Mostrando entradas con la etiqueta jazz europeo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta jazz europeo. Mostrar todas las entradas

ELLINGTON Y BACH SE DAN LA MANO

MICHAEL ARBENZ Meets ANDY SHEPPARD, 
From Bach to Ellington - Live (2025)

Hace unas semanas hablábamos de música clásica y jazz cuando escuchamos las nuevas Recreations Tímbriques de Sergi Sirvent y David Viñolas, un dúo poco habitual formado por piano y batería. Hoy escuchamos otro dúo poco habitual (piano y saxofón) que se inspira en dos pilares fundamentales de la música: Bach y Duke Ellington, o como dice la nota de prensa, "la elegancia atemporal de Bach y la belleza lírica de Duke Ellington". El pianista Michael Arbenz y el saxofonista tenor Andy Sheppard juegan con este maravilloso material, buscando una insólita simbiosis entre el contrapunto barroco y la síncopa jazzística para conseguir algo nuevo y limpio, inspirado en estas influencias clásicas y siempre dentro de la tradición del jazz.  

Andy Sheppard es un saxofonista británico con una larga carrera detrás. Artista de ECM en sus últimas grabaciones como líder y también como sideman de Carla Bley y Steve Swallow, tiene 18 discos a su nombre y 60 como acompañante. Ha tocado con nombres importantes como Lee Morgan, Peter Erskine, Gil Evans...  Michael Arbenz es una figura fundamental en el panorama actual suizo. Fundador del trío VEIN (con su hermano Florian), ha tocado con Ron Carter, con Dave Liebman, Greg Osby... Este álbum podría considerarse una continuación de otros trabajos de Arbenz como Reflections of D (a tribute to Duke Ellington) (2023) y Classicism – A Point of View (2024), aunque no deja de ser singular en sí mismo, tanto por la frescura de los temas como por lo insólito de  la formación dual.


Dicen los musicólogos que Bach fue el primer improvisador de la Historia de la Música, y estos temas están llenos de improvisación gracias a unas partituras que dejan mucho espacio para la creatividad de los músicos, esto es evidente, pero además porque el álbum fue grabado en vivo en el Bird’s Eye Jazz Club de Basilea. Las texturas y complejidades de los dos compositores encuentran un camino aparentemente fácil en manos de estos dos músicos. Es cierto que asoman retazos de Bach muy evidentes que apelan al oyente despistado, pero hay que profundizar en la experimentación para disfrutar de la sofisticación de estos temas que son, sin embargo, fáciles de escuchar, quizás por la honestidad con que se han interpretado, ajena a esas rupturas salvajes y estériles en que muchas veces se autolesiona el jazz moderno.

El dúo nos introduce en esta singular grabación con una versión lírica y contenida de "Melancholia" de Ellington, con fraseos muy melódicos y contenidos al saxo y un piano sutil y brillante, algo que se repite en las baladas del Duque, como "African Flower". "Psalm" es una composición original de Michael Arbenz, en la que juega con esquemas barrocos de la "Cantata BWV 146".  Esta es la parte más excitante del álbum, contrafacts y juegos musicales donde se mezclan épocas y estéticas ¡con naturalidad!, como cuando Sheppard entona el "Preludio nº1 en Do Mayor BWV 846" de Bach y Arbenz construye sobre esta base su tema "When It Springs Into Being", para llegar a un clímax intenso en el piano que el saxo devuelve al plano lírico. Los dos últimos temas son de Ellington: "Reflections", balada que aquí suena poco jazzística pero igualmente bellísima, y "Warm Valley", que se aleja sensiblemente de la que grabó el Duque con su orquesta o en Money Jungle. En ese álbum la hacía a piano solo y Mingus y Roach entraban en el último minuto. Es curioso porque Ellington adoptaba una pose de concertista clásico, dándolo todo al piano, con recursos muy apasionados, y aquí Sheppard le da (con la ayuda de Arbenz al saxo) un toque quizás más jazzístico.

Una amalgama fascinante y que no dejará indiferente a ningún aficionado. Recomendable. 



Más info: www.arbenz.biz 

RON CARTER EN LOS ALPES

ARBENZ VS ARBENZ MEETS RON CARTER, 
The Alpine Session (Hammer Recordings, 2025)

Michael Arbenz, pianista, y Florian Arbenz, baterista, son dos hermanos gemelos claves para entender la escena del jazz suizo. En 2022 les escuchamos aquí mismo versionando a ritmo de jazz al mismísimo Beethoven en su trío Vein, y a uno de ellos, el baterísta, junto a Greg Osby en un potente proyecto cercano al free jazz. En esta Alpine Session les podemos apreciar en un formato de trío de piano rindiendo tributo a la verdadera tradición del jazz y, no solo en la estética, sino acompañado por uno de los pilares del contrabajo en las últimas décadas, Ron Carter, a quien ambos hermanos gemelos admiraban desde que, de niños, le oían tocar en los discos junto a Miles Davis.

El álbum, que sale a la venta el 21 de febrero, se grabó el año pasado, concretamente el 16 de marzo de 2024, durante una única sesión en un estudio en los Alpes Suizos. 


La grabación contiene seis temas donde resuena la habilidad de Michael para crear sencillas pero bellísimas figuras musicales, y la capacidad multirrítmica de Florian, siempre rompedor, nunca estruendoso. Y... 
Qué podemos decir de Carter, uno de los bajistas más poderosos que se han podido escuchar en la Historia del Jazz? Su solidez como base rítmica es una garantía y sus solos ("Evolution", donde el contrabajo se convierte en motor y líder del tema) son brutales. ¡Qué joven sigue sonando a los 87 años! Destacables "It Don't Mean A Thing", elegante, sobria, y "Lullaby", una balada basada en la "Canción de cuna" ("Guten Abend, gut' Nacht") de Brahms. En "Lullaby" la sección rítmica va conteniendo el tempo mientras el piano elabora delicados fraseos que sugieren y reinventan la melodía. Una delicia. Especialmente arrolladora es la versión de "All The Things You Are", donde el trío fluye con fuerza y con la naturalidad que tendrían si llevaran tocando una década. 

