Porco Rosso

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martes, 4 de julio de 2017

FINAL FANTASY XV: LA PELÍCULA de Takeshi Nozue - 2016 - ("Kingsglaive: Final Fantasy XV")


Nyx Ulric es un soldado del escuadrón de élite Kingsglaive, que protege a su rey en un contexto de relaciones delicadas con el beligerante reino de Niflheim, que ambiciona conquistar la ciudad de Insomnia, sede del Cristal del Reino de Lucis, un objeto de gran poder. Cuando las cosas se ponen difíciles entre ambas naciones y estalla abiertamente el conflicto, Nyx y sus amigos se enfrentarán a una peligrosa misión y a un terrible dilema.


"Final Fantasy XV: La película" es el tercer largometraje de la franquicia de videojuegos de "Final Fantasy", franquicia bastante desafortunada en lo que ha sido hasta ahora su paso a las grandes pantallas. "Final Fantasy: La fuerza interior", su debut en los cines, fue una película bastante floja que no tenía demasiado que ver con el estilo de la saga, y la posterior "Final Fantasy VII: Avent Children" era una bazofia infame destinada exclusivamente a sacar tajada a lo bestia del tirón de su entrega más mítica, la séptima. "Final Fantasy XV: La película", dirigida por Takeshi Nozue, uno de los directores de aquella segunda aberración, trata de hacer lo propio con la número quince, estrenada el pasado año, como esta propia película, y aunque no es tan horrible como dicha "Avent Children", es un filme exclusivamente destinado al fan y que, poseedor de una animación soberbia, tiene también una trama lamentable. No digo lamentable porque sea terrible, sino por cómo está contada. En un original mundo épico que mezcla la estética contemporánea con toques medievales, punk, steam y fantásticos (donde vemos coches como el que cualquiera puede tener corriendo bajo naves voladoras y rascacielos junto a palacios góticos delirantes), hay una guerra y un grupo de héroes que han de luchar contra una amenaza y salvar a inocentes. Todo está visto, pero esto no es problema porque si por algo se caracteriza la saga de videojuegos de "Final Fantasy" es por empezar desde argumentos muy básicos para ir retorciendo la trama y sorprendiendo al jugador con novedades muy originales y constantes. Aquí no pasa. El filme es una precuela de su videojuego y aporta poco y, además, los personajes no dicen demasiado, no tienen excesivo carisma y sus conflictos no son un dechado de profundidad la mayoría de las veces. Encima, la película está mal contada. El montaje es abrupto, los fundidos a negros son pesados y no ayudan, el ritmo es desigual a lo bestia (hay momentos poco importantes muy alargados y otros que sí que lo son resueltos en poco minutos) y los mencionados personajes evolucionan a veces a trompicones.


Las dos horas excesivas para lo que se cuenta que dura "Final Fantasy XV: La película" se pasan con cierto sopor, a pesar de la animación que, como he dicho, es una maravilla y una delicia. Es precioso todo: desde el diseño de los caracteres hasta los impresionantes escenarios. Pero vaya, eso también le pasaba a "Avent Children", y era infumable. Ésta no llega a serlo, pero desde luego su trama deja bastante que desear y no engancha en ningún momento. Una pena de tercer filme fallido de la franquicia en el cine, que tendrá que seguir jugando a ensayo y error para lograr una película digna. "Final Fantasy XV: La película" es exclusivamente una producción para fans del videojuego en el que se basa o para completistas de la saga. Se puede disfrutar igualmente como simple espectáculo visual sin atender mucho a la historia que cuenta, porque como espectáculo es desde luego uno de primera, pero es una lástima porque sin una buena trama nada de esto sirve realmente para nada. Otra decepción de esta franquicia.


sábado, 15 de agosto de 2015

FINAL FANTASY VII. AVENT CHILDREN de Tetsuya Nomura y Takeshi Nozue - 2005 - ("Final Fantasy VII. Avent Children")


Hace dos años que Cloud y sus amigos derrotaron a Sephiroth y salvaron al mundo. Ahora él vive solo en las ruinas de la iglesia de Aeris intentando superar el trauma de aquella brutal batalla. La paz se va a ver, sin embargo, alterada de nuevo... Alguien está intentando una vez más sembrar el caos. Alguien relacionado con el triste pasado de Cloud, que va volver a tomar las armas junto a sus amigos para pararle los pies a esta nueva amenaza.


