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TODOS LOS DIOSES DEL JAZZ

VALENTÍN CAAMAÑO, All The Gods (Tiny Moon, 2022)

El disco comienza con un tema de tempo medio, ágil pero moderado, donde la guitarra y el saxo se acoplan en breves pero contundentes fraseos. El swing de la batería (Miguel Cabana), especialmente sobre los platos, tiene un groove que arrastra. Entonces, llega un solo. Es Xose Miguélez al saxo tenor. Le sigue un solo de guitarra lleno de clasicismo y otro de contrabajo (Alfonso Calvo), que nos recuerda aquellos discos de Blue Note que comenzaban siempre con un tema estrella, pegadizo, donde cada solista tenía un solo a modo de presentación. El tema se llama "All The Gods" y parece conjurar a todos los dioses del jazz en un homenaje continuo, lleno de guiños e influencias pero original, nuevo. Liderando este proyecto de viejos conocidos, el guitarrista Valentín Caamaño.

Foto: Isabel González
(fuente: Facebook)
Como ya demostró en sus anteriores discos (en especial en el dedicado a Grant Green), Caamaño tiene el poder de resucitar eso que nos recuerda por qué nos enamoramos del jazz: la síncopa, la improvisación, las quintas disminuidas... y también el diseño de los discos (este a cargo de Alberto Seoane, cuya contraportada también nos recuerda épocas doradas). El sonido es cool, definitivamente. Sumemos a todo esto que seis de los siete temas del disco son originales y nos encontramos ante un disco atemporal y de obligada escucha.

Sonny Rollins fue uno de los precursores del trío sin piano (o del cuarteto sin piano, como en The Bridge) y aquí tenemos el claro ejemplo de que un cuarteto funciona sin piano. Saxo y guitarra hacen los unísonos en los estribillos con excitante solvencia, o juegan a perseguirse como en "You Come Two Beats Later", en un canon que hace del chorus algo inolvidable y adictivo, lleno de soul. 

Con un fraseo muy clásico, alternando acordes y punteos, Valentín Caamaño tiene ese toque sugestivo en los dedos (también componiendo) capaz de enganchar con un tema lleno de soul y ritmo ("Let It Do The Job") o derrochando delicadeza en una balada ("Safest Place"). El disco está lleno de melodías sugerentes ("Struttin' Around") que fluyen con sutileza y sin fuegos artificiales, muy West Coast.

Grabado el 13 de marzo de 2022 en los estudios Savik Sound de Ponte Caldelas y mezclado y masterizado por José Trincado, tiene un sonido cálido y moderno que arropa el estilo clásico de estos temas llenos de inspiración, como si todos los dioses del jazz se hubieran conjurado para aprovechar la experiencia y los recursos de Caamaño y su cuarteto y ponerlos en un solo álbum. Recomendable para puristas y para modernos.



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* Web: www.valentincaamano.com

UN SEPTETO ATEMPORAL

ALFONSO CALVO SEPTET, Monday Mood 
(Tiny Moon Records, 2019) 

En la misma línea de su anterior See Ahead (Free Code, 2016), el contrabajista y compositor gallego Alfonso Calvo nos trae una nueva colección de temas originales con un sonido calmado, limpio, muy cool y placentero de escuchar, seis enormes composiciones con las que Calvo sorprende y, al mismo tiempo, consigue que suenen familiares al oído del aficionado.


Su septeto está formado por Pablo Castanho (saxo alto y soprano), Diego Alonso (tenor), Xabier "GdJazz" Pereiro (trompeta y fliscorno), Luis Miranda (trombón), Iago Mourinho (piano) y Miguel Cabana (batería) y cuenta también con invitados como Ton Risco (vibráfono y melódica), Pablo Pascual (clarinete bajo) y Paola Kianda (pandeiro), todo un despliegue para sacar partido a unos arreglos que complacerán tanto a los oídos modernos como a los más apegados a la tradición, donde Calvo encuentra referencias claras para hacer un jazz sin prisas, deleitándose en las dinámicas y, sobre todo, en el sonido de los metales y maderas. 

En algunos temas donde el septeto se amplia (con Risco, Pascual y compañía) aumenta la "paleta" de colores del combo y Calvo consigue nuevas atmósferas, más brillantes ("Mary-Go-Round", por ejemplo), sin buscar la espectacularidad: no hay vibratos gratuitos ni grandes unísonos ni abuso de la sección rítmica, por ejemplo, pero sí un uso constante del ritmo como elemento fundamental y, lo que es mejor, mucho espacio para los solistas



Sin ánimo de comparar, hay momentos que nos recuerdan a dos referencias personales: por un lado, los arreglos de Calvo me traen a la mente las aportaciones de Gil Evans al jazz de Miles Davis, por sus arreglos brillantes, que buscan una pureza dentro de la complejidad de empastar la diferente tímbrica de todos los instrumentos; por otro lado, y por citar otra referencia que nos viene a los oídos, la manera de sacar partido a los arreglos de Maynard Ferguson con su big band, sin la espectacularidad explosiva del trompetista pero con un resultado igual de excitante.

