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AH, ESE SONIDO CLÁSICO...

JORGE ROSSY & MICHAEL KANAN, Red on Maroon 
(Underpool, 2025)

Siempre me ha preocupado escuchar juntos el vibráfono y el piano. Bajo mi percepción, son dos instrumentos de percusión armónicos cuyos lenguajes y tímbricas se acercan demasiado. Es cierto que la Historia del Jazz está llena de diálogos entre vibráfono y piano, y son gloriosos en su mayoría, como estos que aparecen en el álbum Red on Marron, firmado por el pianista Michael Kanan y el enorme Jorge Rossy, pianista, percusionista y aquí vibrafonista.

Descubrimos en este álbum a Michael Kanan, un pianista bostoniano que comenzó a tocar jazz con 10 años y que arrastra una carrera longeva y heterogénea. Como solista, ha dirigido su trío desde los años noventa, y ha tocado y grabado con Mark Turner, Kurt Rosenwinkel, Jimmy Scott y Jane Monheit. 

Jorge Rossy (percusionista, pianista, trompetista...y sidemen reclamado por los mejores músicos de la actualidad) tocó por primera vez con Kanan en 1989 y, desde entonces, les une una complicidad que confluye en este álbum "a solas" donde explotan el sonido de sus instrumentos con la sabiduría de la experiencia y con la pasión del trabajo de toda una vida. 

Lo más apasionante del disco es que han escogido solo un tema original (compuesto por Kanan, el que da nombre al álbum) y un repertorio clásico del American Songbook, temas que habrán tocado mil veces y que aquí funcionan con un interplay lleno de naturalidad. Sonidos clásicos en músicos modernos. Kanan, que tiene un cierto poder bop que me recuerda a Tristano (aunque menos salvaje) escribe en las notas del disco: "Esta grabación es el resultado de una conversación musical que dura ya 35 años. [...] Aunque a menudo hemos tomado caminos musicales distintos, a lo largo de los años hemos sido capaces de reunirnos para encontrar un lugar común y hacer que la conversación continuara fluyendo". También afirma que este proyecto a dúo, largamente madurado, entró en el estudio sin ensayos, solo con una lista de canciones que ambos adoran, consultando, siempre que era posible, las partituras originales.

El resultado es esta colección de temas llenos de sentimiento y complicidad, donde dos músicos modernos pero experimentados aúnan ética y estética. Estética que busca la perfección y la conexión con lo tradicional, y ética de un jazz sincero y hecho con esa simbiosis de técnica y alma que hace que el jazz conecte con el oyente. Muy recomendable.

EL FUTURO ESTÁ EN LA TRADICIÓN

LINUS EPPINGER, Leaning In (Fresh Sound, 2022)

En la discográfica Fresh Sound New Talent hay de todo, claro, pero siempre se ha caracterizado por lanzar estrellas del jazz de la nada (Brad Mehldau, Kurt Rosenwinkel, Robert Glasper, Avishai Cohen...) y el guitarrista que escuchamos hoy promete convertirse en una estrella por sus chispeantes punteos y su forma de jugar con las frases y la melodía, buscando siempre la sorpresa, algo que últimamente solo encontrábamos en los clásicos, volviendo la vista atrás para disfrutar de cosas así, y tenía que ser oyendo a Pat Martino, a Kenny Burrell... hasta que hemos pinchado el disco de debut de Linus Eppinger, una mezcla de temas originales y standards que no decepcionará a nadie.

Foto: Katie Edwards
Lines Eppinger es un guitarrista nacido en Los Angeles que creció en Alemania y actualmente vive en Amsterdam, una de las capitales europeas de la música, especialmente por el interés de sus conservatorios, a donde "peregrinan" músicos de todos los países. Esta influencia europea se mezcla con la tradición de los grandes guitarristas americanos en la manera de tocar de Eppinger. Su estilo es elegante, relajado en el sentido de que no abusa de los tiempos vertiginosos, pero siempre juguetón, muy creativo y lleno de recursos, concepto que está muy alejado de lo que se esperaría de un músico de conservatorio. Porque Linus Eppinger es un músico de jazz en alma y en técnica. Entre sus profesores se encuentran Peter Bernstein y Julian Lage. 

