Moribundo - Raíz Amarga

Año: 2017
Sello: Satanath Records / More Hate Productions
País de origen: España

Esto prometía ser interesante desde un principio. Con leer los nombres de los responsables de parir y mantener con vida a este Moribundo uno ya puede ir dándose una idea de por dónde van, o pueden ir los tiros. Al menos en mi caso, el hecho de saber que detrás de éste grupo está un tal Evildead, también conocido como Juanpa Pérez Segarra, a quien he disfrutado en bandas como Bizarre y Nangilima, ya me asegura un nivel de calidad y pesadez para nada despreciables. El cantante es Luis Miguel Merino, quien -además- canta en Vanagloria, grupo que no me gusta ni un poquito, pero, vamos, que Merino posee un registro amplio, es creíble en lo que transmite y siempre hace lo suyo con clase. Las letras corrieron por cuenta de Mortvs Vyrr, de quien sé poco y nada, a decir verdad. Mas, lo importante es que estamos ante tipos talentosos que no temen demostrar cuán buenos son en lo suyo cada vez que tienen la chance. La nueva oportunidad se llama Moribundo y no la desaprovecharon en absoluto.
Moribundo, tal como nos indica su nombre, va por el lado del Doom más trágico, dramático; Doom/Death, para ser más claro, en el cual podemos encontrar cosas de My Dying Bride, Swallow The Sun, Morgion o Saturnus, pero sin caer jamás en la copia. Es que cuando hay capacidad, las influencias quedan como influencias y solamente eso, pues el espacio preponderante lo ocupan la pericia de los intérpretes y, claro está, la creatividad. Acá hay ambas cosas y están bien aprovechadas a lo largo y ancho de la placa. Es por eso que, aún cuando "Raíz Amarga" dura 36 minutos y consta solamente de 4 pistas, la obra en sí jamás se torna difícil de escuchar, nunca se hace larga. Pasa que aquí hay recursos, hay inteligencia para hacer uso de los mismos, y un conocimiento admirable de lo que es el estilo y sus clichés. Lo mejor del caso es que dicho conocimiento de los clichés no es usado para caer en ellos una y otra vez, sino que les sirve para rodear los lugares comunes, pero nunca hundirse en los mismos. Entonces, tenemos un disco que suena bastante familiar porque el estilo nos es muy familiar, pero que no aburre, que cautiva al oyente y lo hace disfrutar de la agonía imperante, y que a su vez resulta auténtico.
Los cuatro tracks son muy interesantes, pero si tengo que elegir uno por sobre el resto, esa canción es "Antitesis", la pieza en que la banda logra capturar todas sus virtudes y ponerlas en una sola composición. Del resto sólo puedo agregar que es imposible que cualquiera de estas canciones vaya a defraudar al oyente del Doom/Death, o del Doom Metal en general. Créanme, sin haber hecho un gran disco, estos tipos demostraron que conocen al dedillo los caminos que les permiten llegar a buen puerto.

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Qabar PR

Karcavul - Intersaone

Año: 2016
Sello: Sentient Ruin Laboratories (vinilo de 12" y digital) / Crustatombe (FR) // Deaf Death Husky (FR) // Et mon cul c’est du tofu (FR) // No Way Asso (FR) // Repulsive Medias (FR) // Saka Čost (FR) // Underground Pollution Records (FR) // Witch Bukkake Records (FR).
País de origen: Francia

Andaba con ganas de escuchar algo aberrante, grotesco y crudo hasta decir basta. Mis orígenes están en ésa clase de sonidos, así que no es nada extraño que mi cerebro exija su dosis de ruido enfermizo. Mas, esto no es sólo enfermizo: es inhumano también. Karcavul es de lo más primitivo y mal intencionado que escuché últimamente, así de simple. Y miren que soy de escuchar cosas jodidas con asiduidad. Pero esto es muy, pero muy jodido. Mejor dicho, las mentes de los integrantes de esta banda están bien jodidas.
Un sonido espeso y crudo da el marco a un cúmulo de atronadoras composiciones, cargadas de voluptuosidad y horror en dosis cuasi iguales, además de que el estilo no resulta nada sencillo de clasificar, aun cuando la banda se mueve dentro de moldes archi-conocidos por todos nosotros. O sea, acá hay tanto de Death Metal de ultratumba como de Doom Metal miserable y horrendo, y arrebatos de Black Metal a la Von. Y los factores se suceden en ese orden de importancia, tal como lo describí. Es decir que tenemos voces que parecen proceder de una catacumba húmeda y lejana, una guitarra que emana olor a podrido por todos lados (y que aporta ruido, mucho ruido), una muralla de graves omnipresentes, y una batería que, además de estar al frente en la mezcla, aporta velocidad en estado de máxima crudeza, caídas hacia tempos lentos y agobiantes, y golpes desesperados a cada momento.
El sonido dista mucho de ser hi-fi, está tan lejos de eso que hasta resulta irrisorio mencionarlo. Es que la producción apunta a resaltar todo el horror y la maldad inherentes a la música del trío, y para lograrlo exalta todo lo denso, inhumano, repulsivo y rudimentario que hay en las tres canciones que integran el primer disco de la banda, sucesor de "Rawctaver" (Demo del 2012) y "Cancer au Presbytère" (split junto a UHL, del año 2013). Digamos que, a ciencia cierta, el sonido del grupo es 100% lo-fi, y el hecho de que haya sido grabado en vivo ha influido mucho.
Ya dije que hay tres canciones, pero no dije que las tres están unidas entre sí de forma tal que parecen ser partes de una misma composición, la cual podría comprenderse como una pieza dividida en tres partes en las cuales el grupo se dedica a pasearse por todos aquellos parámetros musicales que son útiles para llevar a cabo sus insanas pretensiones extra-musicales. Digo esto pues da la sensación de que la intención de Karcavul es la de afectar al oyente hasta hacerlo sentir parte de una sesión de tortura diabólica, usando la música como pretexto para alcanzar tal meta.
En otras palabras, "Intersaone" me ha dejado agobiado y golpeado, pero completamente extasiado. Ya saben, éste tipo de abominaciones me fascinan.

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Sentient Ruin

The Extinct Dreams - Фрагменты вечности

Año:2016
Sello: Stygian Crypt Productions / Backfire Productions
País de origen: Rusia

