domingo, agosto 31, 2008

Moto GP: Gran Premio de San Marino

Una vez más... y al lado de casa, Valentino Rossi vuelve a triunfar en Misano. No se podía esperar otro resultado diferente. Yo aposté por él y gané, igual que la semana pasada.
Después de no mencionar nada sobre la carrera de la República Checa, donde Stoner cayó y Rossi venció, por la locura e intranquilidad que tuve estando en casa, vuelvo a las andadas, a comentar las mejores jugadas de la categoría reina del motociclismo. Casey Stoner ha vuelto a caer hoy, un fallo que le aleja del primer puesto de la clasificación general, y nuestros paisanos se coronan, siempre detrás del Dottore, claro, un Rossi que redondea con la de hoy el número de victorias del motociclismo italiano: la 700º.

Así queda el podio (y añado el cuarto lugar como mención especial):
1º Valentino Rossi
2º Jorge Lorenzo
3º Toni Elías
4º Dani Pedrosa
La pole fue para Stoner, pero... el australiano está en una época de mala racha.

Clasificación general:
Valentino Rossi (262 puntos)
2º Casey Stoner (187 puntos)
3º Dani Pedrosa (185 puntos... cada vez más cerca del segundo puesto)
4º Jorge Lorenzo (140 puntos)
5º Andrea Dovizioso (118 puntos)
El 14 de septiembre más, en Indianápolis.

Agosto se va

No quisiera que terminara agosto, porque el siguiente mes me traerá recuerdos incandescentes, recuerdos de una tristeza infinita que aún cargo a mis espaldas, recuerdos del que ya no está... Pero el tiempo pasa lentamente y ya casi ha pasado un año. En las fiestas me acordé en numerosas ocasiones del que falta: al ir a su casa, el día de las patatas, al ver los postigos de sus ventanas echados... Me traje para encuadernar las revistas de mi pueblo y, de vez en cuando, al leer algún ejemplar pasado, mi tío aparece en una foto, sonriente, siempre sonriente.
Agosto acaba y yo no quiero que acabe porque entonces acontecerá el primer aniversario y no quiero revivir todo aquello... Que hace un año exacto... mi tío todavía respiraba y me duele pensar en ello.

sábado, agosto 30, 2008

Con el tiempo...

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados...

Eso sí que fue para enmarcar

El rostro que más risas me causó mientras que estuve en La Rioja fue el de un F. sorprendido al encontrarme frente a la puerta de su casa. Fue un acto irreflexivo, porque si me hubiera puesto a pensarlo quizás me hubiera echado para atrás, ante un posible encuentro con sus padres, para mofas generales y sendos vaciles a su hijo, y después me tocaría a mí, porque su padre se lo contaría al mío e incluso serían capaces de llamarse "consuegros". No sería la primera vez.
Lo cierto es que nunca antes había ido a casa de F. Sabía dónde vivía, en el pasado estuve en numerosas ocasiones en su pueblo, pero siempre me lo había encontrado en la calle, en el frontón o en las piscinas. Esta vez sabía que lo encontraría en casa y que no podía ir temprano porque F. acostumbra a levantarse tarde.
En aquel pueblo tres mujeres arreglaban los jardines que se encuentran cerca de la casa de F. Me saludaron. Es obvio que en la zona nos conocemos todos, y más cuando se trata de dos localidades tan cercanas.
La primera situación de risa fue no encontrar el timbre, a lo que volví sobre mis pasos para pedir ayuda a las mujeres del jardín. Una me acompañó y abrió la primera puerta. Detrás, había otra puerta más y el timbre.
-Tienen el pan ahí, así que posiblemente no estén.
-Sí, pero yo busco a F. y él tiene el coche ahí.
La mujer desapareció en el momento en que F. aparecía en la puerta desgreñado, con una mirada perpleja y de estupor y con un rostro de recién levantado de la cama. No era una hora intempestiva, más bien andábamos cerca de las dos de la tarde. Y, por supuesto, una vez más y a solas, su voz temblaba.
La conversación fue breve y yo sólo pensaba en decirle lo que había ido a contarle y marcharme de allí. Supe mantener la compostura, a pesar de que mis músculos parecían fundirse lentamente. Dominé la situación, mejor que él, supongo. Y, de repente, le dije que me iba, que me había costado mucho ir hasta su pueblo y que ya le había dicho todo.
No era verdad. No le dije todo lo que había pensado, me callé mucho. Y cuando conducía de vuelta a casa pensaba no en las palabras que cruzamos sino en su incredulidad al abrir la puerta, de ahí que llegara al chiquiteo toda risueña.
Mi amigo I., uno de los pocos que está al tanto de la situación, me dijo literalmente: "Hay que tener muchos cojones para presentarse en su casa". No sé de dónde saqué la fuerza y el valor para ir a su casa. No sé si considerarlo un acto heroico o un error, pues él estuvo rumiando durante todo aquel día y por la noche explotaría, sin razón. La diferencia es que por la mañana estaba solo y por la noche estaba con amigos y su carácter varía tanto en una como en otra situación.