Si uno busca tradición renovada y con un sonido fluido y lleno de influencias, Leaning In es su disco. También hay que decir que el colchón rítmico que le acompaña es perfecto, limpio, con un groove seductor (como debe ser) que arrastra al oyente por todos los temas y convierte a la guitarra en protagonista. Bueno, a la guitarra y al piano, porque el joven pianista Nicolai Daneck, de quien no sabíamos nada hasta ahora, tiene unos solos fabulosos donde aúna melodía y ritmo con una sutileza fantástica. También suena sutil y cálido en los acompañamientos, como el resto de la sección rítmica, encabezada por el sólido sonido de Jorge Rossy, tan reconocido internacionalmente que resulta omnipresente (le hemos escuchado con Brad Meldau, Kurt Rosenwinkle, Wayne Shorter, Miguel Zenón...). Por último, el contrabajo está en manos del berlinés Doug Weiss, un músico que viene de Nueva York. Su solo en el primer tema ("Chippin' With Bill") explica muy bien por qué está en este álbum. 

Este tema que abre el álbum lo hace de la forma clásica, presentando a toda la banda con sus respectivos solos, otro ejemplo más de cómo hacer bien un disco para que suene a clásico y complazca a todos los aficionados. Como dice la nota de prensa, para los preocupados por saber a dónde se dirige el jazz actual, con Linus Eppinger, el futuro está en buenas manos.

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EL PUNTO DE VISTA DEL CONTRABAJO

MARTÍN LEITON, Desde a Bajo (Underpool, 2021)

Quizás por su versatilidad o por su lenguaje en los solos, el contrabajista Martín Leiton está muy solicitado últimamente. Su tercer disco como líder, Desde a Bajo, concita tradición e innovación en un "pequeño" repertorio de 7 temas de composición propia más un estándar, But Beautiful (J. Van Heusen/J. Burke). Un disco lleno de dinamismo donde las ideas fluyen de principio a fin y donde el ritmo manda, por supuesto.


El disco arranca con un groove imparable del contrabajo, dirigiendo, mientras el piano marca acordes acompañando, anunciando la melodía que rompe en el saxo. La batería acelera sin estruendo, muy de fondo. El jazz fluye como le gustaría a todo aficionado que fluyeran todos los discos de jazz. De ahora o de hace sesenta años. ¿Qué más da si los pies se mueven? El solo de piano es rebelde, lleno de síncopas y frases a medias, progresiones de acordes, el saxo entra de nuevo y el que escucha no sabe ya en qué siglo está. Por supuesto, el tema termina con un juego de llamada y respuesta en el que la batería discute con todos (y con muy buenos argumentos).


Los musicazos que forman este cuarteto son, además del contrabajista Leiton, el pianista Toni Saigi, el saxofonista Santi de la Rubia, uno de los exponentes más sobresalientes del tenor en el panorama español actual, y el también omnipresente Jorge Rossy


Como señalé más arriba, el repertorio contiene siete temas originales de Martín Leiton. Además de la introducción perfecta que es "Rains every Day", podemos escuchar "Gran Karma", que comienza con un solo de contrabajo y está lleno de cambios, escalas y juegos en los que participa todo el cuarteto; "Maletas", un tema muy clásico con buenos solos; "Ollie's" es también un tema lleno de swing y blues, muy rítmico y donde la sección de ritmo no está solo al servicio de un Santi de la Rubia brillante sino que volvemos a escuchar solos y más solos, todos sin un segundo de desperdicio... Para terminar, Leiton ha elegido una balada, quizás porque necesitábamos que redujera la sobredosis de ritmo y porque aquí, en un tempo más sosegado, la tímbrica y la expresividad de los solistas queda más patente. Hay que escucharlo.

Para quienes no hayan tenido el placer, Martín Leiton es un músico canario que comenzó de manera autodidacta y ha llegado a convertirse en profesor del Taller de Músics. Ha desarrollado toda su carrera dentro del jazz y el folclore latinoamericano. Antes de Desde a Bajo, ha publicado dos discos como líder: Medium (96k music, 2011) y Poetry of Sound (Underpool, 2015) y uno como director y arreglista (Martín Leiton Big Band, Inevitable, Fresh Sounds, 2018), pero en este cuarteto parece encontrar una libertad y una expresividad inusuales y, por qué no decirlo, necesitábamos este disco para disfrutar de su magia en casa. 



