni uno de aceituna.

Además, como yo he dicho siempre, nunca me he notado parte de esa empresa. Cuando me llaman, voy porque me gusta estar allí y no tengo nada más estable. Porque los compañeros son geniales y el trabajo de laboratorio me encanta. Pero cuando me tienen que echar, ni se plantean más nada, y le piden a la muchacha de laboral que me llame para que sea ella la que me dé la noticia. Y me fastidia, claro.
Así que, si yo no me noto parte de la empresa, es porque la empresa cuenta conmigo sólo y exclusivamente cuando les interesa. Y si no les interesa, "si te he visto, no me acuerdo".
Vamos, lo de siempre. Llevo ahí cinco años y todavía no termino de acostumbrarme a las (malas) formas que tienen. Y no creo que me acostumbre nunca, la verdad...

Así que, viendo las noticias esta tarde, cuando han hablado del temporal y de que vuelve a llover otra vez, mi padre ha sentenciado:-"Seguro que te dan vacaciones cualquier día de estos"-.
Pues eso, que igual no va muy desencaminao.

Vale, ¿hacemos una porra? Sí, se admiten apuestas para ver cuánto duro en el trabajo esta vez...
:)

martes, 22 de diciembre de 2009

Pues... no!

Pues eso, que no. Que no soy millonaria... Aunque tampoco entraba en mis planes serlo este año, dicho sea de paso. ;)
Pero como soy más feliz que unas castañuelas, pues como que me da un poco igual que el gordo se haya quedado en Madrid. Eso sí, como uno de mis jefes tuvo un momento iluminao el día que dijeron de comprar los décimos de lotería para la empresa, le pidió al encargado que comprase uno que terminara en 4...
Pues mira qué bien, que por lo menos el reintegro lo hemos pillado todos.
Ay, si es que de vez en cuando tienen hasta ratos de lucidez y todo. Muy de vez en cuando, es cierto, pero mira, alguno hay.

Además, hoy nos han dado las cestas de navidad. Más monas ellas... Vamos, que no me puedo quejar.
Justo ahora estaba intentando hacer un change y cambiar mis dátiles por las bolitas de coco de la Wiza, pero no ha colado. Que dice la criatura que hay dátiles de la cesta del año pasado todavía por su casa, así que... Debe ser que a su familia tampoco les hacen mucho chiste, ¿no?


Eso sí, el que algo quiere, algo le cuesta. Que como no ha dejado de diluviar en todo el día, cruzar hasta la oficina para recoger mi cesta ha supuesto que me haya puesto chorreando. Porque, aunque yo llevase paraguas, hoy llovía graciosamente de lado. Ir a la oficina también ha supuesto que me haya metido en todos los charcos que había por el camino. Que, bueno, en realidad sólo había uno pero ocupaba toda la placeta. Parecía una balsa aquello, vaya.

Pero eso, que me ha dado igual. Ya digo que estoy más feliz que unas pascuas (nunca mejor dicho). Y es que, seguramente, hay gente que me alegra la existencia un día sí y otro también, así que, ¿qué más se puede pedir?

Bueno, pensándolo bien sí que voy a pedir algo. Voy a pedir un deseo navideño. Eso... Que se me tiene que cumplir porque tampoco he sido muy mala del este año, o sea que...
Ale, pues mi deseo para hoy es que todos tengáis unos días muy felices y lo paséis muy rebien con vuestras familias y vuestros amigos.
Que no os vayáis muy lejos porque no me apetece perderos a ninguno de vista, ¿eh?
Y que cuidadito con los excesos, que ya se sabe en estas fechas lo que pasa... :)

FELIZ NAVIDAD!!!


Frasecilla célebre del día: "Para que todos los días sean Navidad, para que cada deseo se haga realidad, para que el mundo sonría al despertar, para que se abra la puerta y no se cierre más..."
(Rosana)

viernes, 18 de diciembre de 2009

Pasados por agua

Pues el día de lluvia pa nosotros se queda. Que una intenta ir una miaja mona a su comida de empresa, pero ya la lluvia se encarga de ponérselo bastante dificilillo. Menudo pelo erizao que tenía todo el mundo hoy. Y la ropa chorreando... Y los piececillos empapaos... Y es que si sólo hubiese sido eso...

Porque el día en sí ha sido un completo desastre. Que ya dije una vez que cuando el día va de leches, hasta las hormigas se ordeñan, ¿no?... ¡Pos eso! Que cuanto menos tiempo tienes, más problemas surgen. Que cuanto más pronto necesitas acabar, más tarde se te hace... Vamos, que seguro que os suena...

