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martes, 13 de junio de 2017

Isaak - Sermonize


Año: 2016
Sello: Heavy Psych Sounds (vinilo) / Small Stone Recordings (CD) / Independiente (digital).
País de origen: Italia

Hay estilos musicales que pegan muy fuerte en Italia. A la memoria me vienen, de forma inmediata, el Doom Metal, el Rock Progresivo, la Psicodelia, el Technical Death Metal (o el Brutal Death más técnico), y por supuesto, el Stoner Rock. Aquí mismo, en éste blog, hemos reseñado muchos discos de bandas italianas de Stoner, y casi todas han recibido buenas críticas. Isaak son italianos, hacen Stoner Rock y se van a llevar una buena crítica, lo voy adelantando. Es que su segundo opus, el sucesor del aclamado "The Longer the Beard, the Harder the Sound" (2013), es esa clase de Stoner Rock enérgico y ganchero que pareciera no perder su encanto cuando cae en las manos correctas. Y en Isaak hay gente experta en la materia, por lo visto.
Energía cruda y sonido monolítico. Gancho rocker y frescura por doquier. Olor a asfalto caliente y gomas quemadas por el mismo. Groove y riffs candentes. Una voz que me recuerda -y mucho- a la de Pepper Keenan (Corrosion of Conformity), pero que posee un encanto peculiar que hace que la similitud con Keenan (una similitud muy clara) no le juegue en contra. Buenas canciones, intensidad, honestidad y un sonido portentoso. El segundo disco del cuarteto italiano Isaak no será la octava maravilla, pero qué bien que rockean estos tipos. Si hasta me hacen olvidar que su música carece de ideas innovadoras, me hacen no pensar en el hecho de que lo que hacen, ya lo escuché demasiadas veces en estos últimos 20 años.
Si bien el disco no comienza de la mejor manera, pues "Whore Horse" no es la canción que mejor resume lo que estos tipos pueden dar en sus mejores momentos, lo cierto es que a partir de "The Peak" la cosa repunta ostensiblemente. Y no decae más hasta el final, logran mantener la calidad y el poder sin alteraciones en el flujo de dichos aspectos. Hasta hay algún que otro pico creativo, tal es el caso de "Fountainhead" y su groove rutero, o bien "Showdown" con su energía cruda a flor de piel.
No todo es Rock pesado y directo, hay algo de calma tras la tormenta rockera desatada por los oriundos de Genova. Más precisamente el final, con la canción que da nombre al disco y su preciosa calma, más cerca del Post Rock que del Stoner, aporta variedad justo cuando el disco pide a gritos alguna variante para que la placa no se pierda su encanto. Es que sí, tienden a caer en la monotonía, y por ende, hay que mencionar cierta previsibilidad en algunos momentos. Pero, he aquí una virtud, ni la falta de matices, ni la ausencia de novedades, logran hacer mella en el resultado final. O sea, Isaak saben cómo salir bien parados siempre.
Un disco en el cual todo es lo correcto: la actitud, el sonido, las canciones. Todo.   

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domingo, 14 de mayo de 2017

Iron Jawed Guru - Mata Hari



Año: 2016
Sello: Grimoire Records
País de origen: USA

No, el nombre de éste disco no está inspirado en la famosa bailarina exótica y espía holandesa Mata Hari, sino en el juego de pinball que fuera manufacturado en 1977, y que salió a la calle en 1978. Digamos que la banda se inspiró en el juego, y los creadores del juego en la peculiar holandesa; o sea, una cadena de inspiración. Es más, el arte gráfico del disco fue hecho por los creadores de la máquina de Pinball, con fotografías tomadas por Eric Cuttler (quien fuera miembros del grupo, a quien tal vez conozcan por ser parte de Karma to Burn).
Pasando directamente a lo referente al grupo, hay que decir que Iron Jawed Guru es un grupo instrumental, el cual nació en Morgantown, West Virginia, y se encuentran dentro del Stoner Rock con toques de Blues Rock de los 60's/70's, que tan bien han llevado a la práctica bandas como Karma to Burn  o bien en la senda (meramente instrumental, claro) de los reyes de la zapada, The Atomic Bitchwax. Sin ser la octava maravilla dentro del estilo, hay que decir que éste grupo de rockeros de buena madera han hecho un disco ameno. En otras palabras, rinden culto de buena manera al estilo que practican.
Logran crear buenas atmósferas, desérticas y con gusto a zapada, les queda bien el formato instrumental. Consiguen que la ausencia de voces no sea algo difícil de tolerar, saben cómo rellenar espacios y entienden que los punteos y melodías de guitarra están, justamente, para darle matices, variedad a las canciones, y así llenar vacíos. Además, tienen riffs interesantes (como en el tema que da nombre al disco, o como en "Vesuvius"), y están tocados de forma intensa.
Bien por la base rítmica, contundente y con mucho groove, sin complicarse y haciendo lo que cada track necesita. Además, y según reza la gacetilla de prensa, el disco fue grabado básicamente en una toma, salvo algunos retoques que se hicieron posteriormente a esas primeras tomas. Y se nota, debo decirles, pues el grupo se las ingenia para transmitirle al oyente la sensación de estar frente a un grupo tocando en vivo, en tiempo real.
Repito, "Mata Hari" no me parece un disco trascendental ni nada por el estilo. Mas, tiene su particular encanto, es un álbum hecho de manera honesta, y principalmente es un disco agradable. Además, deja al oyente con el deseo de verlos en vivo, de disfrutar de esas zapadas frente a ellos, en un pub pequeño y con olor a humo (de todo tipo) inundando el ambiente. Voy a recomendárselos a un amigo que organiza recitales de Stoner. A ver si tengo la chance de verlos en mi ciudad.