Como ya habrán notado, esta semana ha estado enteramente dedicada al Doom, Stoner, Post Metal y estilos asociados a éstos. Entonces, es lógico que al finalizar dicha semana temática metamos un grupo ruso en la grilla de bandas reseñadas. Un grupo ruso y de Funeral Doom, para más datos. No son de los más destacables dentro del cúmulo de bandas rusas que tocan Doom Death o Funeral Doom estos The Extinct Dreams, pero tienen algunos momentos logrados. Pero, mejor nos adentremos en el mundo sonoro del grupo de Barnaul.
Llevan tres discos full hasta el momento, siendo éste "Фрагменты вечности" (algo así como "Fragments of Eternity") el tercero en la lista. También tienen un split con Unsaved. La banda aborda su estilo de manera tradicional, manteniendo los elementos propios del estilo en su lugar, inamovibles, no arriesgando jamás. De hecho, la sensación de confort que transmiten mientras desgranan sus canciones es tal, que hasta las pistas terminan sonando predecibles. Agradables al oído, sí, pero carentes de carisma o novedades algunas. Todo muy bien ejecutado, por cierto. Son músicos competentes, saben cómo hacer las cosas, tienen las herramientas y saben usarlas. Además, han logrado un sonido entre portentoso y prístino que ayuda a que el oyente pueda inmiscuirse en la conversación musical con facilidad, apreciando de esta manera los detalles en los arreglos y las atmósferas. Mas, en lo meramente compositivo, no hay mucho para destacar. Si bien el disco en su totalidad se deja escuchar sin problemas, y hasta deja en la mente algunos pasajes bastante amenos que se disfrutan tranquilamente, lo cierto es que en líneas generales, el tercer disco full de estos rusos no dice demasiado.
Veamos, esto es lo que hay. Voces guturales, profundas y cavernosas, bien al frente. Melodías dramáticas y melancólicas que contrastan con la muralla de acordes eternos proferidos por la guitarra. Una base rítmica sólida, que apenas si lleva a un medio tempo cuando aceleran, prefiriendo, como toda banda del estilo, la lentitud extrema. Un teclado que crea atmósferas antes que aportar grandes arreglos, como si la idea hubiera sido usar dicho instrumento para que aporte colchones de notas antes que usarlo para enriquecer la propuesta. Todo dentro de los parámetros convencionales ¿cierto? Pues sí, así es. No hay intenciones de salirse de dicho molde, claro está. Ya llevan cuatro grabaciones con ésta (incluyendo el split) y en ninguna han asumido riesgos. Este nuevo esfuerzo del grupo ruso no es la excepción a la regla.
Eso sí, lo que hacen, lo hacen decentemente. No hay errores resaltables, todo está en su lugar, y el material grabado para la ocasión suena bastante convincente. Pero, como ya dije, fallan en un detalle importante, en un aspecto esencial: el nivel compositivo. Son una banda regular, para ser sintético. Agradable es lo que hacen, pero no les alcanza para salir del pelotón de bandas que hacen exactamente lo mismo.
Por cierto, mientras finalizaba esta reseña supe que la banda, aparentemente, se ha disuelto.

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Stygian Crypt
Grand Sounds PR

Gateway - Scriptures of Grief

Año: 2017
Sello: Sentient Ruin Laboratories (cassette) / Independiente (digital)
País de origen: Bélgica

Aun resuenan en mi cerebro los mórbidos y pesados temas que Robin van Oyen creó y grabó para su disco debut, aquella monstruosa (y altamente adictiva) obra de 2015, autotitulada y editada por Hellthrasher Productions. Dos años más tarde nos llega su segundo disco full, habiendo en el medio de ambos discos un single ("Sights of Malevolence") y un EP ("Unhallowed Ruins / Rites"), ambos del 2016. La vara había quedado alta tras el debut, disco que reseñé apenas salió, y al cual le otorgué elogios a cantidades bien merecidas. Mas, llegó el momento de escuchar y reseñar el segundo larga duración, y los interrogantes comenzaron a surgir. ¿van Oyen nos iba a desnucar con sus composiciones extensas, maquiavélicas y subyugantes? ¿iba a apoltronarse en la comodidad que brinda el hecho de saber que hiciste un gran trabajo? (me refiero al disco debut). Vamos a desglosar dicho álbum.
"Scriptures of Grief" es, en principio, una continuación del debut en cuestiones meramente estilísticas. Doom/Death tórrido, abrumador, extremadamente pesado y lleno de odio y maldad. Ahora bien, en aspectos tales como el sonido y la composición, Gateway va más allá en todo aspecto. El disco posee un sonido gigantesco y saturado, al punto de que un oído no entrenado no podría comprender, ni sacar en limpio, ni un puto riff. Eso, claro está, a mí me parece una de las grandes virtudes del álbum. La guitarra emite acordes eternos que se propagan en medio de un sonido corrosivo y denso, con los graves y la distorsión llevados a un nivel de exageración grotesco, y que en Gateway queda muy bien.
En la faz compositiva, Gateway sigue haciendo Death/Doom (o Doom/Death, ustedes eligen) en la vena de Disembowelment, Winter y todas esas monstruosidades, pero con una personalidad avasalladora, con una identidad muy marcada. Y canciones que no hacen más que potenciar esa identidad con ritmos lúgubres, mortuorios, que sirven de soporte para que Robin regurgite con su gutural voz frases incomprensibles, pero que uno imagina cargadas de palabras de muerte, odio, caos y desesperación. De ultratumba en todo lo concerniente al sonido de Gateway, acá no hay espacio alguno para melodías límpidas ni arreglos delicados: Gateway es el horror hecho Doom/Death.
Por cierto, los tracks no tienen nombre pues Robin van Oyen usa números romanos. Hablando de Roma, la pista llamada "III" es la gloria, aunque los tracks previos no se quedan atrás. 3 canciones en 30 minutos que, al igual que su antecesor, dejan al oyente lleno de negatividad...y un placer morboso. O sea, un excelente disco de Doom/Death mortal y escabroso.

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Altar of Betelgeuze - Among the Ruins

Año: 2017
Sello: Trascending Obscurity Records
País de origen: Finlandia

Hace unos años tuve la chance de escuchar y reseñar el primer disco full de éste grupo finés, una pieza muy bien lograda, editada por Memento Mori, y titulada "Darkness Sustains the Silence". En la misma, el grupo oriundo de la tierra de bandas como Impaled Nazarene, Beherit y Abhorrence, mostraba una propuesta claramente enfocada en lo que conocemos como Doom/Death, con influencias de los viejos My Dying Bride colisionando con partes aceleradas dentro de la más pura esencia del Death finés, y metiendo, ocasionalmente, arreglos dignos de una banda de seguidores de Black Sabbath. Ya por aquel entonces (año 2014) se decía que Altar of Betelgeuze coqueteaba con el Stoner, dando paso al surgimiento de una nueva etiqueta o subgénero. Pues bien, para este segundo larga duración, y tercer trabajo en la carrera del grupo si contamos el EP de 2012 "At The Shrine of Light", la parte Doom más tradicional del grupo se ha potenciado y mucho, pero mucho. De hecho, queda poco del Death Metal ominoso que aparecía anteriormente en la obra del grupo, o mejor dicho, ahora aparece en contadas ocasiones.
Ahora sí, y aunque no creo que sea necesario hacerlo, la banda usa la etiqueta Stoner Death Metal, algo que no es ni descabellado ni 100% acertado. Es que, si bien hay elementos sabbathicos que pueden hacer pensar en la palabra stoner para incluirla en la conversación, lo concreto es que el Death Metal se reduce al trabajo vocal de Matias Nastolin (bajista y cantante), quien aporta los growls propios del género (el Death Metal), y algún que otro pasaje musical de densidad virulenta, algo propio del Death Metal más arrastrado. Sacando esos detalles, "Among the Ruins" es más Doom Metal que otra cosa. Es más épico que violento, y más sentimental que colgado. Eso sí, más allá de las características musicales que hacen que se pueda usar una etiqueta u otra, "Among the Ruins" es un buen disco.
Hay canciones como "Sledge of Stones" (mi favorita) en donde la voz clara de Olli Suurmunne (guitarrista y responsable de las vocalizaciones limpias) alcanza un nivel de expresividad fabuloso, insertado dicho tratamiento vocal en medio de una canción que tranquilamente podría haber sido firmada por Khemmis o Solitude Aeternus. Por cierto, dicha pista está muy lejos de cualquier conexión con el Death Metal. Es más, pocas partes en el disco en su totalidad, tienen algo que ver con ése género, sacando de la discusión las ya mencionadas entonaciones guturales de Matias, o algún riff o ritmo.
Repito, tampoco es para darle mucha importancia a esto. El disco es muy recomendable, la banda suena cada vez más afianzada en todo aspecto (la propuesta, el sonido, las performances individuales y grupales), y están consiguiendo amalgamar tres formas de hacer música pesada sin perder el rumbo ni sonar a mezcolanza sin sentido. Lo hacen bien, y ya lo venían haciendo bien. Eso sí ¿es necesario inventar una etiqueta nueva, justo cuando uno de los elementos que antes eran esenciales, comienza a ocupar un lugar menos importante en el estilo del grupo?

