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lunes, 16 de abril de 2018

Pink Floyd, 1967


Pink Floyd, 1967

La imaginación de Syd Barrett llevó a Pink Floyd hacia una psicodelia juguetona


DIEGO A. MANRIQUE
Madrid 28 MAR 2017 - 13:51 COT

lunes, 9 de marzo de 2015

La última vez que Syd Barrett visitó a los Pink Floyd

La última vez que Syd Barrett visitó a los Pink Floyd

Revista Y
8 enero, 2014
Biografía de Syd Barrett
5 de junio de 1975: los miembros de Pink Floyd están en los estudios Abbey Road, escuchandoShine on you crazy diamond. Entonces un hombre gordo, de cabeza y cejas afeitadas, entra en el estudio. Nadie lo reconoce hasta que él dice: «Soy Syd».
Roger Keith Barrett, reconocido como Syd Barret (Cambridge, 6 de enero de 1946 — Cambridge, 7 de julio de 2006).
Roger Keith Barrett, reconocido como Syd Barrett (Cambridge, 6 de enero de 1946 — 7 de julio de 2006).
8 de abril, PNE Park, Vancouver, Canadá. Comienza lo que podríamos llamar a gira de Wish you were here.Durante ese concierto y en los conciertos posteriores se incluye un nuevo tema que enriquecería la escasez de canciones existentes para el nuevo álbum. El tema en cuestión se llama Have a cigar. Ese concierto forma parte del Vancouver 1975. Roger Waters comentaría sobre el tema: «Tiene algo que ver con una persona que sucumbe a la presión de la vida en general y del rock’n´roll en particular…» Con este comentario Roger deja entrever que ahora ellos están siendo víctimas de su propia fama. En cierta forma, Have a cigar puede considerarse la primera canción autobiográfica de Roger, quién continuaría desarrollando álbumes autobiográficos hasta mediados de los 80.

Pink Floyd / Syd Barrett siempre estuvo ahí

De izquierda a derecha, Roger Waters (bajista), Nick Mason (batería), Syd Barrett (guitarra) y Rick Wright (teclista).

Pink Floyd

Syd Barrett siempre estuvo ahí


Una novela indaga en el genio y el enigma del fundador de Pink Floyd, banda que solo lideró en su primer álbum, de la que fue expulsado y en la que dejó una huella enorme



Syd Barrett en 1969. / REDFERNS GEMS
En el Olimpo de los jóvenes ídolos caídos del rock, Syd Barrett ocupa un lugar tan brillante como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison o Brian Jones, quienes dejaron bonitos cadáveres después de una breve e influyente trayectoria en los años sesenta. La diferencia es que estos murieron a los 27 años, víctimas de los excesos del final de la década prodigiosa, pero Syd Barrett no falleció hasta 2006, cuando tenía 60 años, tras pasar la mayor parte de su vida en un retiro casi monacal en casa de su madre. Barrett fue el fundador de Pink Floyd en 1966, un líder carismático y rompedor. Pero sus compañeros, hartos de sus desvaríos, le despidieron en 1968, con solo 22 años, y abandonó toda vida pública en 1974, aislado por una enfermedad mental que se atribuye al consumo del LSD, entonces en boga, pero cuyas raíces podrían ser anteriores. El misterio en torno a él agigantó su figura.
Una novela del italiano Michele Mari (Milán, 1955) indaga en el Pink Floyd perdido y sostiene la tesis de que Barrett siempre estuvo ahí, que su huella y su imaginario permanecieron en la obra de la banda. Y, menos comprobable, que su sombra persiguió sin tregua al grupo, que el complejo de culpa, casi freudiano, por su caída atormentó a sus compañeros todo este tiempo. Rojo Floyd (que edita en español La Bestia Equilátera) pertenece al género de la biografía novelada, ficción agarrada a la realidad, y es el resultado de una rigurosa investigación sobre el personaje con todas las licencias literarias que hagan falta y unas cuantas más.

