Light of the Morning Star - Nocta

Año: 2017
Sello: Iron Bonehead
País de origen: UK

Mientras escuchaba el primer disco full de este proyecto nacido en la lluviosa Londres, rememoraba mis años de obsesión gótica, encerrado en mi pieza, sucumbiendo ante la oscuridad que emergía de los discos de Christian Death, The Sisters of Mercy, los primeros trabajos de The Cure y las peripecias sonoras de Gitane Demone y Rozz Williams fuera de Christian Death. No pude evitar sentirme envuelto por esa bruma gélida que emana de dicha música, y noté que volvía a sentirme tan a gusto como cuando pasaba horas enteras escuchando a esas bandas. Claro, regodearse en tamaña oscuridad implica que uno posee un alma bastante tortuosa ¿no? Siempre he sido un tipo bastante oscuro en mis apreciaciones y, no me voy a negar, en algunos de mis sentimientos también. Es por eso que me genera placer escuchar algo tan oscuro. Light of the Morning Star me da placer, me hace sentir cómodo entre la densa niebla que rodea al primer larga duración de esta banda inglesa.
El debut real de la banda había sido en 2016, con un EP titulado "Cemetery Glow", un trabajo bastante atractivo. Mas, éste álbum llamado "Nocta" muestra una madurez y una profundidad dignas de mención, marcando una distancia considerable con su antecesor, dicho esto sin la intención de menospreciar a "Cemetery Glow", un agradable EP que merece ser escuchado y apreciado en su totalidad.
Alguno estará pensando "éste tipo habla de un lanzamiento del sello Iron Bonehead y habla de Deathrock y Gothic Rock?". Claro, hablamos de un sello que viene apostando a lo más negro y mala onda del Metal Extremo desde hace varios años. Por ende, hasta resulta lógico -para algunos- que cada lanzamiento de dicho sello vaya por esos carriles. Sin embargo, la apuesta de editar algo que nada tiene que ver con el más primitivo Death Metal, y que apenas si puede tener algún coqueteo con el Doom o Black Metal, les salió de mil maravillas. Es que Light of the Morning Star es, a mi entender, una de las revelaciones del año por su propuesta, por su sonido, y por la atmósfera generada a lo largo de un disco que huele a cadáver putrefacto, pero que ni así pierde su elegancia. Algo muy típico de las bandas de Deathrock, por cierto.
El álbum comienza y termina de la mejor manera, abriendo con dos temazos alucinantes, tal es el caso de "Nocta" y la emocionante "Coffinwood", para cerrar con la bella "Five Point Star". Entre el principio y el final del disco hay un puñado de composiciones muy bien logradas, en donde una voz (la voz de O-A) profunda y lánguida a la Rozz Williams (y podemos citar a Andrew Eldritch también) se impone con su aire vampiresco, mientras melodías necrománticas (y nada exentas de belleza) abren el abanico de posibilidades sonoras, con texturas que van desde lo netamente Goth, hasta algún que otro flirteo con el Metal más denso. Los ritmos son firmes, pero tienden a moverse dentro del espectro de lo lúgubre, obviamente. Medio-tempo a lento, y algún que otro pasaje en donde la velocidad tiende a acelerarse, pero muy levemente.
Lo más importante en la obra de LOTMS pasa por el lado de los climas, esos brumosos aires de desolación y agonía, en donde residen la adoración a la muerte, el ocultismo, con esa cuota de vampirismo omnipresente, y cierta sofisticación subyugante.
¿Metal? Lo más cercano que podemos encontrar en el mundo del Metal a esta banda que hoy les traigo es Tiamat, y me refiero al Tiamat menos metalero ¿sí? No es que no haya cosas propias del Metal aquí. Lo que hay, está usado como un ingrediente y no como parte esencial de la música de esta banda británica. O sea, para resumir, esto es Deathrock/Gothic que toma prestadas algunas cosas del Doom y el Black, y las pone en lugares determinados para provocar sensaciones, para acrecentar estados, no como eje creativo. ¿Será por eso que sin ser un gran disco, "Nocta" me gusta tanto? Porque no creo que sea una obra maestra éste primer disco full de LOTMS, pero me gusta y mucho.