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TOMetal

Revelations of Rain - Akrasia

Año: 2016
Sello: Solitude Productions
País de origen: Rusia

¿Por qué ya no me sorprende que una banda rusa, de Doom Metal, suene tan bien? Porque hace años que Rusia, junto a Italia, se ha erigido como la Meca del Doom Metal. Ok, hay que hacer una salvedad: mientras Italia es la posta en materia de Doom Metal tradicionalista y ocultista (Abysmal Grief es el mejor ejemplo), los rusos se especializan en Doom Death y Funeral Doom, todo bajo un manto de melancolía asfixiante, y hasta en algunos casos, con ribetes góticos que traen a la mente aquellos sonidos lúgubres de los 90's.
No sólo buenas bandas hay en Rusia, dentro de este estilo, también hay un muy buen sello: Solitude Productions, sello que aporta mucho material, anualmente, para que hagamos nuestras reseñas. Da la casualidad de que Revelations of Rain, la banda que hoy les traigo, son rusos, los edita Solitude Productions y tocan Doom Death lúgubre, melancólico y gélido como la imagen de la portada. Su verdadero nombre como banda es Откровения Дождя, pero acá vamos a usar la traducción al inglés de dicho nombre ¿ok?.
"Akrasia" es el quinto disco full del grupo, y a mi entender, y sin haberlos escuchado a todos sus discos (escuché 3 de 5), es lo mejor de la banda hasta el momento. Por definición, por calidad, por sensibilidad y, por qué no, porque hay un puñado de composiciones que hacen de éste disco algo muy recomendable para los fans del estilo. Pero ¿cuál estilo? Como bien anticipé, es ése Doom Death romántico que colinda constantemente con lo más melódico del Funeral Doom, con ritmos ultra-lentos, acordes aplastante y eternos que hacen las veces de muralla sonora para que las mismas guitarras desgranen melodías teñidas de un gris triste, asfixiante, pero para nada carente de belleza en sus formas. El tratamiento vocal se apoya más que nada en los guturales, pero no escatima buen gusto a la hora de usar como recurso la voz limpia.
Atmósferas frías y lánguidas que envuelven al oyente cual bruma en medio de la nada, una nada que se convierte en una inmensidad a medida que la placa avanza, y a medida que estos rusos se desangran, canción tras canción. Y, hablando de canciones, "In Joy and Sorrow" es mi favorita sin lugar dudas, pues condensa lo más pesado y asfixiante de la propuesta del grupo, además de haber incluido un contraste en donde sacan a relucir toda su capacidad a la hora de prescindir de los sonidos pesados, y recurrir a la limpieza y a la belleza de similares características (prístina).
Un sonido que hace evocar un día de lluvia levemente intensa e interminable, un día gris, de soledad infinita y profundidad dolorosa. O sea, un sonido denso, pero claro a la vez, una combinación de la cual sacan provecho de forma inteligente estos rusos.
Para cerrar, me resta decir que éste nuevo opus de Revelations of Rain es ideal para que lo disfruten los fans de My Dying Bride, el viejo Paradise Lost, Officium Triste, Skepticism, y ése tipo de bandas.

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Dejected Mass - Dirge

Año: 2016
Sello: Independiente/Autoproducido
País de origen: Alemania

Cada disco tiene su tiempo de asimilación, su tiempo de conocimiento por parte del oyente. Hay discos que entran en la mente del oyente y se instalan ahí inmediatamente. Otros, por oposición, necesitan de más tiempo, exigen un mayor grado de concentración y repeticiones varias hasta que uno logra dar con la esencia del álbum...o no. Así como uno puede lograr comprender una obra con el paso del tiempo, y pasar de mirarla de reojo a disfrutarla sin prejuicios, también puede suceder que ésa placa jamás llegue al centro emocional del oyente, y que, por ende, jamás lo afecte.
El primer disco de los teutones de Dejected Mass, quienes previamente habían grabado dos maquetas, es un disco que me costó al principio, un álbum que tuve que escuchar varias veces hasta lograr apreciarlo. No es que no me haya gustado de entrada, no es así. La primera audición me resultó amena, pero un poco agobiante. Mas, con las sucesivas repeticiones, fui encontrándole la vuelta y empecé a comprender algo que al principio me alejaba un poco de la banda. Es que el sonido de los germanos es opaco, apagado; muy grave y pesado, eso sí, pero no lograba impactarme, no me aplastaba, no me dejaba atolondrado en el piso, tal como me gusta sentirme cuando escucho un disco de Doom Metal. Bueno, Doom Death, en éste caso en particular. Pero, bueno, lo concreto es que "Dirge" no era un disco fácil de asimilar para éste servidor, y la raíz del problema estaba en el sonido. Y aquí entra a jugar lo que dije al comienzo acerca de los tiempos que cada uno tiene para comprender determinadas cosas. Es que con las sucesivas audiciones, me dí cuenta de que Dejected Mass no suenan así, tan opacos y grises, porque haya habido una falla en la producción del disco: ése es su sonido, suenan así porque así lo quieren. En otras palabras, es a propósito que las guitarras suenen de manera comprimida, como si se fusionaran con el bajo, conformando una muralla de graves sombría y carente de brillo, alejado de todo atisbo de luminosidad que pueda aportar algo de claridad al sonido del grupo. Ésa es la esencia del grupo, y cuando uno entiende eso, entiende la obra en sí.
"Dirge" es un disco realmente odioso, jodido, lúgubre. Los fans del estilo lo van a amar, muy probablemente, aun cuando su sonido no encaje al 100% dentro de lo que conocemos como Doom Death. Pero su espíritu es el correcto, las canciones aciertan sin deslumbrar (pero aciertan, a fin de cuentas), y las atmósferas son brumosas y asfixiantes, y fluctúan entre lo gélido y lo candente con una facilidad asombrosa.
Por cierto, el recurso del crescendo es lo más destacable del disco, por lo que es una obviedad decir que lo mejor llega sobre el final de la placa ¿cierto? Mas, no por obvio deja de ser cierto: el último tema, "Worthless Life", es lo mejor. No porque sea una gran canción, sino porque es la pieza que les permite alcanzar el máximo nivel de oscuridad, y porque es la pieza que termina de darle un sentido definitivo y concreto al disco.
6 canciones que parecen haber nacido juntas, creadas bajo un mismo manto de niebla y usando un formato similar para todas, pero ocupando cada una su espacio y su rol en un disco que me costó asimilar, pero que terminé disfrutando.