Monday Mood es el segundo disco como líder de Alfonso Calvo, quien, sin embargo, ha participado en un buen número de formaciones (No Name Quartet, Marcos Pin, Aló Django, Valentín Caamaño Trío, Marcos Teira Trío...), combos en los que siempre hay músicos en común, algo que propicia un interplay orgánico, natural, con esa complicidad de los directos que funciona tan bien y que hace este disco muy recomendable. Lo mejor: dentro de unos años, hagan una escucha a ciegas (antes lo llamaban "blindfold tests") y nadie sabrá decirles a qué época pertenece este álbum. Y esta atemporalidad le augura una larga vida. 



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* Web oficial: www.alfonsocalvo.com

VALENTÍN CAAMAÑO SINGS

The Blind Wrestler (TinyMoon Records, 2017)

A Valentín Caamaño le seguimos desde que apareció con su magnífico The Joy (2014) para demostrar que se puede hacer bop a la guitarra y con brillantez en el siglo XXI. Le siguió Green With Envy (2017), un interesante trabajo sobre Grant Green, donde la investigación y la inspiración personal se daban la mano con maestría. La lucha por un jazz puro e inspirado continúa con The Blind Wrestler.

La experiencia le lleva en su tercer trabajo a incluir temas originales e, incluso, a cantar. Lo hace con su trío de siempre: Alfonso Calvo al contrabajo y LAR Legido a la batería. El saxo tenor Xosé Miguélez aparece en dos temas como invitado.

Publicado por su propia compañía discográfica, The Blind Wrestler es una colección de temas escritos desde las seis cuerdas, con un sonido cuidado y con mucho swing, espacio tanto para los punteos y las improvisaciones como para el conjunto y los solos del trío, con algún blues (igualmente rítmico) y con una sola versión ("How Deep Is The Ocean" de Irving Berlin). 

El disco empieza a saco con un tema en el que el saxo de Xosé Miguélez, invitado especial, es el protagonista, tanto en el arranque, con un estribillo muy hardbop, como en el primer solo, al que sigue, claro, un solo de guitarra de Caamaño muy suelto e inspirado, el estilo bop vibrante pero controlado que nos ofrecía ya en sus discos anteriores. La sección rítmica es notable, como si Calvo y Legido no se dedicaran a otra cosa más que a tocar juntos. Probablemente, sea la sección rítmica más eléctrica que he escuchado en los últimos años. Y todo ello sin fuegos artificiales ni trucos fáciles; simplemente, cumpliendo su cometido.
Foto: Rafa Pasadas
Cabría destacar dos baladas. En primer lugar, la estremecedora "Again never" (en gallego estas palabras suenan a eterna reivindicación: "nunca mais"), con Miguélez tremendo al tenor y Legido dándole réplica de manera contundente. La otra balada es "Tiny Moon", donde el estilo de crooner apagado de Caamaño recuerda (salvando las distancias) a esa manera aparentemente apática de cantar de Chet Baker, con media voz, entonando lo justo, lacónico, como si estuviera en otro lugar, en otro momento, cantando en el recuerdo. "Tiny Moon" tiene una letra triste, que hace un maravilloso contraste con el ritmo a tempo medio, y unos solos en la misma línea. El título del tema sirve para dar nombre también a la compañía discográfica que el guitarrista acaba de crear. Buena noticia si esto le supone mayor libertad creativa.

Probablemente las canciones eclipsen como noticia sus nuevos temas instrumentales y quizás donde menos brille el disco sea en esas intervenciones como cantante, muy personales y sentidas pero muy por debajo de su pericia como guitarrista. Aun así, sus composiciones cantadas resumen buena parte de la tradición vocal del jazz, con letras llenas de sentimientos, amargas como una buena síncopa. El segundo tema del álbum ("Turn of the Screw") es una muestra. 