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UN GRAN BOLERO COLECTIVO

VARIOS, Esto sí se llama querer (Underpool, 2021)

Si algo caracteriza al sello Underpool es la edición de discos únicos, y este lo es. Nada menos que un disco de boleros. ¿Un disco de boleros en un sello de vanguardia? Esto sí se llama querer reúne en doce temas a doce cantantes y doce arreglistas que convierten cada bolero en una pieza única, siempre mirando hacia adelante, hacia la originalidad, una manera subversiva de unir pasado y futuro para celebrar los primeros 50 discos de Underpool.

Producido por Sergi Felipe y Alfred Artigas, el disco ha sido grabado y mezclado en el Estudio UnderPool a excepción de dos de sus temas que han sido grabados en la isla de Cuba, y la masterización, que la ha hecho Eivind Opsvik en los estudios GreeWood de Nueva York. 

Pero lo más interesante del álbum es la selección de artistas. Nada menos que 60 músicos y cantantes (divididos en pequeñas formaciones) han participado en la grabación. La lista está más abajo. Esta sesentena de artistas pertenece, la mayoría, a la boyante escena jazzística de Barcelona y hemos hablado de muchos de ellos en más de una ocasión (Roger Mas, Marcel·lí Bayer, Sergi Felipe, Jorge Rossy, Ester Quevedo... La lista es espectacular) y consiguen, con su juventud y su personalidad, dar un carácter nuevo a cada bolero. 

Yadira Ferrer y Roger Mas


Puede parecer a la primera escucha que hay más innovación en los arreglos que en los cantantes, pero bien escuchados, las voces que cantan estos boleros tienen armonías (y algunas un color) tan retro que el contraste resulta rompedor. Desde el primer tema, donde las voces de Martin Leiton y Lucía Fumero hacen armonías con una sensibilidad clásica y esta última pone la nota latina al piano, y Dídac Ruiz utiliza percusiones africanas, se percibe un respeto enorme por las obras originales. Incluso cuando los arreglos son más arriesgados, como el impresionismo de Néstor Giménez en "Encadenados", que consigue una dosis enorme de dramatismo jugando con cuerdas y vientos; temas más cercanos a la balada bop como "Te me olvides" (arreglado por Ester Quevedo) o el cuarteto de piano y guitarra de Roger Mas en "Duele", que contrasta con la voz profunda de Yadira Ferrer; el tema a capella de Marbis Manzanet y Jaume Llombart con Roly Berrio; el dúo de voz y piano de Silvia Pérez Cruz y Alfred Artigas...

Esto sí se llama querer se edita en CD y doble vinilo en edición limitada, para celebrar no solo los primeros 8 años de esta discográfica valiente que nació del crisol de la ESMUC sino lo especial de este álbum al que sus productores llaman bolero colectivo. y que resulta un collage bastante preciso de lo que es la escena jazzística de Barcelona. 



Los músicos y cantantes (en el orden que aparecen en la web) del disco son: Adrià Plana, guitarra; Alba Careta, trompeta; Àlex Cassanyes, arreglos; Alfred Artigas, guitarra voz y arreglos; Àlvar Monfort, trompeta; Ana Fernández, violín; Anna Llorens, cello; Armando Osuna Gradaille “Mandy”, conga, bongo y cubo de lata; Cándido Rodríguez, trompeta; Carme Canela, voz; Dani Pérez Amboage, guitarra; David Mengual, contrabajo; David Xirgu, batería; Dídac Ruíz, bougarabous, cítara y percusiones; Ester Quevedo, piano y arreglos; Eudald Payés, trompeta; Eva Fernádez, voz; Eva Monroy, violín; Fernando Brox, flauta; Gabriel Amargant, clarinete y saxo alto; Irene Reig, saxo alto; Jaume Llombart, guitarra, voz y arreglos; Javier Galiana, arreglos; Joan Mar Sauqué, trompeta; Joan Moll, batería; Jordi Guasp, trompa; Jordi Matas, guitarra y arreglos; Jorge Retuerta, viola; Jorge Rossy, vibráfono ; Juan Carlos Piñol, voz; Juan Pablo Balcázar, contrabajo; Laia Cagigal, voz; Laura Pacios, violín; Lluc Casares, clarinetes; Lluís Vidal, piano y arreglos; Lucía Fumero, voz, piano y arreglos; Marbis Manzanet, voz; Marc Ayza, batería; Marc Cuevas, contrabajo; Marcel·lí Bayer, clarinete bajo; Marta Roma, violonchelo; Martín Leiton, voz, guitarra, contrabajo y arreglos; Mayte Alguacil, voz; Miguel Villar ‘Pintxo’, saxos; Néstor Giménez, piano y arreglos; Noè Escolà, saxo barítono; Oriol Roca, batería; Pablo Gómez, conga; Pablo Selnik, flauta; Pau Lligades, contrabajo; Pau Sala, bajo; Pedro Campos, contrabajo; Rita Payés, voz y trombón; Roger Mas, piano y arreglos; Roly Berrío, voz; Rosa Garcías, flauta; Rubén Fernández, voz; Santi Colomer, batería; Sergi Felipe, flauta; Sílvia Pérez Cruz, voz y arreglos; Toni Vaquer, arreglos; Vicent Pérez, trombón; Víctor Carrascosa, trompeta; Yadira Ferrer, voz.

