Estudié. Leí artículos de revistas. Leí apuntes. Leí revistas de moda. Leí entradas de blogs. Dormí inusualmente. Dormí siesta un domingo. Voté Presidente de la Nación. Me enteré que hay segunda vuelta. Fui a la facultad. Leí. Viajé en colectivo. Cargué incontables veces la tarjeta SUBE. Comí galletitas. Compré un jugo exprimido. Repasé para un parcial que no llega. Usé whatsapp. Me antojé de varias comidas. Despunté el vicio con un asado. Anhelé la pizza de los viernes. Perdí un colectivo, o varios, a la larga. Hoy tomé seis.
A lo largo de estas semanas compré fotocopias, me olvidé de comprar quitaesmalte y almorcé con mi abuela, entre otras cosas, una ensalada de palta sobre pan tostado que estaba buenísima. Tuve una reunión celebrando una ceremonia religiosa el sábado a la noche, asistiendo a ella con sueño, pero volviendo contenta. Un pequeño, de poco más de dos años, a quien adoro, un día después soñaba conmigo y decía - con esa voz angelical - mi nombre mientras su mamá velaba ese descanso y se reía.
Me hice tres baños de crema, elegí prácticamente todos los días mi ropa, me quedé dormida varias veces, los colectivos veloces me salvaron. Cargué otra vez la tarjeta viajera, compré una barra de cereal, comí algunas galletitas. Tomé café, a diario. Tomé mate en las tardes o en las horas largas de la facultad. Me encontré una billetera en el colectivo; la devolví. Gasté buena parte de mis ahorros anuales, con módicos arrepentimientos. Me prometí no llorar sobre la leche derramada, entre risas, porque al fin y al cabo me merecía un incentivo.
Tomé un café cortado que era un sueño, o al menos, yo lo veía así esa tarde. Ví muchos policías juntos requisando a un "carrito", tirado por caballos, conducidos por un pibe que no había robado; no él, sino otro, prófugo. Me acosté muy tarde. Me distraje. Extrañé el sol. Anhelé el calor. Me crucé con sus ojos y respiré hondo, como siempre, porque así es la vida. Le sonreí a los chicos en la calle. Me llevé los abrazos de los más cercanos, que también son chicos, y alimentan un magnetismo genial.
Me reí con el señorito, incluso, del señor. Me acordé del señor, retomé al señorito. Me relajé porque sepa esto y aún así yo me sienta cómoda. Me puse a analizar las cosas. Dejé de hacerlo. Fotografié algunas escenas de mi vida. Escribí a rolete. Pinté frases, encendí sahumerios, se me acabó un perfume. Me enojé por otras cosas y me relajé con duchas calientes y buena literatura. Busqué imagenes de Paris, miré una película pésima. Miré una película que jamás pensé poder encontrar en la televisión, nacional, que me pareció muy linda.
Me enojé con mi viejo. Se nos pasó. Discutí con mi vieja, levemente, y también se nos pasó. Miré mal ciertas caras, después de arrepentirme y mirar bien. Escuché Ismael Serrano, entre otros.
En fin... Creo que en estas últimas semanas, viví. Con todo lo que implica, que a veces no lo ponemos en análisis, viví. Eso quiere decir, en cierto modo, que respiré muy hondo, sonreí y seguí adelante.
Después de verlo así, todos somos un poco héroes todos los días.
Vivir es un acto de coraje. Vivir lo mejor posible, dentro de lo que nos pasa y lo que no nos pasa, es un acto de gratitud. Digamos entonces, insistiendo en esta idea, que viví. ¿Por qué no remarcarlo, no?
Como dije otras veces y volveré a mencionar, tenés una notable fuerza de voluntad.
ResponderBorrarBesos.
Casi que se podría llamar vida a eso :)
ResponderBorrarLindo post… pues si, un poco de todo esto es la vida.. cosas simples, hechos cotidianos.. que nos van haciendo quienes somos.. alegrías, frustraciones, esperanzas, esperas, sueños..
ResponderBorrarTe mando un abrazo!
Me gusta cuando decís qe vivir es un acto de gratitud.
ResponderBorrarEste año la palabra vivir es la que más me movió. Disfrutar los momentos pequeños y como decís, seguir adelante.
Beso grande!
Me encantó. Amé este texto, de verdad. Me hiciste pensar en que yo también viví, y que es un acto de coraje seguir. Gracias infinitas, con algo tan simple me sacaste muchas sonrisas. Qué bueno volver por estos pagos y ser recibida con algo tan humano y lindo.
ResponderBorrarUn abrazo enormísimo!