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miércoles, 13 de julio de 2022

Aprendiendo a distraerse con Alejandro Rossi

Aprendiendo a distraerse con Alejandro Rossi


Pablo de Sol
26 de enero de 2022

Me llamó la atención el título, que siempre me ha parecido afortunado (recuerda el de la clásica Guía de perplejos del filósofo judío Maimónides). No creo ser especialmente distraído en el sentido tradicional de la palabra, pero ¿no vivimos todos un poco distraídos, sin enterarnos realmente de lo que pasa a nuestro alrededor?, ¿no necesitamos todos un manual?

martes, 12 de julio de 2022

Alejandro Rossi / El nacimiento de un escritor

 

Alejandro Rossi

Alejandro Rossi: el nacimiento de un escritor

Antes de Plural, Rossi era un respetado académico, autor de un espeso tratado sobre el lenguaje. Sus colaboraciones mensuales en la revista lo fueron convirtiendo en uno de los prosistas más imaginativos de la lengua.

Pablo Sol Mora

1 de agosto de 2021

En 1973, tras una infancia y una juventud azarosas y viajeras, Alejandro Rossi (Florencia, 1932-Ciudad de México, 2009) parecía razonablemente asentado. Se había radicado en México, donde se había casado y tenido hijos, tenía ya cuarenta años, era un respetable profesor universitario de filosofía –pionero en el mundo hispánico de la corriente analítica– que había fundado una revista especializada, Crítica, y publicado un único libro igualmente especializado, Lenguaje y significado (1969). Una biografía académica ejemplar y algo monótona que podría haberse prolongado sin sobresaltos durante años. Sin embargo, conjeturo, precisamente en esa época y a esa edad, una insatisfacción íntima, un malestar personal: no era un escritor. Porque Rossi había sido un adolescente que había jurado por Borges en Buenos Aires, donde había tenido el privilegio de descubrirlo en sus primeras ediciones, y que, sospecho, abrigaba desde entonces el secreto deseo de ser escritor. La filosofía era para él una profesión, no cabe duda, un interés intelectual legítimo y serio; la academia universitaria, su ámbito natural, al que siempre defendería, pero la vocación profunda era la literatura.