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ESE SONIDO CÁLIDO DEL ALTO

SAM BRAYSHER TRIO, Dance Little Lady, Dance Little Man 
(UNIT Records, 2021)

Para nuestra sorpresa, Sam Braysher no es solo un joven saxofonista con ideas, también es el afortunado poseedor de un sonido cálido y flexible que dota a los temas de una voz más cercana al sentimiento que a la intelectualidad. Formado en la Guildhall School of Music and Drama de Londres, donde se graduó con honores, lleva años en los escenarios de Londres tocando el saxo alto (y también el clarinete) haciendo hot jazz, cotemporáneo, clásico, swing... con músicos como Elaine Delmar, John Warren’s Nonet, London Jazz Orchestra, London City Big Band... y ha obtenido algunos premios, como el UK Jazz Radio Young Performers’ Award. Debutó con un álbum titulado Golden Earrings (Fresh Sound New Talent, 2017), grabado a dúo con el pianista americano Michael Kanan

Otra de las formaciones en las que ha tocado Sam Braysher es REBOP, un quinteto internacional donde ha coincidido con Jorge Rossy, que aparece en este álbum como percusionista. Braysher declara en las notas del disco que escuchaba y admiraba a Rossy a través de los discos de Brad Mehldau. Como últimamente Jorge Rossy está tan solicitado que aparece cada semana en alguna de nuestras reseñas (Miguel Zenón, Storione-Rossy-Schürmann), no es necesario explicar la calidad rítmica que aporta. Aquí no solo lo escuchamos a la batería sino también en el vibráfono ("Some Other Spring") y la marimba ("This Nearly Was Mine"). El otro componente de la sección rítmica es Tom Farmer, un contrabajista también muy joven y con un sonido nítido y muy rítmico, clásico y potente. Los dos son la base perfecta para que Braysher pueda expresarse con toda la libertad y el espacio que necesite. Los temas están muy bien llevados y son amenos, de manera que los 45 minutos del álbum vuelan y dejan ganas de escucharlo de nuevo.

Fiel a su propia filosofía, Sam Braysher ha escogido un repertorio de clásicos (más un tema original) que huye de lo habitual. No es algo normal en músicos jóvenes pero él intenta explorar piezas del American Songbook no demasiado interpretadas. Desde el tema que abre el álbum ("For Regular Only" de Dexter Gordon), el oyente percibe un placer en el desafío. Adapta temas interpretados por tenores y los transporta al saxo alto. Sí, al revés sería más complicado, pero lo que hace Braysher también es arriesgado. Lo hace también con "Body and Soul", un tema que con Dexter Gordon alcanzó un nivel inolvidable, y "reta" a Stan Getz con una versión acelerada y fresca de "One Note Samba". Aparte de esto, encontramos versiones de los Gershwin, de Rodgers & Hammerstein... y un tema Disney ("Reflections"), convertido aqui en una lacónica, expresiva y breve balada. 

Dance Little Lady, Dance Little Man, grabado los días 14 y 15 de mayo de 2019 a unos pocos kilómetros de Barcelona, en Bon Repòs (Begues) se publica el próximo 22 de abril distribuido por la alemana Unit Records. 


