Whorion - The Reign of the 7th Sector

Año: 2015
Sello: Inverse Records
País de origen: Finlandia

Barroco, demadiado barroco. El primer full lenght de esta banda finlandesa peca de ser demasiado pomposa, saturada de adornos y una complejidad que, en ocasiones, les juega en contra. Tampoc debo ser injusto con ellos, pues Whorion es una banda conformada por músicos absolutamente probos, dueños de un talento interpretativo exuberante e innegable. Pero se abusan de sus dotes instrumentales, y eso, en una banda de Death Metal, suele no ser favorable. Mejor dicho, en un grupo de Symphonic Death Metal, aunque, por instantes, suene como un grupo de Technical Death que pretende complejizar su obra.
Miembros de Finntroll (Heikki Saara, baterista), de Exit Wound (Ari Nieminen, vocalista), Human Error (Dorian Logue, bajista, el único miembro que no es finlandés. Dorian es australiano), Causemos (Antti Lauri, guitarrista) y un ex Re-Armed (Ep Rautamaa, en guitarra y voces), o sea, todos tipos experimentados, sumamente capaces y muy serios en todo lo que hacen. De hecho, y esto no es una exageración, los 5 miembros son verdaderos virtuosos. Justamente es esa cualidad (el virtuosismo) la que les permite desarrollar composiciones tan complejas como sofisticadas, sin perder ni un ápice de energía en el intento. Pero, he aquí el contrapunto, esa misma cualidad es la que les impide economizar ideas, llevándolos a saturar las canciones con arreglos, arreglos y más arreglos, obviando un detalle esencial en la música: los silencios. Soy un convencido de que el genial Richard Wagner pronunció una gran verdad al referirse a la importancia de los silencios en la música (siempre y cuando no hablemos de Grindcore, Noise y ese tipo de preciosas aberraciones, claro). Las notas que no se tocan, los acordes que no están y que ceden su lugar a espacios silenciosos que dan pausa, un respiro, y que potencian todo lo que sí se está tocando, esos silencios, justamente, son los que escasean en este disco. Y, lamentablemente, es el error que no permite que "The Reign..." sea un muy buen disco. Pues sí, el primer disco full de Whorion es un álbum realmente aceptable, con pasajes entretenidos, pletórico en ideas interesantes e instrumentaciones tan prolijas como excepcionales. Pero falla en algo: no te deja procesar la información, pues la misma abunda y no hay espacio para que el oyente la asimile.
Una lástima, pues, indudablemente, estos muchachos con look blacker tienen un talento fuera de serie. Con ese talento, se las ingeniaron para hacer un disco correcto. Pero podrían haber hecho un disco genial.

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Hyperial - Blood & Dust

Año: 2014

Sello: BlackTeamMedia

País de origen: Polonia

¿Symphonic Death Metal? Creo que sí, que esa es la etiqueta que mejor les queda. Tampoco es que estemos ante algo completamente nuevo, pues bandas como Scramble Defuncts o Fleshgod Apocalypse vienen haciendo algo similar desde hace un tiempo ya. Pero es indudable que estamos ante la faceta menos conocida y/o habitual dentro del amplio rango de posibilidades que uno puede encontrar en el mundo del Death Metal. Hyperial vienen a sumarse a la lista, y de paso, vienen a aportar lo suyo a la vertiente menos habitada del género. Y lo hacen bien, haciendo uso de sus virtudes como instrumentistas –condición esencial para encarar un estilo musical, cualquiera sea éste, desde una perspectiva sinfónica- y poniendo en claro que si bien no son compositores brillantes, al menos tienen buenas ideas.

“Blood & Dust” es el segundo full lenght de este grupo formado en el 2006, mas no puedo opinar sobre los trabajos anteriores a este nuevo opus, pues “Blood & Dust” es lo primero y lo único que conozco de Hyperial. Me han quedado ganas de ponerme a buscar los demás trabajos de los polacos tras escuchar este disco, me han generado deseos –medidos- por conocer a fondo todo el material de la banda, porque, al fin y al cabo, “Blood & Dust” es un disco interesante con momentos muy interesantes. A saber, cuando deciden bajar unos cuantos cambios de velocidad, y apelan a los medios-tempos, es donde la banda encuentra su mejor forma. Ahí surgen las influencias de Morbid Angel o del Nile más cadencioso, pero con un manejo menos oscuro y más futurista de los sonidos y las atmósferas. “Gehenna Upon His Feet” y “Civilization Dies” asoman entre los 10 tracks como lo mejor del disco, aun siendo un álbum muy parejo y con pocos altibajos.

En el debe quedan ciertos aspectos que le restan puntos al disco, como por ejemplo el sonido de la batería (demasiado producido, o sobreproducido), y algunos pasajes en donde la música, en su afán por ser compleja, termina siendo pretenciosa. Pero el balance general da un resultado favorable al grupo, y hasta deja la sensación de que lo mejor aun está por venir.

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Septicflesh - The Great Mass

Año: 2011
Sello: Season Of Mist
País de origen. Grecia

Septicflesh es un grupo al cual respeto mucho. Si bien jamás he sido fan de ellos, y si bien no hay un disco de la banda que me vuelva loco, prácticamente todos sus trabajos me han gustado, y admiro profundamente el coraje de los griegos para animarse a introducir variantes poco ortodoxas dentro de un género proclive a encerrarse y no aceptar grandes cambios. "The Great Mass" es una de esas demostraciones de buen gusto y coraje, mostrándonos a una banda muy firme y segura en la dirección que toman en este disco: el costado más sinfónico/progresivo, algo que ya habían hecho, pero que nunca está de más retomar, sobre todo cuando los implicados son músicos tan talentosos. Originalidad, talento y desprecio por todo aquello que implique rutina y falta de creatividad, los Septicflesh entienden que el Death Metal puede ser sofisticado sin perder la ferocidad, oscuro sin perder de vista el enfoque más luminoso que contrasta con las sombras negras típicas del género. Así es como pueden parir un disco como "The Great Mass", tan cargado de arreglos sinfónicos como de riffs netamente death metaleros. Pomposo y duro, pero por sobre todas las cosas, fino, elegante. No hace falta caer en lo pútrido, en la descomposición corporal o en lo aberrante para ser Death Metal, esa pareciera ser la idea principal detrás del concepto que envuelve ya no al disco en cuestión, si no a la banda en sí misma. Y el oyente, como debe ser, tiene la posibilidad de optar por abrir su espectro sonoro y apreciar un disco como este, o bien puede ponerse en el rol de Death metalero intransigente, y meterle una soberana patada en el culo a los griegos. Yo elijo lo primero.