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Excruciation - [c]rust

Año: 2016
Sello: WormHoleDeath (CD & digital) / Auric Records (cassette & vinilo 12").
País de origen: Suiza

La veterana banda suiza Excruciation viene haciendo las cosas sin detenerse, editando discos, ep's, singles, tocando en vivo, etc. Desde su regreso en 2005 (la banda se formó originalmente en 1984), no han cesado su marcha, y este nuevo álbum es prueba de ello.
Nuevamente, al igual que sus dos anteriores discos de larga duración, Excruciation lanzan una placa cuyo nombre contiene a la primera letra del título del disco dentro de corchetes. Y, al igual que la gran mayoría de sus trabajos, salen al ruedo con un disco difícil de clasificar. Hay muchas etiquetas dando vueltas, como en cada obra de los suizos, pero ninguna predomina por sobre la otra. Doom, Heavy Metal (de tintes modernos), algo de Death Metal, Gothic Metal de primera calidad, y hasta Thrash Metal (en cuentagotas), pero ninguno de esos rótulos calza del todo en lo que hacen estos talentosos músicos.
Digamos que estamos ante una banda que nunca sacó un disco memorable, pero que siempre se las han ingeniado para editar trabajos desafiantes por variedad de ideas, por lo difícil que resulta categorizarlos, además de que nunca renuncian a la idea de crear buenas canciones. Lo mejor del caso es que logran todo esto recurriendo a melodías y arreglos que, en líneas generales, suelen resultar muy familiares para el oído entrenado (no así para el escucha de a pie, acostumbrado a escuchar casi siempre lo mismo), pero recibiendo estas ideas un tratamiento singular. En esto hay que hacer mención a la peculiar personalidad (musical) del grupo, moviéndose libremente en varios de los rincones (o subgéneros) del Metal en donde prevalece la oscuridad. Es que, sí, Excruciation es una banda oscura, pero fina a la vez. "[c]rust" es un disco que confirma esa oscuridad y esa refinada manera de edificar sus composiciones, tocadas y grabadas con una pulcritud digna de mención, pero sin dejar que dicha pulcritud atente con el aspecto esencial en una banda pesada: la pesadez, valga la redundancia.
Buen disco han hecho estos suizos, en el cual hay algunas piezas que sobresalen, tal es el caso de "Olympus Mons", "Lutheran Psalms" y "The Scent of the Dead". Sin embargo, no estamos ante una banda de grandes canciones, ni siquiera son una banda de grandes discos. En todo caso, Excruciation es un grupo de personalidad muy singular, no hay etiquetas específicas para ellos y, a su vez, hay muchas que se les pueden poner, según la canción. Eso, en un mundo atestado de clones de clones de clones, todos tratando de sacarle el máximo provecho a los clichés de tal o cual género, les permite a estos veteranos suizos diferenciarse del resto. No es poca cosa.

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Alaric - End of Mirrors

Año: 2016
Sello. Neurot Recordings / Sentient Ruin Laboratories
País de origen: USA

Tenía muchas ganas de escuchar este disco, realmente ansiaba poder reproducirlo y escucharlo todas las veces que fuera necesario hacerlo. Por suerte, la gente de Earsplit PR me hizo llegar el material en cuestión y aquí me encuentro, por reseñar el segundo disco full de esta banda de Oakland (tercero si contamos su disco compartido con Atriarch). Con miembros de Dead & Gone, Noothgrush, The Enemies, entre otros, el cuarteto en cuestión nos trae un disco en donde las lúgubres y fantasmagóricas texturas del Goth y Deathrock son mixturadas con sonidos de guitarra machacantes, actitud Punk que se filtra en los momentos más virulentos y pasajes de atmósferas Doom, por su lenta y apesadumbrada manera. Pero, básicamente, lo que predomina acá es el sonido inquietante del Gothic y Deathrock, con claras influencias de Christian Death, Sex Gang Children y hasta UK Decay o el Siouxsie & The Banshees de los primeros discos; incluso la voz de Shane Baker me recuerda, en ocasiones, a la de Andi Sex Gang mixturada con la de Rozz Williams más visos de Killing Joke. Pero, yendo a lo estrictamente musical ¿valió la pena generar expectativas en torno a este nuevo disco de Alaric? Sí, claramente valió la pena.
Veamos, no hacen nada nuevo en lo meramente compositivo, y eso es algo que debe decirse. He leído a varios medios desviviéndose en elogios para con la banda, como si Alaric hubieran descubierto la manera de revolucionar el Underground con sus canciones. Nada más alejado de la realidad, a esto lo hemos escuchado muchas, pero muchas veces en estos últimos 30 años. Lo que sí hay que reconocer es 1- los de Oakland son muy buenos compositores y los 7 tracks que integran el álbum son una prueba contundente de ello, y 2- le han aportado una producción diferente al disco, diferente a lo que conocemos dentro de estilos como el Post-Punk, Gothic y Deathrock. Más pesados, con tendencias inevitables a usar matices sonoros propios del Metal (Doom Metal, para ser más exacto) y el Punk ultra-pendenciero (tipo The Viletones), estos oscuros y encantadores artistas nos sumergen en un mundo de sombras y pocas luces, de angustia y decadencia, de locura y magia. Y allí reside el encanto de "End of Mirrors", en su capacidad para jugar con los matices, en la cuasi inagotable inventiva de la cual hacen gala estos tipos y en la facilidad para tomar cosas de otros tiempos y darle el toque justo para hacerlas sonar frescas y actuales.
Con ritmos tribales y densos, con guitarras que vuelan sobre destellos de notas, acoples y acordes lánguidos y pesados a la vez, con un bajo omnipresente y consistente, y una voz que flirtea con lo operístico y lo vicioso a la vez, Alaric han hecho de este nuevo opus un trabajo adorable, con canciones como "Mirrors" o la agresiva "End of Mirrors" erigiéndose como mis favoritas indiscutidas. No, no es innovador, no es ese disco que va a sacudir los cimientos de una industria abarrotada de bandas y grabaciones mediocres. Pero es un trabajo muy bien hecho, ideado y realizado de manera inteligente, cargado de elegancia y oscuridad en dosis iguales.
Por supuesto, veamos los sellos que están detrás de la edición de dicho álbum y tendremos un pantallazo clarificador acerca de los motivos por los cuales "End of Mirrors" viene precedido de elogios en cantidades, y el por qué de su innegable calidad.