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* Web: sambraysher.com

ORIGINAL STANDARDS

STORIONE-ROSSY-SCHÜRMANN, 
This Time The Dream's On Us (TCB Records, 2021)

Estamos escuchando el potente álbum del trío formado por el pianista de Basilea Yuri Storione, el contrabajista también suizo Dominik Schürmann y el barcelonés Jorge Rossy a la batería, una formación clásica de trío con ideas modernas que expone en este álbum una colección de temas originales que suenan a standard. Bebop sin estridencias, muy bien construido, que ofrece la posibilidad de disfrutar de un sonido clásico que suena a nuevo.

A sus 27 años, Yuri Storione destila amor por lo clásico pero su estilo sofisticado y su fraseo brillante denotan una gran formación académica y una sensibilidad moderna. Formado en la música clásica desde los 4 años, Storione ha tocado en festivales de jazz desde Andalucía hasta Dinamarca, acompañado siempre de músicos con un perfil moderno y avanzado (Larry Grenedier, Jeff Ballard, Mark Turner, Perico Sambeat, Esen Aydin...) configurando un estilo que no defrauda en ningún momento. Su forma de expresar las melodías y sus progresiones armónicas producen un jazz rico en contrastes, lleno de momentos. 


Publicado por la discográfica TCB de Montreux, el álbum contiene solo dos standards reales. Son "Ruby My Dear" de Monk, que suena aquí lento y dulce, también apasionado, mucho más fluido sin las síncopas monkianas, igualmente conmovedor, y el tema de Harold Arlen (al que luego puso letra Johnny Mercer) "This Time The Dream's on Us", que da título al álbum. El resto de los temas que componen el disco, compuestos cuatro por Storione, cuatro por Schürmann y dos por ambos, podrían pasar igualmente por piezas del American Songbook para un oyente despistado y, para uno atento, son una delicia realmente intemporal. Jugando con las palabras, como en el titular, han fabricado nueve nuevos standards inspirados en la tradición pero con una sensibilidad moderna y avanzada, muy europea.

Tanto en baladas, donde el piano parece cantar ("Violeta"), a veces a dúo con el contrabajo ("Ms. G.R."), como en otros donde hace suyas las estructuras ajenas ("Viva Bud Powell!") o se deja llevar por la síncopa ("Holding Line"), el sonido de Storione marca una personalidad fuerte, llena de swing y expresividad. El espacio que los temas ofrecen al trío es suficiente para apreciar que la sección rítmica se mueve en la misma línea.  



YURI STORIONE, 
Where Do We Start-Live at Bird's Eye (Sedajazz, 2019)

Si This Time The Dream's on Us sorprende al ser un tercer álbum muy maduro para un pianista de 27 años, no podemos dejar de recomendar la escucha de Where Do We Start (Live At Bird's Eye), el álbum que le precede en la discografía de Yuri Storione como líder. Publicado dos años antes por Sedajazz Records, merece la pena escucharlo para entender a este pianista más allá del trío, ya que en este disco suma un saxo (nada menos que Perico Sambeat). 

Grabado en el mismo Bird's Eye Jazz Club donde se grabó el álbum de Miguel Zenón del que hablamos hace una semana, en este álbum los temas son más largos, amparados en la libertad del directo. Basta escuchar el que abre el disco (un tema lento con un lejano aire de bolero titulado "Oblivion") donde muestra ya una versatilidad que va de la sutileza a la expresividad más patente, o "Málaga", también compuesto por Storione (todos los temas son suyos salvo "Un Poco Loco" de Bud Powell) donde juega con el ritmo constantemente. 

Según manifiesta en las notas del disco, Perico Sambeat era ya una influencia para él. Con Perico al lado, tiene que jugar un papel de acompañante más a menudo, fusionándose con la sección rítmica, dialogando a veces, siempre presente. 

Aparte de Sambeat y Storione, el cuarteto está formado por Stephan Kurmann al contrabajo y Marton Juhasz a la batería. Hay una grabación en vídeo de algunos de los temas de este álbum en un bolo en el valenciano Jimmy Glass, también con Perico Sambeat pero con otra sección rítmica. Este que suena es "E Waltz".