Y ya, para colmo de males, la inspectora de sanidad. Que la mujer viene de vez en cuando a darse una vuelta por la empresa para comprobar que los planes de higiene y la trazabilidad se cumplen. Pues no ha tenido otro día para aparecer por allí más que hoy. Y así, sin avisar ni nada.
Que mi compañera la Wiza, que es la que lleva el tema de sanidad, se pone atacá de los nervios, el angelico, cuando la ve aparecer.

Y claro, mientras la inspectora ha dado su vuelta de rigor por la empresa viendo las instalaciones, ha escrito el informe de incidencias, y se ha ido o no, pues nos han dado las uvas en el lab.

Y como no ha dejado de diluviar en todo el día, el atasco de coches por la carretera era monumental. Vaya, que nosotras hemos llegado tarde al restaurante donde era la comida. Una hora y pico tarde... ¡Casi !
Ya estaban todos los demás allí, sentados a la mesa, con mis jefes de anfitriones. De hecho, nada más entrar al local, sin saber en qué sala estaban y sin necesidad de subir al comedor, se lo he dicho a ella:-"Nena, no tienen pérdida. Sigue el vozarrón de tu jefe, que se le oye por ahí arriba"-.
Y claro, al verlos a todos ya sentados, salto:-"Anda que nos esperáis, ¿eh? ¡Qué mala gente!"-. Si es que no me callo ni debajo del agua, joé...
Pero sí que nos estaban esperando, porque aún no habían pedido la comida, y mi jefe tenía el móvil en la mano porque nos estaba llamando en ese momento. Vamos, que encima me han montado un pollo por chincharles más de la cuenta...
-"Vaaaaale, no os pongáis así, que lo he dicho en broooooma"-.

Lo cierto es que no ha estado mal el rato allí. Por lo menos, para intentar olvidar otras cosas. Y además, como es que soy un bicho, les he amenazado con subir las fotos al "feis". Que se han puesto todos más suaves que un guante cuando se lo he dicho, vamos.

¿Lo peor de la comida? Pues que después hay que volver a la empresa a seguir trabajando. Bueno, a hacer como que seguimos trabajando, que tampoco nos vamos a agobiar, ¿no? Pero, claro, como los jefes son los primeros que se levantan para volver, ¿qué vamos a hacer las demás criaturicas? Pos remolonear un rato y volver también... ¡Qué remedio!

Bueno, y aquí, la mejor foto de toda la comida. Un compañero, al que la cámara de fotos le ha complicado la vida más de la cuenta, por lo visto. O quizás, que para él era toda una novedad ver agua en una copa...
¡Uy, qué mala soy!
:)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Visita real

Sí, por fin ha venido el rey a verme.
Después de estar tres días pasando olímpicamente de entrar al lab, hoy ha sido el gran día en el que por fin lo ha hecho.
Y lo veo llegar a través de la puerta de cristales, mirándome con esa sonrisilla condescendiente.
Yo, muy efusiva:-"Jo, Antonio, ¡que ya está bien, hombre! ¡Que no has venido a verme!"-. Y pensando:-"Que tampoco es que me quite el sueño, que lo sepas"-.
Él, acercándose a darme un beso:-"¿Sí...? Bueno, tú tampoco has venido a verme"-.
Yo, sin pensármelo siquiera:-"Ya, pero es que yo estoy ocupá."-. Así, como diciéndole:-"Tú, que no haces ná, tienes más tiempo para las hacer visitas de rigor, hombre"-.
Y claro, me ha mirado como pensando:-"Japuta eres"-.

¿No me va a echar el tío de su empresa cuando le apetece? Si es que soy puñetera a más no poder... Claro, que yo pienso lo mismo de él, así que...
Aunque, bueno, después de 5 años que hace que trabajo para esta empresa, ya es para que sepamos los dos de qué pie cojeamos cada uno, ¿no?

lunes, 23 de noviembre de 2009

Los reyes del mambo

Seguro que vosotros conocéis a más de uno y a más de dos de estos personajillos mundiales, de esos que van de guays por la vida. De esos que se creen con derecho a todo. Esos que van por el mundo pensando que todo les pertenece, que todo es suyo, que están por encima del bien y del mal, que los demás no somos nadie, y que todos debemos bailar al son que ellos toquen y aguantarnos... Y sólo porque manejan dinero por un tubo... Vamos, que en realidad, de Banderas, lo que se dice de Banderas, tienen más bien poco. Aunque se llamen Antonio.
Pues mi jefe es uno de ellos. Bueno, eso se cree él. Porque ése ni es rey ni es , y ni siquiera sabe lo que es el mambo... Porque mi jefe, cuando tiene un momento de lucidez, (llamémosle así a eso que tiene de vez en cuando), habla con la muchacha de laboral (Bea) y es ella la que se encarga de llamarme desde la empresa para darme la buena nueva del día:-"Empiezas mañana"-. ¡Toma castaña! Ala, así, sin anestesia, sin periodo de adaptación ni ná ni ná. Vamos, de la misma manera que cuando me dan la patá, me dicen (también sin anestesia):-"Mañana ya no vengas"-. Pero ya imaginaréis que cuando me echan, me sienta peor.
¿Y qué hacemos las criaturas? Pues . Apechugar con lo que nos toca, claro. Y ya ni me irrito. Bueno, a ratos...

