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sábado, 29 de julio de 2017

Wolfkhan - Cyber Necro Spirituals


Año: 2017
Sello: Arachnophobia Records
País de origen: Polonia

¿Pagan Black Metal con influencias Folk e Industriales? Disculpen ustedes, pero de entrada voy a disentir con esta etiqueta. ¿De dónde saqué esa etiqueta? De Metal-Archives, claro. Me pregunto ¿quién carajo supervisa dicha página? ¿Sabe algo de música esa persona, o esas personas? Pareciera ser que no, rotundamente no. En fin, vayamos al disco en cuestión, que está muy bueno.
Wolfkhan no es una banda nueva, por si te lo estás planteando. Este proyecto creado por Marcin Gasiorowski, líder de esa encantadora banda llamada Thy Worshipper (banda a la cual tengo pensado dedicarle su merecido espacio y tiempo), creó Wolfkhan en 1994, año en que grabó su primer Demo. Diez años más tarde, en 2004, Wolfkhan grabó un segundo Demo. Mas, el bueno de Marcin, alias Gonzo, decidió reactivar Wolfkhan en 2014, y tres años más tarde nos entrega lo que es su primer disco; un disco que, por cierto, es un verdadero placer para alguien como yo, tan metido en estilos tales como el Industrial, la Electrónica y el Avantgarde en general. Pues sí, Wolfkhan es un grupo (que se completa con el guitarrista Darius Kubala, también miembro de Thy Worshipper) al cual le calzan más que bien esas etiquetas, y que salvo la voz retorcida de Marcin, poco y nada tiene que ver con el Black Metal pagano. En todo caso, la conexión con el paganismo, que existe, es tangible, viene por el lado de las líricas.
Ritmos marciales, sonidos fríos y un aura mística que envuelve al oyente, así nos dan la bienvenida a través de "Kurwa", la primera canción, una pieza con ciertas reminiscencias de "Cannibal Song" de Ministry. Una voz femenina le da el toque mágico a la canción, y abre el abanico sonoro, abanico que ya no se cerrará hasta el final del disco.
Comienzan a echar mano a los elementos rítmicos tribales ya en la segunda canción ("Oczy"), aspecto que eleva el aire pagano a niveles realmente altos. Eso sí, en lo meramente musical, Marcin y su colega no se atan a nada, y el mismo Marcin lo explica mejor que nadie cuando dice que "No tengo ninguna dirección. La cosa completa simplemente viene así hacia mí, siendo lo que es", y nos entrega, de dicha forma, nueve composiciones variadas, subyugantes y desafiantes.
"Ognisko" incita a bailar en medio de las tinieblas, mientras la voz de Gonzo se torna furiosa y aporta el momento más extremo del disco. Y los ritmos sacuden, obligan al esqueleto a moverse frenéticamente con sus compases robóticos e hipnóticos. Seguidamente llega uno de los puntos altos del disco, la fabulosa "Pożeracz serc", con un contrabajo tomando el rol de eje de la pista, eje alrededor del cual Marcin construye una composición rica en arreglos, llena de capas de sonidos y texturas atrapantes que ponen al oyente en trance. La voz femenina, a mitad de camino entre Diamanda Galas (salvando las diferencias, claro) y Gudrun Snake (L'ahka Múza), cautiva con sus entonaciones prístinas pero endiabladas, y permite al resto del grupo concentrarse en un crescendo encantador, jugar con los matices del tipo tensión-distensión, y dale que va con la experimentación.
Los demás tracks siguen la misma senda de sonidos entre intensos y mesmerizantes, contrastando con el frío viento que entrecruza a cada pieza, además de la constante búsqueda a la que se somete Marcin para no caer en lugares comunes. Incluso cuando el oído pueda encontrar melodías o texturas familiares, estas lo son siempre dentro del vanguardismo y no dentro de lo simple y común. Pues si hay algo que éste disco no es, es común. Por suerte, pues ya estoy realmente harto de los clones de clones que solamente se limitan a reciclar ideas ajenas. Pulgares arriba para una de las revelaciones del 2017, aunque Wolfkhan esté lejos de ser una banda nueva.