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UN TROMPETISTA ENTRE AMIGOS

VORO GARCÍA, Roommates (Jazz Activist, 2016)

"Begues Blues" es el tema con el que comienza en álbum Roommates del valenciano Voro García y Begues también es el topónimo llobregatense de uno de los lugares donde los músicos del disco han sido compañeros de habitación ("room mates"). El otro es Boston. Y esa estética norteamericana, urbana, que ya se aprecia en la portada del álbum, fluye en cada uno de sus temas de una manera elegante y contagiosa.


Voro García publicó Roommates en 2016, después de su celebrado homenaje a Woody Shaw junto a Toni Belenguer (Reality Shaw, editado por Sedajazz en 2015), pero fue grabado mucho antes, en 2011, en Barcelona, con un quinteto de esos que uno pediría que durara siempre: Leo Genovese al piano, Enrique Oliver en el saxo tenor, Dee Jay Foster al contrabajo y Jorge Rossy a la batería, músicos amigos y radicados en España pero con muchos festivales internacionales a sus espaldas, un combo que va más allá de la compenetración y de la comunicación orgánica propia de los grupos de jazz, un jazz que fluye aquí con fuerza y personalidad, con un repertorio de temas originales compuestos por todos los miembros del grupo de manera individual.

El álbum se abre con un hardbop de estética moderna compuesto por Voro García, autor también de otros temas más introspectivos como la balada "Habitació d'Aigua" (donde se muestra tan expresivo como lacónico) o más heterodoxos como la bossa "Borero". Otro tema de inspiración latina ("Kalipso", compuesto por Jorge Rossy) nos trae recuerdos de Sonny Rollins en las intervenciones del tándem García/Oliver y, sobre todo, en los solos del tenor. 

El disco es homogéneo en su estilo pero no en estilos. En "Adelphi's Nest", compuesto por Oliver, acompañado de una manera sutil y muy cinematográfica por el piano de Genovese, García hace poesía en sus fraseos ofreciendo un contrapunto al lánguido solo de Oliver. Melancólico (no confundir con Chet en absoluto) también en "Habitació d'Aigua", melancólico y elocuente, muy diferente del groove de "Merken" (Genovese) o del bop de "Los superfluos". 

Voro García demuestra en Roommates que sigue siendo ese trompetista serio, envolvente, con momentos brillantes y el don de la improvisación que nos gusta. Se manifiesta adepto a Woody Shaw pero ofrece momentos que recuerdan a Freddie Hubbard y a Fats Navarro, eso sí, en un tono personal y más sosegado. 


Como muestra, les dejo con el tema que abre el disco, "Begues Blues", una grabación en vivo en el Jimmy Glass con algunos cambios en la formación, entre los que destaca la presencia de Perico Sambeat en el alto y la adición de otro trompetista, Jim Rotondi. Que lo disfruten.

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* Fotos de la web: vorogarciajazz.com

CIFU ENTRE AMIGOS

Gran homenaje a Juan Claudio Cifuentes por parte de (casi) todo el jazz español actual

Desde la portada, con esa foto y las palabras que juegan con el título del inolvidable programa de RTVE Jazz entre amigos, uno sabe que el disco lo va a emocionar y que no puede haber mejor homenaje para el Gran Crítico que reunir a un puñado de buenos músicos y dedicarle unos temas. La diversidad de las formaciones hace de este álbum un disco imprescindible para todos los aficionados al jazz en España y para quienes quieran descubrirlo.


Repasaremos uno a uno los 16 cortes del disco. No es costumbre en el blog pero merece la pena. El disco comienza con la voz de Cifu, con su habitual humildad, prometiendo buen jazz, y verán que lo hay. Pero, atendiendo al contenido musical, que es lo que da sentido real al homenaje, el repertorio del álbum comienza con un contrabajista: Francis Posé. No es casualidad, ya que en los 14 temas que se pueden escuchar aquí, 4 están interpretados por formaciones lideradas por bajistas (Horacio Fumero, Chus Fernández y Enrique Tejado, además de Posé).

Tema 2. El tema es "La isla de los sueños", una (casi) balada a tempo medio, contagiosa y optimista, nada mejor para celebrar una partida. Como en los funerales de Nueva Orleáns, celebrar la muerte es celebrar la vida.