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lunes, 23 de enero de 2017

Fatso Jetson - Idle Hands



Año: 2016
Sello: Heavy Psych Sounds
País de origen: USA

Este es uno de esos discos que me muestran cuan equivocado puedo estar en ocasiones. Es que ante el alud de ediciones diarias, de las cuales (afortunadamente) muchas llegan a mi cuenta de e-mail, uno opta por escuchar una u otra cosa en detrimento de otras. O sea, y hablando puntualmente de éste caso, el del nuevo disco de Fatso Jetson, privilegié escuchar bandas nuevas, bandas necesitadas de difusión, antes que enfocarme en el séptimo disco de una banda que ya conocía y que me gusta bastante. Y me equivoqué feo, pues "Idle Hands" hubiera ido directamente a la lista de mis discos favoritos del 2016. Le brindé tiempo y dedicación a discos que por ahí, en muchos casos, no me llegaron a gustar ni la mitad de lo que me gusta éste disco, en lugar de haber disfrutado de este fabuloso trabajo en el momento justo.
Tarde, sí, pero ello no quita que no me vaya a desvivir en elogios para con estos precursores del Desert Rock, verdaderos adelantados en ese menester. Sacan un disco tras 6 años de silencio, y en lugar de apoltronarse en la comodidad que brinda saberte pionero en algo, los tipos pusieron la creatividad a trabajar y sacaron agua de las piedras. Es decir, en un año pobre en cuanto a lo musical, y cuando muchos de los grupos revivalistas llegan a exasperar con su falta de ideas, estos californianos sacan de la galera un disco típico de ellos, con ese gusto desértico tan propio de la banda, con flirteos psicodélicos, toques Stoner, mucha sensualidad, Rock & Roll y olor a asfalto caliente de rutas californianas, pero con el cual demuestran que la buena música, por más que ya conozcamos de antemano cómo va a sonar, nunca deja de ser, justamente, buena música.
Derrochan onda, les sobra talento para tomar riffs archi-recontra escuchados, y transformarlos en canciones memorables. Pueden hacer una canción usando las mismas estructuras que las demás bandas que practican el mismo estilo, pero, en manos de Fatso Jetson, esas ideas se convierten en oro, mientras que otros apenas llegan a sacar agua del barro.
Mario Lalli y los suyos flotan sin prisa ni preocupaciones, no hay nada ni nadie que pueda interrumpir ese hermoso viaje que son sus canciones. Y hasta se dan el gusto de parir gemas destinadas a convertirse en clásicos del grupo, tal es el caso de la excelente "Royal Family" (si la hubiera grabado Queens of the Stone Age, hoy la pasarían hasta en las publicidades de gaseosas) o "48 Hours" (cátedra de cómo usar el groove y la sensualidad en beneficio de una canción).
Y basta, no voy a decir más nada, no quiero seguir mortificándome por no haber incluido a ésta belleza de álbum entre los mejores discos del 2016. Prefiere llamarme a silencio, mientras sigo embobado escuchando el genial nuevo opus de una de las mejores bandas de Desert Rock que jamás hayan existido.

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sábado, 27 de agosto de 2016

Samavayo - Dakota


Año: 2016
Sello: Setalight Records
País de origen: Alemania

Quinto disco full del trío radicado en Berlín, y que cuenta entre sus filas con dos alemanes y un iraní. Justamente fue Behrang Alavi (voz/guitarra), tras su llegada a Alemania desde Teherán, Irán, quien puso en marcha el motor de esta banda. El hoy trío, tras la salida del guitarrista Marco Wirth, ha tocado en varios países, alcanzando la friolera de más de 500 shows, lo cual habla de una banda muy, pero muy activa.
En lo musical, pues la banda toca un Stoner Rock en el cual no faltan arreglos propios de Medio Oriente, aporte exclusivo del ya mencionado Behrang. Pero, sacando esos momentos puntuales en donde la banda opta por abrir su espectro e incursionar en esos sonidos y texturas, Samavayo es una banda de Stoner Rock común y corriente, bastante agradable y apegada a los moldes convencionales del estilo. Es por eso que no resulta extraño leer en la web del grupo que sus principales influencias son Black Sabbath, Jimi Hendrix, Kyuss, Monster Magnet y Led Zeppelin, entre otros. Y está bien que lo asuman así, pues es indudable que el estilo del grupo es un mix entre sonidos de los 70's y de los 90's, amalgamados con buen tino, pero sin moverse ni un centímetro de los patrones compositivos que encontramos novedosos a mitad de los 90's, cuando el Stoner explotó como la Nueva Gran Cosa. Esto quiere decir que, salvo los instantes en donde surge la influencia de Medio-Oriente, lo de Samavayo aporta poco y nada en el terreno de las novedades.
Canciones como "Arezuye Bahare" (cantada en persa) o "Kodokushi", elevan el nivel general del disco, tan al comienzo como al cierre, dejando en el medio del sandwich un puñado de canciones muy agradables y solamente eso: canciones agradables. Por supuesto, esto implica que "Dakota" es un disco que no pone dificultades al oyente, sería injusto decir que el quinto larga duración del trío (desde 2013 con esa formación) es un trabajo aburrido o vacío. Hay arreglos interesantes, buen manejo de los climas y, tal vez lo más destacable, instrumentistas que tienen en claro qué quieren hacer. Con esos argumentos, y sin jugársela demasiado, a Samavayo les alcanzó para hacer un disco entretenido. Claro, entretenido si te gusta el estilo, pues si estás harto de éste tipo de bandas, lo más probable es que "Dakota" te parezca una bazofia. Cuestión de gustos, como siempre.

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