De todos los videojuegos de franquicia de "Final Fantasy", el más famoso es sin ninguna duda el "Final Fantasy VII" de 1997, que vió la luz en la primera PlayStation. Es un juego que cambió a la saga y a su género y que hoy es un clásico indiscutible que, al parecer, va a tener en breve un remake (ya saben, es la moda, hasta fuera del cine). Era de esperar que tarde o temprano este séptimo "Final Fantasy" tuviese alguna película. Lo que no era de esperar (o bueno, tal vez sí), es que fuese tan mala. Cuatro años después de la fallida "Final Fantasy. La fuerza interior", se sacaron de la manga "Final Fantasy VII. Avent Children", cinta ya producida en Japón que era una continuación del videojuego en el que se basa. Es mala. Mala hasta la avaricia. La animación es una pasada, es cierto. Al César lo que es del César. Es preciosa e incluso hoy en día, diez años después de su estreno, sigue sorprendiendo. Pero ya. Punto. El resto apesta. Y bien. Dicen que es una película que sólo los fans del videojuego disfrutarán. Pues bueno, yo soy fan del videojuego y no, no hay por donde cogerla. La trama consiste en resucitar por la cara (pero por la cara) a Sephiroth, el malo malísimo del videojuego de marras, y en poner a todos los personajes (a todos) a luchar contra él y contra tres secuaces cutres que son tres copias "emo" de su físico y que no pintan nada en la función. Fin. Los mencionados personajes no tienen carisma ninguno y aparecen atropelladamente sólo por exigencias del guión (porque si no aparecen los fans se cabrean, vaya), la trama es inexistente, los diálogos son pueriles, las referencias al videojuego son pencas y muy basiquitas y, para colmo, ni siquiera las escenas de acción ofrecen algo de dignidad; son un atropello constante de luces baratas y cámaras locas en las que no se logra ver nada.


"Final Fantasy VII. Avent Children" fue, como era de esperar y a pesar de lo paupérrima que es, un gran exitazo en Japón y hasta más allá. Hay frikis de la saga de los videojuegos que la reivindican con fervor alegando que fue muy incomprendida y que ante todo "es una película sólo y exclusivamente para los fans del juego en el que se basa" (aunque por suerte la gran mayoría, por lo menos los que yo he conocido, reniegan de ella con virulencia, y casi todos ellos son además fans fervientes de "Final Fantasy VII" y de la saga en general). Al lado de este engendro la anterior "Final Fantasy. La fuerza interior" es "El Padrino". Huyan de esta mierda bien envuelva como de la peste. Es auténtica e infumable basura; no se dejen engañar por su aspecto visual.


viernes, 14 de agosto de 2015

FINAL FANTASY. LA FUERZA INTERIOR de Hironobu Sakaguchi y Motonori Sakakibara - 2001 - ("Final Fantasy. The Spirits Within")


Año 2070. La Tierra ha sido invadida por una extraña raza alienígena conocida como los Fantasmas y los seres humanos luchan día a día contra ellos, que por desgracia parecen ganar cada vez más terreno debido a sus misteriosos y casi invencibles poderes. La doctora Aki Ross es una científica que, sin embargo, está a punto de descubrir una forma de vencerles... Junto a un grupo de especialistas y grandes soldados va a intentar pararle los pies a esta terrible amenaza. No va a ser nada fácil.


La de "Final Fantasy" es una de las sagas de videojuegos más importantes, famosas y rentables de la historia y está al nivel o incluso por encima de otras míticas como la de "Super Mario", "Sonic", "The Legend of Zelda", "Metal Gear" o "Resident Evil". Por supuesto, como es de esperar, tiene merchandising para dar y regalar y sus productos llevan décadas vendiéndose como churros. Además, tiene producciones animadas: en este caso cortometrajes, series de televisión y dos largometrajes de los que vamos a hablar hoy y mañana. Las dos películas que nos ocupan, "Final Fantasy. La fuerza interior" y "Final Fantasy. Avent Children", ambas animadas, son las dos únicas largas que se han realizado hasta ahora sobre la franquicia (que cambia de universo en cada uno de sus videojuegos, pues narran todos historias independientes aunque con elementos en común) y han sido por desgracia una bastante irregular y la otra, la segunda de ellas. un tremendo bodrio. "Final Fantasy. La fuerza interior" fue dirigida por Hironobu Sakaguchi, el creador de la franquicia, y fue producida por los Estados Unidos. No gustó a los fans de la saga y ante el público general pasó sin pena ni gloria. Aunque es considerada un fracaso, también es considerada una obra de culto y los debates sobre sus bondades y maldades siguen abiertos hoy en los foros.


La película tiene una animación espectacular (fue la más cara y "punta" de su momento) que es toda una delicia, incluso hoy en día, casi quince años después de su estreno. El diseño de los personajes y su fluidez de movimientos, el detalle de sus cuerpos, la fuerza evocadora de sus escenarios o el realismo que el conjunto desprende a nivel visual es digno de admiración. Sin embargo, en mi opinión, la trama le resta puntos porque es normalita, bastante normalita, y porque tampoco contiene demasiados elementos de la franquicia a la que pertenece.


"Final Fantasy. La fuerza interior" narra una invasión alienígena a la tierra y cómo unos humanos luchan contra ella. Los personajes son flojos y tópicos, y están más basados en estereotipos del cine de acción americano que en los de la saga japonesa a la que supuestamente pertenecen. La trama parece un sucedáneo cutre del "Aliens" de James Cameron y de películas de este estilo y no tiene ninguna sorpresa. Hay elementos de los videojuegos, claro, pero son pocos, bastante pocos. El conjunto es entretenido pero nada más, y por ello decepciona. Da la sensación de que los productores estadounidenses del filme han metido más mano en todo de lo deseable. Insisto: es una cinta distraída. Pero, tratándose del primer "Final Fantasy" de la gran pantalla, se le podía (y tendría) que haber pedido mucho más. Una pena, porque a nivel técnico, como he dicho, fue una maravilla de su momento.