viernes, 29 de septiembre de 2017

Permitirse sentir

La ultima semana, me habían dado ganas de volver a escribir; tenia ánimos, y a la vez, con ello, también tenia palabras. Ahora mientras les escribo, no tengo ánimos pero me dispongo a contarles la buena noticia de la semana, para hacer un poco mas espeso al blanco sobre el negro. 


Hace unos meses, para ser mas exacta en abril de este año, empece a hacer una materia en la facultad que tiene tres niveles, es decir, se trata de una literatura de determinada región vista en tres partes que tiene una particularidad, respecto a las otras: analizar piezas líricas, mas allá de la cantidad gruesa de narrativa que uno mastica a lo largo de las casi cuarenta materias. Y hago un parate aquí, para plantear la pregunta del millón - que hace meses, con esto, me ronda -: ¿se pueden analizar piezas líricas? La respuesta, según la bajada de linea didáctica de la cátedra se que vendría a ser un amplio y simpático "claro que si, Veinteava, de hecho, de esto depende tu promedio"... Pero mi pregunta va mas allá. ¿Se puede, realmente, mecanizar las sensaciones? 

Cuando empece a cursar, a principios de este año, y me pare frente a determinados poetas de la tradición española, me surgieron dilemas encontrados. Desde el punto de vista de alumna, intente aprender sin cuestionar la mecánica desde donde y hasta cuando se tomaban en cuenta los recursos; para después, poder cuestionarlos, defenderlos o defenestrarlos. Aunque, al mismo tiempo, me sucedió algo que - seguramente - es lógico dado el seguir adelante con mis estudios: me genero curiosidad saber, o intentar pensar como enseñarlo; cuestione en mi fuero interno el método de una cátedra. Todo esto me hizo dar cuenta de lo mejor de todo: va aflojándose de a poco una perspectiva profesional de lo que hago. Y considero que por eso surgieron muchas preguntas, pese a que no las compartí con nadie. 

 ¿Como alguien podía evaluar la relación concreta de semejanza, que debe darse en la metáfora, si uno la considera otra figura? ¿Como se puede justificar lo que refleja, para cada lector determinado campo semántico, intentando ser coincidente con un pequeño rejunte de hojillas? ¿Que, le iba a tener que decir a mi profesora que donde ella observa una alusión a la mitología, yo veo un encuentro sexual, o al menos, que lo parece? ¿Me dirá que soy una aluminita de mente muy muy podrida? Quizá. Aunque en ese caso, me digo ahora, intentare pensar y justificar sin miedo, mas allá del campo semántico, dónde es que puedo ver ese doble juego tan presente en la literatura, que por otro lado, no es casual. 

Los meses pasaron mas allá del principio de un año y enfrente a autores diversos, hasta que encontré el problema, mi problema particular. Lo que me pasaba era así: buscaba metáforas en Lorca, buscaba la luna o los cuchillos, olvidándome de sentir cada palabra; olvidando el apasionamiento, olvidando la marginalidad circundante, olvidando el magma esencial de cada ser humano que no se resume en unas hojitas.  De hecho, a la hora de rendir el examen parcial hace unos meses me saque una muy baja nota, no por falta de estudio respecto de los recursos, sino, por incapacidad de encontrarlos, de justificarlos, pudiendo ser mil cosas diferentes para mi. Según me parecía en el examen, X verso podía ser una metáfora, o podía ser un símbolo engarzado a una metáfora. ¿Para el caso, habia una diferencia? Pues si la habia, hasta ese momento, no la encontraba.  Pase por lecturas sobre teoría lírica, trabaje en grupo, repase autores, repase recursos... Hasta que hice lo esencial, y lo que mas se desprestigia pero es tan importante en mi carrera: sentí. A Lorca, al filo de sus cuchillos y la luna como compañera indivisible; a Garcilaso, "tomando ya la fe por presupuesto"; pero también a Storni, a Vilariño, a Cristina Peri Rossi y a todas cuantas puede leer disfrutándolas, mas allá del análisis veloz, formal, encorsetado. Y solamente cuando sentí la poesía, habiendo sido casi siempre amante de la narrativa o los ensayos, la encontré. Empece a entender la diferencia entre una metáfora que contiene un símbolo a un símbolo que puede funcionar aludiendo a algo, por ejemplo, cuestiones que para mi no se entendían muy bien. A partir de que considere dos niveles de análisis distintos que a menudo, se confunden en lo cotidiano; empece a abrir el abanico al momento de leer poesía

Y por propia experiencia descubrí por ejemplo, que nos enseñaron la metáfora como algo sellado. En el colegio, me decían -lo recuerdo- que era "algo que simbolizaba... ", cuando en realidad, en el caso de la metáfora, prima la relación de semejanza. La cosa cambia mucho si en medio hace presencia un símbolo, se pone mucho mas interesante. Ya que ¿como podemos realizar ese ida y vuelta de semejanza clara, si dentro de ella encontramos un símboloHoy me digo que una de las cosas que me salvo, es interpretar esos símbolos, según lo precise el autor y lo entienda el lector. De ahí que según la lectura (emocional y no tan formal), el símbolo entra o no en relación de semejanza con otro elemento presentado o aludido. A simple vista, sera metáfora, o no, decir que "sus labios, pequeños volcanes", dependiendo de nuestro ojo captador. Pero, ¿cuando la metáfora se esconde -  eso me pasaba a mi - que hacemos? Dejar que cobre sentido todo aquello que podamos comprender en mas de un nivel porque justamente esta especie de multi-lectura es lo que posibilita su nacimiento. 

