Elvis, con un collar de flores, vive
sabiéndose morir todas las noches.
Al atardecer, sale a la terraza
con una cola muy fría en un vaso
y un sándwich de tocino y cacahuete.
Elvis Aaron Presley recuerda Berlín
mientras piensa que no tiene sentido
vivir sin vida más de lo sensato.
Se sienta frente al mar y nos espera.
© Pedro Ojeda Escudero, 2019