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Fullblast! PR

Ordog - The Grand Wall

Año: 2016
Sello: MFL Records / Solitude Productions / Frozen Light
País de origen: Finlandia

La Moscow Funeral League no se conforma con ser una movida sumamente interesante de bandas de Doom Metal, sino que hay un sello que es parte de esa movida. Dicho sello ha editado, entre otras cosas, este nuevo disco del grupo finés Ordog, quienes vienen creciendo disco tras disco casi sin freno. La banda se formó en el 2005, lleva 5 discos full sobre sus espaldas, y el nombre de la banda significa Diablo en húngaro (en realidad, se escribe ördög).
Solamente conocía algunas canciones de la banda, nunca había escuchado un disco entero de ellos, por eso presté suma atención a éste "The Grand Wall", pues era la primera chance que tenía de escuchar un disco de Ordog completo. Y mi primera experiencia escuchando de manera integra un álbum de los fineses ha sido más que satisfactoria. El Doom Death refinado y oscuro, lleno de melancolía y angustia, que practican éstos muchachos, no sólo posee esas características: también demuestran que saben componer buenas canciones, más allá de los estados de ánimo y todo lo que rodea a la música.
Influenciados por Officium Triste, My Dying Bride y algo de los enormes Funeral (los noruegos, claro), estos fineses se apoyan en un abanico de melodías tan tristes como profundas, sin descuidar jamás los matices en los arreglos y sonidos, además de que hay un buen manejo de los ritmos. Y debo repetir lo del sonido: buena producción. Fuerte, grave y oscura, pero sin descuidar la finura y el brillo como elemento contrastante. Quizás les faltó mayor brillo a las guitarras, ya que tienden a sonar un poco opacas en las partes distorsionadas, pero no por eso faltas de fuerza. O sea, hay una compensación, un equilibrio que permite ignorar esos detalles poco positivos, y centrarse en los aspectos más valiosos de un disco que merece ser escuchado.
Saben dosificar la pesadez con la sutileza, hay contraste vocales muy bien logrados, y entre todo eso, hay piezas como "The Perfect Cut" o "The Grand Wall", dos joyas que sobresalen, pero que a su vez encajan a la perfección dentro del concepto global de la placa.
Tienen ese toque romántico justo, para nada empalagoso, y lo meten en los momentos justos, usando dicho artilugio para alcanzar un dramatismo cuasi teatral que aprovechan de forma inteligente. De hecho, "The Grand Wall" posee dos características que voy a nombrar antes de dar por finalizada la reseña: emociones a flor de piel, e inteligencia para saber qué y cómo hacer lo que hacen. Ya con esos dos detalles al grupo le alcanza para destacarse por mérito propio. Quizás les falte un poco más de identidad en el sonido, despegarse un poco de ciertas influencias. Pero, con discos como éste, es indudable que van por el camino correcto.

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Fister / Teeth - Split

Año: 2016
Sello: Broken Limbs Recordings
País de origen: USA

Anoche reseñé un split en el cual hay dos bandas canadienses; hoy le toca a un split en el que encontramos a dos bandas norteamericanas. Anoche fue Grindcore, hoy le toca a la lentitud del Doom, en algunas de sus variantes. Fister son de ST. Louis, Teeth son de California. Unos hablan de drogas y satanismo, los otros exhiben su misantropía sin tapujos.
El split comienza con Fister, quienes aportan solamente una canción: "We All Die Tonight", en la cual vas a encontrar lo que siempre han hecho estos brutales muchachos de Missouri, que es Sludge/Doom bien pesado, gritado y arrastrado, pero con el agregado de un pasaje en donde sacan a relucir un gusto por la melodía que yo les desconocía. Más precisamente a partir de los 3 minutos y 44 segundos, comienza una melodía de corte romántico/melancólico que saca al grupo de su obsesión por las drogas y Satán, yéndose, aunque sea por unos minutos, para el lado del más dramático Post-Rock (o Post-Metal, si así lo prefieren, en base a la distorsión). Buena canción aportada por el trío de ST. Louis.
Teeth es Doom/Death, con todo lo que eso implica. Voces guturales, guitarras monolíticas y ultra-heavys, y una base que pasa de la lentitud cuasi fúnebre al repiqueteo death metalero en un santiamén. Son 2 pistas las aportadas por el grupo californiano, siendo la primera ("Lament of the Spineless") la que más me gusta de ambas; es furiosa, pero, además, tiene un conjunto de riffs muy bien logrados, la atmósfera es densa hasta la exasperación, y los contrastes rítmicos son manejados de manera muy precisa. La otra canción ("To Lay Upon Blistered Thorns") está bastante bien, pero le falta ese grado de concreción que sí tiene su antecesora. Mas, en líneas generales, es bastante bueno lo de Teeth.
En realidad, el split en sí, o sea los 13 minutos que dura el álbum, no tienen desperdicio. Si bien no es una obra maestra, ni mucho menos, es cautivante, ominoso y brutal hasta decir basta. Ninguna de las dos bandas escatima energía ni honestidad, y eso se transluce en 3 canciones tan sinceras como demoledoras por su fuerza y oscuridad. Seguramente hay bandas mejores, pero acá no estamos para debatir eso sino para dar mi opinión acerca de éste split, el cual fue lanzado en vinilo de 7". Y mi opinión, redondeando, es que es un buen disco.

Fister
Teeth
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The Black Birch
 

Uncoffined - Ceremonies of Morbidity

Año: 2016
Sello: Memento Mori
País de origen: UK

Si no recuerdo mal, el primer disco de Uncoffined fue el comienzo de mi relación con Memento Mori, uno de mis sellos favoritos. Lo que sí recuerdo puntualmente, es que el debut discográfico de la banda paralela de Kat Shevil (cantante de los demoledores Winds of Genocide, y protagonista de una de las mejores entrevistas que jamás haya hecho en este blog), una tortuosa obra llamada "Ritual Death & Funeral Rites" (2013), me gustó mucho (y al día de hoy sigo pensando lo mismo). Por lo tanto, tenía cifradas expectativas en este segundo álbum del cuarteto de Doom Death procedente de Durham City, Inglaterra.
Mis expectativas no fueron en vano, amigos, pues Uncoffined hicieron el disco que debían hacer para confirmar que lo hecho en su debut no fue casual. Para llevar a cabo dicha confirmación redoblaron la apuesta, mantuvieron su esencia intacta y se metieron al estudio para grabar una secuela que encaja a la perfección con la historia y evolución del grupo. Cuando digo Evolución, cabe aclararlo, no me refiero precisamente al hecho de que este nuevo opus sea mejor que su antecesor; de hecho, aun no sé cuál de los dos discos me gusta más. A lo que me refiero es al hecho de que es el paso evolutivo que la banda tenía que dar para afirmar su propuesta, para confirmar su calidad, y para demostrar que son una banda de verdad y no un grupito de un solo disco.
El estilo no ha padecido cambios en su espíritu ni forma; siguen siendo una profunda tumba enclavada en algún cementerio digno de un filme de la Hammer, desde la cual emergen sonidos guturales que se pergeñan en las profundidades de la misma. La tormentosa y brutal voz de Kat está al frente y aporta la morbosidad necesaria para que la frialdad de ultratumba se apodere del oyente, además de abofetear al mismo con cada growl proferido; por cierto, Kat también toca la batería. La guitarra de G. Hall (otro miembro de Winds of Genocide) es una lengua de fuego que logra armarse como tal gracias al sonido candente que emerge de dicho instrumento (o mejor dicho, desde el amplificador). Los riffs son simples y macabros, no exentos de gancho y siempre, pero siempre estridentes (salvo algún que otro arreglo lánguido que aparece por ahí). Y la base rítmica es tan aplastante -y precisa- como el péndulo que el genial Allan Poe describía en su inmortal relato "El Pozo y el Péndulo".
Por supuesto, las canciones son extensas y sofocantes, generando una aura claustrofóbica que encaja de maravillas con el estilo del grupo, además de emanar una bruma espesa y congelante que mete cagazo. Dichas sensaciones alcanzan su pico máximo en las tres últimas piezas del disco (3 de 5): el track que lleva el nombre del disco, "Ill Omens of Death & Disease" y "Awakened from Their Dormant Slumbered". De cualquier manera, mi elección se debe más a que el crescendo imponente que manejan estos británicos a lo largo del disco, logra ser lo que es gracias al orden del setlist. Dejando esto de lado, o sea, obviando a mis canciones predilectas, debo decir que estamos ante un disco homogéneo y atrapante. Como dije casi al principio, es la evolución exacta de su antecesor, y está al mismo nivel. Bueno, tal vez esté un escalón por encima del mismo, pero aun es demasiado pronto como para afirmar algo así. Lo que sí puedo afirmar es que "Ceremonies of..." es, al igual que el debut, un muy buen disco de Doom Death.