¿Qué es lo que pasará ahora...? No puedo perdonarle ni ceder ante algo que se ha terminado desbordando, que se me ha escapado de las manos. A veces, cuando pienso en él, me entran unas intensas ganas de llorar. Entonces las lágrimas dejan de fluir y pienso en que no estoy segura de "levantarme el resto de mi vida junto a aquel rostro" que tantas sonrisas me ha sonsacado en los últimos días. Pero algún día me despertaré a su lado y seré feliz en sus brazos. Sólo que ahora le voy a dar de su propia medicina.

viernes, agosto 29, 2008

Nuevo tatuaje

Es el nombre de mi amor en chino. Esta noche esas tres sílabas ocuparán la parte central de mi espalda. Ya he ido esta mañana, pero ¡mala suerte la mía! El estudio de tatuajes estaba cerrado. Quizás debería interpretar ese tipo de signos como que es una locura tatuarme el nombre de una persona a la que amaré-odiaré siempre. Y es eso, para siempre. Sólo que la gente de mi alrededor me tendrá que preguntar lo que significa, ya que dudo que los que me rodean sepan chino.
La decisión está tomada. En la espalda no me lo veré, pero quedará para siempre, porque esto será para siempre y porque yo le amaré para siempre.
Es curioso. Lo único que no quiero es que él se entere. Y sólo Elena lo sabe. Acaba de decirme que no se me ocurra hacerlo, pero sí que me voy a tatuar lo que llevo rumiando durante unos días.
Nunca en mi vida querré tanto a nadie. Para bien o para mal, ponerme una seña de identidad que esté relacionada con él enlaza con la eternidad.

jueves, agosto 28, 2008

Choque inicial

Rememorando días de la semana pasada, recuerdo las palabras de M. que estaba de frente. Yo no le había visto venir porque estaba pendiente de la gente, pero mi amiga sí que le vio. "No ha dejado de mirarte desde que ha salido del coche". Ni nunca lo hará, supongo, sobre todo si yo no he reparado en él, como ocurrió en aquel primer encuentro. Sólo cuando se puso delante de mi campo de visión le observé, pero ya estaba de espaldas.
Después llegaron las fotos y se reía de la situación, incluso se escondía de mi cámara. Y finalmente me acerqué a él. Quizás fue la última conversación agradable que tuve con él. Hablamos de todo un poco, olvidándonos incluso de que él era F. y yo era Ana. Con cinco minutos yo ya había reparado en que, mientras yo le miraba a los ojos, él evitaba mis ojos. ¡No se atrevía a mirarme a los ojos! Y, cuando no tienes nada que ocultar, no apartas la mirada. Ahora comprendo por qué él sabe lo que hay en mi interior con tal facilidad y por qué yo no puedo profundizar más en el suyo. No es fruto de su timidez, sino que él es consciente de que si él me puede desnudar, por mi parte yo también podría hacerlo. También le noté nervioso, pero las palabras fluían con candidez. Me dijo que había leido mi manuscrito y que le había gustado. He llegado a dudar de que realmente lo hubiera leido, pero repasando mentalmente ciertos detalles sé que lo ha leido y que ha intentado buscarse entre los personajes. Y sé que si hubiera tenido el valor suficiente me hubiera preguntado al respecto, pero no lo hizo. Él también teme las respuestas.
Estos días he descubierto lo que cambia F. cuando está solo a cuando está rodeado de amigos. Sólo podré dialogar con él cuando no esté en el círculo de amistad que conoce únicamente una versión de la historia, pues yo no he formulado todavía (ni creo que lo haga) mi punto de vista.
Dos veces hablé con él a solas y le vi como una persona agradable. Su carácter varió en cuando estuvo rodeado de amigos. ¿Y qué puedo hacer con este chico? Yo le amaré siempre, pero en estos momentos me es indiferente todo lo que tenga relación con él. Es terrible el sacrificio de no hablar con la gente de su pueblo mientras esté él, dejar de escribirme con su hermana y mirar hacia el infinito intentando no alimentar un odio que mantengo al margen. Porque si dejara fluir al odio el dolor sería más insoportable todavía.
Me faltó al respeto y eso... eso es imperdonable. Por eso digo que ésa es la última conversación con él, porque para mí, el jueves pasado F. murió para siempre, porque no quiero saber nada de él, no quiero ni verle ni hablarle. Porque me dio miedo, justificación suficiente para que por mi parte no haya más que silencio. Y sí, le amaré siempre, pero ahora será desde el silencio y desde la distancia.