En resumen, un disco fascinante donde se fusionan de manera alquímica la energía inagotable del maestro Ron Carter y el pensamiento moderno y europeo de estos dos suizos nacidos en 1975. El resultado es un jazz atemporal, lleno de ideas y de un ritmo que rinde culto a la tradición y engancha. Muy recomendable. 




* Michael Arbenz: https://arbenz.biz/

* Florian Arbenz: florianarbenz.bandcamp.com

TRES MANERAS DE EXPRESAR SERENIDAD

Después de escuchar la explosiva propuesta de The Acrylic Rib, el cuerpo pedía calma. Pero no se puede pasar del free a escuchar baladas de Billie Holiday. Por suerte, buscando entre las novedades de esta primavera, han aparecido tres discos que buscan romper sin subir la voz, tres maneras de expresar serenidad, calma, quizás paz. Hoy escucharemos a Kasper Tranberg, Cecilie Strange y el trío de Richard Andersson NOR


RICHARD ANDERSSON NOR feat. HILMAN JENSSON,
Undo (Hobby Horse, 2023)

El  tercer   álbum   del   trío
Richard Andersson NOR comienza precisamente con un tema titulado "Serenity". Liderado por el contrabajista danés Richard Andersson, este trío islandés, como él lo denomina, está formado por el saxofonista Óskar  Guðjónsson y el baterista Mattias Hemstock. En este álbum colabora también el guitarrista Hilmar Jensson, que aporta una dosis de lirismo al estilo de Bill Frisell. 

Richard Andersson está considerado un músico imprescindible en la escena danesa del jazz contemporáneo. Ha obtenido premios y menciones de The NYC Record, AllAboutJazz y The International Bassconvention. Ha tocado con figuras enormes como Jerry Bergonzi, Jorge Rossy, Jeff "Tain" Watts y Kasper Tranberg (de quien hablamos más abajo). En este tercer disco de su trío NOR, nos ofrece un repertorio uniforme pero de compositores distintos (dos temas suyos, dos de 
Guðjónsson, dos de Jensson y uno de Anne Efternøler), lo que no impide que haya una heterogeneidad plausible en el desarrollo del álbum, siempre hablando lo que él llama "lenguaje nórdico".


Aparte de "Serenity", habría que destacar el intenso "Helmingur Búinn", donde el saxo toma protagonismo aportando una atmósfera opresiva que crea una tensión inesperada en el oyente hasta el misterioso desenlace. Más lírico, Guðjónsson lleva la melodía en "Langsom", un tema lacónico, lejano, donde el contrabajo es el encargado de poner el contrapunto dramático (junto con la guitarra) a un paisaje onírico, emocional, que nos hace olvidar que estamos ante una complejidad tonal que el grupo usa de manera muy inteligente.

Un disco perfecto para conocer a este trío nórdico. Recomendable.






CECILIE STRANGE, Beyond (April Records, 2023)

¿Qué hay más calmado que una nana? El álbum de Cecilie Strange es uno de los pocos que han conseguido conmoverme recientemente, no solo por su estilo sino también por su intención: sus temas llenos de paz, bellísimos, entroncados en los poéticos fraseos de su tenor, intentan expresar la paz y la serena grandeza de ser madre. No es algo habitual en el jazz, donde la rebeldía es una bandera común, pero quizás en esta época de egocentrismos, redes sociales, relaciones virtuales, abortos a la carta y guerras cotidianas, ser madre (o simplemente amar) se pueda considerar una forma de rebeldía


Este es el tercer álbum de Cecilie Strange en April Records después de Blue (2020) y Blikan (2021). Su cuarteto se completa con Peter Rosendal al piano, Thommy Andersson al bajo y Jakob Høyer en la batería. A la ternura de los temas se une la melancolía (sentimiento muy próximo a la felicidad, que nos recuerda a los que ya no están, otro leitmotiv del álbum). El disco comienza con una melodía con un ritmo tan pausado como complicado de seguir para un saxofonista. Es un nostálgico tema dedicado a su abuela. Le sigue una nana ("Byssan Lull") que suele cantar a sus hijos y que, a su vez, es heredada de la anterior generación...

La compenetración entre los cuatro músicos favorece esta interpretación calmada de lo que es el jazz contemporáneo: lírismo, emoción contenida, inspiración, sutileza, intelectualidad... Todo el álbum parece estar tocado en voz baja, como haría una madre para no despertar a su hijo. Las melodías son como pensamientos íntimos. Los lentos fraseos del saxo reflexionan y el resto de los músicos está a su servicio, incluso cuando calla y encontramos el valor en esos silencios (como en "Midnight Sun Upon Saltværsøya", donde hay un delicado y sutil diálogo entre bajo y piano). 

Siempre he pensado que todas las formas de creatividad están conectadas y se nutren unas de otras, y el planteamiento de este Beyond de Cecilie Strange conecta esas dos formas de creatividad tan supremas como son la música y la vida. 




KASPER TRANBERG, Nobody's Heart (April Records, 2023)

La paz que nos trae el trompetista danés Kasper Tranberg es una paz inusual. Raramente se encuentra un disco de jazz calmado, pausado, reflexivo, de un trompetista. Sí, claro, están aquellos discos de Miles y su sordina... Pero desde Miles y Chet ha habido poca originalidad y mucha caña. La trompeta es un animal difícil de domesticar, y exige fuegos artificiales. Lo que nos trae Kasper Tranberg, músico que lleva subido a la escena de la improvisación desde los 90, es un disco moderno donde la reflexión y el gusto por el sonido templado (pero emocional) de su trompeta es una seña de identidad.