jueves, 10 de julio de 2014

Pink Floyd / The endless river


‘The endless river’ será el nuevo disco 

de Pink Floyd para octubre


The Endless River / Um novo álbum com trabalhos inéditos do Pink Floyd


El disco, basado en sesiones de grabación inéditas realizadas en 1994, saldrá en octubre



Actuación de Pink Floyd en el Live 8 London, en Hyde Park, en julio de 2005. / JO HALE (GETTY IMAGES)
Soltó la liebre Polly Sampson, novelista y esposa del guitarrista David Gilmour. Lo hizo el sábado, mediante un tuit donde anunciaba que habrá nuevo álbum de Pink Floyd, que se llamará The endless river y que saldrá en octubre. Lo define como “muy maravilloso” y también como “el canto del cisne de Rick Wright”, en referencia al teclista y miembro fundador del grupo, fallecido en 2008.
La siguiente en irse de la lengua fue Durga McBroom-Hudson, vocalista que ha girado con Gilmour y con Pink Floyd al completo. Confirmaba con una foto que ha intervenido en la elaboración de The endless river. Y que se trata de remanentes del trabajo de 1993, cuando el grupo pasó por media docena de estudios londinenses, elaborando con el productor Bob Ezrin lo que al año siguiente se publicaría como The division bell (precisamente ahora relanzado en una edición de lujo).
Aunque The división bell alcanzaría el número uno en muchas listas de ventas, incluidas las de Gran Bretaña y los Estados Unidos, no resultó un disco suficientemente valorado. Sobre él cayó todo el desprecio del antiguo capataz de Pink Floyd, Roger Waters, que fue invitado a tocar y rechazó la oferta en términos ofensivos. Inevitablemente, algunos de los textos de The division bell pueden ser interpretados como respuestas airadas al antiguo führer de la banda.