El alce

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El autor, que adora la naturaleza, comienza haciendo una comparación de los vastos parajes norteamericanos sobre los europeos, donde ni siquiera es necesario cambiarse de ropa. Indica que cerca de Filadelfia, en el valle del Wissahiccon, hay unos parajes que en hace muchas décadas estaban ocupados por los pieles rojas y que era habitual verlos bebiendo agua del río junto a magníficos alces.
De repente, el autor abre los ojos y se encuentra con la imponente figura de un alce en el borde del acantilado. Piensa que quizás todo no ha desaparecido por la 'mano artificial' del hombre. De repente, aparece un muchacho de tez oscura que pone un bozal al animal. Entonces comprende que es de una de las familias que han comprado una casa en las orillas del río, en una zona que está completamente usurpada por la mano humana.

miércoles, agosto 27, 2008

Cambiar el chip

Lo que más cuesta, después de tantos días, es cambiar el chip. Estoy en Salamanca de cuerpo presente, pero en La Rioja en mente. Es como si mi cabeza estuviera pasando las "diapositivas" de estos últimos días a cámara lenta.
Hoy la televisión iba a mi pueblo. Seguro que yo huiría de la cámara, pero no sé bien cómo lo hacen que terminan sacándome. Soy una persona a la que le gusta mantenerse cerca de actos populares, pero entonces llega mi vecina para que le ayude con los juegos infantiles o para que haga de jurado en la degustación de tortillas y postres. Y me huelo que no tardarán en señalarme para formar parte de la junta de la Asociación Cultural. Obviamente volveré a decir que no, con la eterna excusa de que "no estoy aquí".

martes, agosto 26, 2008

Vuelta a la rutina

Me da la sensación de que me he pasado todo el verano en mi casa, tan intenso y largo que se me ha hecho. Pero disfrutando a tope. Lo cierto es que los días estivales se notan, pero allí dormía menos que aquí.
En resumen he hecho de todo menos ir a la Expo. Al final, oí unos comentarios tan negativos al respecto que se me quitaron las ganas. Y, obviamente, en estos últimos días no voy a hacerme un mini viaje a Zaragoza. Tampoco me he acordado. Visité la Dinastía Vivanco, de la que hablaré aquí un poco más adelante. Es una bodega-museo de la historia del vino que merece la pena ir a ver. Nunca había tenido ocasión de ir a conocer aquello, pero en la primera semana allí se me presentó la oportunidad y me encantó. Cuando llevaba diez días creía que ya no vería a mi amado cuando llegó el campeonato de fútbol y apareció por allí. En la semana cultural, que acababa en un fin de semana demasiado festivo, le vi cinco veces. Una de ellas me presenté en su casa y lo cierto es que me entra la risa al recordar su desconcierto al verme frente a su puerta. Me llevé un grato y risueño recuerdo de su cara de sorpresa. Parecía que ahí acabaría todo, pero no. Por dos veces volví a "encontrarme" con él y a estas alturas percibo que lo suyo es una provocación mayúscula. Al menos aquí me olvidaré por un tiempo de él, aunque el olvido será momentáneo.
Esta tarde he acudido a un estudio de tatuajes. Me he marchado con idea de volver mañana por la mañana, ya que hoy me tocaba esperar. Tengo decidido hacerme un segundo tatuaje, esta vez en la espalda, cuya simbología indirectamente implica a F. y resume mi "relación" con él.
Volveré a concentrarme en el motociclismo del fin de semana, en los apuntes y en los certámenes literarios.

lunes, agosto 25, 2008

Tantas cosas que decir...