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* Web oficial: www.valentincaamano.com

ALFONSO CALVO SEPTET

Al ritmo de las olas

Dos saxos, trompeta y trombón, sección rítmica con piano. El septeto siempre me ha parecido una big band en tamaño reducido, con todas las posibilidades de su expresividad y la comodidad de tener más espacio para los solos. El contrabajista Alfonso Calvo nos trae en Sea Ahead (Free Code Jazz Records, 2016) un septeto brillante y sin estridencias, en la línea del hardbop pero con intenciones narrativas sosegadas e interesantes.

El disco abre con un brillante y aparentemente introspectivo tema (titulado igual que el álbum) que fluye alrededor de la rítmica expresividad del vibráfono (Ton Risco, que suma aquí como octeto), un tema en el que ya se aprecian las armonías hardbop que dan sentido al septeto y que contiene unas líneas de saxo probablemente no improvisadas, pero muy agresivas, una manifestación de que las melodías son efectivas, pegadizas, pero no complacientes.


Alfonso Calvo es un contrabajista de Santiago de Compostela (no para de llegar buen jazz desde Galicia), alumno de, entre otros, Kin García y Xacobe Martínez, que terminó sus estudios en el Conservatorio Superior de Santiago, Master por la Esmuc... y que demuestra un estilo sobrio y delicado, elegante, muy de escuela, donde sólo se echa en falta (por poner alguna falta a este disco brillante) cierta rudeza o rebeldía propia del bop. Pero esto, como sabemos todos, se aprecia mejor en el directo que en el esmero del estudio, por lo que espero tener la oportunidad de escucharles en vivo, recomendación que les extiendo a ustedes (aunque sea en Youtube).

Las composiciones tienen esta cualidad. Están muy bien arregladas y, como dije antes, el septeto permite más espacio para los solistas que una big band, donde, por ejemplo, es menos habitual escuchar un solo de trombón. Aquí escuchamos uno muy expresivo en "The Stolen Key", a cargo de Bruno Valle, que responde al chorus tras el solo de piano (el infalible Iago Mouriño) con energía contenida y cierta lírica, para poner el clímax que conduce al final del tema.


También la elegancia de los saxos es soberbia. Al Pablo Castaño, (alto) y a Xose Lois Miguélez los habíamos escuchado en otras formaciones (Marcos Pin, Factor E-Reset, Organic Collective), y aquí demuestran un tema tras otro que funcionan muy bien juntos. Suenan muy complementados con la trompeta (Rubén Salvador, también en la flauta en algunos temas).

En la base rítmica, además de la pericia de Naíma Acuña, está el propio Alfonso Calvo, dirigiendo al combo sin pretensiones de protagonismo (salvo la delicada introducción de contrabajo de "En dous pasos"), porque, en el fondo, como compositor lleva la batuta y como bajista lleva el ritmo. 

El álbum termina con un evocador "Come Spring" donde el ritmo se vuelve decadente por momentos, anunciando el final, pero con unas armonías bellísimas que dejan buen sabor de boca.

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* El álbum está en Bandcamp: https://alfonsocalvo.bandcamp.com/album/sea-ahead

** Web: alfonsocalvomendez.wixsite.com/alfonsocalvo/info

*** Foto: Rafa Pasadas. 


http://jazzeseruido.blogspot.com.es/p/relatos-de-jazz_28.html

EL ARTISTA ROTO

MARCOS PIN, Broken Artist (Freecode, 2016)

El gallego Marcos Pin, uno de los guitarristas más sólidos, creativos y proactivos del actual jazz español, abandona momentáneamente sus deliciosos experimentos de la serie Duology para volver al estilo que más me gusta: el hardbop. Lo hace con un disco conceptual, cuyo leitmotiv es ese sentimiento de ser artista, una afección espiritual que se mueve en otra dualidad: la del valor real contra la ignorancia social que rodea al Arte.

El concepto. 
Con una contundente portada, el músico de jazz nos muestra la miseria de ser artista en los tiempos que corren, que si bien es cierto que en España las artes nunca han sido muy valoradas (ni por la sociedad ni por los gobernantes) en estos tiempos de "cultura" fácil, de adicciones como el Whatsapp y la fast food televisiva, Broken Artist es una declaración de intenciones. El álbum no habla del artista famélico sino de ser músico, de ser músico de jazz (que es algo diferente) y de luchar por seguir siéndolo a pesar de los malos promotores, de los dueños de los bares, de los horarios, de la pasta... Ese es el concepto del disco. Me lo contó el mismo Marcos en una conversación bastante sincera en la que me habló de sus tribulaciones como músico de jazz, algo que dio lugar a un relato del que hablaremos después. 