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Excruciation - [c]rust

Año: 2016
Sello: WormHoleDeath (CD & digital) / Auric Records (cassette & vinilo 12").
País de origen: Suiza

La veterana banda suiza Excruciation viene haciendo las cosas sin detenerse, editando discos, ep's, singles, tocando en vivo, etc. Desde su regreso en 2005 (la banda se formó originalmente en 1984), no han cesado su marcha, y este nuevo álbum es prueba de ello.
Nuevamente, al igual que sus dos anteriores discos de larga duración, Excruciation lanzan una placa cuyo nombre contiene a la primera letra del título del disco dentro de corchetes. Y, al igual que la gran mayoría de sus trabajos, salen al ruedo con un disco difícil de clasificar. Hay muchas etiquetas dando vueltas, como en cada obra de los suizos, pero ninguna predomina por sobre la otra. Doom, Heavy Metal (de tintes modernos), algo de Death Metal, Gothic Metal de primera calidad, y hasta Thrash Metal (en cuentagotas), pero ninguno de esos rótulos calza del todo en lo que hacen estos talentosos músicos.
Digamos que estamos ante una banda que nunca sacó un disco memorable, pero que siempre se las han ingeniado para editar trabajos desafiantes por variedad de ideas, por lo difícil que resulta categorizarlos, además de que nunca renuncian a la idea de crear buenas canciones. Lo mejor del caso es que logran todo esto recurriendo a melodías y arreglos que, en líneas generales, suelen resultar muy familiares para el oído entrenado (no así para el escucha de a pie, acostumbrado a escuchar casi siempre lo mismo), pero recibiendo estas ideas un tratamiento singular. En esto hay que hacer mención a la peculiar personalidad (musical) del grupo, moviéndose libremente en varios de los rincones (o subgéneros) del Metal en donde prevalece la oscuridad. Es que, sí, Excruciation es una banda oscura, pero fina a la vez. "[c]rust" es un disco que confirma esa oscuridad y esa refinada manera de edificar sus composiciones, tocadas y grabadas con una pulcritud digna de mención, pero sin dejar que dicha pulcritud atente con el aspecto esencial en una banda pesada: la pesadez, valga la redundancia.
Buen disco han hecho estos suizos, en el cual hay algunas piezas que sobresalen, tal es el caso de "Olympus Mons", "Lutheran Psalms" y "The Scent of the Dead". Sin embargo, no estamos ante una banda de grandes canciones, ni siquiera son una banda de grandes discos. En todo caso, Excruciation es un grupo de personalidad muy singular, no hay etiquetas específicas para ellos y, a su vez, hay muchas que se les pueden poner, según la canción. Eso, en un mundo atestado de clones de clones de clones, todos tratando de sacarle el máximo provecho a los clichés de tal o cual género, les permite a estos veteranos suizos diferenciarse del resto. No es poca cosa.

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Akem Manah - Demons of the Sabbat

Año: 2014
Sello: Freak Metal Records (CD; edición original) / Re-ediciones: Grimoire Cassette Cvlture (cassette, 2014); Possession Productions (digital, 2015; CD, 2016).
País de origen: USA

Disco y banda infravalorados, el tercer álbum full del dúo norteamericano Akem Manah es un compendio más que interesante de Doom/Death de raíces sabbathicas, estética de cine de horror clase B y atmósferas macabras bien logradas. Por cierto, dije dúo porque, según he leído, Akem Manah hoy es un dúo; mas, en este disco la banda funcionaba como trío, ya que aun contaban con la participación del ex Lecherous Nocturne Chris Lollis en bajo; anteriormente, el grupo funcionaba como cuarteto, vale acotarlo. Quienes quedan hoy al frente del grupo son los padres de la criatura: Dead Nedry en guitarra, voz y teclados, y el ex Prong y ex White Zombie Ivan de Prume en batería. Originalmente el disco fue lanzado a través del sello del grupo Freak Metal Records, pero, afortunadamente, la cosa no se limitó a dicha edición, ya que el sello Possession Productions (oriundo de Bielorrusia) decidió recuperar el -hoy disco de culto- grabado por Akem Manah en 2014 y ponerlo al alcance de la mayor cantidad de gente posible. De esa manera es que llegó el tercer opus de dicha banda a mis manos.
Como bien dije, se trata de un disco de buen Doom/Death netamente americano, más allá de haber una buena cantidad de riffs marca registrada de Tony Iommi, pero pasados por un filtro típicamente norteamericano, o sea, dotando a los riffs de esa atmósfera tan propia de la cultura trash del país del norte de nuestro continente (me refiero a USA, claro), con acordes que se suceden como si hubieran sido escritos pensados para sonar en algún film de horror de bajo presupuesto. Gancheros y oscuros al mismo tiempos, los riffs creados por Dead Nedry se erigen como pilares del sonido del grupo, aunque no es su labor el único pilar de Akem Manah. Ivan de Prume, con su manía por los ritmos sincopados, el groove perfectamente dosificado, y el golpe lento y aplastante típico del Doom. logra situarse en el mismo nivel que su colega de las 6 cuerdas. Claro, de Prume se aleja -levemente- de los ritmos convencionales del Doom/Death, y eso se entiende, pues hablamos de un tipo que fue parte de una de las bandas más frescas y originales de los 90's, cuyo principal característica residía en los ritmos llenos de groove, bailables y densos a la vez.
Una voz reventada que pronuncia versos inspirados en Lovecraft, la muerte, Satán (obviamente), la oscuridad y todo eso que hace al estilo, sumergidos dentro de una lista de 9 canciones que servirían tanto para llevar a cabo rituales de brujería, como así también para musicalizar alguna película de la Hammer, o bien para fumar marihuana en cantidades industriales, mientras la mente divaga y elabora escenas tenebrosas. Para todos éstos menesteres podemos usar, como epicentro de la obra y puntos más altos de la misma, canciones como "Possession of Nun", "Demons Rise" y "Nightfall".
¿Con ganas de escuchar un poco de buen Doom/Death lleno de niebla fría y espesa, voces de ultratumba e imágenes de cementerios, machos cabríos y demás clichés propios del estilo? Acá tienen un buen disco para disfrutar de principio a fin.