Foto : Mike Højgaard/neue.pink

En Tranberg hay un deseo constante de marcar distancias. Su sección rítmica, con la que ha tocado desde los '90 (Nils Davidsen al bajo y Frands Rifbjerg a la batería) se encarga en todo momento de crear paisajes sonoros inusuales, atmósferas oníricas o simplemente inclasificables. Ritmos lentos siempre (salvo quizás en "Circle Dance", tampoco mucho) que se detienen y cambian, siempre cambian, provocando desconcierto en el oyente y un campo perfecto para los fraseos especulativos de Tranberg. 

No es free jazz. ¿Improvisación? Algunos amantes de la improvisación libre dirán que estamos ante un disco aburrido, pero los recursos que Tranberg y su trío van desplegando a lo largo del disco convierten la escucha en algo muy distinto. Para empezar, no es un trío habitual: trompeta, bajo y batería se convierten en algún momento en trompeta, chelo y batería ("Ukendt/Bitter Funeral Beer"). 

Un álbum de texturas, exploración e introspección en el que se mira a sí mismo a través de sus encuentros musicales de las últimas tres décadas: todos los temas son versiones, en las que hace suyos a Masabumi Kibuchi, Ornette Coleman, Rodgers & Hart, Paul Motian, C.V. Jergensen... para encontrarse a sí mismo. El resultado es un disco calmado, pacífico en su forma, impredecible.



* Más info: kaspertranberg.com

DIÁLOGOS

KARIN HAMMAR Fab4 invites RITA MARCOTULLI,
Opening (Prophone Records, 2023)

Karin Hammar Fab4 es un cuarteto sueco formado en 2014. Está liderado por Karin Hammar, una trombonista con más de 25 años como líder en otras formaciones, co-liderando The Sliding Hammers (con su hermana Mimmi Hammar) y colaborando con artistas como Gary Burton o Maria Schneider. Los otros miembros del cuarteto son Andreas Hourdakis a la guitarra, Niklas Fernqvist al bajo y Fredrik Rundqvist a la batería. La estética que proponen es la de un jazz contemporáneo, cercano a la música clásica, donde la improvisación fluye con serenidad y con una naturalidad que parece escrita.



En 2020, el cuarteto liderado por la trombonista Karim Hammar invitó a un cuarteto de cuerda para su disco Strings Attached. Para este nuevo álbum, titulado Opening, han vuelto a invitar a un músico externo para extender las fronteras musicales del grupo: la pianista italiana Rita Marcotulli


Marcotulli tiene una dilatada carrera que incluye una docena de discos, además de su participación en giras de músicos enormes (desde Chet Baker hasta Pat Metheny). En cine ha colaborado con Nino Rota y con Ennio Morricone, y es también compositora de bandas sonoras, encajando de manera especial en la peculiar filosofía de Fab4. Reunidos en Estocolmo en abril de 2022, el resultado son estos nueve temas que exploran la relación del jazz con la música narrativa, creadora de atmósferas e historias. 

El fraseo limpio, elegante y casi lírico de Hammar al trombón, sostenido por la sección rítmica, dueña de los tempi con un groove alejado del ruido, y el vocabulario elegante de Hourdakis a la guitarra, son el contrapunto ideal para la dicción sincopada de Marcotulli, que convierte el diálogo cuarteto/pianista en un juego alternante de compenetración y enfrentamiento, de hablar el mismo idioma en algunos momentos y, en otros, de llamada y respuesta. Una delicia de disco para los amantes del jazz contemporáneo y exento de fuegos artificiales.



JOVEN MADUREZ

KOSMOS TRIO, Brev Til En Ven (April Records, 2022)

Nos llega desde Dinamarca esta sorpresa llamada Kosmos Trio, una formación muy, muy joven en la que destaca, sin duda, el virtuosismo del pianista Frede Holger Thorsen. El trío es fruto de las experiencias de Thorsen con el baterista Gustaf Hagelskaer en la primera versión nórdica de Play!Ground, un extensión de la European Jazz Orchestra, un proyecto creado por Swinging Europe donde jóvenes talentos del jazz que aún no han accedido al conservatorio superior giran en formación de big band. De esta amistad surgió un proyecto al que se unió el hermano menor de Gustaf, Harald Hagelskjaer, que toca el contrabajo. El resultado es un disco no por joven menos complejo, que nació en lo que ellos han llamado "laboratorio", un espacio seguro de exploración en el que consiguieron escribir 7 temas en un mismo fin de semana. 

Foto: Phie Beckett Stenbæk

Inspirados por virtuosos como Tigran Hamasyan o Avishai Cohen, dedicaron sus primeros pasos a explorar las métricas impares de estos músicos, como se puede escuchar en los temas del disco, llenos de inspiración dentro de atmósferas que alternan modo menor con ritmos subyugantes, paz con tensión, melodía y dinamismo en una continua exploración que resulta bella en todos sus momentos. 

Unos disco recomendable y unos músicos a los que habría que seguir la pista en el futuro.


__________________________

BEETHOVEN GOES JAZZ

VEIN, Our Roots (2022)

El músico es formación, personalidad e inspiración. En un tiempo en que por aquí no existía el jazz en los conservatorios, casi todos los jazzmen se habían formado en la música clásica. Esta parece ser la historia de Michael Arbenz (piano), Thomas Lähns (contrabajo) y Florian Arbenz (batería), tres músicos suizos que forman VEIN, un trío de jazz que lleva años desarrollando un estilismo particular, al nivel del más nombrado jazz moderno europeo, influenciado por la música clásica de cámara, como el repertorio de ECM, por poner un ejemplo. 