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jueves, 6 de julio de 2017

Triplezero - 000


Año: 2016
Sello: Antinomia Records
País de origen: España

Esta banda estaba destinada a aparecer en este blog. Por su estilo, y por la forma de encararlo, Triplezero era una banda que iba derecho a ser reseñada. Claro, el hecho de que la gente de Sepulchral Silence Records me haya facilitado el material ayudó muchísimo, eso es necesario decirlo. Pero, de una manera u otra, la obra inicial del trío barcelonés iba a pasar por aquí.
Yendo al comienzo de la historia, debo acotar que el trío fue formado por Pablo Selnik en flauta, Vasco Trilla en batería, y Dènys Sanz en lo referente a la parte electrónica del sonido del grupo. Según he leído, los tres músicos tienen una vasta trayectoria sobre sus espaldas, trayectoria que, debo reconocerlo, desconozco. Ahora bien, a juzgar por lo hecho en "000", pues debo ponerme al día con los anteriores trabajos de estos tipos pues me han dejado bastante caliente, con ganas de más. Y si uno quiere más, hay que investigar.
Inspirados en "The Elder Ones" del enorme Lovecraft, pero enfocados también en las perspectivas ocultistas de Asenath Mason y S. Ben Qayin, el trío desanda los sinuosos caminos del Dark Ritual Ambient, pero sin encerrarse en dichos márgenes. Toman cosas del Noise (escuchen la primera pista del disco), el Industrial, Avantgarde y Drone, incorporando un vocalista de voz reventada y endemoniada cuyo nombre es Eric Baule (del grupo de Progressive Death Metal Moonloop), quien aporta aires metálicos gracias a su voz; en otras palabras, Baule se encarga de darle el toque blacker al grupo, un grupo que poco y nada tiene de metalero, por cierto.
Juegan constantemente con las texturas, llegando a construir composiciones monstruosas en base a capas de sonidos que se superponen, generando un ruido infernal que ayuda a que la pista se eleve hasta umbrales cuasi insoportables para el oído humano no entrenado, como así también se calman de forma inquietante, y generan temas más calmos, pero notablemente más retorcidos, tal es el caso de "V", una pieza que pareciera ser más la música de fondo de un ritual ocultista que una canción en sí misma.
No se apegan a una fórmula y eso es digno de elogio. Manipulan los sonidos a su antojo (en "00" la experimentación los lleva a parecerse, aunque sea un poco, a Einsturzende Neubauten), buscan constantemente cómo combinar los sonidos y jamás, pero jamás se acercan si quiera a los parámetros convencionales de la música. O sea, ni Rock ni Metal hay acá, sino experimentación perversa, hipnotizante y siempre improvisada, o al menos dando la sensación de improvisación.
No, no es un disco para andar recomendándolo a todo el mundo. Ya saben, ninguna de las etiquetas dentro de las cuales podemos incluir a Triplezero se caracterizan por ser muy convencionales. Por ende, la música de este trío no está exenta de estar dentro de dichos parámetros de anti-convencionalismo. Mejor así, pues el día que éste tipo de música se torne convencional, yo dejaré de escucharla...tal vez.

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jueves, 20 de abril de 2017

Plasmodium - Entheognosis



Año: 2016
Sello: Satanath Records / Cimmerian Shade Recordings
País de origen: Australia

