Los abuelos deberían ser eternos. Pero no lo son.
Hace unos meses me comprometí a ir a ver a mi abuela más a menudo, pero no he cumplido. Sabía que se nos iba, y ya se ha ido.
Hoy hay una estrella más en el cielo.
Mi abuela se fue apagando lentamente. Desde que hace un año le detectaron un tumor en el estómago.
Hoy es un día para despedir a una gran persona, a esa abuela que tenía la bondad pintada en el rostro. Hoy es un día para decir adiós. Y a nadie le gustan estas despedidas.
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