El humor es un rasgo de inteligencia y hay mucha inteligencia y cierto uso del humor cuando un músico re-imagina temas de otros compositores, un algo de juego, como comentábamos cuando hablamos del disco de Dani Pérez. Ese humor y ese juego convierte el jazz en una música compleja, en una música seria. La prueba es la manera en que, con todo el respeto que la música clásica merece, VEIN traslada viejas melodías y armonías al lenguaje del jazz más moderno. Con el uso de rearmonizaciones, contrafacts, cambios de ritmo, síncopas inesperadas y mucha imaginación, Beethoven, Bartok, Mozart y Mussorgsky, entre otros, se convierten en repertorio de jazz. 

Fuente: Facebook

Fruto de la influencia de la música clásica, VEIN ya había publicado varios álbumes con anterioridad: The Chamber Music Effect (2016), VEIN plays Ravel (2018) y Symphonic Bop (2019). En este Our Roots, título que remite de nuevo a sus influencias, profundizan en la música del siglo XX, desde el atonalismo de Alexander Scriabin ("Luce") o Hans Werner Henze ("Betting Angel"), quien estuvo influenciado en algunos momentos por el jazz, pasando por la complejidad rítmica de Béla Bartok ("Dal"), Mussorgsky, Strawinsky... con dos paradas muy interesantes, una en Mozart, inspirada en La flauta mágica, y otra en Beethoven con una maravillosa de-construcción de su Quinta Sinfonía en un tema con un título que es un juego de palabras no exento de ese humor del que hablábamos ("This Is Beat-O-VEIN").

Aparte de las raíces que vienen y van en el disco, el ejercicio de re-imaginación es posible gracias al virtuiosismo y versatilidad de estos músicos. El contrabajo de Thomas Lähns es quizás el elemento aglutinador del trío. Su papel en el ritmo es sutil, llena los espacios en un diálogo constante con el resto del trío y aporta equilibrio y estabilidad. La parte compleja y más audible de toda esta fiesta de la imaginación está en el uso polirrítmico que hace Florian Arbenz de las baquetas. El piano suele ser siempre el protagonista del trío, pero aquí hay tal multiplicidad de lenguajes en los arreglos que sus fraseos sorprenden, unas veces con citas a las obras versionadas y otras con acordes inesperados que transportan al oyente. Y lo mejor es que hay un interplay entre los tres que hace natural lo complicado.

Hacía tiempo que no escuchaba un disco tan sofisticado en los arreglos y tan excitante a la vez.

____________________________________

* Más info: https://vein.ch

UNA BANDA DE ENSUEÑO

ALEX HITCHCOCK, Dream Band (Fresh Sound, 2021)

Todo líder (y todo oyente) sueña siempre con la banda perfecta. El londinense Alex Hitchcock, una de las voces del saxo más celebradas del Reino Unido, aúna su virtuosismo con una larga serie de nombres para construir una banda de ensueño en su quinto álbum como líder, Dream Band, publicado por Fresh Sound New Talent. Con músicos con los que había trabajado y otros con los que soñaba trabajar, Hitchcock  hizo música para los músicos. En el libreto del disco afirma que quería "capturar esa variedad en un álbum en lugar de solo grabar una banda. En el momento en el que la gente no podía tocar o crear, yo proponía ir a otro lado, adoptando un enfoque maximalista para hacer algo ambicioso y de amplio alcance."

Foto: Dave Stapleton

La fugacidad del momento en el jazz, un solo irrepetible o una banda irrepetible, conceptos que todo aficionado aprecia y que a muchos hace opinar que grabar (en el jazz) no tiene sentido (otros opinan que perpetúan momentos únicos). Sobre estos conceptos, Hitchcock se plantea estos conceptos al montar una banda digna de ser inmortalizada en estudio, 14 músicos que se le unen según el tema: el saxofonista Chris Cheek, el trompetista David Adewumi, los pianistas Deschanel Gordon (Mejor Músico Joven de Jazz según la BBC), Will Barry y Noah Stoneman, los bajistas Ferg Ireland, Joe Downard y Will Sach, los percusionistas Jas Kayser, Jason Brown, Luisito Quintero y Shane Forbes, y como vocalistas, Cherise Adams-Burnett (Vocalista del Año según Jazz FM) y Midori Jaeger (también al chelo); una superbanda que es una lista del Quién Es Quién en la escena londinense actual y con la que puede utilizar en cada tema el lenguaje que desea. Un ejemplo de lo vivo que está el arte (en este caso el jazz) y de por qué siempre es un trabajo en equipo. 
En parte, fue una especie de 'comisariado': quería unir estas combinaciones de músicos y permitirles hacer suya la música: cada músico tomó decisiones creativas durante los tres días de grabación que cambiaron el rumbo de como la melodía había sido originalmente concebida.
Con todo esto, es un buen disco para conocer a Alex Hitchcock también como intérprete. Sus solos están cargados de ideas, florituras con sentido y versatilidad. Su elocuencia seduce y sus progresiones armónicas son como cantos de sirena que arrastran al oyente hacia donde nos quiere llevar, a través de un camino que suena complejo en la construcción melódica pero que siempre llega a un final lógico. Vale la pena escucharle y escuchar cómo es capaz de crear simbiosis profundas con los otros solistas, ya sean los brillantes y jóvenes pianistas que le acompañan, como en el caso de los temas vocales. 