Necesitaba imperiosamente escuchar algo así, algo como Plasmodium. Mi mente, mi cuerpo, mi ser lo pedía. Necesitaba hundirme en el fango de la locura, de la experimentación, del extremismo menos convencional. Necesitaba escuchar algo que me saque de mi fobia a la gente que me rodea, y que me empuje a ensimismarme más aun.
Pero ¿qué es esto llamado Plasmodium? Primero que nada, cabe acotar que se trata de un grupo de Melbourne, Australia, del cual poseo poca información respecto a las verdaderas identidades de sus miembros. Solamente sé sus seudónimos (Fuath, Demoninacht, Nocentor, Yen Pox y Aretstikapha), y que cada uno hace referencia a su rol en el grupo de la manera menos clara posible, y lo más místico posible, también. "Entheognosis" es el debut de la banda, y es, a todas luces, un disco difícil de clasificar. Difícil de clasificar y de asimilar. Bueno, no lo es para mí, pues me resulta fácil asimilar algo tan demencial, algo tan inquietante como el primer disco del quinteto de Australia. Ya saben, amo escuchar psicodelia, Noise, y los sectores menos tradicionales del Black Metal, o del Metal Extremo en general. Y Plasmodium es todo eso junto.
Cero apego a fórmulas que puedan asemejarse a lo que conocemos como canción. Un salvajismo que parecieran no querer controlar, mostrando así un carácter indómito que termina siendo parte esencial del estilo de la banda. Ruidos nacidos bajo una forma, pero que terminan mutando hasta convertirse en algo similar a lo que fueron en un comienzo, pero que distan de ser exactamente lo mismo que fueron cuando nacieron. No hay estructuras, prácticamente no las hay. Flotan, reptan, caen, se elevan, se golpean, te golpean...pero en ningún momento te dan una pista firme que te permita saber hacia dónde van a ir.
Busquen un riff, y díganme si lo encuentran. He allí uno de los aspectos que más amo de éste disco: la esencia del Rock y derivados, es decir, el riff, no existe. Son simplemente sonidos cósmicos que penetran en la mente del guitarrista en cuestión, y que éste, convertido en vehículo, les da vida, los reproduce, mientras éstos se apoderan de la febril mente del intéprete.
Básicamente, todo lo anteriormente dicho es aplicable a todo lo que sucede en el disco, el cual dura un poco más de una hora, en la cual el oyente no tiene de dónde agarrarse para sostenerse en pie. Lo impredecible reina aquí, y eso ayuda a que no haya una etiqueta definitiva para esta banda, para éste disco. Dicen que hacen Psychedelic Black Metal, pero otros prefieren llamarlo Abstract Black/Death, mientras otros eligen la etiqueta Atmospheric Black Metal, como así también hay quienes hablan de Avantgarde. No le hagan caso a nada de lo que les digan. Ni siquiera me hagan caso a mí. Escuchen "Entheognosis", háganlo sin prejuicios, con la mente abierta, dispuestos a alterar los estados normales de la conciencia usando la música como si fuera un ácido. Saquen sus propias conclusiones, elucubren, divaguen, hagan lo que quieran mientras lo escuchan. Pero, por favor, no ignoren lo hecho por Plasmodium en su debut discográfico.

