domingo, 1 de enero de 2023

Primera noche del 2023

 Escribo en ésta primera noche del 2023. Me acabo de retirar una mascarilla facial para reponer mi cara cansada. Tengo ojeras violáceas y mientras me miro pienso que he empezado éste año sin propósitos, es decir, sin una idea clara de qué quiero hacer con éste tiempo de vida que tengo por delante.  

Es un poco extraño porque, por lo general, yo me pongo objetivos todo el tiempo. Más o menos grandes en tamaño, pero siempre suelen estar ahí. En cambio éste año me pasó todo lo contrario; no tengo objetivos claros, no tengo una dirección trazada o un espacio hacia donde el que quiero ir corriendo. 

Simplemente, dejaré que todo transcurra, quizá en algún momento la vida vuelva a sorprenderme.  

El 2022 para mí fue un año que tuvo mucho de recuperación y mucho de destrucción. Una especie de alquimia total. Quizá por eso para éste 2023 no tengo nada planeado. Porque espero. Espero a ver qué pasa.  A ver qué se trae entre manos éste año en mi vida. 

Mientras tanto, me relajo después de pasar éste primer día del año con mi familia y mis sobrinos, es decir, lo mejor de ésta familia. Mañana tengo que volver a la oficina después del finde festivo. De sólo pensarlo, bostezo. 

Mañana me reporto. 


1 comentario:

  1. A veces el camino hay que trazarlo con los propios pasos.
    No siempre se puede planificar.

    Que tengas un feliz año. Besos.

    ResponderBorrar

¡Muchas gracias por pasar a visitarme!

Si querés, podés dejar tu comentario más abajo (será respondido a la brevedad)

Hasta la próxima,

Veinteava