Disfruten de Alex Hitchcock en formato cuarteto en este "Simulacra"m donde compite con Noah Stoneman al piano en una carrera por momentos vertiginosa, sobre la tensión de un colchón rítmico formado por Ferg Ireland al bajo y Jason Brown a la batería. 


_________________________

RITMO PAN-EUROPEO

LÓPEZ & KADZIELA, Augmentation (Jazz Activist, 2017)

Carlos López es uno de los bateristas más modernos e interesantes del panorama nacional. Ex-alumno del European Jazz Master, ha recorrido los conservatorios de París, Copenhague, Amsterdam y Berlín y, al igual que en su anterior Letters From København de 2015, en el que ya estaban el polaco Maciej Kadziela y el pianista Xan Campos, nos presenta, bajo el nombre de López & Kadziela, un nuevo cuarteto pan-europeo que completa el bajista Johannes Vaht. 

En la mismo línea y grabado también en la capital danesa (más concretamente en la Royal Danish Academy of Music en octubre de 2016), Augmentation es una colección de temas de corte moderno donde podemos escuchar la confrontación entre dos personalidades distintas: la compleja fluidez del saxo alto de Kadziela y las tensiones rítmicas creadas por este batería tan intenso que es López. Dos músicos, uno gallego y otro polaco, que llevan varios años explorando sus propias fronteras y las de los escenarios de media Europa y que, en la grabación que tenemos en las manos dibujan una amalgama de colores musicales distintos donde podemos escuchar vestigios de folk del norte, groove inspirado en el rock, influencias del jazz europeo de la última década y a cuatro músicos de diferentes culturas tratando de construir un jazz global (o universal, si prefieren el término).

Foto: Antonio Porcar
Destacan temas intensos donde la batería manda, imbuyendo al grupo de una intensidad tremenda (qué vehemente Campos en "Buenos Aires", empujado por López), otros más introspectivos pero también llenos de momentos intensos (como "October" o "June") o más especulativos ("Augmentation"), donde ritmo y melodía (batería y saxo) se encuentran y se divorcian constantemente, y otros como "Konsternacja" donde el compositor (Kadziela) juega a engañar al oyente con un aparente esquema hardbop que se quiebra en excitantes experimentos rítmicos.

Los temas, todos originales, pertenecen la mitad a López y la mitad a Kadziela, salvo el último corte del disco, que está escrito por el contrabajista. Es la composición más breve del álbum, un tema titulado "Opop" donde Johannes Vaht desarrolla un vertiginoso y temprano solo que da paso a un tema alegre, vital, de ritmos que se rompen y reconstruyen, donde el piano y la batería juegan a desacoplarse y donde el saxo hace de elemento cohesionador en un final repentino.

__________
* Carlos López: www.carloslopez.info

* Jazz Activist Records: http://jazzactivist.com

LA BELLEZA DEL SILENCIO

Bugge Wesseltoft, Everybody Loves Angels (ACT, 2017)


Este otoño parece más primavera que nunca. Entre el calor, que en Andalucía aún se negaba a marcharse a principios de noviembre, y los discos que nos llegan, como el álbum de Pablo Báez grabado en escenarios naturales o el de Matrioska con su nu jazz inspirado en la playa, nos cuesta aceptar la realidad (winter is coming) porque la naturaleza está más cerca que nunca. Hoy volvemos a mirar al escenario natural escuchando extasiados el nuevo álbum conceptual de Bugge Wesseltoft, mientras ante nuestros ojos el campo brilla frío al sol que anuncia el solsticio y sus verdes y ocres nos observan en silencio.

El silencio, tan importante en la narrativa sonora del noruego Wesseltoft, preside la catedral de Lofoten donde se grabó el álbum a piano solo entre el 26 y 27 de febrero de 2017. En su particular acústica flota la música como los ángeles en el imaginario popular, con el toque de un pianista delicado que conoce el peso de las teclas. Everybody Loves Angels sigue la estela de un álbum muy anterior en el tiempo (1997) que se llamó It's snowing on my piano en el que Wesseltoft recreaba canciones "invernales" y de espíritu navideño con esa calma del invierno en el lejano Norte en la que uno escucha la música con el respeto con el que escucharía el verdadero silencio.


Fotografía de Asle Karstad
El noruego Bugge Wesseltoft es pianista y compositor, creó su propia discográfica (Jazzland Recordings) en 1997 y podemos verle, por ejemplo, en el documental de 2010 Icons Among Us: Jazz in Present Tense junto con Ravi Coltrane, Bill Frisell, Roy Hargrove, Medeski, Scofield, Martin & Wood..., una película sobre qué es y qué no es jazz, sobre el jazz presente y su visión desde América y Europa. Ejecuta un jazz ecléctico, nada condescendiente, que aún las tradiciones europeas y las americanas más avanzadas, heredero del jazz progresivo de los 70, de sus influencias en los músicos desetiquetados de este nuevo siglo y de los sonidos electrónicos. Para comprobarlo, vean su concierto en JazzBaltica 2015 o su colaboración con Laurent Garnier y comparen con la elocuente serenidad de este nuevo disco. Porque, a piano solo Wesseltoft se muestra personal e introvertido, sin efectismos ni ruidos, con la calma del invierno, con un don para emocionar rítmicamente sin hacer swing, al estilo de los músicos del Norte de Europa.

Su nuevo disco comienza con un tema tradicional llamado " Es sungen drei Engel" (algo así como "El sol es un ángel") donde nos presenta un jazz moderno, inspirado, calmo pero con una fuerza espiritual que hipnotiza.