Sin embargo, The division bell también aportaba mensajes más positivos. Aunque marcado por el pesimismo que generaron las guerras de la antigua Yugoslavia, servía de catarsis para intentar resolver los traumas de Pink Floyd, que comenzaron con la sustición del visionario Syd Barrett. Su mera existencia evidenció que la banda podía funcionar creativamente, a pesar de la brecha abierta por la espantada de Waters y otros conflictos enquistados, como el despido de Rick Wright, que se reincorporó al grupo con categoria de simple contratado.
Inicialmente, Wright parecía dispuesto a sabotear el proyecto, amargado por su indigna situación laboral, pero finalmente se entusiasmó: cantó en cuatro cortes e incluso firmó a medias con Gilmour “Cluster one”, el tema que abre el disco (un modelo de colaboración que parecía ya no funcionaba desde 1972). Pero tenía lógica la reconciliación: Gilmour estaba fascinado por las fiestas rave y especialmente por el ambient techno, una música heredera de las exploraciones espaciales de la primera encarnación de Pink Floyd; para la aventura ambient, necesitaba imaginativos colchones de teclados que le permitieran desarrollar su guitarra más lírica.
Con el tiempo, Gilmour saciaría esa curiosidad al elaborar todo un disco, Metallic spheres (2010), con The Orb y el productor Youth. Pero se sabía que, durante las sesiones para The división bell, sobre todo en Astoria, el barco-estudio-vivienda de Gilmour, también se trabajó en esa línea “voladora”. De hecho, Nick Mason, el sociable baterista del grupo, hasta bautizó los resultados como The big spliff (literalmente, El gran porro). En su libro, Inside out: a personal history of Pink Floyd (2004), lo describió como “un satélite” que giraba alrededor de The division bell.
Incluso se llegó a plantear el publicarlo así, tal como estaba, como hicieron con las bandas sonoras de More y La vallée, las dos primeras películas del realizador Barbet Schroeder. Sin embargo, los modernos Pink Floyd se han apuntado a esa teoría de la mercadotecnia que insiste en que “menos es más”. Junto a las abundantes actuaciones para la BBC y los númerosos descartes, The big spliff pasó a engrosar el archivo de grabaciones, que se conserva en un almacén secreto con todas las precauciones posibles.
Es ese proyecto inédito lo que ahora ha sido transformado en The endless river. Gilmour y Mason han construido canciones a partir de los fragmentos instrumentales y la citada Polly Sampson ha aportado letras, al igual que hizo en The division bell. Por cierto: el nombre hace referencia a la campana o timbre que, en los parlamentos de tradición inglesa, convoca a una votación. En entrevistas, Gilmour lo explicaba como metáfora del momento en que alguien debe manifestarse sobre una cuestión importante.
La hora de la verdad, diríamos aquí. También para los tres supervivientes de Pink Floyd, cuyos representantes están siendo tanteados ansiosamente por promotores de todo el planeta. Con la resuelta negativa de Robert Plant a embarcarse en una resurrección de Led Zeppelin, no habría cartel más apetitoso que la reaparición de Pink Floyd, especialmente si Roger Waters y David Gilmour hicieran las paces bajo la vieja bandera.
Tras años de litigios e insultos, Waters parece calmado: en contra de lo que esperaba, el público se fue detrás de la marca registrada de Pink Floyd y no atendió demasiado al supuesto cerebro de la banda, hasta que se dedicó a tocar The Wall. Por el contrario, la última gira de Pink Floyd, en 1994, batió récords de taquilla. En recorridos anteriores, habían superado las cifras de U2 o Michael Jackson.
Derrotado en los tribunales, Waters ha ido suavizando sus posturas. En los últimos años, ha coincidido con Gilmour en tres escenarios diferentes, incluyendo la inesperada reaparición de Pink Floyd en el Hyde Park londinense, parte de Live 8, los conciertos organizados por Bob Geldolf como parte de la campaña “Haz que la pobreza pase a la historia”. Una excusa razonable, una causa digna ayudarían a hacer posible esa gira de Pink Floyd que convocaría a millones de fans. Económicamente, ni Gilmour ni Waters necesitan asumir semejante riesgo pero sí sería grato que una trayectoria tan desgarrada tuviera un happy end.


miércoles, 9 de julio de 2014

Syd Barrett / Galería

pink floyd

El raro caso de Syd Barrett

Por Humberto Acciarressi





Enero de 2014

Un nuevo aniversario del natalicio de Syd Barrett, es oportuno reflexionar sobre este miembro fundador de Pink Floyd, además de compositor y pintor inglés. Nacido en Cambridge el 6 de enero de 1946 y muerto el 7 de julio del 2006 en la misma ciudad inglesa, Roger Keith Barrett -tal su verdadero nombre- protagoniza una extraña y arbitraria parábola: hay quienes dicen que el grupo fue lo que fue gracias a él. Es raro. Brian Jones por lo menos grabó varios álbumes con los Stones, en cambio Barrett sólo intervino en el primero de los LPs de Pink Floyd: "The Piper at the Gates of Dawn". Aún admitiendo que casi todos los temas de ese disco son suyos -y por cierto muy buenos- , ya en el segundo disco, "A Saucerful of Secrets", apenas hay una canción de su autoría, "Jugband Blues", que había sido grabada con bastante anterioridad. Incluso en esta placa ya toca su reemplazante David Gilmour, convocado por Roger Waters.

Entre un disco y el otro, Barrett ya había entrado en un cono de sombras, marcado por su abrumador consumo de drogas y un desequilibrio mental (esquizofrenia, autismo, etc) que con el correr del tiempo se fue incrementando a límites de pesadilla. La cuestión terminó como no podía ser de otra manera: Syd abandonó la banda o bien fue echado cortésmente. El desequilibrado artista intentó lanzar una exitosa carrera como solista, pero tuvo muchos rechazos. Curiosamente, dos de sus ex compañeros, Gilmour y Waters, le produjeron su disco "The Madcap Laughs", grabado en Abbey Road. Y de alguna forma hicieron lo propio en el segundo, llamado "Barrett" a secas. 