El diseño.
El disco viene en un formato que imita a los antiguos EP's de 7" (un CD normal de 12 cm en una carpeta de cartón en 17x17 cm) con un diseño que nos retrotrae a otra época, recordando a las traseras de los LP's de Blue Note. En el interior, un tríptico con fotos y un relato sobre un músico de jazz (roto) escrito por este que firma, un relato inédito, compuesto especialmente para el disco y que no encontrarán en Noche de jazz, otro elemento más que certifica que Broken Artist es un proyecto único, mimado largamente y muy cuidado.


El estilo.  
Pero hablemos de la música. Broken Artist es un disco de hardbop, un estilo que le viene al dedillo a la guitarra (nunca mejor dicho) y a un guitarrista tan fresco y con tanto swing. Además, lo escuchamos en el formato de quinteto clásico, con un sonido brillante que llama a modernizar el concepto de hardbop, pero manteniendo el mismo espíritu, fiel a aquel movimiento que en los 50 hizo de las armonías complejas su bandera, que recuperó el sentimiento de blues y que nunca defrauda. Para superar esos efectos de fumador pasivo, de músico explotado, de los que hablamos, Marcos renace de las cenizas como haría un genio (artístico, se entiende) y contraataca con composiciones inspiradísimas y clásicas al mismo tiempo, y lo hace sin reparar en gastos (intelectuales, se entiende), con unos músicos de lujo y unas composiciones de arreglos fastuosos. ¡Que se jodan los tacaños! Pero escuchemos un tema antes de continuar hablando.


Los temas.  
Lo mejor de Broken Artist es que la música cuenta todas estas historias de denuncia en un tono optimista y con un sonido natural, aparentemente fruto de la espontaneidad, algo que me gusta tanto y que es especialmente apreciable en la forma en que se suceden los solos (por ejemplo) en "Blind Hope" y, de manera más nítida, en "Castanho's Reed". Los temas cantan (a ritmo de hardbop) ese espíritu irreductible del músico como creador/trabajador que sobrevive más que por dinero por amor al jazz (esa "Blind Hope" que es lo único que alimenta al músico, según las notas del libreto). 

1. Desde los primeros compases, queda claro que el saxo de Pablo Castanho comparte protagonismo con la guitarra y que, siendo el único instrumento de viento, asume con ésta los chorus. "Blind hope" es una buena muestra de ello. Su espectacularidad y el que todos los músicos tengan un solo recuerda a los discos de Blue Note, que siempre comienzan con un tema pegadizo e inolvidable.  

2. El segundo corte, "Lullaby For My Two Boys" es una nana triste. Habla del músico que regresa a casa desde otro mundo (el de los escenarios) y nota que ha perdido un tiempo de la vida real en un sueño que no siempre compensa. Especialmente destacable, el piano de Yago Vázquez, con algún toque de blues memorable y un delicado y preciso diálogo constante con el saxo y con la guitarra, con un buen solo al que Marcos Pin corresponde con una emotiva intervención de la guitarra. En la coda, el piano nos lleva más allá, por la Tercera Vía, a un punto impresionante. 

3. "I Love You Too" está basado en  los cambios del estándar "I Love You" y es una locura de tema para mover los pies, con una guitarra enorme. Puro hardbop. Como los demás, es un tema-denuncia que habla de los falsos halagos y de los promotores que doran la píldora a los artistas para nunca contratarlos. Un clásico. 

4. "Castanho's Reed" es un tempo medio muy intenso, con 9 minutos donde el blues amenaza a la partitura, con un saxo meditativo, cargado de recursos, y una buen ración de solos. 

Pablo Castanho al saxo
5. "Carmen's Call" es, en palabras de Marcos, un tema divertido. Habla de promotores de jazz que no entienden de jazz, de gente que consigue beneficios de actividades que no aprecian... Es una denuncia del negocio (o más bien, de los negociantes) con un Pablo Castanho muy agresivo, potente y con una manera de acabar las frases que refleja cierta dosis de rabia por parte del Artista Roto. Igual fuerza y agresividad escuchamos en la sección rítmica (Alfonso Calvo al contrabajo y Andrés Rivas en la batería) y, en especial, en el piano. El solo de guitarra viene a encauzar toda esta rabia con un ritmo acelerado y virtuoso como para dejar callado al promotor más cicatero. Un tema muy free y guerrillero que sólo encuentra paz en el último compás. 

6. "Vulpecula" es el tema que cierra el álbum, una balada muy lírica en la que el diálogo entre los instrumentos construye una belleza hipnótica que nos arrastra hasta el final del disco durante más de 7 intensos minutos. El título alude a la constelación del mismo nombre y nos hace levantar la vista al cielo para después mirar abajo a fin de comprobar si estamos flotando en el espacio o es la música... Un tema bellísimo.