Si en It's snowing on my piano la inspiración venía de temas navideños, una de las influencias más notables en este nuevo trabajo es la de grupos de rock de los 60-70 inspirados en el folk (ese folk-rock que soñaba con la Era de Acuario y conectaba espiritualmente con la Madre Naturaleza). En Everybody Loves Angels encontramos ensoñadoras versiones de Simon & Gartfunkel o Bob Dylan, pero también de Hendrix, The Beatles o The Rolling Stones ("Angie", esa maravillosa balada de rendición, de paz tras las lágrimas, que en su concepción original ya era lenta, lacónica, como una foto fija) junto con composiciones originales que conforman un conjunto homogéneo. 

Imagen del vídeo promocional

El concepto melódico y armónico de Wesseltoft, y su uso de la mano izquierda, hacen que el esuchante se olvide al momento de que estamos ante un disco de piano solo. Su digitación engancha por su fluidez dentro de la serenidad del álbum, tan alejado de su anterior y ecléctico New Conception of Jazz (Jazzland Recodings, 2016). El regreso del pianista a la soledad de las 88 teclas, al concepto acústico del jazz moderno, europeo, lindante con la Third Stream como y con la música tradicional y sincera es motivo de celebración. 

Ahí les dejo esta recomendación como regalo de Navidad.


EL JAZZ ES UN COMPLICADO MANDALA

Carlos López, Mandala (Jazz Activist, 2016)

Como ya hizo en su anterior Letters From København (2014), el baterista y compositor gallego Carlos López reúne en un solo disco a un buen puñado de jóvenes y sólidos músicos, 11 en total, procedentes de las escenas musicales de Berlín y Amsterdam. Dos ciudades, dos combos distintos con las composiciones de López como factor de cohesión y una única propuesta basada en una singular síntesis de la tradición jazzística (libre y moderna) europea y anunciadora de las lìneas por las que la música improvisada va a moverse en los próximos años. 

Es su quinto álbum y Carlos López sigue haciendo un poderoso y sugestivo ejercicio de fusión sin límites, en su línea, con composiciones muy personales, muy narrativas, en la que el oído se deja llevar por las progresiones armónicas, por una intensidad que no rompen ni las asonancias ni la libertad de expresión de los músicos (¡cómo esto eleva a drama el tema "Yuyu"!), una complicada telaraña de la que los músicos salen ilesos y cargados de gloria.

Hay que mirar los créditos del disco para distinguir los combos, tal es la uniformidad conseguida en la grabación, por lo que destacar a alguno es un riesgo de obviar a otros (y de errar en los nombres). Nos ha llamado la atención especialmente el contraste entre las improvisaciones cercanas al rock de Virxilio Da Silva a la guitarra eléctrica mientras que el teclado de Xavi Torres mira hacia el blues con un swing contenido pero que nos recuerda que estamos escuchando jazz. Esto ocurre en el tema que abre el disco ("Red Sunset") y ya es un buen augurio. Continúa el álbum con "Mandala", una composición inquieta y compleja que reúne esos aspectos modernos y primitivos (a la vez) de aquellos jazzmen que primero se atrevieron a fusionar la raíz africana del jazz con los nacientes sonidos electrónicos. 
 
Críptica imagen de Carlos López que da la bienvenida a su web

Sin querer analizar tema por tema, habría muchos momentos interesantes que destacar, como la gozosa intervención de la trompeta baja (Alistair Duncan) en "The One" o el complejo y bárbaro solo de piano de Yuriy Seredin en "Esperando a Lúa" o el de contrabajo (Marzo Zenini) en "The Great Lie" , sin obviar "Where's This Guy?", donde se puede escuchar de nuevo aquel ejercicio de jazz conversacional que tanto nos gustó en Letters From København, momentos de gran intensidad en los que la batería apoya al piano en su solo proporcionándole una fuerza extraordinaria y ambos instrumentos de percusión parecen hacerse uno solo.

Los combos:

Grabado en el Berlin Jazz Institute  /  Grabado en el Amsterdam Conservatory
Sanne Huijbregts voz Sanne Huijbregts 
Regis 'KinRe' Molina saxo alto  /  Virxilio Da Silva guitarra eléctrica
Sampo Kasurinen saxo tenor Fernando Sánchez
Alistair Duncan trompeta baja  /  Xan Campos piano y Rhodes
Yuriy Seredin piano Xavi Torres
Matt Adomeit contrabajo Marco Zenini
Carlos López batería Carlos López

A modo de ilustración, aquí les dejo un vídeo. Después de la intro, pueden escuchar un tema intenso y enmarañado como un mandala: "Decadence @ Charlottengurb Palace", grabado hace un mes en Jazz Filloa con Sanne Huijbregts (voz), Virxilio Da Silva (guitarra), Xavi Torres (piano) y Joel Illerhag (contrabajo) y, por supuesto, Carlos López (batería).


http://jazzeseruido.blogspot.com.es/p/relatos-de-jazz_28.html

UN DÍA VOLVERÉ

París como exilio predilecto

París y el jazz, un binomio inquebrantable. Nadie duda que, si hay un epicentro creativo en el jazz en Europa, ése es París. Durante las décadas (especialmente) de los 50 y 60, todos los músicos americanos que salían de su país se instalaban en París. La especial receptividad del público francés, la abundancia de clubes ya existentes en la orilla izquierda del Sena y la relajación moral, muy diferente a la impuesta por las políticas de McCarthy en los USA, impulsaron a muchos músicos a cambiar de aires e instalarse allí.









Hubo otras muchas razones, por supuesto, como la acumulación de antecedentes penales por el tema de las drogas o la radicalización de ciertas posturas racistas norteamericanas, que coincidieron con una mayor concienciación de los colectivos negros por sus derechos civiles. De esto último trata, en cierto sentido, Un día volveré (originalmente titulada Paris Blues y dirigida por Martin Ritt en 1961). Un músico negro (Sidney Poitier) que vive afincado en París, donde toca en un club de jazz en el que goza de cierto pretigio, conoce a una turista americana, también de color (una jovencísima Diahann Carroll) de la que se enamora. Ella lo pone entre la espada y la pared, o entre el jazz de París y el regreso a Estados Unidos, convencida de que su deber es no huir sino luchar in situ por los derechos civiles de los negros.


