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UN PRESENTE CON FUTURO

DANIEL FERRUZ, Un presente (Underpool, 2025)

El pianista Daniel Ferruz, zaragozano afincado en la escena jazzística barcelonesa, publica este año su tercer álbum, Un presente, tras sus Noctis (Fresh Sound New Talent, 2019) y Miradas (Underpool, 2022). Con un lenguaje pianístico propio, que suena a jazz contemporáneo y en algunos momentos también a clásica europea (Schumann) y española (Falla), el nuevo disco de su cuarteto (Joan Mas al saxo, David Mengual al contrabajo y Adrià Claramunt a la batería) persiste en este lenguaje con temas compuestos por el mismo Ferruz, donde expresa, sin prisas y sin artificios, su manera de hacer música: falsas baladas llenas de inspirados fraseos al piano y al saxo, ambos protagonistas; experimentaciones híbridas donde se alimenta de influencias reconocibles (y no solo jazzísticas); vitalismo en temas casi cantabile... y canciones llenas de poesía (con la voz de Eva Lago).


Lo más fascinante de este músico es que tiene una voz ecléctica. Baste escuchar el primer solo de este álbum para percibir que su piano se mueve de una influencia a otra sin dificultad. Este plurilingüismo musical a veces solo se puede sentir, no se percibe de manera consciente, ya que Ferruz pasa de un lenguaje a otro con una naturalidad engañosa. Lo mismo ocurre con las composiciones, todas originales. "La escuela" es un tema contemporáneo, cantable, que, de repente, se engancha a un solo de piano perfecto, dentro de la tradición, empujado por una sección rítmica potente (ese walkiing bass repentino).

De los aires festivos y tropicales de "Leo" al lírico "Ms. Rossoff" hay un salto cualitativo, con aires líricos que impactan por su brevedad. Como compositor, Ferruz sabe cómo jugar con los sentimientos. En "Un presente", por ejemplo, las notas largas del saxo de Joan Mas nos llevan a terrenos nostálgicos que el solo de bajo alimenta a la vez que nos prepara para un solo de piano que crece a medida que va dejando ideas acorde por acorde. El disco contiene joyas que sacuden al oyente, como "Doce", un tema  a piano solo (hay dos más en el álbum) que se aleja del jazz y que, sin embargo, nos remite, de una manera apasionada, emocional, lírica, a aquellos conciertos a piano solo de McCoy Tyner publicó en los 90.

Ferruz captura en Un presente la necesidad de vivir cada momento, y su disco late en cada tema, en cada compás, en cada nota, con guiños, sorpresas, modulaciones y juegos que piden escuchar el álbum con atención. 

* Más info: www.underpool.org/releases/un-presente/

EL MÚSICO Y SUS INFLUENCIAS

DANI PÉREZ, Contrafacts (Underpool, 2021)

Jugar con el pasado es una constante en el jazz. El músico es técnica y personalidad, y toda personalidad se forma, entre otras cosas, a raíz de las influencias. Sobre esta base, el guitarrista Dani Pérez ha compuesto una serie de experimentos basados en temas, armonías y esquemas que le han influido. El resultado es Contrafacts, un disco donde juega a reconocerse, buscando una complejidad rica en recursos que lo hacen muy interesante.

Dani Pérez construye estos contrafacts con un sonido personal donde subyacen estas influencias. Desde el inicio, con ese "Clouds" inspirado en "Stella By Starlight", comienza con un chorus muy monkiano, uno se da cuenta de que aquí se derrocha creatividad. "Glucossa" es una bossa, más concretamente "Blue Bossa" (Kenny Dorham, popularizado por primera vez por Joe Henderson), armonizado en modo mayor y donde los solistas (todos) juegan con medias frases e improvisaciones que dan una gran sensación de complicidad. Y así en general, material para escuchar, descubrir, sorprenderse y aplaudir.

Los solistas (porque es un disco compuesto para solistas) son Benet Palet a la trompeta, David Mengual al bajo y David Xirgu a la batería, un supergrupo donde la experiencia se puede escuchar. En dos temas ("Mate" y "Wine") aparece Txema Riera tocando el Fender Rhodes. 


Por destacar, destacaría dos temas. El primero es "Leaves", donde, como apunta Josep Mestres en los créditos del disco, sobre la base rítmica de "Poinciana" (tema estrella de Ahmad Jamal, que fue compuesto por Nat Simon basándose en un tema folk cubano llamado "La Flor del Árbol"), Dani Pérez versiona a su manera la melodía de "Autumn Leaves". El otro tema es "Mate", título que bromea con el de "Tea For Two", en el que está inspirado, y donde aparece Txema Riera al Rhodes con una sutileza brillante, onírica, para aportar una capa más de profundidad al álbum. 