Pues eso. Mi Bea me llamó el miércoles pasado. -"Hola, Lourdes. Que ya te imaginas, ¿no? Empiezas mañana"-. Y yo, que en contra de lo que mi jefe se pueda pensar, tengo vida fuera de la empresa porque, gracias a Dios, mi mundo no gira en torno a ella (porque si no, apañá iba), tuve que decirle:-"Pues mira, mañana no puedo..."-.

Imagino la cara de contrariedad que debió poner el hombre cuando la muchacha se lo contó, porque él, que es el que corta el bacalao, no está acostumbrado a que se le rebele la plantilla ni a que se le revolucione el gallinero. Que cuando él dice una cosa, la cosa se cumple y ya está... Pero, ¿qué quiere? Con ese margen de tiempo que me da, igual me pilla fuera del país, y no me da tiempo, joé.
A ver, que no era el caso, ¿eh?, pero podría haberlo sido.

Total, que he empezado hoy. Así que ya estoy ahí otra vez, hasta que me vuelvan a echar, claro. Y por lo menos he tenido el finde para hacerme a la idea, porque de un día para otro ya os digo yo que voy hasta cabreá. Y eso que me encanta estar allí, pero es que las formas me tocan las naricillas, claro.

Eso sí, mi jefe no se ha dignado a venir al lab, y mira que lo he visto pasar cuarenta veces por la puerta. Hombre, por favor, que es su empresa, ¿no? Y se pasea las veces que quiere, que pa eso es suya. Y va donde quiere y entra a donde le da la gana. Y a donde no, pues no entra. Pues eso, que hoy, al lab, pues no. No imagináis la pena que me ha dado, que igual ni ceno ni ná...

Los que sí han venido, han sido los compañeros a saludar. ¡Güena gente son, coñio! (Algunos ya os digo que de compañeros tienen más bien poco, pero esos no han venido. Ni ganas, vaya).
El encargado sí, que como siempre, ha entrado dando berríos para hacerse notar...
Uno de los descargadores, que salía del almacén subido en el torillo y que al verme por la ventana, se ha tirado literalmente del cacharro en marcha para acercarse...
Las niñas de la ofi, que estaban muy ocupaíllas, pero que han tenido el detalle de llamar por teléfono para darme la bienvenida...
La Wiza, que me tenía guardados unos bombones del cumple de Bea, que fue en septiembre; y unas muestras de perfume que dieron de regalo en la tienda donde le compraron el regalo a un compañero por el nacimiento de su segundo churumbel, el mes pasado. Y aunque yo no estuviese allí, por lo visto, también hubo muestras de regalo para mí. :)

Mis compañeros... Definitivamente, ¡esos sí que son los reyes del mambo!

jueves, 3 de septiembre de 2009

Terapia de grupo

Y eso, que hoy, pues de terapia... Es a lo que yo llamo quedar con las tres compis de curro más allegadas, para comer y poner los puntos sobre las íes.

Sí, porque, ahora que ya no estoy allí (que mi contrato acabó el lunes 31), y que no puedo defenderme de lo que se diga, hay un patán (porque no tiene otro nombre... Bueno, sí, sí que lo tiene: cabrón, hijo de p... Vale, que me enciendo); pues eso, que hay un patán-cabrón-hijo de p*, que se dedica a echarme las culpas de que las cosas no salieran bien cuando yo trabajaba allí.

El patán en cuestión, se supone que es el jefe de fábrica. Y digo se supone, porque está claro que no sabe hacer su trabajo. Y eso lo sabemos absolutamente todos. Lo saben hasta los jefes, dueños de la empresa. Pero ninguno se atreve a hablarle directamente a la cara para darle un bufío. Claro que es muy pelotas y se le da muy bien lamer el culo de quien debe, así que... De hecho, su mote es el bolita, por lo bien que rueda y rueda... Y bota, y bota...
Pues lo peor es que, cuando el tío la caga en fábrica (cosa que suele ser bastante habitual), en vez de comentarlo abiertamente para, entre todos, poder encontrar una solución válida, se calla como un perro. Y la consecuencia de eso es que los demás nos volvemos locos intentando averiguar dónde está el problema. Y eso se suele traducir en trabajo doble para todos, claro.
Hasta mi jefe volvió a fumar el año pasado, después de seis años sin hacerlo, por el estrés que le supuso una movida de éstas, y que el otro se callara y no dijese .