Así las cosas que, finalmente, comprendí que Lorca no era solo lo gitano y los cuchillos como me habían enseñado, aunque la cuestión radico, entonces, en pasarlo en limpio y defenderlo en un examen, porque en el examen se me notaba la tibieza a raudales, yo notaba mi tibieza a raudales.  Sin pudores, entonces, la leí en voz alta, la busque recitada, la reproduje mil veces mientras me bañaba, la pensé y repensé, la analice y cuestione, me hice amiga de ella; pero lo mejor, sin dudas, fue sentirla.  Cuando sentí la poesía, el análisis, se facilito. Sintiendo, de hecho, me conecte con el aprendizaje de una mejor manera; me conecte con la profesora, prestando mucha mas atención a sus clases y con otros autores.  Y lo esencial: no tuve miedo de hipótesis arrojadas o alusiones múltiples, porque me di el permiso de ser libre, lo mas libre posible en mi educación y, por consiguiente, en el pensar como responder a mi profesión. 

"Cuando estábamos haciendo el parcial, en un momento, mire para el costado y vi tu parcial todo marcado, me asuste", me dijo una compañera que es brillante en lírica, hace unas semanas luego del ultimo examen. Yo también me asuste, le dije, a modo de broma y la salude antes de irme.  En el, habia marcado metáforas, pero ademas, alusiones de todo tipo que junto con el tema del poema, y el uso puntual de los símbolos, exigía mucha justificación.  Habia volado al punto de no saber, realmente, que tan mal o bien podría haberme ido; sabiendo que para analizar poesía hay que tener presente muchas cosas: métrica, rima, recursos formales, morfología, sintaxis, uso de los símbolos, mitos y  toda posible intertextualidad con lo que uno se pueda imaginar. 

Parece que la cuestión estaba en perderle el miedo a sentir, a jugar, a meterme en pieles ajenas, en ajenos sufrimientos y ajenas alegrías. Sumergirme en otros, en otras, con sus otros y sus otras, plasmados allí, en su trabajo y su propuesta.  Quizá también, este descubrimiento personal pueda ser un buen consejo para pensar la poesía - y la literatura toda, claro, pero mas que nada la poesía - cuando me toque y pretenda enseñarla. 

Mientras tanto, seguimos leyendo en voz alta, jugando y tendiéndonos en pieles ajenas. Después, si, claro, buscaremos epítetos y metáforas como una buena y futura Licenciadita en Letras (¿ya dije que el pensarme como "Licennnnnnnciada" me parece suntuoso, no? De aquí el uso en diminutivo). 



2 comentarios:

  1. Creo que vas a ser toda una licenciada en letras.
    Me gustó lo de mente podrida, me parece más cercano a la poesía que ser solemne. Me gustó ese uso de la metáfora.

    Te cuento que la poesía fue el tema del taller de historieta, de esta semana que pasó. Comenzó por el tema la la poesía visual, para ir al tema del sonido de las palabras, de evitar la cacofonía, de buscar palabras que se relacionen de pares sin ser obvias. De evitar los lugares comunes. Y de la conveniencia de leer poesía, para hacer historietas.

    Que interesante entrada.

    Un abrazo.

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    1. El hecho de Licenciada Fulanita de Tal, me suena mas a pura alharaca que a otra cosa. Si, encarna mucho esfuerzo que hice, hago y haré, pero en lo común, uno sabe como son las cosas.

      Si, ahora que lo pienso a traves de tu planteo, puede ser muy bueno leer poesia no solo para proponer otros escenarios a traves del dibujo, sino tambien, para poder abrir un poco mas el panorama tematico.

      ¿Conoces los haikus? Son una especie de pieza poetica muy breve que, justamente, se caracteriza por su formato escueto que, junto con su contundencia, las convierte en bombas letales, jaja.

      Quizá eso tambien te ayude a pensar en el uso de las palabras, en la creacion de imagenes nuevas, en la facilidad o complejidad a la hora de visualizar o entender que existen imagenes. Te recomiendo, tambien, si te interesa, explorar el concepto poético de lo que son las imágenes visionarias. Por lo general, son un tipo de metáfora menos evidente. Para su construcción intervienen asociaciones no conocidas, que exceden el campo de relación entre el objeto y otro objeto u otra caracteristica de ese objeto.
      En el caso de las imagenes, la metafora no se forma traves de la semejanza, sino que la correlación funciona igualando sensaciones con sensaciones; el resultado es que uno establece la conexion no por lo concreto, sino, por el aspecto mas inmanente del asunto.
      En fin, si te interesa y te sirve, quiza sea un buen punto para empezar.

      Seguramente siga problematizando, en el buen sentido, la carrera asi que prometo mas entradas de estas.

      Abrazo

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Veinteava