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Chalice of Suffering - For You I Die

Año: 2016
Sello: Times End Records / GS Productions
País de origen: USA

He leído que Chalice of Suffering es considerada una banda Internacional, como si sus miembros fueran todos y cada uno, procedentes de diferentes países. Pues bien, por lo que he leído, salvo Nikolay Velev (guitarrista y tecladista, miembro de Nangilima), quien es búlgaro, los demás integrantes del grupo son norteamericanos. Mas, este es un detalle que no hace a la cuestión, así que vamos a lo estrictamente musical.
Chalice of Blood es Doom Metal dramático, romántico, con ribetes progresivos (aspecto que se viene haciendo costumbre en muchas bandas del estilo y que permite seguir expandiendo los límites del género) y con esa carga mortuoria ineludible. Algunos podrán decir que es Doom/Death, otros dirán que es Funeral Doom, y otros alegarán en favor de ambas etiquetas. A decir verdad, la música de Chalice of Blood encaja a la perfección en cualquiera de éstos ítems (Doom Metal, Doom/Death y Funeral Doom). Sus contornos góticos, sombríos y cargados de dolor, sumado a la lentitud asfixiante de los ritmos y las lúgubre pesadez del sonido general del grupo, hacen que estas etiquetas puedan ser usadas indistintamente a la hora de clasificar a la banda de John McGovern, cantante y mente maestra del grupo.
Música hecha por almas atormentadas para que las almas de los que adoran regodearse en la miseria se hundan en la abyecta agonía que emana de todas y cada una de las canciones que componen en disco debut de una banda que parece haber nacido para ser amada por los fans del estilo. Y es que con canciones como "Darkness" o la que lleva el nombre del disco, se hace imposible no entregarse al encantador abrazo mortuorio que brinda la música de éste combo. No es que sean una maravilla de banda, ni es que "For You I Die" sea un disco colosal que vaya a convertirse en la NUEVA GRAN COSA del Doom Metal. Pero su fría caricia, esa lánguida manera de pintar esos trazos tristes sobre el vasto lienzo sobre el cual pintan su obra, hacen que estemos ante un disco que no puede ser, ni debe ser, obviado por los fans del costado más emotivo de un género que, de por sí, ha hecho del dolor un motivo de su existencia.
En su manera de ser, en ese poder fúnebre del que emana una bruma congelante y enceguecedora, en eso está el mayor encanto de este álbum. O sea que "For You I Die" nació para ser todo lo que un disco del más melancólico Doom Metal debe ser, en definitiva.

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Halter - For The Abandoned

Año: 2015
Sello: MFL Records
País de origen: Rusia

Si Italia es la Tierra Prometida para el Doom más tradicional y tenebroso, Rusia es La Meca del Doom Death y el Funeral Doom. Ahí, apenas un escalón por debajo de Italia, Rusia está aportando material lleno de lentitud y dolor a granel, y de buena calidad. Halter no son de lo más destacable de dicha movida, pero tienen todo como para que uno les preste atención y los recomiende sin trabas.
"For The Abandoned" es el segundo disco full de la banda, y el tercero en la lista (hay que sumarle el EP "Post Factum" del año 2014, sucesor del primer disco ""Omnipresence of Rat Race"). Suena muy crudo, no hay demasiada producción, algo poco habitual en una banda de este estilo. Las guitarras suenan pesadas, pero no poseen ese sonido monstruoso y aplastante que caracteriza a los grupos que se mueven dentro de la turbia galaxia del Funeral Doom y el Doom Death. La batería suena descarnada, como si hubiera sido grabada y editada sin retoque alguno, así tal como sonaba en la sala de grabación. Lo que más se acomoda al sonido típico del estilo es la voz de Alex y el bajo sobrio y firme de Wad. Eso si nos atenemos puntualmente al sonido; mas, en lo meramente instrumental, todos cumplen con su labor sin fisuras. La banda toda suena compacta y muy aceitada, seguros de lo que hacen y de cómo lo hacen. Entienden a la perfección cuáles son las atmósferas que hay que generar para que los sentimientos, emociones y pensamientos propios del universo lúgubre en el cual se mueven surtan efecto en el oyente. La miseria, la decadencia, los conflictos internos del ser humano, incluso la guerra y, por supuesto, la muerte, son vistas y expresadas con certeza, con efectividad.
Los 6 tracks que integran la placa cumplen con todos los requisitos y hasta meten una gran canción como "First Snow", con esa bella y melancólica melodía de guitarras que encanta y entristece hasta al más duro; 10:36 minutos de pura calidad. Por cierto, y esto también es obvio, la duración de los tracks tiende a ser extensa, aunque no en todos los casos. Algunas composiciones oscilan los 6 minutos, mientras que otras están entre los 10 y los 12 minutos de duración. Pero ninguna se hace demasiado larga, los rusos saben cómo dosificar y utilizar los tiempos.
Pero, repito, al sonido no ayuda a que "For The Abandoned" sume algunos puntos más a su favor. Le falta poder destructivo, le falta poseer esa cualidad asfixiante y gigantesca que resulta inherente a este tipo de bandas. Es un disco realmente agradable, pero si hubieran acertado en la producción (que corrió por cuenta de la banda y Alexander Hitrov) las cosas hubieran sido un poco diferentes. Si corrigen ese detalle para el próximo disco, pues en ese caso estaremos hablando de una banda para temer (por su calidad y poder, claro). Mientras tanto, Halter es un grupo para seguir de cerca.

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The Fog - Perpetual Blackness

Año: 2016
Sello: Memento Mori
País de origen: Alemania

Realmente, cuesta creer que este disco haya sido grabado en el siglo 21. ¿Por qué? Porque el sonido obtenido por estos germanos es digno de aquellos tenebrosos e inolvidables discos de Doom Death de la primera mitad de los 90s. Así de crudo, así de oscuro, frío y asfixiante es el sonido logrado por este trío de Mainz. Un trío bastante joven en cuanto a la vida que lleva como grupo, pues se formaron en 2013, grabaron un Demo al año siguiente, y a principios de este año lanzaron este buen trabajo debut, el cual, además de la edición en CD hecha por mi amigo Raúl de Memento Mori, hay una edición en vinilo hecha por Iron Bonehead Productions (vinilo de 12").
Más arriba cité una etiqueta muy en boga actualmente: Doom Death. Al ver la imagen del grupo uno se imagina algo de la vieja escuela, pues la banda tiene una imagen que tranquilamente podría asociarse a bandas como Katharsis, por dar un ejemplo. O sea, un estilo feroz y acelerado, muy crudo y sucio. Sacando lo de la velocidad impiadosa, lo de The Fog suena muy agresivo, pero de una manera desesperante, es decir, cargados de desesperación. En ese caso puntual, además del sonido y la voz de V. Lord (guitarrista, además de cantante, quien canta como lo hacía Jonas Renkse en el primer disco de Katatonia), The Fog poseen ese aura de agonía y melancolía constantes, muy en la línea de los primeros trabajos de los suecos de Katatonia. Mas, la crudeza, esa cosa mugrienta y arrastrada, con ciertos toques de desprolijidad, eso proviene de bandas como Goatlord, Winter o Doom Snake Cult. A eso hay que sumarle pinceladas de oscuridad celtic frostiana y listo, ahí tienen un resumen de la propuesta del trío que se completa con C.C. Defiler en bajo y Avenger (integrantes de Witches Sabbath y Nocturnal, entre otros) en batería.
Impera la simpleza en las estructuras compositivas, no hay grandes complicaciones ni en los instrumental ni en lo compositivo, pero son muy buenos creando atmósferas lúgubres que logran evocar las sensaciones que deben emerger de este tipo de música. Esa locura provocada por el vacío existencial más hondo, esa obscuridad fría e interminable, la desesperación de aquello horrendo sin fin, todo eso está recreado con magistral creatividad por parte de este trío germano. Con eso, más un puñado de muy buenas canciones, que se destacan por sobre el resto ("Creeping Lunacy" y la que da nombre al disco), les alcanza para redondear un trabajo realmente bueno.
Les falta para ser esa gran banda que enloquezca a todos los fans del Doom Death, pero ya en este primer opus demuestran que tienen clase y huevos suficientes como para dar ese salto que toda banda debe dar para convertirse en un gran grupo. Buen disco.

