Kate Chopin
La tormenta
I
Las hojas estaban tan quietas que incluso Bibi intuyó que iba a llover. Bobinót, que estaba acostumbrado a conversar con su pequeño hijo a nivel de compañeros, llamó la atención del niño sobre ciertos nubarrones que rodaban con intenciones siniestras desde el oeste, acompañados de un hosco y amenazante estruendo. Se hallaban en la tienda de Freidheimer y decidieron quedarse allí hasta que la tormenta hubiese pasado. Se sentaron al lado de la puerta sobre dos barriles vacíos. Bibi tenía cuatro años y parecía muy espabilado.