Con un estilo en la guitarra sutil, pasando como un camaleón de solista a acompañante, lo que más nos gusta de la forma de tocar de Dani Pérez es que siempre tiene una buena réplica para el solista que en ese momento está llevando la melodía. Su manera de dialogar con el resto de los instrumentos deleita. Y no necesita fuegos artificiales para ello. Su mejor solo del disco lo deja para el final, en "Wine" (contrafact de "Days of Wine and Roses" (Henry Mancini), donde se expresa de una manera muy personal y sin prisas, redondeando un disco lleno de creatividad.


 
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UN GRAN BOLERO COLECTIVO

VARIOS, Esto sí se llama querer (Underpool, 2021)

Si algo caracteriza al sello Underpool es la edición de discos únicos, y este lo es. Nada menos que un disco de boleros. ¿Un disco de boleros en un sello de vanguardia? Esto sí se llama querer reúne en doce temas a doce cantantes y doce arreglistas que convierten cada bolero en una pieza única, siempre mirando hacia adelante, hacia la originalidad, una manera subversiva de unir pasado y futuro para celebrar los primeros 50 discos de Underpool.

Producido por Sergi Felipe y Alfred Artigas, el disco ha sido grabado y mezclado en el Estudio UnderPool a excepción de dos de sus temas que han sido grabados en la isla de Cuba, y la masterización, que la ha hecho Eivind Opsvik en los estudios GreeWood de Nueva York. 

Pero lo más interesante del álbum es la selección de artistas. Nada menos que 60 músicos y cantantes (divididos en pequeñas formaciones) han participado en la grabación. La lista está más abajo. Esta sesentena de artistas pertenece, la mayoría, a la boyante escena jazzística de Barcelona y hemos hablado de muchos de ellos en más de una ocasión (Roger Mas, Marcel·lí Bayer, Sergi Felipe, Jorge Rossy, Ester Quevedo... La lista es espectacular) y consiguen, con su juventud y su personalidad, dar un carácter nuevo a cada bolero. 

Yadira Ferrer y Roger Mas


Puede parecer a la primera escucha que hay más innovación en los arreglos que en los cantantes, pero bien escuchados, las voces que cantan estos boleros tienen armonías (y algunas un color) tan retro que el contraste resulta rompedor. Desde el primer tema, donde las voces de Martin Leiton y Lucía Fumero hacen armonías con una sensibilidad clásica y esta última pone la nota latina al piano, y Dídac Ruiz utiliza percusiones africanas, se percibe un respeto enorme por las obras originales. Incluso cuando los arreglos son más arriesgados, como el impresionismo de Néstor Giménez en "Encadenados", que consigue una dosis enorme de dramatismo jugando con cuerdas y vientos; temas más cercanos a la balada bop como "Te me olvides" (arreglado por Ester Quevedo) o el cuarteto de piano y guitarra de Roger Mas en "Duele", que contrasta con la voz profunda de Yadira Ferrer; el tema a capella de Marbis Manzanet y Jaume Llombart con Roly Berrio; el dúo de voz y piano de Silvia Pérez Cruz y Alfred Artigas...

Esto sí se llama querer se edita en CD y doble vinilo en edición limitada, para celebrar no solo los primeros 8 años de esta discográfica valiente que nació del crisol de la ESMUC sino lo especial de este álbum al que sus productores llaman bolero colectivo. y que resulta un collage bastante preciso de lo que es la escena jazzística de Barcelona. 