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Urania - Hieros Gamos

Año: 2016
Sello: Helldprod
País de origen: Portugal

Como caminar solo y perdido, sin rumbo, por la fría y desolada Siberia. Como ser confinado en una celda bajo tierra, sepultado en un desierto, la música de Urania transmite una soledad y un vacío inmensurables. La lentitud y pesadez de su música obliga al oyente a bajar los brazos, a entregarse a la oscuridad, a sentir la inmensidad de la nada en todo su ser y aceptar tan obscura realidad como algo inexorable.
¿Doom Death? ¿Funeral Doom? Yo me atrevo a decir que Urania se permiten vivir en medio de ambos subgéneros con total comodidad y franqueza. Se nota que no se esfuerzan por hacer lo que hacen, es evidente que lo hacen de forma totalmente natural. Todo ese torrente de miseria, esa espiritualidad mística sumergida en un mundo de locura y agonía, una visión cósmica llena de horror y vacío, todo eso es expresado como si cada cosa fuera parte esencial en la vida de estos músicos. Músicos que no necesitan ser nombrados, sus identidades deben quedar en el ostracismo, como si ese misterio fuera parte inherente de la lúgubre identidad de un grupo sin rostro, pero con mucha personalidad.
4 tracks en 37 minutos. Acordes eternos, bases que nunca emergen del fúnebre paisaje por el cual transita todo el grupo, lenta, muy lentamente. Una voz que gruñe desde los profundo de una catacumba, una voz de ultratumba que se desgarra el alma y nos envuelve con su manto de dolor y muerte. Sonidos industriales que surgen muy de vez en cuando para aportar el toque espacial, inhumano, ideal para que "Hieros Gamos" se expanda y alcance esa magia mortuoria que lo hace un disco exquisito. Canciones con títulos tan eternos como las composiciones en sí mismas, y un morboso placer devenido del dolor que es transmitido al oyente con una firmeza y una contundencia dignas de mención.
"Hieros Gamos" es la clase de disco que abre las heridas que apenas comenzaban a cerrar, es la clase de disco que lacera los sentimientos más nobles y los ennegrece. Es esa clase de disco sobrecargado de pudrición y belleza que tanto me gustan, en otras palabras.

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Confrontation - Aggregat 4

Año: 2015
Sello: Chaos Records
País de origen: Holanda

Fabuloso primer disco full del dúo holandés Confrontation. Un dúo que eligió tocar Doom Death con todos los ingredientes propios del estilo, pero que en la faz lírica optó por seguir un camino poco habitual en dicha ramificación de dos de los mejores géneros extremos dentro del Metal (el Doom y el Death, claro está). Lejos de los relatos sobre dolor, agonía, soledad, y todos los tópicos habituales en una banda de Doom Death, Confrontation eligieron tomar como fuente de inspiración la Segunda Guerra Mundial. Sabiendo que en este mundo de hipócritas e imbéciles apoyados sobre ideales políticamente correctos hay que tener cuidado con todo lo que se dice o se hace, pues se corre el riesgo de ser censurado por ser políticamente incorrecto, el dúo holandés se apresura a aclarar que ellos abordan la temática de la Segunda Guerra Mundial sin tomar partido por ninguno de los bandos que participaron en dicha confrontación bélica. Hecha la aclaración, pasemos a la música.
"Aggregat 4" es un disco turbio, lleno de sombras de muerte que todo lo invaden. Es un disco que emana olor a muerte, pero muerte que ya empieza a largar olor a pútrido. O sea, Confrontation es una banda que torna el aire irrespirable, que envicia el ambiente y deja al oyente obnubilado y sintiéndose aplastado por la pesadez de su música. Es, en otras palabras, una banda demoledora. Tienen un sonido monstruoso, ultra-heavy. Tienen una personalidad desafiante y aterradora. Tienen capacidad para crear canciones que no sólo se unen las unas con las otras, creando una conexión indivisible entre las partes y convirtiendo al álbum en un todo compacto e indestructible, sino que tienen capacidad para componer canciones estupendas. Y son muy buenos intérpretes, claro que lo son. Además, tienen la claridad suficiente para saber en qué orden deben ir las canciones, detalle que les permite hacer de este, su primer disco full, una placa que va in crescendo a medida que la misma va avanzando y acercándose al final. Es por eso que el disco comienza muy bien, con "Katuysha BM", una oda a la densidad, pero aumenta su potencial con el track siguiente ("The Great Battle of the Volga"), y así continúa su camino ascendente (o descendente, según la perspectiva que el oyente adopte ante la obra de estos holandeses) hasta el final, con 3 tracks descomunales que sirven para ponerle el broche de oro a un disco absolutamente genial y estremecedor. "800mm Schwerer Gustav", "Panzer-Brigade" y "Aggregat 4" son canciones perfectas, lisa y llanamente perfectas. Claro, son perfectas dentro de su estilo, sombrío, aplastante y bien hijo de puta; pues, a esto hay que decirlo, la música de Confrontation es malvada, es sádica, está hecha para lacerar los sentidos del oyente, lastimarlos a la vez que provoca un placer inconmensurable en el fan del Doom Death de primer nivel. Y, a no dudarlo, lo de Confrontation es de primer nivel. De hecho, lamento no haberlo escuchado unos meses antes de la finalización del año. Seguro que, de haberlo hecho, hubiera incluido este disco entre los mejores del 2015. Discazo.

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Woebegone Obscured - Deathscape MMXIV

Año: 2014
Sello: Solitude Productions
País de origen: Dinamarca

Tras dos discos full llenos de angustia y oscuridad, este excelente cuartetos danés nos trae un EP que no hace otra cosa que afirmar y reafirmar lo hecho en esos dos discos, y hasta superarlo. En serio, "Deathscape MMXIV" no sólo demuestra que Woebegone Obscured es cosa seria, sino que muestra a una banda dispuesta a superarse a sí misma disco tras disco.
5 tracks que nos subyugan y nos sumergen en un submundo de depresión, melancolía, suicidio y ocultismo inagotables, como si el mundo fuera eso y solamente eso. Es esa inagotable calidad de la banda para hundir al oyente en las miserias más abyectas y hacerlo regocijarse en su agonía lo que más resalta aquí, además de la categoría que tienen para introducir fragmentos de ese endemoniado estilo llamado Black Metal, jugar con texturas etéreas dignas de Dead Can Dance, golpear al oyente (lentamente) con arrebatos de violencia inusitada, para luego arrullarlo hasta hacerlo aletargarse con dulces pero suicidas pasajes de calma inquietante. En otras palabras, esto es Funeral Doom del bueno, variado y profundo, pero sin perder jamás de vista la esencia del estilo.
Las guitarras desgranan acordes mortales, pesados y furibundos, pero también deslumbran y acongojan con arreglos acústicos preciosos (la versión de "Xavier" de Dead Can Dance es la mejor prueba de ello). La batería sostiene el ritmo sin alejarse nunca de su premisa: tocar lo más lento que sea posible, pero fluido, muy fluido; golpeando con rudeza cuando es necesario, marcando el compás con prestancia cuando la calma arrecia. Un bajo firme, seguro, sobrio, haciendo lo que debe hacer (atento a lo que hace cuando agarra el Fretless). Una voz que oscila entre lo gutural, bien de ultratumba, y la limpieza celestial de los cantos de tinte religioso que aparecen aquí y allí. Y el aporte de instrumentos tales como teclados y un Cello, llenando de dulzura y dolor al mismo tiempo la atmósfera que rodea a este estupendo EP. Y así, con esos argumentos, la banda nos deleita con un disco magnífico, sorprendente dentro de las pocas variantes que suele haber en este género; entre las sorpresas está la lúgubre versión del "Call From The Grave" de Bathory, a la altura del material propio y hasta confundiéndose con las canciones de la banda (lo mismo pasa con el cover de Dead Can Dance).
Por cierto, como ya habrán leído más arriba, al disco lo edita Solitude Productions, LA MECA del Doom Metal hoy. Nada más para agregar. Que lo disfruten.

