viernes, 16 de noviembre de 2018

El Principito II

- Mirá que *** puede nacer el ocho de enero, eh - me dijo mi madre un día. 

Y me la quedé mirando petrificada. 

- ¿No tenía fecha para la semana próxima, el dieciséis de enero? - pregunté

- Pero los primerizos se adelantan. Y le dijeron que era posible que nazca el ocho - insistió. 

Los ojos, se me llenaron de lágrimas.   ¿Y qué si la personita que más amo en éste mundo, encima, llega el mismo día que llegué yo y terminamos soplando velitas a dúo, no? Sería una universal paradoja, en especial, considerando que a mi no me gusta mi cumpleaños pero que amaría seguir compartiendo todo con El Principito. 

Porque con él, todo es emoción, aunque me resulte extraño. Todo es emoción. Emoción, sí, emoción irrefrenable, como siempre que me nombran a mi sobrino, que pienso en el, que hago algo para él, que lo voy a visitar y le hablo a la panza de mi hermana.  Emoción como siempre que lo siento patear cuando le froto la panza y me escucha la voz, como si me respondiera. Emoción por verlo, por conocerlo, por cuidarlo, por mostrarle todo lo que quiera descubrir del mundo, por ayudarlo, por consentirlo.  Por ser su tía. 



II 

Creo que el único deseo que tengo, además de que nazca con salud, es que alguna vez se de cuenta de cuánto lo amo. Que un día se de cuenta de lo feliz que me hace ver sus manitos en una ecografía y escucharle el corazón dentro del consultorio. De lo feliz que me hace hacerle un mimo a la panza de mi hermana o hablarle, y notar cómo patea cuando llego de visita después de tomarme tres colectivos diferentes y le digo: "Hola, mi vida, lleguéeee". De lo feliz que hizo hacerle el primer regalo, como el mayor acto de fe que alguna vez puse sobre algo. De lo mucho que pienso en él, todos los días, y de cuánto rezo para que esté bien. 

Sí, quisiera que algún día se de cuenta que cuando pienso cómo le va a quedar el conjuntito de Mimo o el babero azul que le regalé con tanto pero tanto amor, atajo con esfuerzo las lágrimas de emoción. Lo mismo cuando me pongo a pensar que me va a mirar un día y me va a decir, quizá, "¿che, tía, tomamos unos mates?", y para mí, eso sea la felicidad absoluta. 

III 

Sí, puede parecer idiota pero, mi mayor deseo es que me diga: "Tía, ¿vamos a tomar un heladito, hoy?", dentro de unos años, quizá cuando sea chiquito. Pensar que voy a poder llevarlo de la manito, caminando por la calle a que disfrute de sus gustos preferidos, mientras me sonríe y me cuenta sus cositas.  O imaginármelo maravillado mientras le cuento que en el mundo existen pájaros, libros, cuentos, pelotas, muñecas o todo lo que él me diga que le llama la atención. O  imaginarme a mi, maravillada también, mientras él me cuenta sus pareceres sobre el mundo... 

Sí, puede parecer exagerado, pero de sólo pensar en eso, en ése momento, en ése instante donde lo pueda agarrar de la mano por primera vez, se me caen las lágrimas de emoción por pensar que El Principito llegará a ser un hombre un día. Una persona que hable, que piense, que sienta, que sonría, que luche por sus sueños. Una persona que, por fortuna, esté presente en mi vida y me de el motivo para vivirla. 

Porque aunque no se lo imagina, ni quizá lo sabe en su estadía dentro de la panza, si hay algo por lo que sigo luchando, en especial en un año tan extraño para mí, donde se me cayeron ciertas bases que yo creía fundamentales para el futuro; es por verlo nacer y crecer.  Y quizá, si es que debe nacer el mismo día que yo, nunca más me haga falta volver a pedir deseos cuando soplemos las velitas juntos... Porque de sólo pensar en mi sobrino, sé que es el amor hecho realidad. El amor más grande que alguna vez me imaginé poder sentir en mi vida.

Empiezo a sospechar que eso explica todo.
Lentamente, explica todo. 


4 comentarios:

  1. Que lindo, seguro que vas a poder disfrutarlo y malcriarlo tanto como queres jaja..
    Y si, la llegada de un niñito es algo muy especial, me alegra mucho por tu hermana y por la familia..
    ¿Sería mucha casualidad que naciera para tu cumple, no? pero quien sabe… terminaría siendo un festejo muy lindo cada año..
    beso

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Estrellita!

      Mi mayor deseo es disfrutarlo y, sí, inevitablemente malcriarlo... La verdad es que, ya desde ahora, trato de hacerle regalitos, ir a visitarlo seguido, etcétera. Para mí, es, en cierta manera, mi horizonte. Cambió la perspectiva del futuro, en especial, porque es el primer sobrino, nieto, bebé en sí, dentro de nuestra familia ¡y además, varón!

      Sería muuuucha casualidad, sí, yo pienso eso... Digo "nah, no va a nacer JUSTO el mismo día", aunque me lo han advertido por si tenemos que salir todos corriendo... jaja. Lo importante es que esté bien, después, si quiere venir el ocho, lo espero con los brazos abiertos. Sé que, en ese caso, revalorizaría mi cumpleaños...

      ¡Besos para vos!

      Borrar
  2. Creo que seria lindo para vos compartir tu cumpleaños con tu sobrino.
    Y estoy que te va apreciar, con esa empatia que tenés con pequeños, que vas a se una referente.
    Besos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Demi!

      ¿Sabés que sí, no? Me encantaría, siendo totalmente honesta, compartir algo más con él. De todos modos, pienso que aunque no nazca el mismo día exactamente puede nacer la misma semana y lo terminaríamos festejando muy pegaditos. Lo importante, en todo momento, es que él esté bien y sea un niño feliz. Yo creo que, con eso, todos mis deseos están cumplidos.

      Ojalá la vida me de la oportunidad de formar con él un vínculo lindo, fuerte. Desde mi lugar, ya tengo locura con él, así que quizá también se lleve bien conmigo. Creo que la primera vez que me sonría, se me caen las medias...

      ¡Besos para vos!

      Borrar

¡Muchas gracias por pasar a visitarme!

Si querés, podés dejar tu comentario más abajo (será respondido a la brevedad)

Hasta la próxima,

Veinteava