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domingo, 4 de septiembre de 2016

The Doors - Waiting for the sun (1968)


Año 1968, The Doors editan Waiting for the sun, su tercer trabajo, pero aquí empiezan a cambiar bastantes cosas. Por un lado Jim Morrison empieza a excederse en el consumo de drogas y alcohol, asunto que empieza a perturbar en el seno de la banda. De hecho habrá una primera gran bronca entre ellos, ya que Jim quería incluir la versión entera de 17 minutos de Celebration of the Lizard en el álbum, a lo que los otros 3 miembros se negaron, considerando aquello una volada del cantante. Por otro, estamos ante un momento convulso, ya que la Guerra de Vietnam se estaba televisando, dibujando un panorama desolador, por otro lado el LSD hacía estragos, y por último todas las grandes bandas estaban intentando evolucionar y dar un giro a sus carreras, tanto Beatles, como Kinks, Stones, e incluso sus paisanos The Beach Boys, y por tanto The Doors.
En cuanto a este trabajo en si, siempre se le ha tratado bastante mal, y a mi personalmente es un disco que me apasiona. Ha tenido siempre la misma suerte que The Soft Parade y se le ha considerado un disco menor, pero ante mis repetidas escuchas, creo que no es así. No digo que sea el mejor disco del grupo, eso no, pero tiene algunos de los momentos más brillantes del grupo.


Este disco intenta continuar la senda psicodélica que venía de Strange days, y de hecho por momentos lo consigue, pero en otros momentos toma caminos distintos y nos descubre que The Doors podían ampliar y mucho su paleta. Así aquí tenemos un fascinante recorrido por maravillosas baladas, preciosas tonadas pop psicodélicas, e incluso temas de rock contundentes.
La idea primigenia de una gran y ambiciosa obra, se fue desmontando poco a poco, y el resultado es por momentos algo deslavazado, pero siempre manteniendo altas dosis de calidad. Que no hubiera una continuidad lógica entre los temas, no significaba que solos no fueran excelentes, y aunque por instantes hay hilos conductores coherentes, luego se dispersan. En parte esto es provocado, porque se rescataron temas antiguos para que la mezcla fuera interesante y no cortante, y así los experimentos entraran de mejor forma al público.


Así, Hello I love you era un tema del principio, de 1965, y eso se nota, tema de onda más juvenil en las letras, pero con una carga de groove tremenda por parte de John Densmore en la batería, que deriva en un pop-rock de corte sofisticado realmente potente y atractivo, un single en toda regla, que sigue siendo un pelotazo a día de hoy. No diré nada sobre el supuesto plagio por parte de Ray Davies con el tema de The Kinks "All day and all of the night" ya que adoro a ambas formaciones. Seguimos con Love Street, y aquí a un servidor se le corta la respiración, uno de mis tres temas Top de la banda, una delicia compositiva de piano y guitarra y delicadas líneas de bajo, mientras Morrison recita un poema como sólo él sabía hacerlo y convertirlo en canción memorable. La grandeza de esta pieza, a parte de la combinación mágica de órgano y teclado por parte de Ray, es que es imposible no ponerte a recitarla junto a Jim, eso lo dice todo sobre ella. Not to touch the earth es un tema tan psicodélico y perturbador que realmente destaca por su fiereza, su acidez y en como se va oscureciendo, a la vez que se te vienen a la mente las imágenes de Jim bailando colgado sobre el escenario cuando la interpretaba, como el de un chamán, su propio trance. Summer's almost gone es una delicada canción, donde la guitarra de Krieger maulla y se alía con el piano en una preciosa melodía, mientras Jim nos recuerda cuando el verano se nos va. Wintertime love es una canción de amor alegre que mezcla el pop y el vals de manera extraordinaria y donde Ray hace un solo de teclado en plan clavicordio que se te pone la piel de gallina. The unknown soldier remataba la primera cara, un tema antibelicista, y que melódicamente es una joya que se mezclan con un fragmento sombrío de marcha militar y que Jim en directo solía hacer como si le fusilaran a él, que luego estalla para volver a girar y llegar casi hasta donde el principio.
Spanish Caravan iniciaba la Cara B con guitarra española (¿estaban Paco de Lucía o Andrés Segovia por allí?) donde el señor Krieger tiene su gran protagonismo, hasta la entrada de la voz de Morrison, que se muta a pieza de rock con guitarra eléctrica y tono circense. My wild love quizás es el tema menos brillante del disco, donde volvemos al tema chamán pero quizás algo más forzado, convertido en un cántico indio que musicalmente poco aporta. We coould be so good together remonta el vuelo y de qué manera, pequeña joya donde los teclados mandan, el tono es alegra, y sus paradas y vueltas a empezar recuerdan a los grandes momentos del grupo, temazo. Yes, the river knows es una balada preciosa, donde el piano y la voz de Jim son protagonistas, demostrando que el lado jazz y swing del grupo sigue muy presente. Acaba el trabajo con Five to one, un himno con tonos pesados, de aires rockeros cercanos al rock duro, con ese groove de la batería de John a tope de nuevo, esa guitarra de Krieger visceral y cuya letra tenía muchas lecturas, desde la oda a la masturbación, hasta el fin de una época feliz como demuestra la frase "tus días de baile se han acabado, nena". Aunque por otro lado es un tema que invita a la rebelión y a la insubordinación, convirtiéndose en líder de masas desatadas.


Sin ser el mejor trabajo de The Doors, este álbum contiene varios de los pasajes más alucinantes del grupo, y para mi sin duda alguna de mis piezas favoritas. El deslavazado menjunje que conformó la alineación de los temas, hace que no acabes de vibrar del tirón, pero si disfrutar mucho en muchos tramos del mismo.

Os dejo con We could be so good together.


sábado, 19 de abril de 2014

The Kinks - The Kinks are the Village Green Preservation Society (1968)


The Kinks es quizás actualmente, y con el paso del tiempo, el grupo que más he llegado a adorar y llegar a tener una auténtica devoción por ellos, podría decir, que mi vida ha sido plena al descubrir de cabo a rabo su discografía, su tremenda discografía, porque hablamos de un grupo que hizo obras maestras absolutas en los 60, teniendo a los Beatles y a los Stones como rivales de lo más feroces, cambiaron el estilo y siguieron facturando joyas en los 70, e incluso en los 80 tuvieron la osadía de competir con multitud de bandas, que en esos momentos dominaban el panorama musical.
En 1968, se meten en el estudio para grabar un disco conceptual, como homenaje por parte de su líder Ray Davies, a la vida en las aldeas inglesas y por tanto a la inocencia e idealización de los tiempos pasados y a su gente. Una de las características esenciales del disco, es que se nota que está pulido al máximo, y que además, la evolución del cuarteto en ese momento alcanza un momento álgido, ya que siempre digo que para mi Face to face marca el comienzo de la cumbre del grupo, en Something else by the Kinks esa evolución es gloriosa, pero en esta obra alcanza cotas supremas. 



El álbum rebosa nostalgia y melancolía, pero como sólo Ray Davies, con sus majestuosas letras y no menos líneas melódicas, sabe hacer, para al final conseguir un compendio de temas de una factura memorable. El tema Village Green sirvió como base para el disco con esa letra que dice... "I miss the village green, and all the simple people..." ("Extraño la villa verde y toda su gente simple..."). Pero también hay emociones y experiencias de amigos perdidos, memorias, poesía rural, marginación social, fantasía infantil, abandono del hogar, etc... Desde luego, si hay un disco que debe servir de referencia a la hora de componer, uno de ellos sería esta joya mayúscula.
Como le pasa a muchas obras maestras, el disco en su momento pasó bastante desapercibido, además no tuvo nunca un single claro ni definido (quizás un hándicap de los discos conceptuales, que son toda una suite seguida), pero como suele pasar en estos casos, el disco se convirtió en álbum de culto con el paso de los años. 



Esta sinfonía deliciosa o simplemente tremenda comienza con The Village Green Preservation Society con esas guitarras acústicas y la batería de Avory muy presente, pero curiosamente a mi me parece un tema muy alegre para empezar, desbordando buen rollo. Do you remember Walter, recuerda a un amigo perdido, pero con esa manera de cantar de Ray Davies que te atrapa y los cambios de ritmo descomunales y esa melodía que resuena en tu cabeza... Y llega Picture book, si hay alguien que no le gusta esta canción, que venga que lo pongo fino... pero Dios del amor hermoso... voces, coros, ritmo, GLORIA, eso es componer ¡¡¡guauuu!!! (¿verdad Joserra Rodrigo?).
Johnny Thunder habla de un tipo marginado... el Juanito Truenos que luego en discos posteriores, el propio Ray Davies acogerá como Alter Ego, otra canción de coros memorables y unos cambios de ritmo preciosos. Last of the steam-powered trains es la canción más bluesera del disco sin duda, con ese aire a country también que le queda de lujo. Big sky vuelve a elevarme por encima del suelo unos palmos, y aunque Ray parece un narrador más que un cantante, al principio, es devastador como te cuenta su aceptación estoica de la vida, adoptando ambos roles a lo largo del tema (aquí empieza a gestarse su rama teatral). Si a estas alturas no se han rendido a este grupo... Sitting by the Riverside contínua por la senda de Big Sky, pero quizás de manera más oscura, y con multitud de notas y sonidos sonando detrás. Animal farm es una maravillosa poesía de las que sólo Mr.Davies sabe hacer gala, con esos arranques al cantar, para luego deleitarnos con una melodía soberbia, de las de dejarte clavado y decir "eres el mejor". Village Green es una pieza casi de la época de Mozart, es decir de música clásica, sonando un piano como clavicordio... cosas del melotrón... delicia sideral... La la la la... En Stratruck nos encontramos ante otra descomunal canción, porque lo de esta melodía es abrumador... quizás los Kinks no eran los mejores instrumentistas, pero se dejaban el alma en cada nota... Papa papa paraba... Phenomenal cat es una fantasía para niños, encantadora, como sólo Ray Davies sabe facturar. All of my friends were there es tan rimbombante y tan graciosa que ha pasado a ser joyaca con ese cambio en la melodía, y esa manera de cantar... bufff tela tela telita. Wicked Annabella es el tema más garagero, y psicodélico del disco, poco explotado por el grupo, pero cuando lo hacían era memorable, para describir a la pobre chica. Monica es otra tremenda melodía, donde Ray canta a sus anchas y navega sobre una melodía que le premite jugar. Y acaba esta abrumadora obra de orfebrería con People take pictures of each other, un tema muy animoso y de gran calidad para redondear esta maravilla.


En definitiva, una obra conceptual soberbia, donde hay pop, rock, blues, toques psicodélicos, sonidos melódicos y armonías de una calidad superior, con esas guitarras acústicas que te vuelven loco y 15 temas donde no hay altibajos, algo muy difícil de conseguir, y en eso la selección de canciones está clavada. Curiosamente un disco muy poco tocado por el grupo en directo, algo siempre misterioso que le da todavía más aliciente a lo de "disco de culto".

Este post fue redactado por mi para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.

Os dejo con esa maravilla que es Picture book.