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Cimmerian Shade
TOMetal

miércoles, 19 de abril de 2017

Virus - Memento Collider


Año: 2016
Sello: Karisma Records
País de origen: Noruega

Noruega, siempre Noruega. En un año paupérrimo en cuanto a la calidad de las ediciones (no en cuanto a cantidad), Noruega tuvo que aportar su toque distintivo, poner en medio de la pobreza un diamante brillante, precioso, llamado Virus. No, no son los Virus ingleses, creadores del descomunal "Force Recon" (1988). No, estos son noruegos y de la mejor cepa. Es por eso que comencé la reseña hablando de Noruega: porque estos Virus hicieron uno de los pocos discos excitantes del 2016, una año para el olvido en lo musical...y porque son noruegos. Claro, uno mira el historial de los tres implicados en el asunto y todo se clarifica. Vamos a presentarlos, que vale la pena hacerlo.
En la batería está el ex Ved Buens Ende Einar Sjurso, a quien también deben haber escuchado en Infernö (bajo el seudónimo de Necromutilator) o en Beyond Dawn. En el bajo está el virtuoso ex bajista de Ved Buens Ende (voy a hacerla corta: los tres miembros tocaron en Ved Buens Ende) Plenum, quien en éste disco en particular la descose de manera sobrehumana. Y por si fuera poco, en guitarra y voz está el señor Czral, más conocido como Carl-Michael Eide, el mismo de Aura Noir, Infernö, Cadaver, entre otros. Díganme una cosa ¿ustedes creen que estos tres monstruos pueden llegar a fallar, estando juntos y poniendo sus inagotables talentos a disposición de la banda que sea (en éste caso es Virus)? No hay manera de que suceda algo así.
"Memento Collider" no deja espacio para la duda, o al menos no deja dicho espacio para quienes enloquecemos escuchando cosas a las cuales les cabe la etiqueta Avantgarde, con lo amplia e imprecisa que puede resultar dicha etiqueta. Eso es lo que hacen estos nórdicos: tomar texturas, ritmos, sonidos, armonías, conjugarlas, deformarlas, transformarlas, manipularlas, para obtener como resultado un disco tan desafiante como difícil de asimilar, pero altamente adictivo si uno sabe llegar al núcleo del disco y se deja atrapar por las oníricas estructuras utilizadas por estos escandinavos.
Una guitarra descarnada, carente de estruendos y poder, alejada de la distorsión a la cual Eide nos acostumbro en muchas de sus otras aventuras musicales, pero completamente hipnótica en su manera de expresarse, como si fuera un instrumento mesmerizante antes que una simple guitarra ejecutada por un humano común y corriente. La batería no es solamente una batería: hay arreglos percusivos que no llegan al oyente a simple oída, que están incrustados en medio del maremagnum de sonidos incómodos, desestabilizantes, que enmarcan toda la placa. Y el bajo...en fin, lo que toca Plenum no tiene desperdicio. Hace y deshace a su antojo, y le da a la música de Virus una cantidad (y calidad) de matices que no muchos bajistas saben aportar y apreciar, ensimismados muchos de ellos en su rol rítmico, y dejando de lado las cualidades melódicas que dicho instrumento puede aportar a la música, y que Plenum aprovecha sin dudarlo.
La producción da en el clavo al despojar al grupo de todo artilugio que los oriente para el lado del Metal. Virus es Avantgarde y no hay espacio para que el elemento Metal se meta en la discusión, por más que sus miembros tengan su innegable historia con el género. ¿No me creen? Escuchen piezas deliciosas como "Rogue Fossil" y "Phantom Oil Slick" (mis favoritas del disco) y díganme si vale la pena hablar de Metal cuando las estructuras son tan poco reconocibles, cuando los climas envuelven y sacan al oyente del conformismo, para llevarlo a una posición en la que el confort es una ilusión, en donde nada es lo que parece ser.
Progresivos, vanguardistas, inquietos, demenciales, refinados y virtuosos, Virus dan una (excéntrica) exhibición de cómo hacer música que no se acerque a ningún convencionalismo, y que los ponga en jaque constantemente. Y sí, es uno de los pocos discos realmente valiosos del año pasado.

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Earsplit PR

sábado, 8 de abril de 2017

Fleurety - Fragmenta Cuinsvis Aetatis Contemporaneae



Año: 2017
Sello: Aesthetic Death
País de origen: Noruega

Vaya manera de volver al ruedo la de estos geniales noruegos. Tras 4 años de silencio, regresan para deleitarnos con sus alocadas y vanguardistas composiciones, desafiando los convencionalismos y desafiando al oyente, una (in)sana costumbre de estos virtuosos. Solamente dos canciones nos traen en esta ocasión, por lo que la espera para escuchar un nuevo larga duración se sigue extendiendo (llevan 17 años sin sacar un disco full, pues el último fue "Department of Apocalyptic Affair", del 2000). Sin embargo, y teniendo en cuenta el caudal de experimentación vertido en éste 7", vale la pena seguir esperando. Mientras tanto, podemos ir saboreando esta delicia.
Como bien dije, "Fragmenta Cuinsvis Aetatis Contemporaneae" consta de dos pistas, una por cada lado del disco, el cual ha sido lanzado en una cantidad limitada (666 copias). El lado A contiene una composición titulada "Consensus", en donde el dúo se divierte elucubrando a través de las texturas complejas que adornan una canción a la cual cuesta entenderla como canción. Es que carece del formato típico de una canción: no hay estrofas, no hay estribillos, ni puente ni nada. Todo es insinuante, sinuoso, raro y seductor a la vez. Las notas se separan o se superponen, explotan o implosionan, según el momento y la necesidad de la composición de ir para un lado u otro. Impredecibles, como siempre.
La segunda pista se titula "Carnal Nations" y se configura de la siguiente manera: un ritmo cadencioso, una armonía de guitarra de tinte melancólico, y un punteo que parece haber sido concebido por un esquizofrénico. Todo, claro está, enmarcado por una atmósfera de extrañeza y dando rienda suelta a la complejidad a la cual nos tienen habituados Svein y Alexander.
¿Breve? Sí, es un disco muy breve. Apenas si logra superar la barrera de los 12 minutos. ¿Me quedé con ganas de más? Siempre me sucede con Fleurety, y creo que así será por siempre. Pero, a su vez, la audacia y locura están presentes a la par del inmenso nivel creativo de los oriundos de Ytre Ennebak, y con eso compensan al oyente deseoso de escuchar al menos 45 minutos de música...o de Fleurety, mejor dicho.
Por cierto, y si no leí mal, éste es el cuarto EP editado por el grupo en formato de vinilo de 7", entre 2009 y 2017, y es el final de la serie de discos lanzados en ése formato. Por lo que cabe pensar, y resta esperar, que la próxima obra (de arte) de Fleurety sea un full lenght.