Y no es sólo que el patán no diga dónde se ha equivocado. No. Es que, el cabrón, para curarse en salud y antes que todas las miradas vayan a fábrica y lleguen a él, se dedica a echarle la culpa siempre a todos los demás... A los del almacén, a las del laboratorio (donde me incluyo)... Vamos, que siempre nos echa la mierda encima a las criaturicas que estamos allí, intentando cumplir con nuestro trabajo. Y claro, así parece que todo el mundo en la empresa tiene la culpa de los problemas que surgen menos él.

Y esta vez me ha tocado a mí, evidentemente, que pa eso soy el último mono.
El segundo día que estaba yo trabajando, fue a la oficina diciéndole a la jefa en funciones (hermana del jefe), que cuando la Wiza está de vacaciones, la muchacha que se queda allí (o sea, yo), no hace las cosas bien y no salen como deben. Claro, que lo dijo cuando yo no estaba presente y no podía defenderme. Porque, ésa es otra. Cuando viene al lab a charlar conmigo, lo hace con su mejor cara, como si fuera muy amiguito mío. Pero luego el hijo de puta apuñala por la espalda y pisotea a todo el que se le cruza por delante.

Y la cuestión es que yo no me equivoqué. Oye, que sí, que me puedo equivocar un millón de veces, por supuesto. Y cuando eso pasa, lo admito y punto. Pero que el imbécil éste me quiera cargar el muerto de sus cagadas me toca un poco los wevarios. Porque está claro que no sabe hacer su trabajo...

Y es que el lab es lo que tiene: Que dice simplemente lo que hay, los resultados de lo que sale de fábrica... Y si en el lab algo sale mal, es porque de fábrica no venía bien. El lab sólo muestra resultados del trabajo de fábrica. Pero, claro, será la muchacha ésta, la Lou, que sólo lleva 5 años trabajando aquí, y no sabe hacer ná...
Me revienta la gente cobarde, falsa, lameculos, trepa y embustera, que no viene de frente.
Joé! Y no lo echarán de la empresa a éste, no. No caerá esa breva... ¿Pa qué? Si pa eso ya me tienen a mí, que me echan cada dos por tres, cuando ya no les hago falta...

Así que, eso, que hoy he tenido terapia de grupo. Con la Wiza, que ya ha vuelto de sus vacaciones, y con la muchacha de laboral y la de contabilidad, que sí estuvieron presentes en la oficina el famoso día "D". Y claro, ellas me lo han contado. Y también me han comentado que es bastante evidente que los jefes tampoco se fían mucho de él...

Me consuela saber que, a pesar de todo, aquí la gente sabe de qué pie cojeamos todos. Y está claro que hasta yo inspiro más fiabilidad y confianza que el endiosao ése, que se cree alguien en la empresa y no vale una mierda.

Ale, ya me he descargao... ;)

lunes, 17 de agosto de 2009

De vuelta... (micro-vuelta, más bien)

Pues sí, hoy he empezado otra vez.
Después de cinco meses sin dar un palo al agua, hoy he vuelto al curro. Pero , serán sólo quince días mientras la Wiza está de vacaciones.

Ha sido tranquilita la vuelta al cole, todo hay que decirlo. Aunque claro, han sido considerados y tampoco me iban a amargar ya el primer día, ¿no?
Eso, joé, que era el primero. Y que además yo llegaba después de unas vacaciones de casi medio año, sin haber tocado el alveógrafo, ni el glutomatic, ni la bases de datos, ni ná de ná.

Que no tenía yo muy claro si me acordaría de todo, pero sí, no se ha dado muy mal la cosa. Debe ser que currar en el lab es como montar en bici: No se olvida nunca.

Además, que mañana hace exactamente 5 años de mi primer contrato en la empresa. Vamos, que estaré de aniversario, porque llevo 5 años trabajando a trompicones. Y esto quiere decir que a ratos sí estoy, y a ratos no. ;)
Bueno, pues lo celebraré invitando a la gente a pan con aceite. Y es que, claro, es la ventaja de tener allí mismo un bakery para el ensayo de panificacion, y además, tener la almazara al lado. Todo un lujo.

Vale, pues el jefe ha venido esta mañana a verme al lab. A saludar, míralo qué apañao el hombre, diréis vosotros...
Sí, ya... ¡Qué fe tenéis! Ha venido porque necesitaba, para ayer, el análisis de un trigo. Que le corría prisa saber cómo estaba, que era muy urgente saber lo que está entrando a las naves... Ya, ya... Bla, bla, bla...

En fin, no es que me sorprenda ya a estas alturas que lo primero siempre sea lo primero para cierta gente, qué va.
Total, para eso es el jefe, claro. Es el que corta el bacalao en la empresa, que para eso es suya... Pero es lo que yo le he dicho:-"Pues hasta mañana no hay que hacer, Antonio"-.