3. Sigue un inspirado tema a dúo entre el saxofonista Kike Perdomo (aquí en el soprano) y el pianista Francis Hernández, miembro también de la Big Band de Canarias. Lacónica, introspectiva y soberbiamente elegante, así es "Luces y sombras".

Horacio Fumero (foto: Fernando Prats)
4. "Mon Ami Cifu" es un tema muy en la línea de Horacio Fumero, recordando patrones clásicos pero innovador, jugando con los ritmos y las posibilidades del trío de piano. Muy intenso Ignasi Terrasa al piano y muy acertadas las intervenciones de Jorge Rossy a la marimba, un instrumento en el que nos estamos acostumbrando a escucharle. A Cifu le gustaría, seguro.

5. Con la misma formación que el tema anterior pero con un concepto diferente, Ignasi Terraza lidera "Buscando las fuentes", elocuente título que mira a las influencias, al pasado, con la maestría de un imprescindible del jazz español.

6. El pianista Federico Lechner, otro imprescindible de la escena madrileña, aparece en el disco acompañado por su ya habitual co-líder en los escenarios, el armonicista Antonio Serrano. Dos músicos acostumbrados a jugar (en el mejor sentido lúdico de la palabra) saltándose las reglas, desafiando las limitaciones de una formación de dúo, haciendo travesuras con sus instrumentos, por lo que apelan a la ironía titulando el tema con la coletilla de las despedidas de Cifu: "Sed buenos".

7. Otro histórico (Premio al Mejor Músico de Jazz Europeo) como es Jorge Pardo irrumpe en el álbum con un vertiginoso "Huye Huye", como D'3, con Francis Posé al contrabajo y José Vázquez Roper a la batería, y, para placer de Cifu, más jazzístico y menos flamenco de lo que estamos acostumbrado a escucharle. 

Chus Fernández
8. El bajista Chus Fernández , de quien partió la idea original que fue  el germen de este disco, presenta “We Remember Cifu”, una balada intensa y sentida, con un cuarteto muy clásico en el que brillan todos: Chavi Naval (saxo), Chema Callejero (piano) y David Fernández (batería). El título juega con el de aquel tema de Benny Golson (“I Remember Clifford”) como una metáfora de la pasión de Cifu por el jazz clásico. 

9. Con una sección rítmica movida por Carlos “Sir Charles” González y Richie Ferrer, el guitarrista Marce Merino nos presenta “Cifu’s Bogaloo”, un tema que nos retrotrae a momentos donde el jazz comenzaba a electrificarse, a remezclarse con otras raíces y a acercarse a lo que luego fue el rock and roll.

Cuarteto de Jaume Gispert
10. El siguiente tema (“Freak”) funciona a partir de una sección rítmica (Xevi Matamala, batería; Jordi Blanes, contrabajo) estilo Nueva Orleáns que nos trae recuerdos del Professor Longhair, aunque alternando el esquema con compases más modernos que permiten el lucimiento de su líder, el pianista Jaume Gispert y de la trompetista Patricia Herrero.

11. Siguiendo el mismo sonido del tema anterior, Norman Hogue and The Tremèndous nos traen “The Cifu Line”, que bien podría ser una marcha de esas que se escuchan en Nueva Orleáns acompañando a un funeral. Suena a brass band, a second line. Tanto si han estado en NoLa como si han visto Tremé, entenderán de que hablamos. Quizás si no fuera un tema cantado no les pondría tanto los vellos de punta… Uno de los momentos más gloriosos (y emotivos) del disco.

The Tremèndous

12. El polivalente Jorge Rossy muestra en “Mr. Smiles” sus capacidades expresivas en el vibráfono acompañado por el pianista Joan Díaz. Un tema amable que recuerda el espíritu cordial de Cifu.

13. Bob Sands nos trae una balada con aires de blues y con una melodía con la que el tenor nos pone el corazón en un puño. Muy bien Pablo Gutiérrez en su solo. “This One’s For Cifu”.

14. Otra vez el pianista Joan Díaz, esta vez en sexteto, recordando que Cifu nos traía “Words & Jazz”, un tema polirrítmico y moderno grabado en la ESMUC.

15. La última “Ballad For Cifu” nos la trae el cuarteto del bajista Enrique Tejado, capaz de emocionarnos tocando con el arco, y con un saxofonista de lujo en el cuarteto, Luis Verde.

