La verdad es que me he sentido atraído por este artefacto después de leer la reseña de Il Cavaliere y por el fantástico elenco de músicos que participan en esta obra. Aquí van unos cuantos de la lista: Buddy Miller (hace coros y es el propio productor del álbum), su mujer Julie, Emmylou Harris, The McCrary Sisters, Jim Lauderdale y ¡¡Mike Farris!! que también hace coros en un par de temas. Si con esos nombres nada te hace moverte para escuchar el disco, mal vamos.
El disco es claramente de marcado acento gospel y ha sido grabado en el interior de una iglesia de Nashville. En reglas generales todo suena celestial aunque para mi gusto un tema como “Virgen de Guadalupe”, que canta en castellano, cojea un poco con el resto de las composiciones. Prácticamente todo lo que tenemos presente son versiones y por supuesto viejas composiciones de la música tradicional americana. Todo está hecho con sumo gusto y la producción a cargo de Buddy Miller (todo lo que toca este hombre es oro) ayuda bastante a lograr ese tono místico y espiritual para fabricar un producto que gana con las escuchas. Destacaría una vez más las fantásticas voces de las McCrary Sisters que como siempre se lucen con ese pedazo de gargantas que atesoran. Canciones como “Wade in the water”, “If I had my way”, “Move up”, la delicada pieza de orfebrería que es “Never grow old” o mi favorita de todo el lote como es “I smell a rat” son una maravilla para nuestros sentidos.
Prometo ponerme al día con esta señora pero por ahora a disfrutar de este excelente disco.