Después de cuatro días de fiestas llegando con el sol en lo alto del cielo ya, haciéndonos fotos con peregrinos, desayunando whiskies y riéndonos de todo... sólo queda esperar al próximo año, con ansias de que sean mejores. Y ahora ¡¡¡que nos quiten lo bailao!!!
Todavía me recupero de los estragos de estos últimos días. No puedo hablar por la afonía, que espero se vaya atenuando antes de que llegue el próximo fin de semana. Y bien, poco a poco retomaré la rutina de escribir a diario. No me he acordado mucho de esto.
He visto, hablado, discutido y estado con F. No tengo palabras y quizás sea mejor que no diga nada. En un tiempo quizás...

Esto se acaba.

martes, agosto 19, 2008

Desde las gradas

Mis amigas se ríen cuando me ven tan nerviosa ante un torneo de fútbol al que no iría si no fuera porque el interesado con el que llevo días queriéndome encontrar no estaría. Me lo comeré con los ojos, con los labios... sólo espero que no llueva, porque oscuros nubarrones de tormenta se ciernen sobre el cielo de mi pueblo. Preparo la cámara para tenerla lista para las siete de la tarde y un puño me aprisiona el estómago como si la de esta tarde fuera la última vez que fuera a verle. Es obvio que me mantendré alejada de él, pese a que tengo tantas cosas que decirle que no sabría muy bien por dónde empezar.

Y él sabe... sabe que estoy aquí. Y él sabe que esta tarde su mirada se cruzará con la mía. Y mi imaginación comenzará, una vez más, a dar vueltas...

El momento más esperado

Las gradas estaban llenas cuando hemos llegado a ver el segundo partido de la tarde. Alguien me ha mirado y me ha hecho un gesto porque tenía que decirme algo. Entonces lo he sabido.
Mañana F. vendrá a jugar a mi pueblo. Después de casi dos semanas por fin le veré. Tengo los nervios a flor de piel ante este "encuentro". Estoy tan nerviosa que dudo poder dormir esta noche.
Casi ocho meses sin verle. Es demasiado tiempo. Sé que saborearé esos momentos. Y sé que sabe que estoy aquí y que iré a verle. Sólo espero que gane su equipo, al menos mañana no juegan contra los de mi pueblo, pues entonces no sabría a quién apoyar.

jueves, agosto 14, 2008

Sin noticias de F.

Aunque lleve sólo poco más de una semana en casa, lo cierto es que me parece que llevo aquí siglos. El tiempo pasa lentamente, tan despacio como los días que restan para las fiestas se van acercando un poco más.
Sigo preguntándome si le veré o no, porque lo mío es demasiada mala suerte como para no encontrármelo en los días que todavía estaré aquí. Al final terminaré dándome cabezazos contra la pared. Sé que sólo tendría que coger el coche para ir a verle, pero si aparezco en su pueblo daría tanto cante que me echo para atrás únicamente con pensarlo.
Justo cuando podría "encontrarme" con él en los diez minutos que me cuesta ir a las piscinas en bicicleta (años hacía que no la cogía) es cuando cambia el tiempo y no está para pasarnos toda la tarde en el agua.
Me he quedado sola en casa. Con mis hermanos en Logroño, sólo tengo al loro, al canario y a la gata (a la que no he visto en todo el día) como acompañantes silenciosos, excepto cuando tienen hambre. También he ido a ver a las gallinas, que me han picoteado los pies en cuanto he empezado a echarles lechuga. Tenían siete huevos.
Aunque den algo más de trabajo preferiría que estuvieran mis hermanos aquí. Mi casa se me hace muy grande y vacía sin el resto de la gente.
Pero, por otra parte, adoro esta soledad donde nadie te dice nada. Si me encontraría a F. esta noche seguro que le diría que durmiera conmigo porque me da miedo estar sola. No está bien por mi parte decirle esas cosas, pero me encanta verle cómo se pone nervioso poco a poco.

lunes, agosto 11, 2008

Amigos... los de siempre

Los mejores momentos que paso en mi tierra son esos en los que paso con mis amigos, hablando de todo un poco, con unas cervecitas entre pecho y espalda...
Creo que me he pasado con las cervezas de la cafetería de las piscinas. Por lo demás, he quedado y no tengo tiempo de decir algo más.
¡VIVAN LOS AMIGOS!

domingo, agosto 10, 2008

¡Caray con Ezcaray!