Los músicos y cantantes (en el orden que aparecen en la web) del disco son: Adrià Plana, guitarra; Alba Careta, trompeta; Àlex Cassanyes, arreglos; Alfred Artigas, guitarra voz y arreglos; Àlvar Monfort, trompeta; Ana Fernández, violín; Anna Llorens, cello; Armando Osuna Gradaille “Mandy”, conga, bongo y cubo de lata; Cándido Rodríguez, trompeta; Carme Canela, voz; Dani Pérez Amboage, guitarra; David Mengual, contrabajo; David Xirgu, batería; Dídac Ruíz, bougarabous, cítara y percusiones; Ester Quevedo, piano y arreglos; Eudald Payés, trompeta; Eva Fernádez, voz; Eva Monroy, violín; Fernando Brox, flauta; Gabriel Amargant, clarinete y saxo alto; Irene Reig, saxo alto; Jaume Llombart, guitarra, voz y arreglos; Javier Galiana, arreglos; Joan Mar Sauqué, trompeta; Joan Moll, batería; Jordi Guasp, trompa; Jordi Matas, guitarra y arreglos; Jorge Retuerta, viola; Jorge Rossy, vibráfono ; Juan Carlos Piñol, voz; Juan Pablo Balcázar, contrabajo; Laia Cagigal, voz; Laura Pacios, violín; Lluc Casares, clarinetes; Lluís Vidal, piano y arreglos; Lucía Fumero, voz, piano y arreglos; Marbis Manzanet, voz; Marc Ayza, batería; Marc Cuevas, contrabajo; Marcel·lí Bayer, clarinete bajo; Marta Roma, violonchelo; Martín Leiton, voz, guitarra, contrabajo y arreglos; Mayte Alguacil, voz; Miguel Villar ‘Pintxo’, saxos; Néstor Giménez, piano y arreglos; Noè Escolà, saxo barítono; Oriol Roca, batería; Pablo Gómez, conga; Pablo Selnik, flauta; Pau Lligades, contrabajo; Pau Sala, bajo; Pedro Campos, contrabajo; Rita Payés, voz y trombón; Roger Mas, piano y arreglos; Roly Berrío, voz; Rosa Garcías, flauta; Rubén Fernández, voz; Santi Colomer, batería; Sergi Felipe, flauta; Sílvia Pérez Cruz, voz y arreglos; Toni Vaquer, arreglos; Vicent Pérez, trombón; Víctor Carrascosa, trompeta; Yadira Ferrer, voz.

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PARA ESCUCHAR CON CALMA

IAGO AGUADO QUARTET, Festina lente (Underpool, 2019)

Me gustan los discos de debut. Más de una vez he discutido con un músico el porqué de grabar un disco y siempre llegamos a la misma conclusión: la necesidad de contar algo nuevo o de hacerlo de una manera personal. Festina lente, el álbum de debut del guitarrista Iago Aguado es de una originalidad que dará que hablar. 

Iago Aguado es un músico valenciano formado en clásica en el Conservatorio de Torrent y en jazz en Sedajazz y en el Conservatorio Superior del Liceo de Barcelona. Ha sido alumno de Ximo Tébar, Pat Martino, Nenna Freelon, Kurt Rosenwinkel..., entre otros. La escucha vale la pena.



El álbum está compuesto por temas originales escritos por Aguado y el comienzo deja patente que el compositor viene del mundo clásico. "Obertura solemne" va más allá de los que se llamó Tercera Vía o Third Stream. Toma elementos de música clásica en una pieza vocal que marca el camino. "Un instante" sigue esa estela de introspección. La conjunción de lenguajes tan cercanos y, a la vez tan distintos como el de la guitarra, el contrabajo y la guitarra pedal steel crea una atmósfera contemplativa que domina casi todas las composiciones, una filosofía lírica por momentos y abstracta en otros casos, que solo rompen los acertados solos de los músicos para recordarnos que estamos hablando de jazz y de improvisación.


El título genérico del álbum, Festina Lente es una locución latina no muy conocida que viene a significar algo así como apresúrate despacio, una contradicción (la palabra oxímoron sería más apropiada) que viene a etiquetar muy bien la música de Iago Aguado: música para improvisar sin prisas, con todo el espacio del disco por delante y sin normas que encorseten su estilo, una música inclasificable, a caballo entre el jazz moderno, el folk americano y el rock sinfónico. ¿Complicado? Hay que escucharlo. 


El disco contiene temas instrumentales y algunas canciones (la cantante Joana Gomila curiosamente no aparece acreditada en el disco salvo por una foto, al igual que el saxofonista Miguel "Pintxo" Villar), canciones de melodías lentas, de ritmo casi abstracto, muy líricas, que alcanzan una fuerza inusual. Las composiciones de Aguado obligan a los músicos a funcionar con una serenidad equiparable a una sesión mística. Además del guitarrista, están en el cuarteto David Soler (guitarra pedal steel), David Mengual (contrabajo) y Oriol Roca (batería).

De entre todas las composiciones, destacaría la sucesión de discursos de las guitarras en "Basta" o la manera en que el tiempo se detiene en "Bajo el vacío, el sentido", pero todo el álbum está lleno de momentos para valorar, de coloraturas inusuales (tanto si hablamos de jazz como de fusiones) y de ambientes originales. Todo el álbum es muy especulativo. Aguado busca su camino y va por uno difícil, no pisado aún, y quizás este sea su valor máximo, el ansia de originalidad. Para escuchar con calma y sin prejuicios.