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Mare Infinitum - Alien Monolith God

Año: 2015
Sello: Solitude Productions
País de origen: Rusia

Sí, son Rusos y tocan Doom Metal. Y sí, los edita Solitude Productions. Últimamente, esta ecuación resulta fácil de hacer gracias a, por un lado, el gran crecimiento de este estilo (el Doom Metal) en Rusia, con bandas que demuestran tener un nivel parejo y alto en la mayoría de los casos con los que me encontré. Pero, por otro lado, el hecho de contar con un sello tan bueno como Solitude Productions facilita las cosas para que dicho género se propague como una peste incontenible. Mas, lo más importante aquí es esto: Solitude Productions te asegura un nivel de calidad que, hasta la fecha, jamás bajó de la categoría BUENO. En todo caso, sus lanzamientos merecen esa clasificación y mejores aun. Mare Infinitum no son la excepción a la regla y prometen ser una banda de primera línea en el mundo del Doom Metal.
"Alien Monolith God" (¡por favor! ¡qué buen título para un disco!) es el segundo disco de la banda de Moscú y, a mi parecer, supera a su antecesor (un buen disco llamado "Sea of Infinity"), además de ser una estupenda continuación de aquella muy interesante placa. Ya de entrada, con esa fabulosa creación llamada "The Nightmare Corpse-City of R'lyeh", la calidad de estos individuos queda expuesta a través de acordes lánguidos que sirven de soporte para punteos preciosistas, una base ultra-lenta que orada el alma y las voces, aspecto destacado en dicha pieza, pasando del growl monstruoso a entonaciones limpias y celestiales que ponen la piel de gallina; no se puede empezar un disco de mejor manera, sinceramente. Y sí, Lovecraft está presente en la imaginación y creación de los rusos, algo que provoca que la densidad en la atmósfera sea claramente perceptible, induciendo al oyente a entregarse al sofocante y placentero viaje que Mare Infinitum proponen por extraños y lejanos parajes. Como bien dice la gacetilla de prensa, "Alien Monolith God" es un mar infinito, mas, ese mar está lejos de nuestra terrenal realidad. Mare Infinitum toman su inspiración de otras realidades, invisibles para los ojos mundanos, irreales para las mentes apegadas a lo cotidiano.Es por eso que cada una de las partes que componen esta muy buena obra, invitan al oyente a sopesar la chance de huir de lo mundano para adentrarse en un Universo tan vasto como negro, asfixiante, desolador, pero imponente en su inmensidad y magnético en su belleza.
Doom Death, Funeral Doom, los senderos más sombríos de un género sombrío, las formas más brutales y dolorosas de un estilo que nació para ser sombrío, doloroso y brutal. Mare Infinitum aprendieron cada lección, cada experiencia ha sido aprehendida por los rusos para luego, pasándola por el filtro que se impone desde la identidad del grupo, convertirla en música. Música que no es para cualquiera, música que obliga al oyente a estar dispuesto a abandonar nuestro mundo para encontrarse rodeado de construcciones ciclópeas, de realidades ajenas al conocimiento humano convencional, de horrores que tal vez lo sean para nosotros, pero que podrían no serlo en la dimensión en donde transcurre toda esta obra en cuestión.
Rusia, Doom Metal, una buena banda, un buen disco. Todo esto se me está haciendo muy familiar. Celebro que así sea.

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Oktor - Another Dimension of Pain

Año: 2014
Sello: Solitude Productions
País de origen: Polonia

Me gustaría saber quién es el responsable de Solitude Productions. El sello ruso que ha lanzado, entre otras cosas, a bandas del calibre de Comatose Vigil, Ea. Doomed y Doom:Vs, está irguiendo su cabeza por sobre la mayoría de los sellos especializados en Doom Metal debido que Solitude Productions no sólo centra sus ediciones en dicho género (con preponderancia de bandas de Doom Death y Funeral Doom), sino que hoy, en la actualidad, cuenta con el mejor catálogo dentro de dicho estilo. Veamos el caso del primer disco full de Oktor para ir poniendo en claro la cosa.
Trío procedente de Varsovia, Oktor tocan un atmosférico, elegante y ultra-lentos Funeral Doom, aunque tienden a moverse con fluidez dentro de los márgenes del Doom Death, algo que resulta hasta obvio si tenemos en cuenta la proximidad que hay entre ambos subgéneros. Tienen en su haber un EP (llamado así, "EP"), un split junto a The River y Quercus, además de un compilado previo a este full lenght. Desconozco el material previo a "Another Dimension of Pain", mas este trabajo ha despertado en mí el interés por las otras grabaciones del grupo polaco conformado por Piotr Kucharek (voces limpias) y los hermanos Rajkow-Krzywicki (Jerzy en guitarra, bajo, teclados, batería y partes habladas, mientras que Jan se encarga de la guitarra y las voces guturales). Sí, los tres aportan arreglos vocales, entonaciones diferentes entre sí pero que brindan un caudal de matices más que interesante. De hecho, el contraste entre la voz limpia de Piotr y Jan es tan claro como constructivo para la propuesta del grupo. Así, de esa manera, logran definir una propuesta que posee todas las características del estilo (Funeral Doom), pero que muestra más sobriedad antes que esa subyugante densidad tan propia del Funeral Doom.
Incluso el sonido de las guitarras no es tan brutal y aplastante como el de, por ejemplo, Shape of Despair o Worship, por citar a dos popes del Funeral Doom. En todo caso, logran aplastar al oyente a través de los ritmos lentos y los acordes lánguidos, procreando atmósferas de dolor y agonía. ¿Dije la palabra dolor? Presten atención al mejor track del disco, el extenso "Mental Paralysis" (canción que cuenta con la participación de Matti Tilaeus de Skepticism en voces), momento cumbre en el cual los polacos, inspirados y entregados al placer que produce despedir tanto dolor (al cual convierten en algo mucho más positivo, o sea, música, si es que podemos hablar de positivismo en este caso), demuestran que pueden ser más que una buena banda. Lo que quiero decir es que, si bien son una buena banda, están en condiciones de ser una muy buena banda. Tienen todo como para dar ese salto de calidad, en este disco hay pruebas de ello. ¿Darán dicho salto? Está en ellos hacerlo o no, aunque creo que estamos a las puertas de un gran disco en un futuro no muy lejano. Mientras tanto, escuchen este disco y chequeen el catálogo de Solitude Productions, que bien vale la pena hacerlo.

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