Cuando puse, los que para mi, eran los mejores vídeo y canción, en conjunción, de la primera década de este siglo, colgué uno de este grupo y hubo mucha gente que dijo no conocerlos, entonces para ellos va dedicado este post. Este grupo galés, comandado por Gruff Rhys (uno de los nombres más raros que he oído) y sus secuaces, beben de los Beatles y los Beach Boys, casi diría que a partes iguales, tienen una parte psicodélica que en este disco está más controlada y otra más electrónica que aquí sigue dejándose notar. Además, en directo tienen un aire hippie que me encanta.
Lo suyo es una carrera de fondo, sin duda, y no son flor de un día, como les ha pasado a muchos grupos que empezaron con ellos a mediados de los 90. Verlos en directo es toda una experiencia, se visten de Yetis, de Hombres del espacio, hacen participar al público con sus chorradas, en definitiva te lo pasas de miedo, a parte de ver a 5 músicos que lo bordan.
He de decir, que esta banda ha sacado casi todos sus discos en inglés, excepto uno en gaélico (idioma muy difundido aún hoy en Gales) el Mwng, y que ellos suelen reclamar, pero tranquilos no hay nada de gaélico en este, que yo sepa. En algún trabajo en solitario del cantante, este hecho también se ha producido. En cuanto al disco que nos ocupa, es casi conceptual sobre el viaje de una chica de un pueblo a una gran ciudad, es una épica romántica.
El disco empieza con The Gateway song, una introducción de guitarras y voz. Y llega la primera joya, Run-Away, que bebe de los Beach Boys del "Summer days", con una aire clásico que me chifla. Show your hand es otra pepita de oro delicada, que también succiona influencias Beatles por los cuatro costados, en las voces, en las melodías, esto es componer con imaginación. The Gift that keeps giving es una balada de esas que sólo ellos saben hacer, cálida, dulce, romántica, perfecta, pufff se me pone la carne de gallina cada vez que la oigo. En Neo Consumer están los SFA más chiflados, ruidosos y diablillos, pero sin perder la calidad y la novedad. Into the night es una pieza fantástica llena de desbordante pop-rock, con esos teclados que están como volando por encima y ese ritmo y estribillo pegadizos. Baby ate my eightball es una canción muy graciosa, quizás la más experimental con juegos de voces fantásticos. Carbon dating es la más circense, podría decir, pero a la vez también suena clásica y enternecedora. Suckers! es una canción a medio tiempo con teclados omnipresentes y bien cantada por Gruff Rhys. Battersea odyssey sigue en la onda de mezcla de todos sus estilos, pero en el tratamiento de las voces juegan como lo hacían los Beatles, aunque haya algún momento casi de banda sonora y empaste el tema. El disco acaba con Let the wolves howl at the moon (si, hay que dejar a los lobos aullar a la luna, leches), una canción tranquila, casi en plan country para cerrar de manera fantástica el álbum.
Os puedo asegurar que es uno de mis grupos favoritos y tengo ganas de volverlos a ver en vivo (los he visto 3 veces).
Os dejo con el vídeo de Run-away.