Mientras, Pink Floyd editaba disco tras disco, varios de ellos obras maestras como "Atom Heart Mother", "The Dark Side of the Moon", "Animals", "Wish You Were Here", el monumental "The Wall" o "The Final Cut", entre otros. Quiero decir que, sin quitarle méritos a Barrett en el primero de los discos de la banda, Roger Waters, David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright se la arreglaron bastante bien sin el delirante Syd. Este, mientras tanto, intentó vanamente hacer algo digno de su pasado aunque sin lograrlo, a pesar de contar con la ayuda,  entre otros, de David Bowie. Barrett se encerró en la casa de la madre, donde pasó el resto de sus días, que no fueron pocos. En un ocasión le hicieron un reportaje en su lugar de retiro y dijo no saber que era Pink Floyd, además de no recordar a sus ex compañeros. Mientras, se dedicaba a la jardinería y a mirar TV. Aunque muchos ya lo daban por muerto desde dos décadas atrás, en realidad murió en el 2006. Sin gloria y con mucha pena.

LA RAZÓN
Syd Barrett
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jueves, 15 de mayo de 2014

Syd Barrett / Shine On You



Syd Barrett
SHINE ON YOU
26 de diciembre de 2009



La primer entrada de este blog no podia ser otra mas que sobre este personaje, siendo la musica una de las partes mas importantes de mi vida y con tantos y tantos nombres que tienen todo para ser idolos de miles o de millones, solo dos tipos han logrado que los considere idolos en la musica, John Lennon, y de quien corresponde esta entrada, Syd Barret, el soñador que creo una banda llamada Pink Floyd, un artista inadaptado, musico y leyenda, esa misma leyenda que perdimos muchos años antes de su muerte.


Roger Keith Barrett, un ingles nacido en 1946 que mostro desde pequeño aptitudes bastante unicas en lo que refiere a su forma de interpretar el mundo a su arededor y expresarlo, un artista nato con una creatividad que hasta la fecha sigue siendo unica, un pequeño que nunca oculto su gran gusto por el arte, que consiguio una guitarra a los 15 años y fabrico el mismo su propio amplificador para comenzar su travesia en el mundo de la musica, fue en la escuela donde se marco el destino de su vida al conocer ahi mismo a los que despues serian sus compañeros de banda, Roger Waters y David Gilmour.


Al inicio se unio a la banda de Waters (que ya contaba con el resto de los miembros futuros de Pink Floyd, Rick WrightNick Mason y el entonces guitarrista principal de la banda, Bob Klose) pero no tardaron mucho en iniciar un nuevo proyecto, proyecto del cual Syd se convertiria en lider gracias a su talento que sobresalia al de los demas, y siendo el el lider fue quien puso el nombre a la banda, teniendo su casa llena de discos de jazz, vio un par de nombres en los creditos de algunos discos, Pink Anderson y Floyd Council, de ahi nacio Pink Floyd.


El exito no tardo en llegar, Syd escribia canciones totalmente diferentes a lo que habia hasta entonces en la escena musical, basta revisar su primer gran exito como banda, un tema llamado Arnold Layne que hablaba de un pervertido que robaba y olia la ropa interior femenina por el vecindario, con una creatividad y talento de esas caracteristicas fue muy rapido que el exito les inundara con peticiones de entrevistas, conciertos y hasta giras por otras ciudades, pero este exito tan repentino tuvo efectos devastadores en la fragilidad emocional de Syd quien odio este exito no deseado y no supo manejarlo mas que yendo mas profundo en el mundo del LSD.


