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IMPROVISANDO CON PROKOFIEV

STÉPHANE SPIRA / GIOVANNI MIRABASSI, 
Improkofiev (Jazzmax, 2020)


El saxofonista francés Stéphane Spira se une al pianista italiano establecido en París Giovanni Mirabassi para este álbum de jazz lírico y moderno llamado Improkofiev, donde exploran la influencia de la música clásica (en especial Prokofiev y Satie) en el jazz, en un álbum delicado pero lleno de ritmo. Este Spirabassi Quartet lo completan Steve Wood al bajo y Donald Kontomanou en la batería.

Pero no comienza el disco con Prokofiev sino con un original de Spira ("Ocean Dance") lleno de ritmo y delicadeza para sacar partido al cuarteto. Una versión de Carla Bley ("Lawns") va llevando el disco hacia un jazz meditativo (Spira está muy expresivo) e impresionista (bellísimo solo de Mirabassi) que evoluciona en ritmo (otro original de Spira llamado "After Rain") para encontrar el clímax en el clásico de Erik Satie "Gymnopédie nº 1", esa pieza que en su tiempo desafió las normas de la música clásica y que aún hoy se interpreta con ese temperamento rompedor... quizás porque sigue sin encajar perfectamente en la clásica ni en el jazz ni en la música ambiental como intentó definirla John Cage, pero es toda una delicia de escuchar y, estoy seguro, de tocar.

Todo este comienzo de danzas e impresionismo es una declaración de intenciones. El cuarteto mira a la música clásica con interés. Y nosotros lo escuchamos con oídos de jazz.


Serguei Prokofiev sigue siendo uno de los compositores de música culta más influyentes. Su ruptura con los cánones, a través de piezas disonantes como sus primeros conciertos a piano, han influido en toda la música posterior. En el jazz es un nombre más raro pero el saxofonista soprano Stepháne Spira le rinde un homenaje en la segunda parte de este álbum con una reinterpretación de su Concierto para violín nº 1, en una suite de tres movimientos que explora las posibilidades de este concierto a través de la estética del jazz.

De estos tres movimientos, "Improkofiev" es quizás el tema que mejor cataliza estas ideas a través de los patrones rítmicos del jazz. Este tema en concreto funciona como un quinteto de hardbop, ya que se suma el fliscornista Yoann Loustalot, con el que el saxo de Spira encuentra las armonías precisas para llegar a este sonido calmado pero lleno de alma. Los otros dos movimientos también son reinvenciones más que versiones. "NY Dream" y "No Strings Attached" retoman pasajes de Prokofiev aquí y allá, jugando con las armonías y con los ritmos, pero respetando la delicada estructura del concierto original, que comienza de una manera frágil y etérea y termina de la misma manera.

Algo más que un curioso experimento. Si no conocen a Prokofiev, no se quedarán sin entender ni sentir el disco pero si lo han estudiado, disfrutarán sin que para ello el cuarteto haya tenido que declarar la guerra a la musicalidad.


Esta es una versión a dúo (obligados por el confinamiento) de "Lawns":


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* Web: www.spirajazz.com

HISTORIAS DE NUEVA YORK

STÉPHANE SPIRA, New Playground (Jazzmax, 2018)

Afincado en Nueva York, el francés Stéphane Spira presenta en su quinto álbum como líder, una colección de temas inspirados por la ciudad de los rascacielos, temas que suenan modernos pero que tienen su raíz indudable en saxofonistas sopranos de la vieja escuela como Sidney Bechet, Steve Lacy..., eso sí, sin ataduras, como otros de la Vieja-Moderna Escuela, como Ravi o John Coltrane. Comparaciones aparte, Spira destila un sonido personal y vitalista.

Quizás habría que buscar el origen de su personal estilo en su recorrido profesional. Autodidacta, Spira comenzó a tocar el saxo a los 22, enrolándose en las jam sessions de los sótanos de París, donde colaboró con músicos de la escena francesa como el pianista Giovanni Mirabassi y el trompetista Stéphane Belmondo, convirtiéndose en protegido del pianista Michel Graillier, que había acompañado al piano a Chet Baker durante más diez años. De ahí, se mudó a la vanguardia del jazz neoyorquino. Bien tratado por la crítica en sus cuatro álbumes anteriores, presenta ahora un disco en cuarteto con el pianista (también usa el Fender Rhodes) Joshua Richman, el bajista Steve Wood (ha tocado con Herbie Hancock, Wynton Marsalis, Melissa Aldana...) y el joven batería Jimmy McBride.

Foto: Nicolas Guillemot
El repertorio muestra un jazz moderno donde alternan baladas delicadas (pero sin amaneramiento)  como "Nocturne (Song For My Son)" y temas más rítmicos donde se crean ambientes, atmósferas, de una sonoridad original. Hay algo de París y algo de Nueva York en el estilo de Spira. Los temas (casi todos son composiciones suyas) destilan un jazz amable, juguetón, con recursos pero sin prisas, recreándose en el juego rítmico y armónico, ya sea en partituras movedizas ("Peter's Run", "Solid Wood") o en momentos en voz baja ("Underground Ritual").

New Playground es, por encima de todo, una declaración de intenciones. Spira se siente cómodo en Nueva York (quizás por eso use la palabra "playground"), donde ha encontrado músicos a su medida y un lugar donde jugar y experimentar. El álbum está lleno de referencias a la Gran Manzana, como "New York Windows" (que, sin embargo, está inspirado en una canción rusa que era la favorita del padre de Spira, quien, por cierto, adoraba el jazz de Django Reinhardt) o "Underground Ritual" (que hace referencia a una tienda en un sótano donde gente como Wayne Shorter, Mark Turner o incluso Ravi Coltrane solían ir a comprar sus boquillas y reunirse... como en un ritual). Un homenaje a Nueva York que está firmado, como casi siempre, por alguien que ha llegado de fuera para enamorarse de la ciudad... y de su jazz.

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* Web oficial: www.spirajazz.com