jueves, julio 09, 2015

Medio año de todo

Me hubiera gustado escribir esta entrada en los primeros días del mes de julio, pero ha sido físicamente imposible, porque apenas llego a casa no me apetece ni encender el portátil. Si apenas tengo tiempo para leer, mucho menos para escribir. Llego tan agotada que todo lo que antes me parecía cosa sencilla ahora me resulta cuesta arriba. Llegarán tiempos mejores, espero.
De la misma manera hacía algunas semanas que no veía los jueves a la oficina de Ezcaray, donde estoy más tranquila y donde puedo ponerme durante un rato en el blog sin que nadie me interrupma. Así que hoy me da la sensación de estar viviendo dos vidas diferentes y es como si hubiera regresado momentáneamente a esa vida anterior que tenía hace tan sólo unos meses.
Mi madre lleva más de un mes ingresada en el hospital y está bien, no tiene nada grave ni alarmante. Tengo ganas de que se recupere pronto. Aunque ya sé que, al menos, tiene que estar tres semanas más, por un tratamiento que le dura un mes entero. Así que sólo nos queda tener paciencia. Ni que decir tiene que mi madre me ha suplantado en lectora voraz y lleva más de un mes que se come los libros y que lee muchísimo.
En cuanto a mí, estoy haciendo lo que habitualmente no suelo hacer: leer dos libros a la vez. Porque como La ley de los justos es un libro muy pesado, tengo que llevarme otro libro de bolsillo, sobre todo si voy al hospital, donde suelo leer ocasionalmente. Ese libro que llevo es La elegancia del erizo.
A estas alturas he leído un total de 37 libros, por lo que este año no cumpliré el reto de cien libros al año, nunca llego a cumplirlo, aunque me seguiré apuntando. La Yincana Criminal que transcurrió en los meses de Abril, Mayo y Junio tampoco la completé, llegando a completar 6 casillas, aunque si el año que viene se repite volveré a apuntarme, creo que se trata más bien de elaborar un buen calendario de lecturas para llegar a completarla.
Hay otros retos que no los llevo tan mal, habiendo superado en la mayoría de ellos el ecuador.

En cuanto a las lecturas que más he disfrutado, hay una que sobresale por encima de todas ellas: El jilguero de Donna Tartt, que me tenía enganchadísima. Otras lecturas con las que también he disfrutado fueron Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes; Kafka en la orilla, de Haruki Murakami; la trilogía de Crímenes Exquisitos; y Mr Mercedes, de Stephen King. De las lecturas que no he disfrutado, prefiero no comentarlas ni malgastar en ellas un minuto de mi atención.

Así estamos.

No hay comentarios: