
Este fin de semana ha tenido lugar en Riaza, Segovia, la décima edición del Huercasa Country Festival. Tres años seguidos en el Huercasa Country Festival no es poca broma, y seis en total tampoco y la verdad es que todo sigue bastante parecido. El lugar de celebración de los conciertos sigue siendo el Campo de fútbol de Las Delicias donde juega el Sporting Riazano, cuyo césped es pisado por la gente del country con sus sombreros e indumentaria adecuada en muchos casos, sigue habiendo su zona de comedores donde degustar burritos, arepas, tacos, hamburguesas, etc., y sin embargo el pequeño puesto de merchandising, donde comprar algún disco de los artistas presentes estaba cerrado ambos días, algo que realmente no he entendido y me ha decepcionado. En el aspecto musical el escenario sigue sonando de escándalo y la propuesta del cartel era muy interesante, a priori Son Volt y Myron Elkins el viernes y The Jayhawks el sábado, se llevaban los focos pero siempre hay sorpresas que llaman la atención.
Justo llegaba al comienzo del concierto de Color Green, una formación que poco o nada tiene que ver con el country, pero a mí eso me gusta que haya variedad. Esta formación son de Los Ángeles, California, y está compuesta por Corey Madden a la guitarra y voz, Noah Kohll a la guitarra y voz, Kyla Perlmuter al bajo y coros y Corey Rose a la batería y coros. Su estilo tiene influencias de Grateful Dead, una parte psicodélica de los primeros Pink Floyd (hay ácido en su música) o cosas de sus paisanos The Dream Syndicate, y ese aire al sonido de Lauren Canyon que si que tienen más en disco que en directo, un cóctel realmente fantástico que disfruté del primer al último tema.De su último disco del año pasado Fool's parade sonaron temas como Ball and key, God in A $, 5:08 o Coronado, y de su primer disco homónimo de 2022 canciones como Warbing sky o I'll fitting suit, y de sus primeros Ep's el tema Night.
La banda de Oklahoma Jason Scott & The High Heat siguieron la jornada, una formación que si tenían ese toque country más acentuado, pero que le daban a varios palos, el pop, un poco de americana, e incluso se hicieron una versión de Pink Floyd, demostrando su amplio espectro. Tienen dos discos de estudio y de ellos sonaron temas como If we take it Til the mornin', High country, Get in line, Me & The Bottle (Hungover you) o Yardwork de su último álbum American grin del año pasado y Quittin' time o Golden, además de esa versión del Money de Pink Floyd muy fiel a la original con el sonido de la máquina registradora al inicio.
Y llegó uno de los momentos álgidos con la actuación de Son Volt, la banda comandada por Jay Farrar, que por fin podía ver en vivo y que dieron un señor concierto, más guitarreros que en disco incluso (hay momentos en los que hay tres guitarras cuando se une el teclista), y aunque son algo inmóviles en el escenario (la edad algo tiene que ver), desgranaron un repertorio realmente excelente, al que pocas pegas se le puede poner.Sonaron temas de sus discos antiguos como Route, Live free, The second news y Drown de Trace, Picking up the signal de Straighaways o Driving the view de Wide swing Tremolo, Afterglow 61 y Bandages & scars de Okemah and the melody of riot, The picture y Methamphetamine de The search, Dynamite de American central dust, Back against the wall y Cherokee St. de Notes of blue, Reverie de Electric Melodier, del Day of the doug (álbum de versiones de Doug Sahm) el Sometimes you've got to stop chasing rainbows y algún tema nuevo como Kaleidosphere. Cerraron con una acertada y buena versión del American Girl de Tom Petty & The Heartbreakers.
Despedía la jornada del viernes el gran Myron Elkins, que acaba de editar recientemente su segundo disco de estudio titulado Nostalgia for sale. El año pasado fue la auténtica sensación del festival, dando un concierto descomunal que muchos guardamos en la retina. Tras aquel primer gran disco de 2023, ese Factories, Farms & Amphetamines, las cosas no le fueron bien al joven veinteañero en lo personal y profesional. Sin un dólar y a la deriva, se dirigió al santuario estadounidense de música como es Memphis, allí fue producido por Dave Cobb y se acompañó de músicos de alto copete como Avry Whitaker, Billy Gunther, Donald Walton, Caleb Stampfler, Nate Johnson y Andy Castaneda, para ese disco de soñadores.Myron sigue con esa voz profunda y muy variada en matices, y te vuelve a dejar con la boca abierta en otro concierto para el recuerdo. Por momentos parece que tira de Hank Williams, otras de Johnny Cash, donde el rock y country eléctrico se dan la mano, quizás menos blues que el año pasado, pero sabe adentrarse en terrenos pantanosos cuando quiere.
De su primer álbum escuchamos Mr. Breadwinner, Machine, Hands to myself, Ball and chain o esa maravilla que es Nashville money y del último Good news, Living and learning, God bless the rain, Nostalgia for sale o Testimony.
Un cierre espectacular en una noche ya fresquita en Riaza.
Os dejo con el tema The picture de Son Volt tal y como sonó el viernes.