No tengo tiempo ni ganas para conectarme a iNet, debido al buen tiempo, a las agradables charlas con mis padres, a que tengo que ver a mucha gente en poco tiempo y me empiezo a parecer un loro, respondiendo a la misma pregunta de siempre: "¿Te quedarás para fiestas?".
Este fin de semana fue grave en el sentido etílico. Todavía no he cogido el coche desde que llegué, pero ir a un pueblo como Ezcaray, que se pone a tope en fiestas, sin conducir hace que me sobrepase con la bebida... y con lo que haga falta. El caso es que tengo tremendas lagunas del viernes, he llegado entrada la mañana y en mi casa ya estaban mis padres de pie y hoy hemos charlado con los peregrinos que desayunaban en medio de la plaza.
Es genial. Cuando vengo a casa siempre es a tope todo, y como vengo poco lo disfruto más, lo que es una gozada.
Y estoy quemada por el sol, en dos días morena. Lo que es estar en casa...

jueves, agosto 07, 2008

¿El truco para olvidar?

Ahora sé que no hay trucos para olvidar, sólo es necesario tiempo, pero con todo y con ello, a veces, cuando el amor es de verdad, el único remedio es arrancarse el corazón. O vivir con ello para siempre.
No veo por encontrarme con él, perderme en él, como si no existiera nadie más, y seguir mirándole desde lejos por temor a que ocurra lo de la última vez...

miércoles, agosto 06, 2008

La búsqueda de la eternidad

Porque sólo encontraré la eternidad a su lado. Siento mariposas revolotear en mi estómago, subir hasta la garganta y empiezan a brotar palabras insonoras que nunca le diré.
Si no estoy con él nunca encontraré la eternidad. Y me pregunto si podré evitar ese encuentro que me hace desvanecer.
Tantos años amándole... son difíciles de olvidar de un día para otro. Tendré que obligar a mis pasos a caminar en una dirección opuesta a él. Y, por supuesto, le guiñaré un ojo desde lejos, para amortiguar la sensación de estar evitándole. Porque él, pese a todo, intuye que sigo amándole.
No veo por estar allí y saber que, en cualquier momento, mi boquita golosa se lo comerá a besos con sal que nunca probará, mi mirada inquieta le buscará entre miles de rostros anónimos que jamás habrán existido y el hilo deshilachado por el tiempo se volverá a trenzar uniéndonos en busca de la eternidad.

martes, agosto 05, 2008

Tic tac

Los minutos pasan lentamente, a sabiendas de que le veré, de que no podré escabullirme entre la gente, de que me perderé una vez más en la profundidad de su verde mirada y de que me ahogaré en ella sin posibilidad de emerger de nuevo.
Los nervios se han acomodado en un lateral de mi estómago. Y se contornean y rugen a la espera del momento en que me cruce con él.
Pensaba que no coincidiríamos, pero sé que ocurrirá. Temo ese instante.

lunes, agosto 04, 2008

Trilogía sucia de La Habana


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Este libro no se parece a nada de lo que me haya leído nunca. Mitad autobiográfico, mitad crítica y denuncia social, el autor nos describe la miseria humana y la pobreza que inunda a los cubanos de una manera que resulta difícil de creer.
Sexo a tope y sin protección, unos cuantos pesos en el bolsillo y la policía acechando en cualquier rincón del malecón. A veces, aparece algún trabajillo temporal que, por una u otra cosa, siempre será tirado por el retrete a los pocos días.
Pedro Juan, desde su azotea que se cae a pedazos, observa el mar a lo lejos, mientras vacía una botella de ron y se fuma algo de mariguana. A veces aparece alguna amiga o vecina que quiere ser satisfecha. Y así, lentamente, pasan las horas. Esperando algo mejor, sabiendo que esto en La Habana es una utopía.
Algunos amigos se han decidido para atravesar el mar lleno de tiburones en un cayuco de mala muerte hasta Miami, porque Estados Unidos significa prosperidad, la búsqueda de una vida mejor.
Pedro Juan ve la vida pasar, en una azotea adonde llegan los hedores de un baño en malas condiciones que comparten cincuenta familias del edificio. Antes escribía en un periódico local, pero todos los buenos trabajos desaparecieron. Ahora sobreviven como pueden. Lo mejor es siempre acercarse a las turistas que buscan sexo y sacarles los cuartos. Ellas están dispuestas a pagar.