Y aunque la empresa está en cuadro, con la mitad de la gente de vacaciones, (mi jefe se va también mañana, bendito sea), pues allí estamos los más pringaos. O los más novatos, como ha dicho el encargado en funciones del almacén.
No me importa, siempre me toca pringar en agosto. Es ya como una tradición.
Pues yo no he podido evitarlo y he llamado a la oficina a saludar... -"Hola Martín, he vuelto"-. Es que mi Martín es un muchacho muu grande. Que yo sé que cuando nos veamos en directo, me dará un abrazo de oso que me dejará tiritando, porque no sería la primera vez. Mi Martín es que es así... :)

Y más tarde, me ha llamado a mí la muchacha de laboral. Sí, para darme la bienvenida. Buena gente, ¿eh?
Angelica, si es que con los malos ratos que pasa la criatura cuando me tiene que echar, hoy ha aprovechado por tiempos peores, y me ha llamado más contenta ella...

Bueno, pues nada... A ver cómo se da la quincena...

lunes, 23 de marzo de 2009

¿Esto es normal?

Pues sí. Los lunes suelen ser un poco asquerosillos... Si cuando yo me quejo de ellos, no es por vicio o sin razón.
Y eso que la cosa hoy no iba muy mal del todo, es verdad, que para ser lunes hasta podría decir que estaba siendo muy tranquilita.
Pero ya antes de las siete de la tarde ha empezado a estropearse. Y media hora después, el porrazo contra el suelo.

Ná, que estaba yo muy tranquila en mitad de una clase de mates con un chaval de 3º de la ESO y las dichosas progresiones, y me ha llegado un mensaje al móvil.
Era la muchacha de laboral de la empresa, que me decía que cuando pudiese hablar con ella, se lo hiciese saber. Y claro, casi no había salido de la casa del crío y ya le estaba enviando a ella una perdida. Enseguida me ha llamado.

Pues eso, que mañana ya no vuelva al trabajo, que ya he terminado... Así, sin más. Y la criatura lo pasa mal, porque siempre le toca hacer el trabajo sucio que le manda el jefe y que él no se atreve a hacer. Me lo ha dicho la muchacha con un hilillo de voz que apenas se oía...

Lo cierto es que no es la primera vez que me echan de esta manera. El año pasado, sin ir más lejos, llegó ella al lab para decirme que al día siguiente ya no fuera... Pero es que cada año que pasa, se superan más. La patá que me dan habitualmente, se está convirtiendo en un puntapié con recochineo.

Supongo que esta vez me ha jodido que la chiquilla haya tenido que llamarme para decírmelo. Vaya, que me han fastidiado las formas, las maneras, y sobretodo, las prisas por quitarme de enmedio... ¿Dónde están esos quince días de antelación con los que deben comunicarte que el contrato se te acaba?
Debe ser que mi sueldo es una soga que mi jefe tiene al cuello y que le ahoga... Y, vaya, que puede (que necesita) prescindir de mí... Ay, no fuera verdad que le ahogara...

Lo cierto es que me ha pillado un poco de sorpresa. Vamos, que yo sé que cuando la campaña de aceituna se acaba, a mí me quedan dos telediarios. Pero hoy todavía estaban entrando muestras de orujo al lab. Y la Wiza ni siquiera se ha ido de vacaciones, que se supone que yo me quedo mientras ella no está. Y, coño, que no me habían dicho nada...
Total, una putada.

Y al volver a mi casa a las ocho y conectarme al msn, ya tenía la notita de la Wiza dejándome claro que se había quedado a cuadros; que ella no sabía nada y no se lo esperaba, pero que ya se había corrido la voz por toda empresa y la gente no daba crédito...

Claro que dan crédito, ¿cómo no lo van a dar?... Todos, absolutamente todos, saben que tenemos unos jefes que son un poco cabrones; que si hubiera oposiciones al más joputa, sacaban la plaza vitalicia sin estudiar...
En fin, supongo que como en todos sitios, así que, ¿para qué voy a decir más nada?

Lo peor es que sé, que cuando me vuelvan a llamar, volveré a ir. Que tendría que echarle un par de huevarios, plantarme y decirles en la puta cara que se fueran a tomar viento con su empresa y su poca vergüenza, que siempre me hacen lo mismo y ya estoy cansada. Pero nunca sería capaz de saltarles así. Y eso que, a ratos, ganas no me faltan...

Lo que pasa (y ellos saben) es que me gusta trabajar allí. Sí, a pesar de las putadas que nos hacen y que dejan a media humanidad alucinando. Pero la gente con la que trabajo es muy apañá. Las niñas de la ofi, que cuando se acercan al lab, ya saben que yo voy a dejar lo que esté haciendo para darles un achuchón (cosa que siempre viene bien para subir los niveles de ánimo y autoestima... Los suyos y los míos, ya veis); el encargado, que saluda a gritos; los muchachos del almacén, que siempre sonríen; los camioneros... Es que, salvo excepciones, la gente es agradable en todos los sentidos... O sea que sí, que me gusta estar allí. Excepto cuando llega el día menos pensado y me dan la patá, claro. Que tb suele ser demasiado habitual...