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Excruciation - Twenty Four Hours

Año: 2015
Sello: Auric Records
País de origen: Suiza

Muchos desconocen la historia de este grupo, algo que es una verdadera lástima. Es que Excruciation no sólo es un grupo con una vasta trayectoria, es también una banda muy respetable y recomendable en lo musical. Comenzaron su historia allá por 1984, mezclando Death, Doom, Thrash y Crust y se mantuvieron así de oscuros y furiosos hasta la separación en 1991. En el año 2005, todos los miembros originales se reunieron y sacaron al grupo de nuevo a la calle, con su peculiar estilo siempre presente. Desde ese regreso hasta la fecha, han sacado muchos discos, ep's, discos en vivo, compilados y singles. Entre los EP's está este muy interesante trabajo lanzado en diciembre del año pasado, el cual se basa en un cover de Joy Division (la canción cuyo título le da nombre al disco) y dos canciones previamente no editadas para el público.
El álbum arranca con el cover de la banda de Ian Curtis, en una versión pesada, lánguida y emotiva que rinde culto a la estupenda banda inglesa con gran efectividad y buen gusto. De paso, Excruciation vuelven a dejar en claro que aferrarse a un sólo género no está en sus planes, ni en los pasaos ni en los actuales. "Olympus Mons" es Doom Metal elegante y sombrío, con una melodía de guitarra llena de buen gusto. Esta canción recuerda a los momentos más etéreos del Doom en la segunda mitad de los 90s, cuando la distorsión cedía su espacio a las guitarras de sonidos descarnados, mucho menos musculares, influenciados por las agrupaciones más depresivas del Post Punk. El EP finaliza con la versión extendida de la canción "Borderline", lo más agresivo del disco, aunque siempre dentro de esos márgenes refinados y prolijos a los cuales se apega la banda. Digamos que es la canción más cruda del disco, pero manteniendo la esencia del estilo de Excruciation siempre firme.
En líneas generales, estamos hablando de una banda cuyo espectro musical suele ser bastante amplio y definido a la vez. En este caso puntual, los suizos hicieron un disco de Doom Metal a su manera, y les salió realmente bien. Además, fue sabiamente utilizado como una exquisita manera de entretener el paladar del seguidor de la banda. Este año, y fieles a su costumbre de quedarse quietos, lanzaron un nuevo disco full titulado "[c]rust", del cual ya escribiré la correspondiente reseña. Mientras tanto, vayan degustando este delicado y oscuro plato.

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Monje de Fuego - Sol Rictus

Año: 2009
Sello: Autoproducido/Independiente
País de origen: Argentina

Con uno de los pibes (Juanlón) nos fuimos tirando la pelota para hacer esta review. La razón? Ninguno de los 2 le agarraba la mano a la música del grupo. Debatimos, ambos llegamos a la conclusión de que Monje de Fuego nos gusta, que lo que hace este singular artista es realmente interesante; pero a ninguno se le ocurría qué carajo escribir. Bien, soy el creador y responsable del blog, así que me decidí a tomar el toro por las astas y ponerme a escribir. Aun no sé si le agarré la mano a esta banda, sinceramente. Pero me sigue gustando, eso sí. Me gusta de una manera misteriosa, para nada convencional y hasta desafiante, si se quiere. Es que si bien esto puede llevar la etiqueta de Doom Metal, no es justamente Doom Metal. Hay cierta búsqueda musical que deviene de la poesía, de lugares como el Romanticismo y el Surrealismo, y que le confieren a las composiciones un aura extraña que no acepta moldes fáciles. Aplaudo eso, más allá de no ser lo que yo acostumbro a escuchar, y precisamente es eso algo que me agrada: esa cosa de no ir por donde la mayoría va. Es así: lo tomas o lo dejas. Si buscas Doom convencional, no lo vas a encontrar. Ahora bien, si lo buscas mixturado con Gothic, Darkwave, Ambient y ese tipo de estilos, entonces vas bien encaminado, porque por ahí van los tiros. No es eso sea exactamente lo que Monje de Fuego hace, pero hay una aproximación a todo eso...y a nada a la vez.
"Los Sueños de Anu" y "La Tormenta" son los puntos más cautivantes para quien esto escribe, porque encontré en ellos atmósferas hipnóticas que provocan en mi un efecto diferente al que me provocan el resto de las composiciones. Aunque eso es tan sólo una apreciación vaga, y asquerosamente subjetiva, creo que es lo que este disco, y esta banda han despertado en mi: pensamientos que no se sostienen muy bien por sí solos, y una sensación de que acá no hay objetividad que valga...creo. En fin, lo que importa es que el disco aporta algo diferente a lo que acostumbramos a escuchar aquí, por parte de las bandas argentinas. Eso no es poco, y de hecho, es altamente elogiable.