¿Cuánto tiempo esperarías al amor de tu vida?

No hace mucho que me leí el libro, con el que gocé de principio a final. Una vez más, no tienen ni comparación. Al tener las páginas de García Márquez tan frescas he ido descubriendo que la película tiene que obviar muchas cosas de las que ocurren u olvidarse de ellas, porque sino tendríamos una película eterna.
Oí que las interpretaciones no estaban a la altura. Considero a Javier Bardem como uno de los grandes del filón español, y no hay papel que no le venga como anillo al dedo. Y sí, una vez más, borda el papel.
La que, a mi gusto, mejor se mete en el papel es Fernanda Montenegro, en el personaje de Tránsito Ariza. Pese a ser un personaje secundario, en el momento en que la locura y la senilidad se abren un hueco en su mente dejando de lado a la cordura, nos hace sentir la misma ternura que en el libro.
Supongo que no me ha gustado el hecho de que Florentino Ariza esté representado por dos personajes diferentes (en su juventud por Unax Ugalde y en su madurez por Javier Bardem), mientras Fermina Daza es la misma persona (Giovanna Mezzogiorno como adolescente, de joven, como mujer madura y, finalmente, una anciana).
Por último, la canción que canta Shakira varias veces a lo largo de las dos horas largas que dura la película me parece simplemente extraordinaria.

Florentino Ariza (Unax Ugalde) es tan sólo un adolescente que trabaja en la oficina de Telégrafos de una ciudad caribeña cuando ve por primera vez a Fermina Daza (Giovanna Mezzogiorno) y se enamora de ella. Él empieza a escribirle cartas de amor, a las que ella responde fervientemente, hasta que las monjas se enteran y se lo comunican a su padre, Lorenzo Daza (John Leguizamo). Éste, que desde que perdió a su esposa, ha intentado convertir a su hija en una dama de la alta sociedad, no va a permitir que ese amor salga adelante. Cuando el joven Florentino le dice que no dejará de amar a su hija, el "tratante" de mulas se lleva a Fermina a las montañas, donde tienen parientes. Pero Florentino no se rinde, siguiendo la ruta y enviando telegramas a su amada a las ciudades donde sabe que tiene familia. Será la prima Hildebranda (Catalina Sandino Moreno) la que recoja las misivas de amor y se las entregue a su prima. Sin embargo, ese viaje supone un cambio para los jóvenes.
Al volver, un año después, a su casa y ver a Florentino (Javier Bardem), Fermina se da cuenta de que todo había sido una ilusión y le pide que se aleje de ella. A él se le rompe el corazón y su madre, Tránsito Ariza (Fernanda Montenegro), pide ayuda a don Leo (Héctor Elizondo), tío del joven, que le envía lejos para que se olvide de su amor.
En medio del caos de guerra y asolados por el cólera, un doctor que ha estudiado en Europa empieza a destacarse socialmente por saber cómo paralizar los efectos de la enfermedad. Juvenal Urbino (Benjamin Bratt) visitará a una Fermina enferma, de la que se encapricha y con la que termina casándose.
Mientras Florentino, que siempre se había mantenido puro y virginal para su amada, se acuerda con una misteriosa mujer en el barco, descubre en el sexo la salida para su roto corazón. Y empezará a acostarse con mujeres durante toda su vida, sin prometer jamás nada a nadie, observando a su flamante amada en los actos públicos y esperando a que enviude. Muchas pasan por su vida y su ascenso a la presidencia de la Compañía Fluvial del Caribe le ponen como punto de mira de muchas mujeres que, todas ellas, caen rendidas en sus brazos. Pero él nunca se deja atar. Entonces escucha las campanas de muerto y sabe que Juvenal Urbino acaba de morir. Ahora tiene que conquistar de nuevo a Fermina. Aunque ahora sobrepasan los dos los setenta años, el amor sigue vivo.

domingo, agosto 03, 2008

"El jardinero fiel"

Ésta es una película de amor, de un amor intenso pero con una muerte por medio que desbarata la entregada vida de una pareja occidental que vive en medio de la pobreza y miseria. Es un drama que, a la vez, nos ofrece un triste panorama de África. Y, a la vez, es una denuncia social con una buena adaptación. ¿Y si fuera real?