Y evidentemente, después de detalles negativos como éstos, cuando me vuelven a llamar y estoy trabajando allí, todavía tienen los santos cojones de preguntarme un viernes si el domingo por la tarde estoy disponible para ir a mojar un trigo; o me dicen:-"Me haría falta que el sábado vinieras a sacar muestras, que hay mucho trabajo atrasado"-. Por supuesto que digo que no, ¿qué esperaban? Si luego me echan cuando a ellos les viene bien...

Supongo que saben perfectamente que tienen la sartén por el mango, y que si tú no quieres trabajar, ya habrá otro que sí quiera; que le das una patada a una piedra y salen veinte mil criaturicas dispuestas...

Total, que así estamos esta noche. Un poco rebotá con el tema y, quizás, más jodía de lo que a mí me gustaría, porque se supone que esto iba a pasar tarde o temprano y todos lo sabíamos. Hasta yo...
Pero, claro, éste es mi problema y me preocupa a mí, ¿no?
:)

viernes, 27 de febrero de 2009

A punto de matarme...

Bueno, pues como no hay dos sin tres, hoy vuelvo a aparecer por aquí. Me estoy haciendo bastante cansina últimamente, está claro. Pero es que esto tenía que contarlo... O quizás, lo necesitaba contar.

Vale, pues definitivamente, ni hoy ha sido mi día (que para ser viernes, podría haberlo sido, pero no); ni ésta ha sido mi semana, ni febrero ha sido mi mes, ni éste tampoco está siendo mi año. Uff, estoy pensando que como tampoco sea éste mi milenio, apañá voy.

El caso es que ya, esta mañana temprano en el curro, he estado a punto de matarme. Sí, así como suena. Y además, literalmente.
He tropezado (una, que es muy torpe) y casi estampo mi cabeza contra el filo de la mesa del laboratorio. Que es muy nueva y muy mona, con sus tonos azules, pero que se habría quedado hecha una pena con todos mis sesos desparramaos por encima.
Me he llevado un susto que ni os cuento. Pero no en ese momento, sino después, cuando he sido consciente de lo que podía haber pasado. Además, que me he puesto a temblar sin darme cuenta, y del calor que me ha entrado, casi no podía ni respirar...
Lo que pasa es que la cosa podía haberse quedado ahí, pero no.

No, porque eso no ha sido lo peor. ¡Qué va! Lo peor ha sido que, en el momento del tropezón, yo llevaba en la mano un cacharro (un taper) con una muestra de orujo. Y claro, el cacharro se ha ido al suelo justo delante de mí.

Por si alguien no lo sabe, tengo que aclarar que el orujo de aceituna es el subproducto que queda después de prensar el fruto para extraer el aceite. Vamos, que ese orujo lleva trozos de hueso, masa de la fracción sólida de la aceituna (la pulpa), agua, algo de aceite (porque es imposible extraerlo todo)... Y el aspecto es realmente asqueroso. Una masa negra, medio acuosa, que a ratos da hasta repelunno mirar. Del olor que suelta no voy a decir nada, ¿eh?


Bueno, pues eso, que en el momento cumbre de mi lucha contra el equilibrio y la gravedad, el cacharro se me ha caído de las manos. Y como parece que el puto orujo está vivo, en cuanto el taper ha dado contra el suelo, el orujo ha saltado hasta el techo. Pero, además, de verdad. Y no sólo se ha pringado el techo, no. Las paredes, las mesas, los muebles, los aparatos, la ventana, mi bata blanca... Una pena. Todo lo que os diga, es poco... No os podéis imaginar el espectáculo.

Dios, es que no hace ni medio año que habían pintado el laboratorio enterito... Joé, que habían comprado muebles nuevos y se habían gastado un pastón en adecentar el lugar. Justo antes de la campaña había sido...
Y ahora, llego yo, y dejo mi huella hasta en el techo. Sí, porque eso no se va tan fácilmente, y habría que pintar de nuevo para intentar que desaparecieran las manchas... Y ni aún así...
Ha sido entonces cuando ha dejado de importarme que haya estado a punto de abrirme la cabeza un momento antes, vaya.