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Faith and The Muse - Annwyn, Beneath The Waves

Año: 1996
Sello: Tess Records
País de origen: USA

Faith and The Muse es algo más que música: es poesía, es arte visual acompañado de la música correcta y viceversa. Es un combo que enriquece su propuesta bebiendo de fuentes de los más disimiles. Es un dúo que no piensa en límites, sino en crear. Si bien hay parámetros bastante claros (más que nada van por el lado del Goth y el darkwave), no temen acompañar cada creación con pincelazos de música Celta, Árabe, Folk pagano de distintas culturas, Industrial y Ambient. Este, su segundo disco, es una clara exposición de la creatividad y carencia de límites que hay en el seno del dúo, conformado por Monica Richards, quien además de ser música, es una artista muy completa, incluyendo la poesía en su currículum, y William Faith, quien entre otros, tocó en Christian Death. Pero ojo que esto no es el típico grupo continuador de Christian Death. Faith & The Muse están más cerca de ser una cruza entre el primer Siouxsie & The Banshees y Dead Can Dance, más arreglos tomados de todos los estilos que ya nombré.
En este disco el nivel, además de ser alto, es parejo; aunque en tracks como "Cantus" y "The Sea Angler" llegan a un nivel superlativo. Etéreos y teatrales, el dúo muestra en su segundo disco que lo hecho en su primer trabajo, de casual tiene poco: ya pintaban bien en su debut, y aquí terminan de sacar afuera aquello que en su inicio insinuaron. Los discos posteriores son también muy recomendables, sobre todo si te gusta relajarte y dejar que la música te haga viajar.

Bauhaus - Burning From The Inside

Año: 1983
Sello: Beggars Banquet

Los conocía de nombre. Cuando un amigo me habló de ellos, lo único que conocía de la movida Dark o Gothic eran grupos como Siouxsie & The Banshees y The Cure. En ese tiempo The Cure eran una banda netamente Pop y no me gustaban para nada (con el tiempo eso cambiaría). Siouxsie me gustaba, pero no me rompía la cabeza. El llamado Gothic no había tenido una buena llegada a mi vida, no encontraba en ese estilo algo que me atraiga de manera poderosa. Hasta que éste amigo mío me dijo "escuchá Bauhaus, eso te va a gustar". Sacó un cassette TDK de uno de los bolsillos de su campera y me pasó la cinta. Dicha cinta contenía "Burning From The Inside" de Bauhaus. Escuchar "She´s In Parties" y perder la cabeza instantaneamente fueron una sola cosa. Al llegar el demencial "Antonin Artaud" yo casi acabo de la emoción. Con el tercer tema, esa oscurísima pieza llamada "King Volcano", quedé rendido de rodillas ante la magnifica exposición pagana de los más profundos y misteriosos recovecos del espíritu. Una canción pagana, perturbadora, un sacrificio de almas perpetrado con altura y belleza. El resto del disco, tan oscuro como elegante, pero sarcástico dentro de su trama depresiva, dejando que la luz entre entre la lúgubre figura que se forma entre las sombras de cada tema.
Peter Murphy explota su enorme potencial, histriónico, estético y musical hasta llegar a límites insospechados. El tipo va más allá de su rol de vocalista y se transforma en un director de cine, cuya visión es la de todos los oyentes; así de definitivo es su trabajo aquí.
Daniel Ash saca a relucir todo su arsenal de riffs, armonías tétricas, melodías surrealistas, arpegios de un submundo que parece impenetrable para la vista del no conocedor, pero que resulta encantador para el que siente en su piel la perfecta y asimétrica fusión de distintas ramas artísticas, aquellas de las cuales se nutre el Gothic.
No vale la pena seguir usando palabras cuando la música es utilizada como un lenguaje tan exhuberante, tan rico y elegante. Bauhaus, simplemente Bauhaus