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Grand Sounds PR



 

viernes, 17 de febrero de 2017

Diapsiquir - 180º



Año: 2016
Sello: Necrocosm Productions
País de origen: Francia

No puedo resistirme al encanto de la música cuando ésta es el fruto de la autenticidad y la audacia. Claro, no todo lo que posee dichas cualidades logra atraparme, pero, en muchos casos, estas características, desarrolladas por artistas talentosos, suelen hacer estragos en mi cerebro. Y Diapsiquir, el trío francés al cual, probablemente, conozcan gracias al split que hicieron junto a Peste Noire, es una de esas bandas que derrochan tres cosas que combinadas, resultan infalibles para éste servidor: talento, audacia y autenticidad.
Siempre al borde la locura, y a veces, traspasando dicho límite sin temor alguno, la banda integrada por T.H., SxC y Rats, se libera de la demencia (momentáneamente) delineando composiciones cuyos límites son difusos, cuyas formas no son nunca definitivas, y con parámetros musicales y sonoros que no cualquiera sabe alcanzar ni combinar. Claro, hablamos de gente que absorbe y transforma todo lo que llega a ellos, reciclando sonidos e ideas de géneros y estilos como el Hip Hop francés, Avantgarde, Industrial, Rock de corte experimental, elucubraciones musicales cargadas de esa melancolía tan francesa, astucia para incorporar elementos electrónicos, y algún coqueteo con las guitarras crujientes y electrizantes de su colega Famine (sí, me refiero a Peste Noire); mas, por favor, no se les ocurra usar una etiqueta como Black Metal para clasificar a esta banda. Ese género les queda chico a tamaños artistas.
"180º" es el fruto de improvisaciones llevadas a cabo por los franceses, dejándose llevar hasta alcanzar un climax compositivo tan libre y tan de ellos (la banda suena con una personalidad única, fácil de identificar), que uno puede imaginarlos, verlos, en el momento exacto en que cada idea comienza a surgir, hasta continuar su senda natural en dicha improvisación. Por cierto, si bien todas las canciones nacieron de la improvisación, posteriormente fueron re-arregladas para ser puestas en el disco.
"Credo", "Vitriol" y "Dangeureuse onction" son lo más parecido que uno puede encontrar a una canción en éste disco, sin que ello implique que las mismas posean algún acercamiento al formato convencional de lo que conocemos como Canción. Aquí todo suena a Diapsiquir, y Diapsiquir aborrece las maneras ortodoxas de crear música. Apelan a fuentes de inspiración que parecieran alterar sus estados mentales naturales, y sacando provecho de dicha alteración para dar vida a un compendio de creaciones que descolocan al oyente de a pie, a ese que sólo piensa en Rock convencional de guitarras.
Por cierto ¿sabían que acá hay un ex miembro de Arkhon Infaustus? ¿No? Bueno, tampoco es tan importante. Lo realmente importante es saber abandonar los prejuicios al momento de escuchar el cuarto disco full de una banda que nadie debería ignorar.

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Against PR