Total, que después del "shock" inicial, me he puesto manos a la obra, para intentar limpiar el desaguisao. Y en ésas estaba, cuando ha entrado mi jefe.
Él:-"Buenos días"-.
Yo:-"Pues lo serán para ti"-... (Si es que, ni debajo del agua me callo, vamos...)
Y ya le he contado mi aventura mañanera. Ha sido considerado, porque el hombre me ha preguntado si estaba bien y si me había hecho algo. Pero cuando he dejado claro que no me había pasado nada, enseguida me ha preguntado si me iba a poner al día hoy con todas las muestras que tengo atrasadas de toda la semana... -"Pues no... Y no me hagas la broma de decirme que venga el domingo, que hoy no está el horno para bollos"-.

Se ha tenido que reír, claro.

Vaya mañanita que he pasado. Hasta mi compañera Wiza se partía de risa cada vez que pasaba por su lado y me veía la bata, que parecía que tenía sarampión con los manchurrones. Pero que cuando me ha visto de espaldas, ha soltado una carcajada. Y es que, claro, yo no tengo ojos en la nuca, y los manchurrones de la espalda no podía verlos.
Joé, que hasta en el pelo me he encontrado orujo...

Si es que ya dije una vez que "cuando el día va de leches...". Y si ya no es sólo un día, sino que es una semana, un mes o un año, la cosa empieza a ser preocupante, ¿no?

viernes, 20 de febrero de 2009

Viernes, por fin...

Ya sé, ya sé... El finde pasará volando, pero hoy por fin es viernes.
Y es que, menuda semanita. Joé, ni tiempo he tenido para seguir con el libro que llevo a medias y que, a pesar de lo mucho que me ha enganchado, sólo puedo cogerlo los fines de semana.

Y lo de poder leer alguno de vuestros blogs por la mañana, ni de coña, vamos. Me he tenido que conformar con hacerlo un ratillo antes de irme a dormir... Sí, porque por la tarde, con esto de que además tengo las clasecillas de los chavales, pos muy mal. Esto ni es vida ni es ná...

Claro, si es que cuando se tiró dos semanas lloviendo, el relajo que yo tenía en el curro no era ni normal. Me daba tiempo a leeros, a comentaros, a ver mi correo... Si hasta le dieron vacaciones al encargado de la almazara porque no entraba aceituna para moler...
Pero en cuantito pasaron los días de lluvia, y como vamos con retraso en la campaña, han empezado a entrar camiones, venga camiones de aceituna, y no hay forma humana de ponerse al día con nada.

Sí, porque, a ver, yo me encargo del análisis de la acidez y del porcentaje de materia grasa de las muestras de aceituna que me dan de cada camión que llega a la almazara. Tb analizo el orujo que se obtiene después de la extracción del aceite (para que no vaya pasado de "oro líquido" y a mi jefe se le pongan los ojos desorbitados cuando ve un resultado que no le cuadra); y tb analizo muestras de cada camión de orujo que se vende a la empresa vecina.
Vamos, que en realidad, tampoco es una cosa muy complicá, porque el aparato que utilizo, prácticamente lo hace todo solo. Pero, eso, que hay que pesar cada muestra y añadirle el sulfato, el heptano... En fin, esas cosas...

Bueno, pues como vamos con retraso (que digo yo, que es mi jefe el que va con retraso, porque a mí me da igual que la campaña se alargue hasta agosto, ya ves), pues eso, como vamos con retraso, el encargado de la almazara ahora se pasa la vida en la fábrica, moliendo incluso por la noche. Y eso hace que cuando yo llego a las ocho de la mañana, ya tenga allí muestras de orujo de las 16:00, de las 18:00, de las 21:00 y de las 5:00. Y claro, empiezan a entrar las muestras de ese día, a las 8:00, a las 10:00... Y si la tarde anterior han venido cuatro o cinco camiones de aceituna, tb tengo las bolsas allí. Y si han salido por la noche tres o cuatro camiones de orujo, pues ya ni os cuento.

Que mi jefe no me lo dice, pero se le nota en la cara que está a puntito de dejarme caer que debería ir tb por la tarde a hacer análisis. O los fines de semana... Vamos, que no se debe acordar de que mi horario es hasta las tres y que en mi contrato está bastante claro que acabo el viernes. Hombre, por favor, que a mí me encanta estar tranquila en mi casa viendo la tele, o en la terraza jugando con la Frida, o tomando un café con MC, o yo qué sé, jugando a la play... Vamos, que los fines de semana son sagrados.

Pero eso, que viene el muchacho (porque mi jefe apenas es dos años mayor que yo) todas las mañanas a ver cómo van los análisis. Será para ver si me pilla en un momento de descanso, y no estoy ocupá, haciendo algo útil.
Vamos, que el día que me pille tomándome el cafelillo obligado que hay que tomarse a media mañana para aguantar el tirón, igual me mira mal y todo.