Desde el punto de vista cinematográfico, la película es una floja historia de amor, y sólo Joanne Woodward es capaz de crear un personaje fuerte y con carácter. Sin embargo, desde el punto jazzístico, Paris Blues acumula méritos para ser una cinta de culto entre los aficionados. Por un lado, está la fabulosa banda sonora de Duke Ellington, que acompaña cada momento de la película y creo que es, junto con Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959), su mejor composición para el cine (¡"Mood Indigo"). Por otro lado, está Louis Armstrong interpretando a Wild Man Moore, un trompetista de gira con su orquesta por Europa. De las dos breves apariciones de Satchmo en la película, la segunda, cuando irrumpe con su banda en el club donde tocan los protagonistas, desafiando uno por uno a todos los músicos de la banda, es fabulosa. Él toca, su trompeta señala y desafía a cada uno de los músicos, y éstos responden como en las mejores jams. Un momento jazzístico glorioso que podéis ver en este video:




También hay muchos otros ingredientes: el escenario, un club subterráneo de la orilla izquierda, con un público entregado y heterógeneo, muy auténtico; el músico interpretado por Serge Reggiani, que se debate entre la droga y sobrevivir por la música, nos devuelve la imagen de tantos músicos de jazz de la época; el bajista del combo es Guy Pederson y el pianista es Aaron Bridgers, quien fue pareja de Billy Strayhorn, a quien abandonó para exiliarse a París huyendo de la homofobia que inundaba América en 1947; el repertorio que toca el combo en la película (Mood Indigo, In a Sentimental Mood...) es imprescindible...


Muchas veces, las razones de un exilio no radican simplemente en de dónde se huye sino a dónde se elige llegar. París es, desde el siglo XIX, un referente del arte, un imán que atrae y revoluciona a los artistas que eligen instalarse allí. En el XIX fue la pintura, en el XX el jazz. ¿Fueron los músicos americanos quienes trajeron el genio a París o fueron ellos quienes recibieron su magia? Funcione en la dirección que funcione, París y jazz conforman un tándem increíble. La llegada de músicos de todo el mundo no ha cesado. París espera siempre. Los clubs, también. Llevo años diciéndolo. Un día volveré.

MAYBE IN OTHER LIFE

Un nuevo cóctel llamado Organic Collective

Después de la entrada anterior acerca del órgano Hammond, mi subconsciente estaba inquieto. Echaba de menos algunos músicos que se me quedaron en el aire. Sin embargo, no era una cuestión de hacer un ensayo exhaustivo ni enciclopédico. Un vistazo a la discoteca me dejó constancia de que el órgano es el instrumento más popular en el jazz ni el más fácil de dominar. Predomina más en los grupos que hacen fusión y en los de rhythm & blues.

Volvió a mi mente Mauri Sanchís, a punto de sacar un nuevo disco, esta vez con composiciones vocales (se estrena como letrista) y con espectaculares colaboraciones. También Innersound Trio, el combo onubense del que hablábamos hace unas semanas, y un grupo con un sonido menos contundente y más soul: Organic Collective.

Organic Collective es un trío gallego (¡otra vez Galicia!) formado por el guitarrista Marcos Pin, que acaba de editar también como líder; Carlos López en la batería y Juan Galiardo en el órgano Hammond. En su primer disco como grupo, Maybe in other life (Audia, 2008) encontramos un jazz con toques de funky, soul, blues y fusión, mezclados sin excesos. Marcos Pin funciona como líder, ya que es el compositor de 7 de los 9 temas del disco. Él es quien pone el toque funky y casi toda la improvisación en los temas, sin mucho margen solista para el Hammond ni para la batería. Sólo cede un algo de protagonismo al saxo invitado en dos de los temas, Pablo Castaño. Afortunadamente, Pin es un improvisador nato, ama a su guitarra y le hace el amor (oigan cómo llega a gemir en Neo and Bach) a lo largo de cada tema generando estructuras libres que le permiten tocar a sus anchas sin aburrir ni un instante.

El resultado es un soul jazz moderado, con buenos momentos y el toque justo de funky, quizás no con unas grandes composiciones pero sí con músicos inspirados que ganan más y más con cada escucha, aunque yo les pediría un tanto por ciento extra de improvisación... y algún solo más del Hammond.
____________
Los solistas de Organic Collective:
* Web de Marcos Pin.
* Juan Galiardo en myspace.
* Carlos López en myspace.

MATCH BALL

El arte del trío según Borja Cao

El piano arranca con unas notas clásicas. Trae reminiscencias de Chopin y de Falla, pero la síncopa anuncia un trasfondo invisible que comienza a traslucirse cuando bajo y percusión surgen de la nada para arrastrar la melodía hacia el lugar que le corresponde: el jazz. El ritmo explota. El bajo rebosa swing. Los platillos sisean. Los americanos llamaban high hat a estos platillos gemelos sobre una varilla. Entonces, la melodía estalla. Es fluida y compacta, ideal. Después del chorus, el piano desaparece. El contrabajo se aferra a un solo clásico sin abusar del tiempo que le dan. El piano nos devuelve al chorus con unos momentos de improvisación (también) sin estridencias, enmarcado en la melodía, que no se rompe en ningún momento ni con exageraciones ni con excentricidades. Si alguien da la nota aquí es la conjunción de los instrumentos que forman el trío.