Broken Artist es todo un festival. 


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* Web oficial: www.marcospin.com/

** Fotos: Rafa Pasadas (www.rafapasadas.com)


https://www.amazon.es/El-talism%C3%A1n-Alexandros-R-Martino-ebook/dp/B00HW9QLHI?ie=UTF8&adid=0RP4GC1T9XR4MV7R2HPA&camp=3598&creative=24794&creativeASIN=B00HW9QLHI&linkCode=as1&ref-refURL=http%3A%2F%2Fwww.jazzeseruido.com%2F&ref_=as_sl_pc_tf_lc&tag=jazeserui0f-21

THE JOY

Jazz para el placer, por Valentín Caamaño Trío

Cuando comenzamos el blog, allá por 2007, uno de nuestros afanes era encontrar jazz hecho en España, un elemento extraño que no se movía en los festivales ni llegaba a las tiendas de discos. Ahora tenemos la suerte de poder escuchar cada vez más jazz made in Spain que nos llega desde Andalucía, Madrid y, especialmente desde Galicia, donde no paran de aparecer rising stars con muy buena pinta. Otro de nuestros problemas al abrir el blog era que habíamos adquirido cierta aversión a los guitarristas de jazz a causa de haber "conocido" a Pat Metheny en aquella (olvidable) época en la que hacía algo parecido a música New Age, discos contemplativos, sin swing, que nos entraban por un oído y... Pero volvimos a encontrarnos con guitarristas con swing que, además eran actuales y (muchos) nacionales, como Ximo Tébar, Herb Ellis, Marcos Pin, el olvidado Oscar Alemán y, más recientemente, David Regueiro, Felipe Villar... y grupos de jazz manouche como Jazz de Marras o Très Bien. Pero el guitarrista que estamos escuchando hoy es el que tiene la mirada más clásica de todos los anteriores. Su nombre es Valentín Caamaño y acaba de presentar su primer álbum, The Joy.

De entrada, viendo el repertorio antes de escuchar el disco, ya se vislumbra que la onda gira en torno al bebop. Un momento más tarde, desde los auriculares, descubrimos ¡que ninguno de los standards del álbum está compuesto por un guitarrista! Sopesamos con admiración el trabajo de transportar a las seis cuerdas las composiciones de saxofonistas como (Bird, Sonny Rollins o Wayne Shorter), trompetistas (Miles Davis) o pianistas (Monk). Cuando un músico tiene las referencias claras, suponemos que estas fronteras no existen aunque, definitivamente, suena a atrevimiento. 

Pero el jazz está más allá del chorus y un verdadero músico de jazz se descubre en las improvisaciones y en la capacidad para mantener el interés de quien escucha durante todo el tema. En este sentido, Caamaño es un músico versátil, con una forma de tocar llena de color y swing. Cromatismos y gran variedad de recursos sacian al lector atento; eso sí, de una manera sutil y elegante, porque Caamaño es un músico de otra época, un Pat Martino actual que recuerda a Tal Farlow en algunos momentos.

En el video que sigue pueden escuchar "Minority", el tema compuesto por Gigi Gryce que tocó Clifford Brown. Está grabado en el Festival Feito a Man 2014, en las calles de Santiago de Compostela. Nos encanta ese plano fijo en el que se puede ver pasar a la gente por la calle. ¿A quién no le gustaría encontrarse algo así en cualquier esquina? Denle al play y seguimos hablando.



En el video, a pesar del sonido, se aprecia el mecanismo del trío. Caamaño se expresa con la misma soltura que si hubiera estado tocando con los maestros de la época dorada del jazz. A su lado, LAR Legido (Sumrrá), más swingueante que nunca, demuestra una electricidad fantástica. Es todo ritmo. Alfonso Calvo acompaña al contrabajo con una voz que parece responder inteligentemente los frases de la guitarra. Es uno de los mejores momentos del álbum y aquí en directo suena fiel a la grabación.

Todo el álbum es así. Hay temas divertidos ("Walkin'", "Yardbird Suite", "Tenor Madness") y reposadas baladas como "Pannonica" (Monk), que nos hacen desear haber nacido con suficiente antelación para estar en algún club de NYC alguna noche de, por ejemplo, 1959.

Un álbum (y un músico) a tener en cuenta, especialmente para aquellos nostálgicos de esa época insuperable del jazz que abarcó desde la explosión del bebop hasta el asentamiento del hardbop, y cuyo espíritu pueden encontrar ahora en este descubrimiento del panorama actual gallego.


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* Pueden escucharlo en bandcamp: