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lunes, 10 de abril de 2017

Horace-Scope


Si estamos los días 8 y 9 de julio de 1960 en el estudio de Rudy Van Gelder de Nueva Jersey, y es Horace Silver con su quinteto —escritos sus nombres en la mano de la portada— quien va a grabar una serie de temas que conformará un elepé para Blue Note, entonces es imposible que el resultado sea malo. O muy extraño, si lo prefieren. Así es, no hay más que escuchar el Strollin' que encabeza el plástico para corroborar lo que la teoría apunta: aquí hay mucho talento, ergo mucha calidad. Tiene el tema un sabor pre bebop que los solos de Blue Mitchell (trompeta), Junior Cook (saxo tenor) y Silver (piano) confirman con sus intervenciones comedidas pero lustrosas. Where You At, al contrario, desciende directamente del mundo sonoro patentado por Charlie Parker, Dizzy Gillespie y demás; el tempo se acelera en unas improvisaciones a las que se suma Roy Brooks (batería) dentro de un conjunto ciertamente vibrante. Without You es un tema de Don Newey y el único no compuesto por Horace Silver. Con un título así, no es difícil imaginar su cadencia lenta y sentimental, que sirve para que el pianista desarrolle un solo extenso e imaginativo frente a los brevedad del de Cook y la ausencia del de Mitchell. Horace-Scope es hard bop obvio y elegante al que va a seguir Yeah!, cuya orientación bopper es sustentada en unas magníficas improvisaciones de Cook, Silver y Mitchell y una veloz base rítmica. Me And My Baby contiene más hard bop hermoso y saludable, destacando el deje a blues que imprime Silver a sus teclas y el solo de Gene Taylor (contrabajo), más que nada por ser el primero y último que sale de sus manos. Nica's Dream es la pieza más larga del disco, y asimismo la que lo clausura. De nuevo hard bop —con ese olor a mambo—, de nuevo instrumentistas de categoría superior y de nuevo disfrute generalizado. Como apuntaba Benja M., Horace-Scope "Es 100% lo que el aficionado entiende por Horace Silver, jazz asequible, entretenido y sin esnobismos". Aunque habría que aclarar lo que aquí se conoce por "esnobismos", nos sirve de fórmula para compendiar el álbum y cerrar este texto.

jueves, 23 de junio de 2016

The Tokyo Blues


Ideado y elaborado tras una gira por Japón, The Tokyo Blues es el recuerdo del país del sol naciente convertido en jazz por el quinteto de Horace Silver en julio de 1962. Poco hay en realidad de aquel lugar en el disco si quitamos su título, el de tres de sus cortes y su portada, pues musicalmente estamos ante el siempre elegante hard bop de quien fuera pianista de los Jazz Messengers. Tiene The Tokio Blues el clásico sabor de las grabaciones de la época para Blue Note cocinadas en el estudio de Rudy Van Gelder Takin' Off (Herbie Hancock), Go (Dexter Gordon) o Hub-Tones (Freddie Hubbard) son algunas de las llevadas a cabo ese mismo año—: el de las cosas hechas con esmero y profesionalidad en las que cada nota, cada acorde o cada ritmo son mimados y tocados con una sensibilidad exquisita. Too Much Sake, Sayonara Blues y The Tokyo Blues son las tres composiciones de Silver que, ocupando dos tercios del elepé, lo vertebran al portar en ellas todas las características hasta ahora mencionadas y tan afines a lo que en general se espera del arte de Silver. Deliciosas y atractivas, las melodías del autor de Song For My Father son la base sobre la que, de manera cálida y fragante, van a improvisar el propio pianista, Junior Cook (saxo tenor) y Blue Mitchell (trompeta). De los estupendos solos que nos regalan, quizá el mejor sea el que, extenso e inspirado por igual, Horace Silver toca en Sayonara Blues, si bien los hay de Mitchell y Cook de similar enjundia. Cherry Blossom es una versión de Ronnell Bright en la que Silver extrae ternura de su teclado, delicados sonidos que armonicen con la belleza del cerezo en flor que nombra el tema. Escrita asimismo por Silver, Ah! So completa el elepé estableciendo su dinámico discurso entre el bebop y el hard bop. Citemos para acabar las nerviosas y hábiles baquetas de Joe Harris —baterista del que no conozco otro trabajo— y el contrabajo de Gene Taylor, base rítmica que sabe estar a la altura de sus partenaires en The Tokyo Blues, uno de los estupendos discos (ocho si no ando errado) que Horace Silver grabará con su quinteto en los años sesenta.