Parece que estuviéramos escuchando a Bill Evans pero es Borja Cao con su trío: Juan Cañada al contrabajo y Max Gómez a la batería. Odio las comparaciones, pero no he encontrado otra forma de describir esta forma casi “académica” de crear una melodía para trío de piano. Se llama El cielo puede esperar y es, sin duda, el mejor tema de su álbum Match ball (Audia, 2009).

Borja Cao es profesor de solfeo, pedagogía musical y música de cámara, y trabaja como profesor de piano en el Conservatorio Profesional de Música de Santiago de Compostela. Esto explica su dominio de la técnica y su vena clasicista a la hora de componer. ¿Qué explica la pasión con que arranca esas notas del piano? Borja Cao es un jazzman con la capacidad de brillar desde lo íntimo, como Evans (perdonen de nuevo la comparación), destinado a sorprender con la sensibilidad de sus teclas sin sobornarnos con parafernalias, esto es, construyendo música con la desnudez del trío, una de las formas más difíciles de triunfar, pero más gozosas para el espíritu de los que amamos el jazz.


Olvidaba reseñar que Match ball es su primera incursión grabada en el mundo del jazz. Adivino que el título, terminología deportiva, alude más a un desafío intelectual que físico, ya que los temas han sido grabados en vivo en el Teatro Principal de Compostela el 5 de mayo de 2009, un viejo subterfugio para abaratar la producción de un disco que, sin embargo, entraña los riesgos del directo y, a la vez, nos devuelve el sabor del jazz visceral, que la tecnología suele negarnos. Para muestra de esto, el último tema: Siéntelo, una prudente explosión de técnica de trío.

Si alguien se atreve a hacerse con el disco, encontrará baladas magistrales como House party y montañas rusas técnicamente perfectas como Xogo bonito (otra alusión deportiva) y hallará también otro ejemplo más de la avalancha de músicos gallegos que están irrumpiendo en el panorama del jazz made in Spain y que podemos sumar a figuras establecidas como Paco Charlín, Abe Rabadé o Pepe Evangelista, y a otros músicos jóvenes gallegos que estoy descubriendo. Mi próximo objetivo es encontrar tiempo para escribir sobre algunos que me han sorprendido enormemente.
___________
* Visita la página web de Borja Cao.

JAZZ EN PUNTA

XVIII Festival de Jazz de Punta Umbría

En otras convocatorias, ha contado con las memorables actuaciones de Missing Stompers, Carita Boronska, Jorge Pardo, Chano Domínguez, Antonio Mesa, Antonio Esperón, Bob Sands... Suele incluir cine y exposiciones.

¿Lo peor? Poca, poquísima información en la red sobre el festival, algo que debería mejorarse si lo que se pretende es que alcance algún día el status de popular.

Hasta donde llega nuestro conocimiento, ésta es la programación:



Día 4 de septiembre:

  • Big Band de la Escuela Municipal de Música de Punta Umbría
  • Cordelia

Día 5 de septiembre:

  • The Cherry Boopers
Los conciertos en el Teatro del Mar, 23.30. Las entradas, a 5€.

JAZZ vol. 3

Músicos, a la palestra

Debería bastar con citar que el Conservatorio Superior de Música de La Coruña tiene una Departamento de Jazz para explicar por qué Galicia viene siendo un magnífico semillero de músicos de jazz. Nombremos a pianistas como Iago Mejuto o Abe Rabadé, consagrados, bajistas versátiles como Paco Charlín, el guitarrista Pepe Evangelista o la percusionista Lucía Martínez, de quien ya hemos hablado aquí.

De esta especialidad del conservatorio acaba de aparecer un CD titulado Jazz volume III, grabado en La Coruña el 17 de abril de 2009, con un quinteto formado por Ricardo Costa (trompeta, fiscorno), José Manuel Rodríguez (saxo tenor), Jacobo de Miguel (piano), Gustavo Hernán (contrabajo) y Miguel Queixas (batería).

Todos los músicos son alumnos del Conservatorio, estatus que explicaría que, por encima de la brillante calidad de la grabación, en las versiones se prodigue más un clasicismo calcado de los intérpretes originales de los temas grabados que las improvisaciones y aportes personales de los músicos actuales, que los hay, pero menos. Esto, que podría ser un defecto más que una virtud, dice mucho de la altura de la grabación. Dejemos la improvisación para los directos.

Con todo, este disco que debería ser un trampolín para pasar de la escuela al CD, nos muestra un repertorio enorme y maduro, que comienza con Milestones de Miles Davis, con esa alegría contagiosa de la batería en 4/4 con Miguel Queixas como un Philly Joe Jones redivivo y los continuos juegos de tensión/distensión del ritmo de la composición de Miles, que la sección rítmica (piano, batería y el impecable contrabajo) lleva aquí casi al extremo. Entre temas de Coltrane (Moments notice) y Hancock (Maiden voyage) hay composiciones originales: Con tacto, del pianista y organista Iago Mouriño, una balada por y para piano; Hojas multitaladro, extraño título para un tema con un aire hard bop delicioso, compuesto por Jacobo de Miguel; y Punto de cruz, de Ricardo Costa, muy clásica. Para terminar, el quinteto aborda sin complejos Take five, el tema de Dave Brubeck Quartet, con su seductor riff de saxo en 5/4 (de ahí el título). Aquí, en formato de quinteto marca, además, un solo de trompeta y unos cambios de tempo que apuntan originalidad.

Resumiendo, mucho swing y un sonido limpio y excitante. Otro descubrimiento. Confiemos en ver a estos músicos dentro de poco liderando sus propios combos...

_________________
(*) La foto es de César Quian, y la he sacado de La Voz de Galicia.