MORTADELO Y FILEMÓN. MISIÓN: SALVAR LA TIERRA de Miguel Bardem - 2008 - ("Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra")

El mundo está viviendo la peor sequía de la historia y todos los agentes secretos del planeta están buscando la manera de averiguar qué es lo que ocurre. Mientras, una vez más, el Profesor Bacterio corre peligro... A causa de uno de sus inventos. Y el que lo desea esta vez es el malvado Botijola, el pérfido fabricante de la bebida que lleva su nombre (una bebida asquerosa que nadie quiere tomar), que anda detrás de todo lo que está pasando. Una vez más, los mejores agentes de la T.I.A. van a tener que salvar la situación...

"La gran aventura de Mortadelo y Filemón" fue una película fallida debido a la dificultad de adaptar para la pantalla el humor "slapstick" de las viñetas de los célebres agentes secretos de Francisco Ibáñez. Su secuela no es fallida: es directamente detestable. "Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra" es uno de los despropósitos más enormes de la historia del cine español. Repite el reparto con solvencia (todos tienen su gracia, es cierto, sobre todo Pepe Viyuela, que clava una vez más a Filemón) exceptuando a Benito Pocino, que al parecer no quiso participar en el filme por desavenencias con los productores y que dejó el papel de Mortadelo en manos de Eduard Soto, famoso por el cansino personaje del "Neng" (y bueno, no lo hace mal, la verdad). Repite también la estética, que clava a la de los cómics, pero eso no es mérito de nadie pues ya quedó asentada en la anterior película. Y el director ahora es Miguel Bardem y el humor de la película es lo más casposo, pacato y vergonzante que se ha visto en mucho tiempo en una comedia española (y miren que las hay casposas, pacatas y vergonzantes, que de esto estamos bien surtidos).

Los gags de esta "cosa" (no se le puede llamar de otra forma) no sólo no tienen gracia, como ocurría en el anterior filme, sino que producen el sonrojo del espectador y las ganas de salir corriendo de la sala. El ritmo es infumable y el montaje es peor, y la cinta se hace eterna, verdaderamente interminable. La trama es errática y estúpida y los diálogos dan pura vergüenza ajena. Para colmo, hay un tufo político maniqueo y partidista que nos pone, en pleno 2008, a contemplar gracietas relacionadas con Bush y con la Guerra de Irak (ese perro, ese perro es la cosa más cutre, casposa y casi molesta que he tenido el disgusto de ver en una película en mucho tiempo). Para hacer crítica social hay que tener un poco de gracia, de ironía, de lucidez; no basta con poner a un can con mala leche llamado como aquel despreciable presidente de los USA dando mamporros a diestro y siniestro. En fin: "Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra" es una de las mayores bazofias de la historia del cine español. Y no conozco a nadie que opine lo contrario.

INCAUTOS de Miguel Bardem - 2003 - ("Incautos")

Aconsejado por El Manco, su maestro, el joven timador profesional Ernesto comienza a trabajar junto a Federico, uno de los más grandes artistas del engaño de nuestros días, un hombre elegante y exquisito que se da la gran vida con el dinero de los demás sin que nadie lo sepa. Las cosas les marchan bien a ambos y Ernesto aprende como nunca ha aprendido los entresijos de su oficio. Sin embargo, todo se tuerce cuando Pilar, la despechada antigua amante y compañera de Federico, aparece en sus vidas y les propone un plan definitivo para retirarse: timar a un millonario que cree que nadie puede jugar con él. La pesadilla está a punto de empezar para todos.


Hijo de Juan Antonio Bardem, sobrino de Pilar Bardem y primo de Javier Bardem, Miguel Bardem ha seguido los pasos de su padre y se ha dedicado a la dirección de películas, aunque con notable menor fortuna artística (a pesar de que la última etapa y varios momentos de la intermedia de su progenitor fueron realmente desastrosos). Su filmografía, muy irregular y con trabajos verdaderamente muy mediocres, se ha movido por varios géneros entre los que ha destacado la comedia. Debutó con "Más que amor, frenesí", dirigida junto a Alfonso Albacete y David Menkes, tras la que rodó las también comedias "La mujer más fea del mundo" y "Noche de reyes", el thriller "Incautos" (su mejor obra de ficción), el documental "Niñas de hojalata" (muy interesante y de sus mejores obras también) y la nueva aventura de Mortadelo y Filemón "Mortadelo y Filemón. Misión: salvar la Tierra", que es un auténtico horror.


"Incautos" es posiblemente la mejor película de Miguel Bardem, una obra que no es redonda en absoluto pero que desde luego sí que es un más que entretenido thriller cimientado en una trama dinámica y ágil y en las excelentes interpretaciones del trío protagonista: Federico Luppi, Victoria Abril y Ernesto Alterio, además de en la de un genial secundario como es el aquí soberbio Manuel Alexandre. El filme sigue las andanzas de un grupo de expertos timadores profesionales mientras prepararan y ejecutan el eterno golpe de su vida, andanzas entre las que se cuentan sus propias relaciones personales, vistas como una aventura más. La mezcla de drama pasional con comedia elegante con un cierto toque canalla funciona muy bien, así como la retorcida trama cargada de unas veces inesperados y otras veces más que prededibles giros de guión, bien llevada aunque a causa de esto último algo desquiciada y tramposilla (y hasta difícil de seguir para lo sencilla que en realidad termina resultando) en los últimos momentos. Los diálogos son rápidos y efectivos, las tretas de los protagonistas para conseguir sus objetivos son básicamente sorprendentes y la reflexión sobre la realidad y la mentira que presenta la obra es acertada aunque menos profunda de lo que intenta parecer. "Incautos" no es ninguna maravilla, y está claramente por debajo de otros thrillers de timadores actuales como la muy destacada aunque sobrevalorada "Nueve reinas"(mucho mejor desarrollada, más irónica y más imaginativa), película a la que por cierto ésta se parece demasiado y que a su vez se parece demasiado a otras como "Casa de juegos" de David Mamet. Imagino que casi todo está inventado después de todo.