Esta madrugada ha muerto Ángel González en Madrid, a los 82 años. Es una de las voces poéticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX en español. Maestro de la palabra, de la emoción y del compromiso con su tiempo. Escribió un poema en el que expresó su conciencia colectiva, Para que yo me llame Ángel González, y otro, Muerte en el olvido, que dejó grabado con su voz y que hoy se convierte en un magnífico epitafio. Ambos pertenecen a una de sus obras maestras, Áspero mundo.
Que la tierra le sea leve.