Y aunque las drogas alucinogenas no eran nuevas para el, nunca habia exprimentado con drogas quimicas y sobretodo no con tanta cantidad, y asi de rapido como le vino el exito, asi de rapido el LSD comenzo a mostrar sus efectos sobre Barret, comenzo a cambiar tanto fisica como mentalmente, divagaba, faltaba a compromisos de la banda, algunas veces simplemente los olvidaba, en el escenario no hacia nada de lo ensayado, olvidaba las letras o los tonos de los temas y esto no dejo a la banda otra opcion mas que contratar a un nuevo miembro que ayudara a disimular los constantes fallos de Syd, el elegido fue David Gilmour.

Esto marco el inicio del fin para Syd en la banda, ahora con un guitarrista y vocalista que estaba en sintonia con el resto, y con Barret sumergiendose mas cada dia en su propia perdicion, la banda comenzo a olvidarlo a el, empezaron ignorando sus ahora poco coherentes formas de componer, cantar y tocar, y terminaron por precindir de el en sus siguientes presentaciones, asi pues, tocaria su ultimo show con Pink Floyd en 1968 y desapareceria de sus vidas sin decir mas.


Siete años después mientras el grupo grababa disco, todos los integrantes de la banda se extrañaron al ver a un tipo caminando por los pasillos y sosteniendo un cepillo de dientes en la mano, un tipo con la cabeza y las cejas afeitadas, con un peso que superaba los 100 kg, nadie lo reconocio y al preguntar de quien se trataba, no era otro mas que Syd Barret, del que no habian sabido nada en 7 años y que ahora se presentaba siendo un hombre totalmente desconocido para el mundo, la respuesta fue devastadora para la banda que coincidentemente grababa un tema en honor a el... Wish You Were Here(Desearia que estuvieras aqui).


Su regreso fue con la intencion de volver a grabar musica, habia escrito y tenia mucho material para un disco, su disquera lo dudo pero lo dejo grabar con Gilmour como productor del proyecto, de este regreso a la musica resultaron tres discos que tuvieron una aceptacion mediana debido a que no es musica facil de asimilar, sin embargo aun se notaba que el talento de este hombre no se habia perdido del todo llegando a grabar temas muy buenos dentro de estas producciones, entre ellas "Terrapin" "Octopus" y mi favorita "Love You".


Sin embargo estas producciones no lograron regresarle el exito antes obtenido y esto sumado a su estado de animo aun decadente y su personalidad ahora totalmente introvertida, lo llevaron a aislarse de nuevo en su hogar, de este mini-retiro salio por peticion de varios artistas, David Bowie entre ellos (gran admirador de Barret) que lo convencieron de regresar al estudio de grabacion, se grabaron cuatro temas aunque solo uno se llego a conocer, tras este nuevo intento frustrado Barret se retiro, ahora por completo.

Su retiro fue permanente y de la forma mas extrema posible, regreso a su ciudad natal, Cambridge, donde vivio en casa de sus padres alejado completamente de todo contacto con el mundo de la musica y los medios de comunicacion, durante 20 años poco o nada se supo de el hasta que una revista inglesa logro realizarle una entrevista (con opocision de su familia) solo para tomar declaraciones tristes y deprimentes, entre ellas afirmo no recordar a Pink Floyd ni a ninguno de sus antiguos compañeros.


Este autoexilio del cual solo salia para comprar sus necesidades basicas se prolongo hasta el dia de su muerte y el 7 de Julio de 2006 fallecio de cancer pancreatico a los 60 años de edad, ese dia murio uno de los artistas que mas ha aportado a la musica, ya que si bien su carrera fue relativamente corta, sus ideas, legado e inspiracion nos dio un sonido unico como es el de su banda, su Pink Floyd.


Asi pues, solo queda el agradecimiento de millones (me incluyo obviamente) para este genio inadaptado que brillo durante poco tiempo... pero con eso le alcanzo para lograr la inmortalidad, Syd Barret.


Documental: La historia de Syd Barret (subtitulado)