16. El último corte del disco es la siempre emotiva despedida de Cifu. Volvemos a escuchar en su voz eso de “Besos, abrazos, carantoñas y achuchones múltiples para todos”.

La presentación del álbum tuvo lugar con una jam session en (¿no adivinan?) el Bogui Jazz, un lugar que Cifu decía siempre que debía constar como su “domicilio alternativo” en el DNI. A los que no estuvimos allí nos queda la magia de la música, el milagro de que, de todas las notas, de todos los compases y de todos los sentimientos vividos durante la escucha y un vestigio material en forma de CD, un álbum tan especial que mira al pasado (al Cifu que nos hizo amar más el jazz) y al futuro presente, ése que conforma la larga lista de artistas que dan fe de lo que es y puede ser aún más el jazz en España.

El disco está en el número 104 del catálogo de Youkali Music (saber más). Consíganlo. Es una grabación imprescindible para saber lo que suena en España.

Y, si el disco no les es suficiente, aquí les dejo la mesa redonda que, junto con la jam, ocurrió en el Bogui el 20 de abril de 2016, conmemorando el año de su pérdida y el lanzamiento del álbum.


Y aquí la segunda parte:



INTRODUCING... FELIX ROSSY

Camino por delante

Según James Gavin en su libro Deep in a Dream, "lo caliente y lo frío se iban combinando en el modo de tocar de Chet Baker. Quería conseguir los tonos nítidos y sin trémolos y la reserva emocional de [Paul] Desmond y Miles Davis". Esto ocurría en 1951, cuando un Chet de 21 años rondaba los clubs negros de San Francisco buscando su propia identidad. Félix Rossy, a sus 17 años, parece haber dibujado este equilibrio en su forma de tocar la trompeta. Su preferencia por los temas de tempo medio, las baladas y un sonido limpio y sin estridencias lo colocan al lado de (no es que me gusten las comparaciones, disculpen los puristas) Chet Baker o de nuestro preferido (aunque camine a menudo al filo del crossover) Chris Botti

Citábamos al joven trompetista cuando apareció en uno de los temas del disco Wicca, firmado por su padre, el baterista (pianista cuando es líder) Jorge Rossy, y casi lo habíamos olvidado cuando hace unos días nos encontramos su nombre en la portada de la revista Más Jazz. Ahora, recién acabamos de escuchar su disco de debut, Introducing Félix Rossy (Fresh Sound New Talent, 2011) buscamos información en su Myspace y descubrimos que, aparte de grabar el álbum en Nueva York, ha recorrido festivales (Terrassa con 13 años) y escenarios (abajo dejamos un video en el Jamboree). No es extraño, teniendo un padre músico, que se haya codeado (hay testimonios gráficos) con luminarias de la talla de Brad Meldhau, Perico Sambeat...

Pero lo que más sorprende de Félix Rossy no es su edad sino su sonido. Fresco, sin complejos pero también sin prisas, tiene un algo de Lee Morgan y un algo del primer Miles ("Three on One"), el swing contenido de la Costa Oeste ("You're Driving Me Crazy") y un aire que nos remite a finales de los 50 o principio de los 60 ("A Dandy Line", el tema que cierra el disco y el único elegido por Félix, que admite que fue Mike Kanan quien eligió el repertorio).

Todo esto se puede ver en directo. En el álbum, su predilección por los temas de tempo medio o las baladas hacen sospechar una imitación de Chet Baker ("Stella by Starlight") que desaparece cuando comprobamos la autoridad con la que lleva el tema y percibimos que no hay nada de su laconismo en la forma de tocar de Félix Rossy sino sólo un inteligente desinterés por la estridencia. Otros temas como "All The Things You Are" confirman el valor de esa afirmación suya de que aprendió a tocar antes de a leer música, de que su padre le enseñó a tocar y a oír, a guiarse por su instinto. 

Sólo nos queda añadir que estamos expectantes por disfrutar del camino que tiene por delante. Su evolución se puede apreciar musical y visualmente gracias a Youtube, donde encontrarán videos de Rossy desde los 12 años hasta ahora, pero lo que nos dará en el futuro sólo lo sabe él. Y su instinto.


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