Esta mañana ha venido a preguntarme lo que me quedaba todavía por hacer. Y sí, aún tenía atraso. Me quedaban tres muestras de aceituna, seis camiones de subproducto, y otras tantas muestras de orujo de primera extracción.
Y ya no he podido evitarlo, porque me ha estado tocando la moral toda la semana, y al verle la cara que me ha puesto, le he saltado:-"A ver... O hago las aceitunas, o hago los camiones, o hago los orujos... Pero todo al mismo tiempo no se puede hacer porque el aparato sólo funciona con una muestra cada vez. Eso, hasta tú, lo puedes entender, ¿verdad?"-.

No me extraña que se haya ido mosqueado. Si le he llamado tonto en su cara.
Ya sabéis, yo como siempre, haciendo amigos.

De todas formas, he conseguido ponerme al día antes de salir para irme a mi casa a comer. Todo terminado... Eso sí, cuando salía de la empresa, ya he visto el camión de aceituna descargando en la tolva. O sea que el lunes, ésa será la primera que tenga... Sin contar, con todas las muestras de orujo del finde, y de todos los camiones que salgan, claro...

Buff, estoy deseando de que llegue el lunes, vaya.

Frasecilla célebre del día: "Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto".

lunes, 17 de noviembre de 2008

Vuelta a empezar

Bueno, pues nada. En vista de la "buena nueva" de hoy, mañana vuelvo al trabajo.

Sí, porque llevaba ya dos meses y medio en el paro. Y eso suele pasar cuando a mi jefe ya no le sirvo demasiado, me dice que soy "un gasto innecesario para la empresa", y me da "la patá". Eso sí, me la da indirectamente, porque en realidad, siempre es la muchacha de laboral la que tiene que encargarse del trabajo sucio.
Estas cosas me pasan por ser una fija discontinua en la empresa en la que estoy.
Y es que, cuando entré allí en 2002, sólo fui a hacer la asignatura de Prácticas Tuteladas en Empresas Agroalimentarias, necesaria para terminar la carrera. Lo que pasa es que, después, me siguieron llamando... Y ahí estoy.

Al principio, sólo iba la segunda quincena de agosto, a hacerle las vacaciones a mi jefecilla del laboratorio, ("Wiza" la llamo yo) que está sola siempre allí dentro. Porque digo yo, que tb tiene derecho esa criatura a pillarse unos días, ¿no?
Pero después, cuando hay mucho trabajo y las muestras se acumulan en la puerta, pues igual se acuerdan de mí. Bueno, se acuerda "la Wiza", claro, que la pobre anda agobiada y con la lengua fuera todos los días. Y cuando ella ya no da más de sí, mi jefe tiene un momento de lucidez y piensa que a lo mejor la cosa iría más ligera si yo estuviera allí echando una mano... Tantos estudios para eso, coño. Y es entonces cuando se acuerdan y me llaman.

Y eso, que mañana vuelvo. La campaña de aceituna en la almazara es lo que tiene. Hace tres años ya que me encargo de las muestras de orujo, de las de aceituna... De lidiar con el encargado, al que hay que echarle de comer aparte... De lidiar con el jefe, que tiene un arte para usar la calculadora y decirme todo el dinero que pierde al día si las cosas no salen como deben...
Pero la verdad es que me encanta estar allí.
Trabajo en algo que me gusta, porque desde la universidad, mi sitio siempre fue el laboratorio. Y aquí trabajo en uno.
Además, vivo al lado de la empresa, y si salgo de mi casa a menos diez y me encuentro el semáforo abierto, llego al "curro" a menos cuarto. :)
Tengo un horario de lujo, porque soy la única de toda la empresa que trabaja de 8 a 15, y no vuelve por la tarde. Y es que, claro, yo por las tardes tengo las clases de apoyo a los chavales, y como nunca sé lo que me va a durar el contrato en la empresa, pues no se me ocurre ni por un momento dejar a los niños. Porque ésa es otra, mi contrato siempre es "hasta fin de obra y servicio". Así es más fácil echarme y no se pillan los dedos. Cuando ya no les hago falta, me dan la "patá", me finiquitan y hasta la próxima. Que, dicho sea de paso, me lo pueden decir de un día para otro, o me lo pueden decir con una semana de margen y así me voy haciendo el cuerpo.

Pero, vaya, que ya ni me irrito. Sé cómo funcionan las cosas en esa santa casa, así que ya sé a lo que me expongo. Aunque, supongo que en todos los trabajos es igual. Puede que incluso peor, así que tampoco puedo quejarme mucho.
Además, tengo más vacaciones que nadie. Vale, sí, son vacaciones "forzosas", es verdad, pero habrá que ver el lado bueno de las cosas, ¿no? Habrá que tomárselo con filosofía, ¿o no?
Y es que Lourdes sin tres o cuatro meses de vacaciones al año no sería persona, y mientras pueda, se aprovechará de ello. Jeje.. Definitivamente, Lourdes es un diablillo con todas las letras. :-)

Frasecilla célebre del día: "Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas" (F.C.)