Justin (Ralph Fiennes) es un diplomático que se va a trabajar a Kenia, junto a su esposa Tessa (Rachel Weisz). Ella es una de las activistas más comprometidas de la zona y, junto a un amigo médico, Arnold (Hubert Koundé), siguen el rastro de una empresa farmaceútica afincada en la zona, que regala medicamentos a los nativos.
De repente, a Justin le llega la mala noticia de que su esposa y el médico han sido asesinados en uno de sus viajes. Él reanudará la tarea de su esposa, descubriendo que importantes empresas de gran prestigio utilizan a los africanos como conejillos de indias para probar su nueva medicina contra la tuberculosis, un antibiótico que no está totalmente perfeccionado.

sábado, agosto 02, 2008

Nervios...

Ante la perspectiva del regreso a casa, parece que mi estómago es de mantequilla, añadido además al hecho de que hace dos días hice algo de lo que me arrepentí. Aunque es muy posible que no me encuentre con él el fin de semana, también hay probabilidades de que lo vea. Y suele pasar que siempre nos encontramos con las personas con las que no queremos cruzarnos.
Por lo demás, el hecho de que ayer me perfilara el flequillo, después de más de una década careciendo del mismo, me produce una sensación de cambio. Mi rostro tiene ahora una décima más de picardía. El problema es que he de andar planchándomelo, porque mi pelo es ondulado. No me queda mal. Me da unos aires nuevos.
Hoy toca hacer limpieza. Ya he empezado y en unas horas mi piso brillará como los chorros del oro.
Tengo mucha labor que hacer hoy. Hace un mes empecé a escribir a máquina algo, y ahora lo voy a pasar al pc. Seguiría escribiéndolo a máquina si no fuera porque quiero guardarlo todo en el pen y tenerlo preparado para cuando vaya a casa y poder reanudar allí mis idas de olla, aunque... la verdad... dedicaré más horas a la piscina y a tomar el sol.

viernes, agosto 01, 2008

Los cuentos que llegaron a su destino

Mi madre siempre leía historias "reales", biografías varias, historias sobre épocas del pasado... casi todo real. Pero hoy ha empezado a leer cuentos. Ella los había dejado siendo tan sólo una niña, y de repente hoy le llega un sobre gigante y se pone a leer.

Mi madre ha llorado con el primer cuento. Me ha llamado sólo para decírmelo. Sé que me ve en cada personaje, en cada sensación, en cada palabra... aunque también ha visto más cosas, cosas que hemos vivido juntas...

Y un día dejó los cuentos para retomarlos en la madurez...

"Retrato de April"

April (Katie Holmes) siempre se ha llevado mal con su madre, Joy (Patricia Clarkson). Hace años que se ha independizado y vive con su novio, Bobby (Derek Luke). Esta comida de acción de gracias, toda su familia va a venir a celebrar el día con la hija mayor, pese a saber que es nula en la cocina.
Mientras Bobby se va en busca de un traje para la ocasión, April prepara el pavo pero, cuando va a meterlo en el horno, éste no funciona. Así, visita a todos los vecinos que la prestan sus hornos por horas, ya que ellos también tienen que cocinar su pavo.

Es una película bastante mala, la típica de televisión de fin de semana.

A mi padre...

A mi padre le encantaría que tal día como hoy estuviera cerca de él, porque hace muchos años que ya no lo celebramos juntos.
A mi padre le encantaría que su hermano compartiera este día con nosotros.
A mi padre le encantaría que nada hubiera cambiado.
Pero, como todo, los años pasan, y estos días, los que nos recuerdan que cae un año más, los que nos recuerdan que faltan seres queridos que antes estaban y ahora no, son los que más tendemos a evocar ciertos momentos del pasado.
FELICIDADES